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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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Música para correr. Podcast VIII.

El día 19 no me dijisteis nada cuando no posteé sobre más material para que suba directamente a vuestros dispositivos musicales. Está perezoso el personal. Así las cosas, una nueva tanda.

MÚSICA PARA CORREDORES. POWERSONGS para Octubre.

TEMAZO 1. Podcast del 5/Nov/1. The Ramones contribuyeron a que unos chicos de Vigo fueran a la playa con su Sanyo, a escuchar Radio Popular. Se llamaron Siniestro Total y tuvieron el descaro de sustituir Rockaway Beach por ‘Rock en Samil’. Cosas del rock.

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TEMAZO 2. Podcast del 5/Nov/2. Las hermanas Llanos son las hermanas Llanos. Dover vivió una década tremenda y luego aparcó todo. Dejó mucho rock de guitarra y un fresco pop en ‘Follow the city lights’, de 2006. En el coche hemos destrozado este CD de tanto ponerlo. Seleccioné para mi mp3 este tema. Let Me Out, del que os enchufo aquí el youtube. Pese a que Emi se infle a nuestra costa.

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TEMAZO 3. Podcast del 5/Nov/3. ¿A quién no le pone a correr RedNex interpretando ese clásico country zarrapastroso y lleno de heno llamado Cotton Eyed Joe? si es que no tenéis entrañas. Arreando a pegar saltos y a subir y bajar escaleras.

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TEMAZO 4. Podcast del 5/Nov/4. Gamberros Unidos a tu podcast runner pero de manera inmediata. Sumaria. Ya. Banda donostiarra a medio camino entre el punk, una chirigota del carnaval de Cádiz y Los Inhumanos. Calderete es como una obra de Mahler pasada por una batidora comprada en un chino.

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TEMAZO 5. Podcast del 5/Nov/5. De pequeños éramos pequeños. De mayores hemos optado por diferentes vías deportivas. ¿Por qué no hacer lo mismo con las vías musicales? Escuchad y corred, porque este es el cáliz de mi sudor. Sudor derramado en las cuestas del barrio a horas intempestivas. Run to The Hills, es algo más que un tema con las palabras ‘run’ y ‘hills’ en su título. Mozos, mozas, Iron Maiden.

¿Serías capaz de seguir su ritmo?

El canal YouTube de AsicsAmerica ha colgado un vídeo en el que se te ofrece la oportunidad.

¿Seguirías el ritmo del maratoniano norteamericano Ryan Hall?

¿Durante más de uno o dos minutos?

Colgados de un arnés, los que han querido probar han visto a la velocidad que hay que mover el cuerpo para alcanzar los fatídicos veinte kilómetros por hora.

Todo forma parte de una campaña de Asics de cara a este fin de semana. Se ha instalado en el corazón de Nueva York, donde el domingo se celebra el gran espectáculo del año: el ING New York City Marathon. El mito trasladado al mundo del corredor de la calle y del parque.

Pues bien. Esa es la velocidad que sostendrá cualquiera de los diez primeros clasificados en la carrera.

No lo intentéis en casa. Va en serio.

En correr, ¿qué es mucho y qué es poco?

Basta ya. Dejemos de acusarnos y de reprochar los méritos de unos y otros. No es agradable ver cómo hay mil prismas o modos de ver esto. Que esto es, básicamente, poner un pie detrás de otro.

«Huy, tú es que corres mucho».
«Uf, yo es que ahora me dedico a hacer medios maratones y maratones»
«¿Cómo vamos a correr juntos con lo que tú le zumbas?»
«Voy a correr los ochenta kilómetros de X como preparación de los ciento cincuenta de Y»

Y así vamos. Siempre con la excusa separadora por delante. Regañados como los cercopitecos. Los de culo rojo.

Noto que es algo que ha calado a todos los niveles. Desde el más profesionalizado corredor popular que transpira atletismo, hasta el temeroso novato que piensa que los tipos con cara de hambre nos veríamos molestados si nos saludan.

¿De qué vamos?

No. Es totalmente en serio. «Deja a cada uno que corra como quiera», escribiréis. Venga, escribidlo. No os comáis las uñas, si al final esto es un blog de opinión y todas valen lo mismo.

¿Qué es mucho y qué es poco?

