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Con 23 años fue elegida y aceptó encarnar a Anastasia Steele, su gran apuesta para lanzarse a la fama. Dakota Johnson , que había intervenido en una decena de películas, se dio a conocer mundialmente en su primer gran papel en la inmejorable plataforma mediática que suponía el reto de protagonizar la trilogía escrita por E.L. James. También significó romper con el cordón umbilical que la ataba a ser hija de Melanie Griffith, y Don Johnson, para crear su propia identidad en el mundo de la interpretación.
Pero atreverse con una propuesta erótica no es ni mucho menos sinónimo de popularidad rápida o éxito. No es solo por el hecho de encasillarse, es que no son pocas las actrices que vieron decaer sus carreras por opciones similares, como Elizabeth Berkley en Showgirls (1995) o Demi Moore en Striptease (1996).
( ©GTRES )
Dakota Johnson salió airosa de una trilogía que terminó el pasado año. Desde entonces, y teniendo en cuenta sus proyectos futuros, ni parece dispuesta a seguir en el camino del género erótico ni en el de las superproducciones. Los superhéroes tampoco han llamado, por ahora, a sus puertas.
Al estreno de Cincuenta sombras liberadas le acompañaron en los siguientes meses de 2018 dos propuestas con mucho menos tirón comercial. Uno fue el remake de Suspira. Danza, muertes, brujas, tensión y horror, la nueva versión de Luca Guadagnino era muy personal, arriesgada y un plato solo apetecible para paladares muy determinados, amantes del fantástico.
El otro fue un thriller enigmático, y también distinto, Malos tiempos en el Royale, escoltada por Jeff Bridges y Chris Hemsworth en el reparto. Pero tampoco estaba ideado para arrasar en taquilla.
Al igual que sus tres próximas películas. Inicialmente la más interesante es Wounds, presentada en el pasado Festival de Sundance, y en la que vuelve al thriller y al terror (psicológico más que físico). La ha dirigido el británico-iraní Babak Anvari (cuya Under the Shadows, inédita en nuestros cines, le dio cierto prestigio) y compartirá protagonismo con Armie Hammer, ambos luchando contra un teléfono diabólico que un desconocido se dejó olvidado en un bar.
( ‘Wounds’©Annapurna Pictures )
No fácilmente clasificable es The Peanut Butter Falcon, el debut en el largometraje de Tyler Nilson y Mike Schwartz, con ecos a películas como Rain Man o Forrest Gump, pero manteniéndose en los márgenes del cine independiente. Dakota acompaña a los personajes de un pescador perseguido por la ley (Shia LaBeouf) y un muchacho con síndrome de Down (Zack Gottsagen) obsesionado con la lucha libre, y los tres realizando su particular viaje personal juntos.
La tercera está aún en posproducción The Friend, dirigida por Gabriela Cowperthwaite, e interpreta a la esposa del personaje de Casey Affleck en un drama sobre las enfermedades terminales.
No hay rastros de especial pulsación erótica en sus nuevos papeles, de la misma manera que Dakota se muestra formal y sin estridencias en las imágenes que va publicando en su cuenta de Instagram.
Por muchas cincuentas sombras de Grey que haya hecho, la más atrevida es la del generoso escote que lució en la ceremonia de clausura del 17º Festival Internacional de Cine de Marrakech.
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