¿Cuál ha sido el mejor ‘remake’ en lo que llevamos de siglo?

Encuesta

El miércoles 28 de marzo se estrena en nuestras pantallas El justiciero protagonizada por un Bruce Willis que ya habrá cumplido 63 tacos (su aniversario será el 19), y aún se mantiene en forma para protagonizar otra película de acción. Es un remake de Death Wish (1974), aquí traducido como El justiciero de la ciudad, un clásico del género «me tomo la justicia por mi mano» setentero y que en su momento causó furor en taquilla.

Lanzó al estrellado a su protagonista, Charles Bronson, como un hombre (más o menos) común decidido a impartir su propia ley, ante la inoperancia de la justicia legal. Un «primo hermano» lejano de la Mildred que interpreta Frances McDormand en Tres anuncios en las afueras, pero mucho más bruto y expeditivo en sus métodos.

El término «remake» siempre va acompañado de connotaciones negativas (y la mayoría de veces merecidas), pero también nos ha brindado «nuevas versiones para las nuevas generaciones» memorables de otras películas, sea de grandes clásicos (caso de El precio del poder vs. Scarface) o partiendo de originales mediocres para crear títulos icónicos del séptimo arte (Con faldas y a lo loco).

En lo que llevamos de siglo, un buen puñado de películas han destacado en la siempre poco apreciada ocurrencia de hacer un remake. No están todas las que podrían ser, pero la siguiente selección reúne a una docena de las que han contado con el visto bueno de público y crítica.

La opción para votar, al final del post

 

13 asesinos (13-nin no shikaku / 13 assassins, 2010)

13-asesinos

( ©Cameo Media )

El japonés Takashi Miike, director de Audition o Ichi the Killer, es una rara avis, y lo es también porque es enfermizamente prolífico. Al menos rueda un par de películas año y en sus mejores tiempos de cinco o seis no bajaba. Tiene estilo, sabe ser morboso y también elegante, más o menos. No es extrañar que le saliera bien el remake del clásico de Eiichi Kudo de 1963 con un grupo de samuráis intentando frenar el ascenso al poder de un tiránico señor feudal. Su sentido del montaje y de la acción es ejemplar.

 

Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 2004)

Amanecer-de-los-muertos

( ©Sony )

Antes de que le llovieran los palos por todas partes por sus adaptaciones de los superhéroes de DC Comics de La Liga de la Justicia, Snyder (forjado en la publicidad) vivió en sus inicios el aplauso de la crítica y el público. Estar a la altura de George A. Romero, cuya Zombi de 1978 (cuyo título original también sirvió de inspiración para la descacharrante Shaun of the Dead, aquí traducida como Zombies Party) posiblemente sea la mejor de «muertos vivientes» que hizo el maestro Romero, no era tarea fácil. Entre los momentos más escalofriantes, el del bebé zombi además de tensión y canguelo a raudales.

 

El mensajero del miedo (The Manchurian Candidate, 2004)

Manchurian Candidate, The

( ©Sony )

Jonathan Demme pasó de ser uno de los abanderados del cine indie de los ochenta, por ejemplo con Algo salvaje (1986), a ganar el Óscar por El silencio de los corderos (1991). A partir de ese momento Hollywood también confió en él para encargarle ambiciosos proyectos, como el de esta nueva versión de un clásico en blanco y negro de 1962, un notable thriller psicológico que protagonizó Frank Sinatra. Claro que el buen ojo de Demme hizo querer también rodearse de grandes intérpretes, Denzel Washington y Meryl Streep

 

El tren de las 3:10 (3:10 To Yuma, 2007)

3.10-to-Yuma

( ©Divisa Red )

Tocar a los clásicos siempre queda mal, y querer hacerlo además con un wéstern (género que pleno siglo XXI es puro veneno para la taquilla) todavía más. Pero a James Mangold (y que el pasado año nos sorprendería, una vez más, con Logan, la mejor aventura de los mutantes y Lobezno) se las ingenió para salir muy bien parado del clásico, también en blanco y negro y de 1957, con Van Heflin y Glenn Ford, aquí convenientemente reemplazados con Russell Crowe y Christian Bale. Uno era un peligroso forajido con (algo) de corazón, el otro un honesto ranchero dispuesto a colaborar para que el delincuente, una vez apresado, rinda cuentas ante la justicia.

 

Infiltrados (The Departed, 2006)

Infiltrados

( ©Warner Bros/Fox )

Aunque muy pocos la vieron en su momento, Infernal Affairs (AKA Juego sucio), fue un potente y tenso thriller made in Honk Kong, dirigido por Andrew Lau y Alan Mak. Un particular juego del gato y el ratón entre dos topos infiltrados, uno un delincuente dentro de la policía y el otro un agente de la ley y el orden camuflado entre la banda de mafiosos. Todo ello material perfecto para que Scorsese se fijara en él y aceptara dirigir la preceptiva versión hollywoodiense. Allí estuvieron Leonardo DiCaprio y Matt Damon muy bien secundados por nombres como Jack Nicholson, Mark Wahlberg o Alec Baldwin. También fue la película que al fin le daría el Óscar como director (y el de mejor película) a Scorsese.

