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Entradas etiquetadas como ‘Libia’

Inmigración, cambio climático, Siria… las soluciones más baratas muchas veces no son las mejores

Por Patxi Aznar Bellido

Para encontrar la solución a cualquier problema hay que saber las razones que lo provocaron. Después, lo que desgraciadamente suele pasar es que la solución más lógica no sea a corto plazo la más barata y por ello se desestime.

¿Quién no recuerda que hasta hace poco para frenar el fenómeno migratorio lo que se hacía era poner más trabas al mismo? Más policía, vallas más altas y algunas veces hasta con concertinas. No hace mucho que oí decir al Sr. Rajoy que lo que había que hacer era invertir en los países de origen de los emigrantes, y es que está claro que las soluciones más baratas muchas veces no son las mejores.

Lo mismo con el cambio climático; nos decían que el comportamiento anormal del clima dependía exclusivamente de los ciclos de la naturaleza. Ahora, en cambio, nadie pone en duda que el cambio climático está directamente relacionado con la actividad humana.

Una persona rinde homenaje a las víctimas de los atentados de París, en la Plaza de la República (Ian Langsdon/EFE).

Una persona rinde homenaje a las víctimas de los atentados de París (Ian Langsdon/EFE).

Para finalizar terminaré con la intervención en Siria, no sin recordar de antemano tanto los atentados de París como el bombardeo de los Estados Unidos, a pesar de estar avisados de un hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán. Lo curioso en este caso es que el país más potente de la tierra no acepte una investigación independiente, lo cual, para cualquiera que se llame persona debería ser vergonzoso, pero desgraciadamente en este mundo quien tiene la fuerza parece que tiene patente de corso y por ello por mucho que digan van a seguir pasando atrocidades parecidas.

Ahora los países occidentales hablan de la intervención en Siria aunque conocen perfectamente la responsabilidad de Occidente en el crecimiento del radicalismo islámico. Teniendo todo esto en cuenta yo me pregunto, ¿no sería más lógico estudiar cómo ha surgido el conflicto y tomar otro tipo de medidas que no sean las fracasadas intervenciones militares de Afganistán, Irak o Libia?

 

Inmunizados a los ahogamientos en el Mediterráneo

Por Agustín Arroyo

África, nuestra cálida y reseca madre primigenia, sigue empujando y despidiendo con lágrimas en sus ojos y con el quebranto de su inmenso corazón compungido, a miles de sus hijos e hijas a las costas de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia.

La negritud subsahariana y miles de otros ciudadanos del norte de África, de Siria y de otros países del próximo Oriente que se alejan y huyen de la guerra se hacinan, con las manos vacías y el miedo en sus ojos, en las costas y en barcazas renqueantes, engañados por mafias que trafican con sus ansias y esperanzas de vivir con dignidad en una Europa meridional que también llora la diáspora de muchos de sus hijos hacia otros países más ricos, estables y hospitalarios.

Un grupo de inmigrantes rescatado por la embarcación RBD llega al puerto de Corigliano Calabro (Italia). (EFE/ FRANCESCO ARENA)

Un grupo de inmigrantes rescatado por la embarcación RBD llega al puerto de Corigliano Calabro (Italia). (EFE/ FRANCESCO ARENA)

Italia es uno de los países del Mediterráneo que se encuentra impotente y desbordada ante esta incontenible marea humana. Ya se han pedido más ayudas a la UE y mayor coordinación de las políticas de inmigración del club de los 28. Europa y el Magreb, como zona estratégica, no pueden cerrar los ojos y seguir consistiendo que el Mediterráneo se convierta en una gran fosa común de ahogamientos a mansalva.

España, no es ajena a esta tragedia que se repite, mes tras mes y año tras año, como una fúnebre melodía de fondo a la que nos vamos acostumbrando y casi inmunizando. África susurra con desgarro: «¡Marchaos hijos, antes de morir de hambre, de sed, de enfermedad o de pena! No os rindáis ante la inmensa boca azul del mar ruidoso. Me destrozáis el corazón, pero os prefiero lejos y sanos que junto a mí sin poderos dar de comer, ni poder curaros cuando enferméis. Os echaré de menos. No me olvidéis y volved prósperos».