Como muestra, un botón. Servidor de vosotros, hasta hace unas semanas, pensaba que 2013 era un año casi perdido, de transición. Apenas he tenido tiempo -pensaba- de armar dos meses buenos. Podía haber llegado a la conclusión de que, durante el verano, cierto abandono me habría invadido. La de carreras nuevas que van saliendo. La de viajes perdidos. Qué palizas me he perdido pensando en que no podría estar a la altura. Y he corrido en invierno dos veces más de 42km, el maratón de Madrid en Abril, por las sierras cántabras otros 43km en Mayo, y otros tantos en Noviembre por las sendas del Parc de la Collserola (esta será la 87ª carrera de 42km o más que haga en mi vida). Cinco maratones de asfalto o montaña en un año.

¿Y tengo los huevos de planteármelo en términos de «año perdido»?

Ya digo que somos materialmente injustos con los que no pueden sacar tiempo para correr. O los que deben parar a los quince minutos de trote. Por forma física, tiempo, ganas, facultades o pasta para abonar las inscripciones. Un diligente opinador del mundillo (cuyo nombre no daré para que no me cobre naming rights) dice que somos gilipollas.

No es del todo cierto. No somos. Nos hemos hecho. Queda tan lejos la época de Felisín Carvajal

¿Facebook mide los maratones del mundo?

Una de barra de bar. He pensado que Facebook mide (de aquella manera) los maratones del mundo.

¿Cuánto? ¿cómo? ¿Qué dices?

Se me ha cruzado por medio un pequeño juego. He mirado si podría haber cierta correlación entre datos, a partir de los ‘me gusta’ que tiene cada carrera de maratón. Es interesante ver si se corresponde con un volumen muy parecido de inscritos (y algo menos a los llegados a meta). Que viva la estadística.

¿Valdrá para algo?

Vale. Si uno es community manager le puede servir para ponerse las pilas. Si es organizador, le terminará -o no- de convencer sobre la importancia de estar ahí, presente. Indudablemente es una cifra que nada más mide la popularidad de la red. En algunos casos esta popularidad se traslada directamente a los participantes. En otros (Boston) los datos desbarran por evidentes motivos de popularidad después de hechos puntuales (los atentados del Abril pasado). En el caso de la Marine Corps, os invito tal cual a ver las cifras.

 ¿Me pone aquí un cortado y un zumo?

Sigamos. No es tan fácil. Tiene su miga. He mirado qué porcentaje de esos ‘Like’ se traducen realmente en participantes. Un ejemplo: veinticinco mil de los veintiocho mil ‘me gusta’ en el perfil se prenden el dorsal en la camiseta. Podríamos decir que los participantes han sido un 85% de ellos. No es representativo de nada, o quizá de bastante, pero… lo he llamado porcentaje de efectividad social de la red  (por decir algo).

Al contrario, podría decirse que con un éxito relativo en participación, no son capaces de arrastrar un número similar de seguidores en facebook.

Lo mismo es solamente una desviación de cifras.

Pero sí hay dos tipos de cifras: las equilibradas, que se encuadran en el rango 90-110%, con valores muy similares entre redes sociales y dorsales, y las dispares, que (a) tienen muchos más seguidores que corredores o (b) muy pocos seguidores para la cifra final de participantes.

Camarero, otro café. Y un pincho de tortilla.

¿Qué pensáis vosotros?

mara. – Like/FB – Corren – (%+/-VAR)
Boston – 128.454 – 26.813 – 20.9%
Nueva York – 92.780 – 46.795 – 50.4%
Tokio – 28.494 – 25.000 – 87.7%
Paris – 34.358 – 38.690 – 112.6%
Berlin – 34.785 – 40.967 – 117.7%
Londres – 59.838 – 34.631 – 57.9%
Honolulu – 12.258 – 30.898 – 252%
Marine Corps – 83.135 – 30.000 – 36%
Viena – 15.308 – 10.500 – 68.6%
Hamburgo – 6.665 – 11.446 – 171%
Estocolmo – 7.225 – 15.680 – 217%
Praga – 17.889 – 5.690 – 31.9%
Frankfurt – 15.589 – 12.436 – 125.1%
Barcelona – 12.589 – 14.776 – 117.4%
Valencia – 12.924 – 7.781 – 60.2%
Madrid – 12.269 – 10.164 – 82.8%
Sevilla – 3.479 – 5.963 – 171%
Murcia – 989 – 2.020 – 204%

Datos de Fb a 22 de Octubre 2013, 15:40h. Datos de participación, wikipedia.org y websites de pruebas.

