Qué pasó en el Mundial de… Qué pasó en el Mundial de…

"Sólo tres personas en la historia han conseguido hacer callar el Maracaná con un solo gesto: el papa, Frank Sinatra y yo". Alcides Ghiggia, Mundial de 1950

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Argentina 78. Un Mundial en plena dictadura

Videla hace un gesto antes de entregar la Copa del Mundo a Daniel Passarella (YOUTUBE).

Videla hace un gesto antes de entregar la Copa del Mundo a Daniel Passarella (YOUTUBE).

Pues hoy os vamos a hablar no de una anécdota en particular, como otras veces, sino de un Mundial en general, o en concreto de su contexto. Vamos a viajar en el tiempo 36 años para hablar del Mundial de 1978 y de la terrible dictadura argentina.

El 24 de marzo de 1976 tuvo lugar en Argentina un golpe de estado a través del cual el Ejército de Tierra, la Marina y la Aviación nacional se hicieron con el poder en el país. Los tres comandantes generales de las Fuerzas Armadas, Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti, formaron una Junta que se hizo con el poder, siendo elegido Videla como presidente.

Argentina había sido elegida como sede del Mundial de 1978 allá por 1966. Fue Juan Domingo Perón el que inició, en 1974, los preparativos de la Copa del Mundo. En 1976, tras la llegada al poder de la Junta Militar, se creó el Ente Autárquico Mundial’78 (EAM’78), que de ahí en adelante se encargaría de la organización del Mundial. El EAM’78 estaba dirigido por el vicealmirante de la Armada argentina Carlos Lacoste. Entre otras medidas, el EAM’78 apartó a la AFA (la Federación Argentina) de los preparativos y mantuvo una política de opacidad presupuestaria. Aunque no es oficial, se estima que la EAM’78 gastó unos 700 millones de dólares.

La idea original de la Junta Militar era dar un golpe (otro) propagandístico con la disputa del Mundial. Pero tenían que hacer frente a las llamadas al boicot que procedían de todo el mundo. Francia era uno de los países en los que más activo era el movimiento para boicotear el Mundial del 78, si bien no había acuerdo entre aquellos que tenían como objetivo que el Mundial no se celebrara en un país donde se producían continuadas violaciones de los Derechos Humanos y los que pensaban que la celebración del torneo era indispensable para que el mundo conociera las atrocidades de la Junta Militar.

Esta indefinición supuso que no hubiera unidad y que los gestos fueran escasos. Muy comentadas fueron las ausencias de dos de los más destacados jugadores europeos del momento, el alemán Paul Breitner y el holandés Johan Cruyff, campeón y subcampeón, respectivamente, en la anterior cita. El de Breitner es el único caso claro de rechazo a la dictadura argentina, mientras que aunque en un principio se pensó que Cruyff renunció por los mismos motivos, en realidad había circunstancias deportivas y económicas que le empujaron a no ponerse la camiseta naranja.

Videla, de uniforme en 1976 (WIKIPEDIA).

Videla, de uniforme en 1976 (WIKIPEDIA).

Sea como fuere, sí se sabe que hubo algún jugador de las selecciones sueca y holandesa que se interesaron por las manifestaciones de las Madres de la Plaza de Mayo, que al fin y a la postre lograron que sus protestas tuvieran eco en la prensa internacional. Mientras, la Junta Militar puso en marcha toda su maquinaria para lograr que los medios extranjeros difundieran información favorable al régimen. Y más allá.

Nunca se probó nada, pero la leyenda dice que Argentina amañó un partido de la segunda fase para pasar a la final. En aquel Mundial no había octavos, cuartos y semifinales, sino que tras la primera fase se formaban dos grupos de cuatro cuyos ganadores se enfrentarían en la final. Argentina necesitaba ganar por cuatro o más goles de diferencia a Perú en el último partido de esa segunda fase para jugar la final, pase al que también optaba Brasil. Argentina ganó 6-0, un resultado realmente inesperado, ya que en aquella época la selección peruana era una de las más potentes de América. Las dudas se cernieron sobre Ramón Quiroga, portero de Perú, que era argentino de nacimiento. También se sabe que Jorge Rafael Videla visitó al vestuario peruano antes del partido. Se habla de otros acuerdos como el envío de un barco lleno de grano de Argentina a Perú o el desbloqueo de una cuenta del Gobierno peruano en un banco argentino.

El caso es que finalmente, los planes de la Junta Militar salieron como querían y Argentina alzó su primera Copa del Mundo. Años después, y preguntados por su experiencia en aquella época, muchos jugadores argentinos e incluso el seleccionador, César Luis Menotti, insisten en que las atrocidades de la dictadura les eran desconocidas. «Nos usaron para tapar las 30 mil desapariciones. Me siento engañado y asumo mi responsabilidad individual: yo era un boludo que no veía más allá de la pelota«, diría después Ricardo ‘Ricky’ Villa. También Menotti se expresó en términos similares: «Fui usado. Lo del poder que se aprovecha del deporte es tan viejo como la humanidad».

Cuando Argentina ganó la Copa en el Monumental de River, muy cerca de allí, en la sede de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el infame lugar donde se llevaron a cabo las atroces torturas de la dictadura y de donde partían los tristemente famosos ‘vuelos de la muerte’, se dice que los carceleros y torturadores gritaron «¡Ganamos!» a los presos, que incluso llegaron a ser sacados de la ESMA por sus verdugos para celebrar el título en las calles, antes de volver a su reclusión y a su casi segura muerte.

Os dejo con el tráiler de un documental que tiene una pinta buenísima y que si alguien localiza, quedaría muy agradecido: