Qué pasó en el Mundial de… Qué pasó en el Mundial de…

"Sólo tres personas en la historia han conseguido hacer callar el Maracaná con un solo gesto: el papa, Frank Sinatra y yo". Alcides Ghiggia, Mundial de 1950

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Italia 90. Cuando Argentina drogó al brasileño Branco

Momento en el que Branco recibe una botella de agua supuestamente intoxicada (YOUTUBE).

Momento en el que Branco recibe una botella de agua supuestamente intoxicada de manos de Giusti (YOUTUBE).

Italia 90 es uno de los Mundiales más criticados de la historia: hubo pocos goles y juego rácano, pero también hubo hueco para la polémica. Una de las más recordadas enfrentó a los dos grandes de América, Brasil y Argentina, en un curioso caso que os cuento brevemente.

Se enfrentaban ambas selecciones en los octavos de final, en un partido celebrado en el recién estrenado Stadio Delle Alpi de Turín. Pese a la proximidad a los Alpes, hacía muchísimo calor en la capital de Piamonte. En el minuto 39 de partido (0-0), el brasileño comete una falta sobre el argentino Troglio. Las asistencias de la albiceleste entraron para atender al futbolista de la Lazio. Jugadores de ambos equipos aprovechan para refrescarse, tomando bidones de agua que portaba el masajista argentino.

El lateral izquierdo brasileño Branco (entonces en las filas del Oporto) aprovechó la situación y pidió a los argentinos algo de líquido para refrescarse. El jugador de Independiente Ricardo Giusti le ofreció a Branco un bidón, que el brasileño bebió. Dos minutos después, en otro parón, Branco se quejó de algo ante el colegiado. El encuentro siguió y, finalmente, al argentino Caniggia aprovechó un gran pase de Maradona para marcar el único gol del partido, eliminar a Brasil y darle el pase a Argentina.

Al acabar el encuentro, Branco denunció que había pasado todo el segundo tiempo somnoliento, como drogado, y aseguraba que era por algo que le habían dado los argentinos. La denuncia de Branco se hizo famosa, si bien al no tener pruebas nunca fue más allá, hasta que en 2005, José Horacio Basualdo, uno de los integrantes de aquella selección argentina, reveló que en efecto, habían drogado a Branco: «Nosotros nos enteramos en el momento, cuando íbamos a tomar agua porque hacía más de 40 grados. En el momento en que un jugador se lesionó nos acercamos y ‘Galíndez’ (apodo de Miguel Di Lorenzo, el masajista argentino) se encargó de darnos los recipientes. Fue ahí cuando nos enteramos de que le habían echado una sustancia al agua y Branco fue el encargado de llevarse el bidón. Justo él, que cobraba los tiros libres».

Branco, minutos después de haber sido intoxicado (YOUTUBE).

Branco, de pie junto a los jugadores argentinos, minutos después de haber sido intoxicado (YOUTUBE).

Pese a que el entonces seleccionador argentino Carlos Salvador Bilardo amenazó a Basualdo con revelar detalles íntimos de su vida privada si no se retractaba, a los pocos meses llegó otra voz confirmando los hechos, nada menos que la de Diego Armando Maradona. El ‘Pelusa’ contó en una entrevista televisiva que «Alguien había picado un Rohypnol (un somnífero) a una botella de agua… estaban todos y venían a tomar (agua) los buenos de ellos… Yo les decía tomá, tomá y Branco se la tomó toda. Después tiraba los tiros libres y se caía». En este caso, fue la AFA la que desminitó las palabras de Maradona, pero ya quedaban pocas dudas.

El propio Branco, que todavía cuando le preguntan destaca el peligro que sufrió («¿Se imaginan si después de ese partido me convocan para un examen antidopaje? ¿Qué habría sido de mí? ¿Cómo habría explicado la presencia de esa sustancia en mi organismo?») reveló años después que coincidió con Bilardo en un acto años después y, tras preguntarle por aquellos hechos de 1990, el ‘Narigón’ le respondió «Branco, en el fútbol vale todo».

Os dejo con un vídeo donde se explica muy bien lo que pasó aquel día:

Volvemos el jueves con más historias mundialistas.

Argentina 78. Un Mundial en plena dictadura

Videla hace un gesto antes de entregar la Copa del Mundo a Daniel Passarella (YOUTUBE).

Videla hace un gesto antes de entregar la Copa del Mundo a Daniel Passarella (YOUTUBE).

