Qué pasó en el Mundial de… Qué pasó en el Mundial de…

"Sólo tres personas en la historia han conseguido hacer callar el Maracaná con un solo gesto: el papa, Frank Sinatra y yo". Alcides Ghiggia, Mundial de 1950

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Uruguay 1930. Lucien Laurent, el autor del primer gol mundialista

Lucien Laurent, en 1936 (WIKIPEDIA).

Lucien Laurent, en 1936 (WIKIPEDIA).

Ya hemos visto en este blog que los Mundiales originales, sobre todo los tres primeros, poco o nada tienen que ver con los modernos, más allá de su idea original. Prueba de ello es la historia que os relataré hoy. El protagonista es Lucien Laurent, el autor del primer gol mundialista.

Lo interesante de la historia no es tanto lo que ocurrió en su momento, que también, sino el hecho de que no se supiera hasta mucho tiempo después. Os diré que el 13 de junio de 1930, Francia y México disputaron en el estadio de Pocitos de Montevideo el primer partido mundialita de la historia. En ese partido, el primer gol fue obra de Lucien Laurent, jugador del CA Paris, al recoger en el área un centro de Ernest Libérati.

Lo que ahora nos parece algo digno de reseñar, recordar y destacar, algo que debería saber todo buen aficionado al fútbol y a los Mundiales, no fue tan interesante durante muchos años. Y es que el hecho de que Lucien Laurent fue el autor del primer gol de la historia de la Copa del Mundo fue desconocido hasta 1990, cuando una investigación periodística reveló el hecho. Lo curioso es que Lucien Laurent, que entonces tenía 83 años y vivía en Besançon, se hizo mundialmente famoso. Habían pasado 60 años desde su gol para que le llegara la fama.

Lucien Laurent, por cuerto, tiene una interesante historia, ya que participó en la II Guerra Mundial y fue hecho preso por los alemanes, que lo mantuvieron durante tres años en un campo de concentración. Tras ser liberado en 1946, regresó a Francia, donde siguió dedicado al fútbol como entrenador. Lucien Laurent pudo ver en 1998 a Francia proclamarse campeona del mundo y falleció en abril de 2005, a los 98 años de edad.

El estadio Pocitos, por cierto, empezó a ser desmantelado en 1940 y en 1946 ya no quedaba ni rastro, ya que sobre él se construyeron avenidas y viviendas.

En el año 2002, un arquitecto uruguayo llamado Héctor Enrique Benech decidió buscar y encontrar el lugar exacto en el que se marcó el primer gol de la historia de los Mundiales. Tras mucho rebuscar, en 1926 encontró una fotografía aérea de la zona, y superponiéndola a una actual, logró encontrar ambos puntos. Así, se convocó un concurso para colocar dos monumentos conmemorativos en el punto exacto donde estaba el centro del campo, y en el punto exacto donde estaba la portería en la que Lucien Laurent marcó el gol. El concurso lo ganó el escultor local Eduardo Di Mauro, que colocó dos monumentos, uno titulado Cero a cero y pelota al medio y Donde duermen las arañas. Me parece una iniciativa cojonuda, la verdad.

Os dejo con un vídeo sobre Lucien Laurent:

Uruguay 1930. Cuando ir al Mundial de fútbol era un fastidio

Cartel original del primer Mundial de fútbol (WIKIPEDIA).

Cartel original del primer Mundial de fútbol (WIKIPEDIA).

Todos sabemos lo importante que es para un país o para un futbolista estar en un Mundial. Y la tremenda desgracia que es no estar. Pero no siempre fue así. En los inicios, era todo lo contrario. Más bien un fastidio.

Hay que explicar que la idea de crear una Copa del Mundo, si bien ya existía como posibilidad desde 1904, año de constitución de la FIFA, nació en el Congreso de la organización de 1926, de la mano de su presidente de entonces, Jules Rimet, y con la influencia de la Federación Francesa. En ese Congreso se decidió que los Juegos Olímpicos no eran representativos como principal torneo futbolístico a nivel de selecciones. En el Congreso de dos años después, se decidió la organización, en 1930, de una Copa del Mundo.

