En Rusia puedes ser condenado por extremista si eres acusado de “incitar a la discordia social” o por “expresión de superioridad religiosa”. Esta ambigua definición recogida en el Código Penal del país se ha utilizado en el caso contra Pussy Riot que envió a prisión dos de sus miembros durante dos años, y en la condena a un joven de 22 años por grabarse jugando Pokemon Go en una iglesia y subir el vídeo online. Asimismo, el Kremlin ha declarado a los Testigos de Jehová como una organización extremista y sus 170.000 miembros se arriesgan a multas o penas de cárcel si desafían la prohibición.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas se reúne en agosto para supervisar la aplicación de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial. El órgano conformado por expertos independientes examina los informes presentados por los Estados que han ratificado la Convención, Rusia incluida. Organizaciones de la sociedad civil presentan asimismo informes ‘alternativos’ sobre la situación y participan en sesiones de debate.