Pues hoy os vamos a hablar no de una anécdota en particular, como otras veces, sino de un Mundial en general, o en concreto de su contexto. Vamos a viajar en el tiempo 36 años para hablar del Mundial de 1978 y de la terrible dictadura argentina.

El 24 de marzo de 1976 tuvo lugar en Argentina un golpe de estado a través del cual el Ejército de Tierra, la Marina y la Aviación nacional se hicieron con el poder en el país. Los tres comandantes generales de las Fuerzas Armadas, Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti, formaron una Junta que se hizo con el poder, siendo elegido Videla como presidente.

Argentina había sido elegida como sede del Mundial de 1978 allá por 1966. Fue Juan Domingo Perón el que inició, en 1974, los preparativos de la Copa del Mundo. En 1976, tras la llegada al poder de la Junta Militar, se creó el Ente Autárquico Mundial’78 (EAM’78), que de ahí en adelante se encargaría de la organización del Mundial. El EAM’78 estaba dirigido por el vicealmirante de la Armada argentina Carlos Lacoste. Entre otras medidas, el EAM’78 apartó a la AFA (la Federación Argentina) de los preparativos y mantuvo una política de opacidad presupuestaria. Aunque no es oficial, se estima que la EAM’78 gastó unos 700 millones de dólares.

La idea original de la Junta Militar era dar un golpe (otro) propagandístico con la disputa del Mundial. Pero tenían que hacer frente a las llamadas al boicot que procedían de todo el mundo. Francia era uno de los países en los que más activo era el movimiento para boicotear el Mundial del 78, si bien no había acuerdo entre aquellos que tenían como objetivo que el Mundial no se celebrara en un país donde se producían continuadas violaciones de los Derechos Humanos y los que pensaban que la celebración del torneo era indispensable para que el mundo conociera las atrocidades de la Junta Militar.

Esta indefinición supuso que no hubiera unidad y que los gestos fueran escasos. Muy comentadas fueron las ausencias de dos de los más destacados jugadores europeos del momento, el alemán Paul Breitner y el holandés Johan Cruyff, campeón y subcampeón, respectivamente, en la anterior cita. El de Breitner es el único caso claro de rechazo a la dictadura argentina, mientras que aunque en un principio se pensó que Cruyff renunció por los mismos motivos, en realidad había circunstancias deportivas y económicas que le empujaron a no ponerse la camiseta naranja.

Videla, de uniforme en 1976 (WIKIPEDIA).

Videla, de uniforme en 1976 (WIKIPEDIA).

Sea como fuere, sí se sabe que hubo algún jugador de las selecciones sueca y holandesa que se interesaron por las manifestaciones de las Madres de la Plaza de Mayo, que al fin y a la postre lograron que sus protestas tuvieran eco en la prensa internacional. Mientras, la Junta Militar puso en marcha toda su maquinaria para lograr que los medios extranjeros difundieran información favorable al régimen. Y más allá.

Nunca se probó nada, pero la leyenda dice que Argentina amañó un partido de la segunda fase para pasar a la final. En aquel Mundial no había octavos, cuartos y semifinales, sino que tras la primera fase se formaban dos grupos de cuatro cuyos ganadores se enfrentarían en la final. Argentina necesitaba ganar por cuatro o más goles de diferencia a Perú en el último partido de esa segunda fase para jugar la final, pase al que también optaba Brasil. Argentina ganó 6-0, un resultado realmente inesperado, ya que en aquella época la selección peruana era una de las más potentes de América. Las dudas se cernieron sobre Ramón Quiroga, portero de Perú, que era argentino de nacimiento. También se sabe que Jorge Rafael Videla visitó al vestuario peruano antes del partido. Se habla de otros acuerdos como el envío de un barco lleno de grano de Argentina a Perú o el desbloqueo de una cuenta del Gobierno peruano en un banco argentino.

El caso es que finalmente, los planes de la Junta Militar salieron como querían y Argentina alzó su primera Copa del Mundo. Años después, y preguntados por su experiencia en aquella época, muchos jugadores argentinos e incluso el seleccionador, César Luis Menotti, insisten en que las atrocidades de la dictadura les eran desconocidas. «Nos usaron para tapar las 30 mil desapariciones. Me siento engañado y asumo mi responsabilidad individual: yo era un boludo que no veía más allá de la pelota«, diría después Ricardo ‘Ricky’ Villa. También Menotti se expresó en términos similares: «Fui usado. Lo del poder que se aprovecha del deporte es tan viejo como la humanidad».

Cuando Argentina ganó la Copa en el Monumental de River, muy cerca de allí, en la sede de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el infame lugar donde se llevaron a cabo las atroces torturas de la dictadura y de donde partían los tristemente famosos ‘vuelos de la muerte’, se dice que los carceleros y torturadores gritaron «¡Ganamos!» a los presos, que incluso llegaron a ser sacados de la ESMA por sus verdugos para celebrar el título en las calles, antes de volver a su reclusión y a su casi segura muerte.

Os dejo con el tráiler de un documental que tiene una pinta buenísima y que si alguien localiza, quedaría muy agradecido:

Alemania 74 a Italia 90. Porteros con el 5, centrocampistas con el 1: Argentina y los dorsales en orden alfabético

Osvaldo Ardiles controla un balón en el partido ante Bélgica del Mundial 82 (FIFA).

Osvaldo Ardiles controla un balón en el partido ante Bélgica del Mundial 82 (FIFA).

El artículo de hoy abarca varios Mundiales, en concreto cinco: Alemania 74, Argentina 78, España 82, México 86 e Italia 90. Y es que de lo que os voy a hablar hoy es de una curiosísima costumbre que adoptó la selección argentina de fútbol en las citadas Copas del Mundo a la hora de asignar los dorsales, lo que provocaba que viéramos cosas extrañísimas, como guardametas con el dorsal 5 o jugadores de campo con el 1.

Esta costumbre se inició en el Mundial de 1974, si bien los tres porteros (Carnevali, Fillol y Santoro) quedaron excluidos y portaron los dorsales 1, 12 y 21, que suelen ser los habituales de los guardametas (también el 13 y el 22). Aun así, había cosas raras como ver al entonces delantero del Atlético de Madrid ‘Ratón’ Ayala con el dorsal 2, al también colchonero Heredia, defensa, con el 10, o a otro defensa, Glaría, con el 9.

En la siguiente cita, la de Argentina 78, la asignación alfabética de los dorsales fue mucho más estricta: no se libraron ni los porteros. Así, el 1 lo portaba el centrocampista de River Norberto Alonso, mientras que los porteros, Baley, Fillol y LaVolpe, llevaron el 3, el 5 y el 13.

La tendencia continuó en España 82. Así, vimos a Ardiles con el 1, a Baley con el 3 o a Fillol con el 7. Pero hubo una excepción. Fue el primer Mundial de Diego Armando Maradona. Al ‘Pelusa’ le correspondía el dorsal 12, pero llegó a un acuerdo con el centrocampista de Estudiantes Patricio Hernández y le cambió el puesto, para poder llevar el 10.

Tres cuartos de lo mismo ocurrió en México 86, pero con tres excepciones. Maradona, Passarella y Valdano fueron los únicos exentos y eligieron los dorsales 10, 6 y 11.

En el siguiente Mundial, Italia 90, hubo continuidad con el asunto de los dorsales alfabéticos, pero ya con reservas, puesto que la FIFA obligó a los equipos a que uno de los tres porteros llevara el dorsal 1. Aún así, sorprendió ver al delantero Abel Balbo con el dorsal 3.

El portero holandés Jongbloed, con el 8 en la final del Mundial del 74 (BUNDESARCHIV / WIKIPEDIA).

El portero holandés Jongbloed, con el 8 en la final del Mundial del 74 (BUNDESARCHIV / WIKIPEDIA).

Las cosas cambiaron después. Los dorsales fijos con nombre empezaron a generalizarse en todos los campeonatos nacionales y el orden alfabético quedó eclipsado por el marketing.

El caso de Argentina, de todos modos, no fue el único. En Alemania 74, los holandeses iban numerados también por orden alfabético (Cruyff quedó exento para que llevara el 14) y así, el portero Jongbloed llevaba el 8 y el delantero Geels llevaba el 1. Curiosamente, Jongbloed repitió dorsal en Argentina 78, pese a que ya no se seguía el criterio alfabético. En España 82 fue algo común: adoptó el sistema Inglaterra, con la excepción de los porteros y Kevin Keegan, que quería el 7. También en la cita española Francia se ordenó por ese criterio, aunque Platini pudo elegir el 10. Finalmente, Italia fue la otra selección que no se complicó la vida a la hora de repartir dorsales. En México 86, repitió Francia con las excepciones de Platini y Giresse (12).