Él, runner. Ella, no runner.

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Hace unas semanas la estupenda bloguera y mejor corredora Rosa Asensio me lanzó un guante. En ese duelo de zarzuelilla la chica era la corredora. Él, bueno. Eso. Afortunadamente las tornas cambian. Se lo devuelvo.

Él (corredor).

El sábado es su cumpleaños. Lo tengo todo controlado. He pensado que es el momento en que se inicie en esto de correr. Tenía que comprar unas medias de compresión y mirar las rebajas -ando con un par de zapatillas con más de seiscientos kilómetros- así que me ha solucionado el regalo.

He visto unas mallas pirata que le van a sentar de miedo. También tenían una faldita corta de corredora pero no me he atrevido. Así que eso y un modelo de pronadora para chica. Para ellas diseñan unos colores brutales. Aunque dudo que sepa qué es ser pronador o supinador. No me hace mucho caso cuando pasa por detrás de mí y gira la vista a mis intervenciones en foros o en facebook.

Verás que sorpresa. Ahora podremos compartir más tiempo juntos, aunque yo tenga que entrenar rápido y ella, bueno, podemos calentar y estirar juntos y ducharnos. Sí. Este año he acertado con la compra. Cuando me meto con los complementos suelo ir de fracaso en fracaso. Termino de hacer el café y algo sólido y se lo llevo a la cama.

-«Hola amor. ¡Toma, tu regalo de cumpleaños!»

(Un silencio helador se extiende por el apartamento mientras ella abre el envoltorio de una evidente tienda de deporte)

——

 Ella (no corredora).

¡¡Por fin es sábado!!! No, un sábado cualquiera, ¡¡¡noooooo!!!  Es el sábado de mi cumpleaños.

La verdad es que no sé si prefiero que él se acuerde o no de mi cumpleaños. Yo sé que pone interés pero …. No hay año que acierte con el regalo, o escoge bolsos que sólo llevaría su madre o joyonas de esas que nunca me ha visto puestas y sabe detesto pero que aún así me regala. Debe ser eso de las carreras, tantos kilómetros no le dejan mucho más para pensar.

De cualquier manera, que se acuerde es un detallazo. Así que, sea lo que sea, me gustará aunque espero no haya perdido el ticket-regalo.

Ahí está. Trayéndome el desayuno a la cama. Lo miro. Ya estamos con la papilla esa de avena que toman los runners. Le miro. Sonrío.

– «Gracias, cariño».

Y de repente le veo que saca algo de debajo de la cama. ¡Mi regalo! Lo miro con detenimiento. Ni idea de la tienda donde lo ha comprado. Miedo me da. Rompo el papel de regalo de la “tienda desconocida” y…. ¿qué es esto?

Sonrío intentando disimular mi cara de: “Qué coño es esto?, ¿Por dónde me lo pongo? ¿Para qué ocasión?»

– “Son unas mallas pirata”, me dice emocionado. Mira que tiene ganas de que salga a correr, pero buffff, la sola idea de ponerme a sudar me da pereza. ¿Unas mallas pirata? ¿Para qué? ¿para jugar a los piratas mientras ese micro-pantalón me comprime de tal manera que no puedo ni respirar y me salen las lorzas por encima de la cinturilla?…Sonrío.

Aún hay más. ¡Unas zapatillas!

– “Son pronadoras”, me dice. Prona… ¿qué? Le miro como preguntándole si me está insultando. La verdad es que las bambas estas son chulas. De colorines y molan hasta los cordones. Quizás pueda llevarlas con los vaqueros que me compraré cuando descambie la otra prenda del demonio.

Sonrío y le beso. «Gracias cariño».

Aprovecharé cuando se vaya a correr a buscar el ticket regalo.

Correr tiene glamour (2): Brad Pitt en…

¿Qué os creíais? ¿Que sólo seríamos tipos contrahechos y películas donde unos gángsters persiguen a una muchacha que lleva impreso en la frente «no duraré más de dos escenas»?