En 1929 se eligió, en Barcelona, que la sede de esa primera Copa del Mundo sería Uruguay. Había varios motivos: Uruguay celebraba en 1930 el centenario de su Constitución. Además, su selección había sido campeona olímpica en 1924 y 1928 y por su fuera poco, el Gobierno uruguayo prometió correr con todos los gastos y construir un estadio de 100.000 espectadores (el estadio Centenario de Montevideo, si bien sólo alcanzó las 93.000 localidades).

Pero lejos de ser un evento motivador, en Europa había bastante poco interés por este evento. Ya en el Congreso de Barcelona en 1929, las principales federaciones europeas (o al menos las de algunas de las selecciones más potentes), esto es, Italia, Hungría, Países Bajos, España y Suecia, se mostraron en contra del Mundial uruguayo, ya que aspiraban ellas mismas a ser la primera sede. Además, las federaciones británicas no pertenecían a la FIFA debido a sus diferencias con la cúpula de la organización.

Así las cosas, a falta de dos meses para el comienzo del Mundial (aún no había fase de clasificación, sino que la FIFA invitó a todas sus afiliadas), ningún país europeo había confirmado su presencia. Más bien al contrario, lo que hicieron fue confirmar su ausencia: Italia, España, Suiza, Austria, Checoslovaquia, Alemania y Hungría rechazaron acudir al Mundial. La principal excusa era que Europa aún se recuperaba de los desastres de la I Guerra Mundial y, en aquel entonces, un viaje en barco hasta Uruguay era largo y costoso.

El uruguayo Cea celebra un gol ante Yugoslavia en semifinales. Obsérvese cómo los fotógrafos también lo festejan (WIKIPEDIA).

El uruguayo Cea celebra un gol ante Yugoslavia en semifinales. Obsérvese cómo los fotógrafos también lo festejan (WIKIPEDIA).

No obstante, sí hubo representación europea: Francia estaba casi obligada a ir, por aquello de ser uno de los países impulsores. Bélgica también aceptó participar, ya que el vicepresidente de la FIFA, Rodolphe Seeldrayers, era de esta nacionalidad. El tercer país europeo en liza era Rumanía, que lo hizo por iniciativa del rey Carlos II, quien seleccionó a los jugadores de una empresa petrolera estatal, obligando a la compañía a que los liberaran para ir al Mundial a representar a su país. Por último, Yugoslavia, cuya Federación había nacido sólo un año antes, también aceptó la invitiación. Curiosamente, aun siendo en teoría la más débil de las cuatro, fue la que mejor resultado ofreció. Otra curiosidad es que todos los jugadores eran serbios. Los croatas no quisieron participar como protesta por el establecimiento de la sede de la FYF en Belgrado y no en Zagreb.

La respuesta en América fue mucho más positiva: Perú, Bolivia, Brasil, Chile, Argentina, México, Paraguay y Estados Unidos dijeron que sí. Por lo tanto, habría nueve países americanos y cuatro europeos. Pese a que el torneo estaba ideado para 16 participantes, hubo que replanteárselo y se pasó a 13, con un grupo de cuatro (Argentina, Chile, Francia y México) y tres grupos de tres (Yugoslavia, Brasil y Boliva; Uruguay, Rumanía y Perú; Estados Unidos, Paraguay y Bélgica). Los cuatro campeones de grupo, Yugoslavia, Uruguay, Argentina y Estados Unidos, disputaron las semifinales en ese orden. Argentina y Uruguay disputaron la final, con victoria para los locales.

Las cosas cambiarían mucho cuatro años después, en Italia. Por primera y única vez en la historia de los Mundiales, el campeón no pudo defender su título, ya que renunció a ir (al parecer, como venganza por la indeferencia de los europeos en 1930). De los 16 equipos participantes, 12 eran europeos, tres americanos y uno africano (Egipto). Pero esa ya es otra historia.

Os dejo con una absoluta maravilla: un documental de la época (mudo) sobre aquel Mundial. Se dio por perdido pero se encontró y la FIFA se encargó de remasterizarlo:

Hasta mañana.