Una curiosidad más. Entre Argentina 1978 y Francia 1998 (y con la citada salvedad de España 82), Italia también repartió sus dorsales bajo otro criterio: el de demarcaciones. Así, con los dorsales del 2 al 8 (o al 9) jugaban los defensas. Del 9 al 16, los centrocampistas. Y del 17 al 21, los delanteros, quedando el 1, el 12 y 22 para los porteros.

Y como diría mi amigo Javi Ruiz, otra bola extra. Si España siguiera en Brasil 2014 el criterio argentino, estos serían los dorsales (eligiendo el nombre de guerra, no el apellido): 1. Albiol, 2. Azpilicueta, 3. Busquets, 4. Casillas, 5. Cazorla, 6. De Gea, 7. Diego Costa, 8. Fàbregas, 9. Iniesta, 10. Javi Martínez, 11. Jordi Alba, 12. Juanfran, 13. Koke, 14. Mata, 15. Pedro, 16. Piqué, 17. Reina, 18. Sergio Ramos, 19. Silva, 20. Torres, 21. Villa, 22. Xabi Alonso y 23. Xavi Hernández.

Hasta mañana.

México 86 : Diego Armando Maradona se convierte en un dios (I)

Maradona, tras ganar el Mundial de México (Archivo 20minutos).

Maradona, tras ganar el Mundial de México (Archivo 20minutos).

Si hay un nombre propio aparejado a la historia del Mundial de Fútbol, ése es el de Diego Armando Maradona. Protagoniza algunos de los momentos más recordados de la Copa del Mundo, torneo que resume perfectamente lo que ha sido la carrera del que para muchos es el mejor jugador de todos los tiempos. Del cielo al infierno, de héroe a villano, de ser un dios a ser un paria. Vamos a empezar con esa primera parte, con la positiva.

Sin el menor género de dudas, el Mundial de México 86 fue el de Diego Maradona. El 10 había jugado ya la anterior Copa del Mundo, en España 82, pero ni sus actuaciones ni las de su selección fueron, ni de lejos, parecidas a las de México 86.

Llevaba dos años en el Nápoles y estaba en lo mejor de su carrera. Llegó como capitán de su selección y durante la Copa, jugó todos y cada uno de los minutos de los siete partidos que disputó su selección. En el primer partido de Argentina, disputado en el estadio Universitario de México ante Corea del Sur (y arbitrado por Victoriano Sánchez Arminio), Maradona dio las tres asistencias de los goles de Valdano (2) y Ruggeri. El partido acabó 3-1. En el segundo partido, Maradona marcó su primer gol del torneo, en un 1-1 ante Italia en Puebla. Tras derrotar a Bulgaria en el último partido del grupo y a Uruguay en octavos, en cuartos llegó el partido más recordado de aquella cita y uno de los más fundamentales de la historia del Mundial de fútbol.

Argentina e Inglaterra se enfrentaron el 22 de junio de 1986 en el estadio Azteca de México. En el primer tiempo, Argentina dominó más pero no pudo superar la defensa inglesa. Pero en el minuto seis del segundo tempo, llegó el primer tanto, uno de los más famosos de la historia del fútbol: el gol de la ‘Mano de Dios’: un centro de Valdano fue desviado por el defensa inglés Steve Hodge y Maradona, saltando junto a Peter Shilton, le dio a la pelota con la mano y el balón entró. El árbitro tunecino Ali Bin Nasser, pese a las protestas inglesas, dio por válido el gol.

Pero todo lo injusto e ilegal de ese gol quedó eclipsado con el gol que rivaliza con el de la ‘Mano de Dios’, el llamado ‘Gol del Siglo’: Maradona recibe el balón a unos diez metros de la línea del centro del campo en su propio terreno de juego. El jugador del Nápoles recorrió entonces 60 metros en 10 segundos, regateando a Peter Beardsley, a Peter Reid, dos veces a Terry Butcher y una a Terry Fenwick para finalmente regatear a Peter Shilton y marcar el 2-0. Gary Lineker marcó en el 81, pero fue insuficiente. En semifinales, otro doblete de Maradona doblegó a Bélgica y en la final, ante Alemania, los albicelestes lograron la victoria por 3-2, siendo el último gol a pase de Maradona. El Pelusa acabó siendo nombrado mejor jugador del torneo y alzando la Copa del Mundo. Estaba en lo más alto, era casi un dios.

Os dejo con el partido íntegro entre Argentina e Inglaterra:

CONTINUARÁ…