Por Anais Albertos
Como una española más, durante estos días me he dedicado a buscar trabajo. ¿Cuál ha sido mi sorpresa? Ver cómo los empresarios se están aprovechando de la crisis. Y sí, digo aprovechando, porque no hay otro nombre.
Me da vergüenza ver cómo en los anuncios de empleo exigen que los candidatos sean mujeres ubicadas en un rango concreto de edad. Y no contentos con eso, ahora reclaman fotos de cuerpo entero al enviar el currículum. ¿Qué pasa? ¿Si no tengo una talla 36 no me merezco el puesto? O acaso es algo mucho peor, ¿si no cumplo sus cánones de belleza no soy merecedora ni de una entrevista?
De verdad, es repugnante ver cómo cada día se va repitiendo ese número de anuncios y la gente sigue asumiendo que es lo correcto puesto que «no hay nada mejor». Porque tener un trabajo ahora mismo, es una bendición, pero no. Que les quede claro que, por lo menos yo, no voy a ser participe de su desfachatez.