Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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Hablemos de tu (maldita) lista de regalos

Otro post más sobre listas navideñas.

Va, odiadme. En este caso, siendo como somos contertulios asociados al mundo del correr, no podía faltar la típica batería de ‘y los regalos de mamá/papá de correr’.

Calzado, ropa, electrónica para el corredor, buenos deseos o insinuaciones sobre qué inscripción te gustaría que te regalasen. Con la grazia de siempre nuestra partenaire y amiga Rosa ya lo ha dejado dicho por activa y por pasiva. Si buceáramos por la blogosfera o las redes sociales de los corredores nos encontraríamos, qué remedio, con bastante de ello.

En el caso en que, de verdad, entidades mágicas existieran y pudieran regalarnos imposibles, y no esos padres (huys, lo he cascado) o compañeros de trabajo o sobrinos voluntariosos fuesen los encargados de regalarnos los ojos, ¿no es cierto que muchos pediríais esto?

Santa/Sinterklaas/Reyes Mayos/Cuñada querida/Mi amol:

Ando corto de calcetines de running desde que los críos y tú usáis los míos. De verdad, los five fingers y las medias de compresión no son para ir más caliente a trabajar/clase.

Reponed cuantos geles y envases monodosis de magnesio os trinquéis porque el otro día tuve que echar unas nueces secas a la mochila de entrenamientos. Casi me ahogo en mitad del monte.

Odio el desierto. Ni se os ocurra la gracia de proponerme un dorsal para el Marathon des Sables. ¿Pero es que no recordáis el humor que se me pone en el apartamento de Torrevieja en verano, donde -aprovecho a decir que- no se puede ni dormir decentemente por el calor?

Me amas, pero tus momentos haciendo el amor encima de mí ¿no te han cegado un poco? Soy un corredor estrecho de pecho y huesudo. No rellenaría esa chaqueta polar ni juntándome con dos amigos de mis entrenamientos.

No necesito sombrero ni gorra visera. Mi corte de pelo es funcional, maratoniano, alopécico y deportivo. En cuanto me ponga ese complemento en la cabeza pareceré, automáticamente, un escapado del hambre de entreguerras.

Mi número de pie, lo repetiré por última vez, es esa cifra que hay en no menos de siete pares de lengüetas en el cajón de las zapatillas de correr. Ese, donde nadie mira. Sí.

Ese regalo es para que os lo hagáis vosotros. Compraos un teléfono móvil nuevo con acceso a navegador, que hay unas aplicaciones fantásticas. Dejad tranquilo mi GPS (os mando este sms desde un lugar que no puedo localizar, a unas cuatro horas de trote de la gasolinera del cruce de la A-1).

A pesar de todo, se os aprecia. Me habéis tocado en suerte.

Japi Crismas.

Papá/tu amor/Enrique (Finanzas)

 


Fuente: Villanuevacorre.blogspot.com

Al final sólo erais mercado, runners

Veinte mil followers y varios años detrás, poco importa. Es uno de los ejemplos de los cambios que han sucedido en el mundo del correr. La cuenta de uno de los más conocidos patrocinadores de carreras cierra su actividad en las redes sociales.

Cierra su actividad porque ING deja de patrocinar eventos tan señalados como el Maratón de Nueva York. Esto ya se sabía desde hace tiempo. Y no de más que un síntoma.

Correr por la calle ya no es solamente correr. Todo ha cambiado mucho y a una velocidad desconocida. El calendario ya no está compuesto por pruebas organizadas por clubes locales y concejalías de deporte.

Ponle Freno reúne veinte mil corredores. El BBVA o Nike producen billones de zancadas y la maquinaria no cesa.

¿Es bueno o malo? ¿Es lo que hay?

¿Correr, delito?

Copio y pego. Posteriormente analizaré.

  1. La práctica de juegos o de actividades deportivas en espacios públicos no habilitados para ello, cuando exista un riesgo de que se ocasionen daños a las personas o a los bienes, o se impida o dificulte la estancia y el paso de las personas o la circulación de los vehículos.
  2. El entorpecimiento indebido de cualquier otro modo de la circulación peatonal que genere molestias innecesarias a las personas o el riesgo de daños a las personas o bienes.

rajoyrunner

Estas dos acciones serán, a partir de la aprobación del nuevo texto normativo que ha lanzado el Ministerio del Interior del gobierno de España, delitos. Penados de 100 a 1.000 euros.

