Jornada de votación en el Kurdistán iraquí / FOTO: GAILAN HAJI – EFE
El Kurdistán iraquí es uno de los territorios del mundo sobre los que más se ha publicado recientemente y, probablemente, de los que menos se sabe. Con frecuencia, no por la falta de datos, sino por la deficiente contextualización de una región autónoma situada en una zona variopinta y muy complicada del globo.
Este lunes, los kurdos de la zona iraquí han acudido a votar por la independencia de su Kurdistán en un referéndum cuyo resultado podría suponer un nuevo punto de inflexión en el complicado tablero político de Oriente Medio. Estas son algunas de las cosas que hay que saber sobre la votación de los kurdos.
Por qué han ido a votar
A pesar de ser el pueblo que más tiempo lleva en Oriente Medio, los kurdos nunca han tenido Estado propio. No, al menos, como ellos hubiesen querido. Sus fronteras se han dibujado y desdibujado a lo largo de la historia en convivencia con árabes, otomanos o persas, hasta que el Tratado de Lausana de 1912 los dividió en cuatro Estados: Irak, Irán, Siria y Turquía. Las reservas de gas y petróleo, además de recursos hídricos, que éstos poseen en la zona ha sido el origen de una continua inestabilidad y un obstáculo para que el Kurdistán iraquí pudiera aspirar a convertirse en Estado.
Desde la guerra del Golfo, el Kurdistán iraquí es una región autónoma sobre la que Irak ya no dispone de la misma libertad de movimientos ni, como en aquella época, de represión. Y es ahora, después del importante papel de los kurdos en la lucha contra Estado Islámico y la recuperación de Mosul por parte del gobierno iraquí, cuando el kurdo ha decidido convocar el polémico referéndum de independencia.
Si bien no es vinculante, el referéndum kurdo ya se ha convertido en todo un quebradero de cabeza para los Estados fronterizos y la comunidad internacional con intereses geoestratégicos en la zona.
Resultado previsto: un «sí» rotundo
Todo apunta a que en el referéndum del Kurdistán iraquí se impondrá un rotundo sí. A dos horas del cierre de los colegios electorales, la participación alcanzaba el 78%, y el resultado (no vinculante) podría conocerse en el transcurso de 24 a 48 horas.
La jornada transcurrió con normalidad, a pesar de las presiones de los Estados fronterizos, y entre los kurdos se respiraba mayoritariamente un ambiente de ilusión, alegría y esperanza. Eran más de 5,3 millones de kurdos los que estaban llamados a las urnas, y tenían derecho a voto desde el extranjero unos 150.000.
Qué pasará si sale «sí»
De salir una respuesta afirmativa a la pregunta «¿Quiere que la región del Kurdistán y las zonas kurdas fuera de la administración de la región se conviertan en un estado independiente?» (formulada en kurdo, turco, árabe y asirio), el presidente kurdo, Masud Barzani, estará legitimado para iniciar una negociación en la que ya ha advertido que no piensa repetir el acuerdo que culminó en la Constitución del 2005, y que le otorgó al territorio el papel de región autónoma en un Irak federal.
En cualquier caso, la prioridad de Barzani, en caso de que salga el «sí», es dialogar con Bagdad, por lo que descarta de inicio una declaración unilateral de independencia. Aunque el presidente kurdo había manifestado que la independencia del Kurdistán podría ser una realidad en un plazo de dos años, en sus últimas declaraciones reconoció que se trataría de un proceso «largo».
Qué países se oponen
El Kurdistán siempre ha sido un estorbo para sus vecinos, y el referéndum no lo iba a ser menos. El gobierno iraquí se apresuró a calificar de «ilegal» la consulta, aseguró que no reconocerá el resultado y alertó sobre la responsabilidad de las autoridades kurdas sobre un hipotético conflicto armado.
También el presidente de Turquía, Estado archienemigo de los kurdos hasta dentro de sus propias fronteras, amenazó al Kurdistán con dejar de comprar el petróleo de la región y hasta con una intervención militar. De hecho, en la última semana se produjo un despliegue de las tropas turcas en la frontera. Irán, por su parte, cerró su tráfico aéreo desde y hacia el Kurdistán iraquí y amenazó con cerrar su frontera.
Lejos de las fronteras del Kurdistán, la práctica totalidad de la comunidad internacional se ha pronunciado en contra del plebiscito de los kurdos. Desde el Consejo de Seguridad de la ONU, que se declaró a favor de «la soberanía, la integridad territorial y la unidad de Irak», a países occidentales como Estados Unidos, Francia o España.
El único apoyo de Israel
El único apoyo público al referéndum del Kurdistán iraquí ha sido el de Israel. La razón reside en que ambos territorios comparten (salvando las distancias) una situación de aislamiento en Oriente Medio, y también en que en Israel residen unos 200.000 judíos de origen kurdo.
«Israel tiene una mayor flexibilidad para posicionarse que otros países y su apoyo no sólo responde a la solidaridad, sino a que tanto kurdos como israelíes sufren un aislamiento en la religión», señaló a la agencia Efe Ceng Sagnic, coordinador de estudios kurdos en el centro de estudios Moshe Dayan.
La periodista Laura Fernández Palomo también recuerda que en los años 50 los kurdos ayudaron a los judíos a emigrar a Israel durante la lucha contra el dominio iraquí.
Lazos históricos aparte, para el presidente israelí, Benjamin Netanyahu, un Kurdistán independiente podría suponer un aliado fundamental en sus tensas relaciones con Irán, Siria o Irak.
Estos países cuyo nombre acaba en «tan» no nos interesan mucho, no sabemos ni quienes son, ni donde están.
No lo saben ni en la CUP.
26 septiembre 2017 | 00:38
Esperar , esperar, que os enviamos a todos los catalanes .. así tendrán un estado independiente
26 septiembre 2017 | 09:38