El cine tiene mucho de todo. Hoy toca ese típico ejemplo de mozo atlético al que unas pocas clases de un especialista convierten en un Steve Ovett. Sí, que corre como Dios con prisas. Ese mozo es [modo fanrarria on] Brad Pitt [modo fanfarria off].

En 1990 protagonizó un tremendo peliculón llamado Across the Tracks. Nuestro gremio de educadores lingüísticos llevó a la excelencia su arte el título con Triunfo Amargo. Unos se dedican a aprender idiomas viajando mientras otros aducen que hay todo un sector cultural de dobladores cuyo sustento depende de cosas así.

En esta película Brad Pitt (al que conocemos tanto que podríamos llamar familiarmente Brazpí) encarna al hermano deportista de otro que acaba de salir del reformatorio. Tras mucho metraje, entablan una tormentosa relación basada en ver quién progresa más en el atletismo de pista del High School. Perdón, del instituto.

Si eres un corredor popular varón y tienes algún trauma relacionado con cómo te queda la ropa; si tu zancada es más un balanceo pendular; si -como quien esto escribe- eres torpe descendiendo senderos y tropiezas con la piedra o raíz más nimia, puedes mirar este trailer lleno de condescendencia, criticar la moda de los noventa o criminalizar al sistema norteamericano.

Si Brazpí te parece un adonis; si encuentras en cada guión un mundo lleno de metáforas y tensiones o si cualquier cosa que tenga relación con correr, simplemente, te apasiona, abre los ojos.

Dedicado a los que levantáis las rodillas en cada zancada.

¡ESPARTANOS!

Vamos a hacer amigos, que es de lo que se trata. Tengo en mi buzón de correo una invitación promocional, como prensa especializada que somos, sobre el asunto: Arnold Schwarzenegger presentará Reebok Spartan Race este domingo en Madrid.

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¿Qué os parece?

Quizá os quedéis con ganas de saber algo más. Los tiros, amigas, van una vez más por el concepto de LO MÁS aplicado al mundo de salir a correr. Explico, para recién llegados o quisquillosos: ya no se trata de que hagamos ejercicio de la manera más simple y fabulosa posible, o sea, corriendo.

Ahora tienes que correr un super maratón con treinta mil participantes por las calles de Londres o Chicago. O defenderte decentemente con las ultimérrimas Apps que relacionarán tu esfuerzo con un GPS, un registro cardiaco y una red social. O correr la prueba ultra de montaña con más metros de desnivel. Quizá son los síntomas de una sociedad sin referencias propias y en búsqueda permanente de otras externas, mitológicas.

Dicen:

El circuito de carreras de obstáculos más prestigioso del mundo del running, un auténtico fenómeno deportivo en EE.UU., cruza el Atlántico dispuesto a conquistar Europa. Nuestro país será uno de los puntos estratégicos del desembarco, con una primera prueba que sé celebrará en 2014 en un escenario aún por determinar.
¿Quiere decir eso que uno no puede dejarse tentar por el gran desafío de los espartanos desde este mismo momento? ¡No, para nada! Con motivo del célebre Arnold Classic Europe, Reebok Spartan Race ofrecerá a los locos del deporte una oportunidad única de conocer en primera persona la magia de este singular evento.

¿Ah, que no eres un espartano? ¿Ni un loco del deporte? Mecachis… y ¿dónde crees que vas si no te has dejado abducir aún por una locura?

Vamos con ello. Que hay más.

Se trata de una carrera promocional más corta que las habituales (sólo 1.000m, en contraste con los más de 10km a los que están acostumbrados los devotos de este tipo de pruebas), abierta a 300 aguerridos deportistas (los primeros privilegiados que tendrán ocasión de disfrutar el espectáculo) y, por supuesto, repleta de algunos de esos temibles obstáculos (habrá un total de 10) que ponen a prueba la dureza de los participantes, quienes podrán encontrarse con impedimentos como: El Paso de Hércules, redes, barra de equilibrios, lanzamiento de jabalina, carga de sacos, La Jaula de Monos, escalada con cuerda, muro resbaladizo, salto de brasas y El Foso de los Gladiadores, entre otras muchas sorpresas que nos encontraremos en nuestro fascinante camino entre la salida y la meta. Las inscripciones podrán realizarse en la misma línea de salida, antes de cada una de las tandas.