¿A que asusta?

Veamos casos en los que yo mismo podría incurrir y que, desde la aprobación de este texto, me convierten en un delincuente en potencia y al que habrá que vigilar.

«La práctica de juegos o de actividades deportivas en espacios públicos no habilitados para ello, cuando exista un riesgo de que se ocasionen daños a las personas».

Escenario 1. Llueve. Salgo a correr por una acera porque son las 5.45am. La acera no está habilitada para el deporte de correr (¿necesita esto habilitación regulada?), con resultado de resbalar y darme un golpe contra un banco o un coche aparcado. ¿Daños a las personas? ¿Si me hago daño puedo autodenunciarme? ¿No sería más eficaz darme una paliza a mí mismo?

Claro que, si se trata de que haga daño a alguien – nadie lo quiera- en mi caída, me han ligado. De marrón.

«o a los bienes»

Escenario 1b. Cuidado con darte un golpe y romper el banco. O el retrovisor del coche. El banco o retrovisor mismos podrían meterte en un apuro. So acelerado.

«o se impida o dificulte la estancia y el paso de las personas»

Escenario 2. Mamá, cuidado con ese grupo en el que salís a caminar por las mañanas. Si vais cuatro en fondo y obstaculizáis a las personas discurriendo (que los españoles somos muy de discurrir), sanción.

Escenario 3. También habrá que vigilar lo de correr e impedir «la estancia de las personas». Las personas que están. Que están debidamente colocadas. Lo mismo también está penado el deporte de pararse en la acera a charlar con los vecinos. En ese caso el Ministerio del Interior, el Ministerio Fiscal y yo podríamos llegar a un acuerdo tácito.

» o la circulación de los vehículos»

Escenario 3b. Mamá, van a por vosotras. Cuando salís a la calzada porque «las personas están estanciadas/estadas/estacionadas/estantes» en mitad de la acera, ojo con provocar colapsos de la circulación de los coches. De policía. Nacional, se entiende.

En este sentido los que corremos vivimos indefectiblemente apeados de la ley. Hay tan pocos circuitos delimitados debidamente por la normativa que, salvo senda o campo, en las calles somos como Unabomber o el Vaquilla.

«El entorpecimiento indebido de cualquier otro modo de la circulación peatonal que genere molestias innecesarias a las personas»

Escenario 4. Esto está más pensado por las terrazas de los bares, creo yo. Pero su redacción es tan sibilina que me apetecía ponerlo. No me refiero a tomar una cerveza en una terraza mientras haces deporte. Sino a esa alusión velada a «cómo se ha de circular». Específicamente lo de «circulación peatonal». Hay que ir a paseo ligero, de uno en uno y sin hacer grupos -sediciosos- y en línea recta. Decidida marcha. Nada de hacer eses o dar tirones.

Este punto, bien desarrollado, atacaría a cuanto peatón se saliese de la linde, a cuanto corredor ataje en las esquinas de las carreras, y a cuanto runner sea incapaz de mantener un ritmo sostenido y entorpezca indebidamente cualquier modo de circulación dentro de ese pelotón.

Que cada día es más grande. Y llegará un momento en que tengan que estabularnos. O aniquilarnos selectivamente.

Y hasta aquí este ejercicio de aviso. U os largáis a correr a un lugar debidamente regulado (intentad correr en una pista de atletismo, veréis qué fácil es que os echen), u os empapelarán.

El correr chi. Lipú

Vamos con salsa picante para el lunes. Deja que fluya la gravedad. Que las lesiones discurran por el río opuesto al que te arrastra. Que el cuerpo siga los dictados de Danny Dreyer.

O de la Dolores Vargas.

No soy yo muy de rumbas pero es mejor arrancar así la semana.

El fenómeno ENFURECIDO

¿Tenemos un corredor enfurecido dentro y no sabemos por dónde sacarlo?

Si te pone de los nervios que tus colegas de carrera atajen por las esquinas. Si sufres del estómago cuando te llegan las narraciones de aventuras épicas de maratonianos que sabes que han cogido el metro y se han ahorrado una decena de kilómetros. Si… pues bien, todas esas son condiciones para que la cosa enfurecida crezca en ti.