 

Insomnia (Insomnia, 2002)

Insomnia

( ©TriPictures )

Christopher Nolan se encargó del remake de una producción noruega, estrenada cinco años antes. Al Pacino era un detective de Los Angeles que acudía a una pequeña localidad de Alaska para ayudar a la policía local en el caso del asesinato de una muchacha. Durante su estancia sufriría severos problemas para lograr conciliar el sueño en plena temporada en la que el sol también luce de noche, alterando su percepción y sabias dotes deductivas. Una de las vueltas de tuerca inesperadas era que el buenazo de Robin Williams interpretara al villano.

 

Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes, 2006)

Las-colinas-tienen-ojos

( ©Fox )

El francés Alexandre Aja mantuvo un buen pulso y tensión narrativa, sobre todo manteniendo secuencias en las que prácticamente no había diálogos, al acometer esta versión del clásico de 1977 de Wes Craven, con una familia norteamericana asediada en mitad del desierto de California por otra familia, pero de caníbales y con ganas de aumentar su despensa.

 

King Kong (2005)

King-Kong

( ©Sony )

Peter Jackson, aún saboreando las mieles del éxito de la trilogía de El señor de los anillos, se embarcó en esta ambiciosa y lujosa superproducción del clásico en blanco y negro de 1933. De la poco más de hora y media de aquella a las casi tres horas de esta nueva versión, y olvidándose que otro remake, de 1976, fue un fracaso. A la rubia original, la actriz Fay Wray, que le robaría el corazón al gorila prehistórico protagonista, le sucedió una Naomi Watts en pleno auge de su carrera. Ganó tres premios Óscar (mejores efectos visuales, mejor edición de sonido y mezcla de sonido) y, bueno, ¿quién diría que ya han pasado casi 13 años de su estreno?

 

Ocean’s Eleven / Hagan juego (2001)

Oceans-Eleven

( ©Fox )

Todo a punto para que se estrene Ocean’s 8 (lo hará el 6 de julio en nuestras pantallas), la versión femenina con Sandra Bullock, Cate Blachett o Rihanna de Ocean’s Eleven que dirigió Steven Soderbergh y protagonizaron Brad Pitt, Ceroge Cloney, Matt Damon o Julia Roberts. Diecisiete añitos han pasado de una trama que conjugaba de manera ejemplar el tema de los robos imposibles (a unos casinos) con el buen humor y el carisma de sus personajes. Uno de esos casos en el que la «copia» era además claramente superior al original (de 1960 y de igual título, protagonizado por Frank Sinatra, Dean Martin y Sammy Davis, jr.)

 

Perfectos desconocidos (2017)

Perfectos-desconocidos

( ©Telecinco Cinema / Mediaset )

Casi sin hacer ruido, al menos durante su promoción, y en plena campaña navideña con títulos como Star Wars: Los últimos Jedi o Coco aparentemente imbatibles de cara a taquilla, Álex de la Iglesia logró su mejor taquillazo (y el taquillazo de esas navidades, ligeramente, y solo ligeramente por debajo de lo que recaudó en España Los últimos Jedi) con este remake de una comedia italiana de idéntico título. Y es que lo de los móviles y todo tipo de mensajitos al descubierto, sobre lo que se nos pasa por la cabeza o lo que pensamos sobre los demás (así, sin filtro) daba muchísimo jugo.

 

The Ring/La señal (2002)

The-Ring

( ©Sony )

A inicios de este siglo se puso de moda, entre el género de terror hollywoodiense, «rehacer» toda película de terror asiática que cayera en sus manos, especialmente de procedencia japonesa. También se demostró que era difícil reproducir el encanto o la garra de los originales, pero llegaban a más público. Entre las más dignas, precisamente la versión de uno de los mejores títulos japoneses del género, The Ring (El círculo) de 1998 y esa escalofriante historia de unas cintas de vídeo malditas que quien las veía firmaba su sentencia de muerte. Dirigió Gore Verbinski (que al año siguiente realizaría su mayor éxito, Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra) y protagonizó Naomi Watts (definitivamente, una de las musas del remake en este siglo XXI).

 

Valor de ley (True Grit, 2010)

Valor-de-ley

( ©Sony )

El original, de 1969, no solo es uno de los clásicos del wéstern más queridos por los norteamericanos sino que también le proporcionó su primer y único Óscar como actor protagonista a John Wayne. Entrañable como el pistolero tuerto, alcohólico y decadente contratado por una muchacha para que le ayude a vengarse del asesino de su padre. Así que la misión que tenían ante ellos los hermanos Coen, como directores y guionistas, tampoco era fácil. Obtuvo 10 nominaciones a los Óscar (aunque no se llevó ninguno), fue un éxito en taquilla y Jeff Bridges estuvo brillante (al igual que la joven Hailee Steinfeld) retomando uno de los papeles míticos de John Wayne.

 

1 comentario

  1. Dice ser desmitificador

    ighss…lastima…en los 90 fué el cabo del miedo, pero eso es del siglo pasado

    22 marzo 2018 | 08:15

Los comentarios están cerrados.