Por añadidura, Arnold es tan Arnold que ha superado con creces al personaje cinematográfico y se ha convertido en un personaje californiano.

 la presentación en sociedad de Reebok Spartan Race contará con un padrino de lujo, el actor y campeón mundial de culturismo Arnold Schwarzenegger, quien junto a los responsables del proyecto se encargará de dar la salida a la prueba

 

¿Puedes resistirte a opinar? Venga, dale, que es viernes.

Microentrevistas: “Nunca correré…” (IV)

¿Conocer qué piensa la gente de nuestra locura es una ayuda? Sin duda alguna. Hay muchas personas con una sensatez clarividente y una opinión unánime. Contundente. «A mí no me pilláis con eso de correr».

Hoy es Javier de Ríos el que responde. Hemos enviado nuestra batería de preguntas a este gurú de «La viga en miojo», el blog la literatura en internet, guía para los que buscan recursos y saber por dónde van los tiros en los concursos literarios y nos ha contestado con rapidez. Escritor de Cuentos para gente impaciente y bilbaíno que cumple a rajatabla lo de «todo internet es Bilbao».

jderios

[Pregunta]: Javi, ¿corres?

Nooo, por favor, eso es de cobardes, ¿no?

[P]: A tu edad, ¿te consideras ya caso perdido para probar a correr?

Absolutamente, sí. Me gusta en cambio dar largos paseos, e incluso el trekking suave, pero ni de eso tengo tiempo a día de hoy.

[P]: ¿Crees que esto del running es una moda o un sincero ejercicio de la sociedad para ponerse en forma?

No, una moda no, siempre he visto gente corriendo. Quizás determenidas actitudes o formas de equiparse pueden ser una moda, pero el hecho de salir a correr en modo alguno.

[P]: ¿Una infancia dura en Educación Física en el colegio sería la excusa perfecta para no correr?

Pues no lo sé, yo la verdad es que me reconcilié con esa clase los últimos años, cuando descubrí que había otros deportes más allá del fútbol. Sí es cierto que el gimnasio daba cierto yuyu con el potro ¿de tortura? y esas espalderas. Odiaba algunos ejercicios únicamente, como trepar por cuerdas, por ejemplo.

[P]: Entonces, ¿no piensas entrar al trapo y salir al trote?

No vas a convecerme con frases hechas, te aviso.

[P]: ¿Aceptarías una potencial pareja sabiendo que el/ella sí es apasionado seguidor del running?

A estas alturas de la vida un cambio de pareja no me lo planteo ni en un baile de pueblo. Pero en todo caso no creo que me influyera en la decisión, cada uno tenemos nuestros defectos.

[P]: ¿Qué prefieres leer u oir? ¿’running’ o mejor ‘salir a correr’?

Salir a correr. Running suena más estresante.

[P]: Y, claro, ni por esas.

Ni por esas

[P]: En esta sociedad tan tonta y esteticista, ¿aceptarías correr como remedio rápido para mejorar tu apariencia física?.

¿Rápido? No me tomes el pelo…

[P]: ¿Qué te sugiere oir en el rellano de la escalera: “Natividad, cierra la puerta que me voy a correr”?

Cierra, cierra, y no abras.

[P]: ¿Abominas de su propaganda o simplemente correr y tú vivís esferas paralelas?

Esferas paralelas, sin duda.

[P]: Entonces, si tuvieras que ordenar las palabras “cafelito”, “sudar” y “glamour”…

Sudar la última, sin duda, aunque en dura pugna con glamour. Cafelito, cervecita, un buen libro, ¿cuáles decías?

[P]: Dime cómo podría argumentar en tu propia contra. Quizá así el próximo entrevistado…

Si lo has hecho muy bien, pero yo ya soy un caso perdido. El tema de la salud es importante, mete caña por ahí.

[P]: Sugiéreme con toda la maldad del mundo alguien para la próxima microentrevista

Realmente no lo sé. Algún cocinero famoso, quizás, ¿por qué no?

Sudar tinto

Sudar tinta queda para los más elevados momentos. Como si saliéramos a correr después de leer a James Joyce o algo así. Pero he estado un fin de semana entero en la Rioja.

Y no me ha dado tiempo a escribir o leer una sola línea. Lo cierto es que se me habrían juntado, habrían aparecido borrosas o qué se yo.