Si frecuentais las redes sociales sabréis que en twitter hay creados perfiles con ese apelativo. Todo parece indicar que «Masa Enfurecida» fue el pionero y de ahí divergieron miles de ‘clones’ sectoriales. Desde el anonimato se canalizan en estas cuentas la mala leche y la denuncia.

A veces con gracia, otras con más crueldad. Tal cual somos a diario.

¿Existe «corredor enfurecido»? ¿Debería existir?

Sabemos que existe «RunerEnfurecido». Está tan furioso que se comió una «n». Aunque por cada letra que se come y digiere, expulsa glorias como estas:

Cosas que muchos hemos pensado y que algunos se atreven a lanzarlo al mundo.

¿Quién será, será?

Lo que ocurre en las duchas se queda en las duchas

What happens in Vegas, stays in Vegas. Y el corredor, que ha terminado de pegarse con las máquinas de los cables y los pesos, que tiene los deltoides doloridos, los cuádriceps hinchados y suda como si estuviera pegándose en el Marathon des Sables, entra al vestuario.

Son las duchas. Las duchas del gimnasio. Criadero de machos alfa.

Desnudos.

Así que hablemos de otra cosa.

Damien Walters. Es uno de los ninjas de esa mezcla de correr, saltar y la gimnasia deportiva llamada parkour.

A cosas como esta dedica su gimnasio. Casi que me da pena ir mañana y sentarme en la bicicleta-que-no-va-a-ninguna-parte.

¿Correr? Esto sí es para echar a correr

No me digáis que no es para echar a correr.

Se ofrece en lugares de proyección moderna. Madrid, dos mil trece. Sí, dos mil trece. Aquella cifra que hace no tanto nos parecía de ciencia ficción. Cuando los españoles buscábamos motivación y razones de salud para arrancar a correr.

Ahora es todo más inmediato. Si no te dan ganas de salir despavorido es que no tienes capacidad de reacción.

echacorrer

¿Es literario esto de escribir sobre el correr?

Esta semana estamos así de ilustrados. Resulta el enorme Dani, que no corre pero que receta unas famosísimas carreras en su taxi, propuso a la fructífera blogosfera @20m que dedicásemos un texto a explicar por qué escribimos.

Y es que todo cristo escribe. El mundo del correr, además, contiene un peligroso aditivo que es contar lo que uno corretea en variable épica. Que es un género que gustará o no, pero que tiene loables defensores. Ayer lanzábamos a los lectores un concurso de escribir sobre el running y las navidades, sin ir más lejos. Y los emails del organizador están a rebosar de propuestas, ¡menos de veinticuatro horas después!.

Mi pregunta no es tanto si yo escribo por una necesidad personal o por que se me ocurren ideas mientras oxigeno mis piernas. El traumático asunto que me viene una y otra vez a la cabeza es: «en serio, de verdad, ¿creéis que esto de correr da para tanta literatura?»

Hay días en que leo cosas fantásticas, emotivas. Esas descripciones que mezclan los viajes románticos con el paisajismo velazqueño, o sencillas experiencias entre amigos. Bien escritas, sin estridencias.

Hay ocasiones donde se tambalea el equilibrio. Algunas veces nos ponemos técnicos, o dramáticos. Y pienso que, hombre, épico es recorrer treinta kilómetros mientras arrojan bombas sobre tu población o para buscar un pozo de agua potable.

¿Escribimos para emocionar o para desgranar?

abc

Yo creo que las palabras tienen que pedir una respuesta de quien las lee. Han de sacar una emoción. Desgranar metros y minutos es feo. Quizá ayuda a que identifiquemos que ‘este es de mi gremio’. Bien, necesitamos el grupo. Lo describen los sociólogos. Pero si jugamos a escritores se nos pedirá que metamos algo más que contar los minutos por kilómetro o los kilómetros como si fueran los litros de gasolina que quedan en un bidón.

Como en este espantoso párrafo.

En la línea de salida me situé detrás de la liebre que llevaba el cartel de tres horas y cuarenta y cinco minutos. Pensaba que podía aspirar sin dificultad a ese tiempo. Tal vez cometí un error. Viéndolo en retrospectiva, tal vez debí seguir a la liebre de las tres horas y cincuenta y cinco minutos hasta aproximadamente el kilómetro treinta y, a partir de ahí, si me encontraba bien y con fuerzas para apretar, haber ido aumentando el ritmo de un modo natural.

