El pasado mes de mayo la Unión Europea (UE) anunció el inicio del diálogo con el Consejo de Cooperación del Golfo (GCC por sus siglas en inglés) para acordar un Tratado de Libre Comercio entre las dos regiones. En el GCC se reúnen Bahrain, Kuwait, Oman, Qatar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. El momento elegido no es casual. Con la retirada internacional de Estados Unidos y el Brexit, la UE se ve abocada a explorar nuevos socios comerciales.
El primer acuerdo de cooperación se firmó en 1988 y desde entonces ha habido varios intentos de renovar el acuerdo que nunca terminaron de dar frutos. A pesar de ello, el comercio de bienes en 2016 entre las dos regiones llegó a los 138,6 mil millones de euros. Las exportaciones de la UE fueron de 100,8 mil millones, mientras importó 37,7 mil millones del GCC. Este intercambio ha crecido en los últimos 10 años un 53%, con un pico en 2013 por la subida de los precios del petróleo. Para el Golfo, la Unión Europea es el primer socio comercial desde 2015, absorbiendo el 16,6% de su comercio. Le siguen China e India.
Mientras la UE le vende sobre todo tecnología al Golfo, desde centrales eléctricas a locomotoras (España, por ejemplo, construye el AVE a la Meca), importa materias primas, básicamente, combustibles fósiles. Y aunque la UE siempre incluye en sus notas de prensa sobre los avances de sus negociaciones con Arabia Saudí que la democracia y el respeto a los derechos humanos forman parte de las conversaciones, hay una serie de hechos que contradicen esa postura. Lee el resto de la entrada »