¿Algún lector de las Riojas en la sala?

En serio. ¿Cómo puede ser uno corredor consistente en determinados epicentros de los placeres del mundo?

El viernes quedaba totalmente descartado salir a correr. Una semana cargadita con sesiones de gimnasio y algún trote. Y trescientos kilómetros de coche.

El sábado descarté correr, de nuevo. En realidad no se me pasó por la cabeza. Se había cruzado una sesión de alta cocina en Venta de Moncalvillo. Casi cuatro horas de comer y moquear emocionado por el maltrato sensorial al que nos sometieron Carlos e Ignacio Echapresto. Lagrimones. Siete u ocho vinos. Un verdejo de Marqués de Riscal en la mesa al sol -y su excusa de salmón marinado. Una rareza en finos como Tres Palmas con unas flores de manzana con foie o una galleta con perdiz escabechada. Y un chardonnay de Borgoña porque se nos venían encima los pescados. Y Ad Libitum ecológico. Y un Ramón Bilbao gran reserva. Y luego ya cayó una cortina salada sobre mis retinas por mucho que mirase fuera, al verdor de una huerta en la que los mayores recogían manzanas y las piparras miraban humilladas al terreno.

La tarde de un corredor vapuleado es dura. La recuperación de la sangre larga. El entorno ayudaba poco menos que nada. El Laurel, San Juan, todo Logroño amenazaba con comérseme y bebérseme.

¿El domingo? El día de las carreras y de los dorsales.

Dicen que Dios descansó pero es mentira. Diseñó un día de la manera más maliciosa posible. Colocó en lo alto de las lomas campanarios y en los bancales dejó un suelo arcilloso y calizo, desmembrado. Luego vinieron los del Riscal y encargaron a Frank Gehry el hotel de la Ciudad del Vino.

Oler siglo y medio de robles y luego bebérselo. Blanco de Rueda. Reserva de las riojas de Álava.

Con el riesgo añadido de perder todo el prestigio posible en la comunidad runner, declaro que abandoné. Lo hice en lo alto de uno de esos cerros. Allí colocaron los de los reinos del norte la ciudad amurallada de Laguardia.

Donde instalaron unas calles estrechas y las empedraron y las dotaron de bares. Pero no de bares normales. De cuevas donde se apelotona el ser humano y sirven los pintxos (sic) que acompañan a los cosecheros. Los Landaluce y los Goyo Garrido de la mano de manzanas rellenas de carrilleras, de zapatillas, de cojonudos.

Y venga a comer y venga a beber.

Mañana toca sudar tinto.

Con las manos en la mesa y los pies en el asfalto

Las manos en la mesa. La cabeza a pájaros, y los pies metidos en zapatillas. De asfalto o de lo que sea. Va de libros (los que odiéis leer, podéis salir de aquí).

9788493795221

He leído recientemente Con las Manos en la Mesa, de Juan Revenga. El Nutricionista, colaborador de este diario y experto en echarnos a la cara lo mal que comemos. Editó con la 1001 Ediciones un libro lleno de pistas.

¿Sirve alguna de ellas para los corredores?

Sí. Estos tipos que gastan miles de kilocalorías, que aprovechan la parada de comer en el trabajo para salir a entrenar y que miden (medimos) la forma física en los ángulos que se forman en los rasgos faciales. A más flaco, más en forma. A más cara de hambre, mejores prestaciones. Dí que sí.

Entresaco algunos hábitos de la recopilación del Nutricionista. Reflexionemos en voz alta sobre si nos tocan o no.

  1. Los deportistas comemos más alimentos que la población general, para reponer el esfuerzo extra de nuestros. Así que no necesitamos suplementos vitamínicos.
  2. Consumos proteicos de 6 y 7 gramos de peso corporal y día exceden la capacidad de los riñones (2gr/kg/día); los dineros de los botes de batidos van directamente al wáter.
  3. Ningún alimento engorda. Engordan los seres vivos.
  4. Gastamos menos energía que nuestros abuelos. Y tenemos un catálogo de alimentos casi infinito.

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Muchos son un signo de la sociedad en general. ¿Aplica el corredor a su alimentación una mínima pizca de sensatez de esa sociedad de dementes?

Quién sabe.

Aquí el compañero Nutricionista en un encuentro digital.