¿Dónde está la literatura en esto? Pues corresponde a un afamado escritor.

Vosotros mismos. Quizá es que no es este el blog adecuado para hablar de correr.

Concurso 400 palabras. Corredor… a escribir

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Cualquier historia seguro que es buena si en ella aparece un corredor y alguna mención a la Navidad. Eso es lo que os proponen los de 400metros desde la tienda de running 400metros.es y desde el programa de radio A Tu Ritmo.

En marcha el concurso «400 palabras». Las bases, sencillas y claras. Uniendo literatura, correr y Navidad (Rin rin rin).

Estaré formando parte del jurado, compartiendo qué escribís con Enrique Nieto, el especialista de las cumbres Raúl García Castán y la editora y también corredora Virginia Lancha.

Los trabajos se enviarán en formato .doc o .pdf al correo electrónico info@400metros.es entre el 13 de noviembre y el 15 de diciembre. ¿Qué más quieres, si puedes dar rienda suelta a tus pasiones?

A participar.

 

¿Quién está detrás del running? Los grandes nombres

Mary.

Mi twitter me insiste en que debo seguir a Mary Wittenberg. En el nombre de Dios, ¿pero quién es la señora Wittenberg?

Mary es la heredera de las funciones que dejó más que encarriladas aquel mítico personaje de barba y gorra llamado Fred Lebow. Es, efectivamente, la CEO (presidente ejecutivo, en las siglas en inglés) del New York Road Runners. En conclusión, es la cabeza que mueve los hilos del maratón de Nueva York. El evento más famoso de todo el mundo de los corredores. Probablemente por encima de campeonatos oficiales.

Más que cuando Madonna sale a trotar al parque.

Las gestiones de Mary tienen como consecuencia directa la seguridad y ocio de 300.000 corredores cada año. Desde su sede en lo más granado de Manhattan, frente a Central Park, coordina su agenda para poder firmar contratos que garanticen millones de euros a una maquinaria. La laufmacht que saltó por encima del caso Sandy, el huracán que pareció estropearlo todo.

Tendré que añadirla a mi trend line. No todos los días te recomiendan que sigas a alguien que mueve trescientos cuarenta millones de dólares en su ciudad. Ni deja casi once millones de pavos en tax revenue (cifras de 2011).

 

Jos.

 

¿Está Jos?… Espero. Gracias – me atienden al telefonillo de entrada. Estoy de visita.

Jos Hermens. Fue atleta del año en los Países Bajos en 1975. Como por ese lado no llegaría muy lejos en el olimpo atlético, a pesar de acudir a los Juegos de Munich’72 (corría 5.000 y 10.000 en un nivel moderado para Europa) pronto se labró un prometedor oficio. Trabajó en Nike hasta 1985. Posteriormente se haría manager de atletas. Fundó la poderosísima Global Sports Communication. Sus clientes son hoy día chicos como  Haile GebrselassieKenenisa BekeleEliud Kipchoge o Gabriela Szabo.

Hoy hablamos de que el FBK Stadion de Hengelo ha logrado parar los proyectos de todo un equipo de fútbol. Mantendrá la pista de atletismo donde se celebra una de las grandes reuniones de atletismo del mundo. Ha dirigido los destinos de un maratón de Amsterdam que pasó de la crisis a ser esponsorizado por ING. Y su listado de atletas representados se trajo de los Campeonatos del Mundo de Moscú un buen botín. Tres oros, dos platas y cuatro bronces.

¿Y más cerca?

Se ha hablado mucho de Antonio, casi más que como cuando era maratoniano. Antonio Serrano fue el primer español que dio un bocado a las dos horas y diez minutos en maratón. Su récord de España de 1994 queda muy lejano aunque sigue asustando al 99% de los atletas actuales. Posteriormente se ha convertido en uno de los más prolíficos y sabios entrenadores de atletismo de élite. En su grupo corren y sufren a diario campeones como  Juan Carlos de la Ossa, Alessandra Aguilar, Diana Martín, Chema Martínez o Juan Carlos Higuero.

Podría ser otro perfecto ejemplo de la dedicación al deporte rey. De una presencia silenciosa que sigue fabricando generaciones de figuras para ese fantástico hobby que es ver correr a los mejores.