Érase una vez, hace tan solo hace unos meses, allá por febrero cuando recibí una llamada de mi amigo Juanan para plantearme la oportunidad de un nuevo reto: disputar un triatlón! Pero no uno cualquiera…era medio ironman!! Cuando me habló de prepararme para los 1.900 metros nadando + 90 kms en bici + media maratón, no hice otra cosa que alucinar. Al principio la idea me sedujo mucho y ya me veía nadando o subido encima de una bicicleta. Creo que ya por aquel entonces fue cuando se me metió el veneno en el cuerpo.
Antes de viajar a Jordania para disputar la primera prueba de los cuatro desiertos, volvió la conversación sobre el triatlón. Aún no lo tenía claro y sentía cierto respeto… quizás demasiadas disciplinas diferentes juntas con muy poco tiempo para prepararlo, tras los 250 kilómetros a través del desierto de Jordania, y otros tantos por el Gobi… Difícil reto, la verdad. Tan sólo un mes y 20 días para entrenarlo a conciencia.
Pero finalmente, no sé si porque siempre me ha encantado ponerme a prueba para demostrarme que no existen límites, o porque tanto Juanan como todo el equipo de Isostar Extreme Man me animaron a probar esta disciplina, me dejé llevar por el instinto.
Tras volver del Gobi, puse todo mi empeño y dedicación a entrenar para dar lo mejor de mí en esta nueva aventura. Así que este último mes y medio lo he dedicado íntegramente al medio ironman. A día de hoy, a falta de 3 días para ponerme a prueba, creo que esa semillita plantada en febrero ha sido un gran acierto! Ya me siento triatleta y el camino está siendo algo increíble!
Todos estos días han sido tan intensos… no sólo por todo el tiempo que he tenido que sacar para dedicar a las tres disciplinas, sino por todo lo que estoy disfrutando. Y todo gracias a la gente que me ha rodeado y me ha estado ayudando ¿quién sigue pensando que este es un deporte individual? ¿Qué habría sido de mí sin todas esas amistades que se han forjado y sin esos amigos que han estado ahí, mostrando su apoyo y ayudando a mejorar todos los defectos que tengo, que son muchos, y que necesitaba pulir?
El reto aún no ha llegado y no sé cuál será el resultado. Pero sólo el haber llegado hasta aquí ya es una gran victoria. Pase lo que pase el domingo ya he ganado. Han sido días duros, con entrenos de al menos 3 sesiones diarias, pero me ha servido para convencerme de que se puede aprender algo nuevo cada día y ya tengo metido el veneno del triatlón en el cuerpo.
El domingo será un día especial! Siento en el cuerpo ese gusanillo y esos nervios antes de enfrentarte a lo desconocido. Me encanta esta sensación que no quiero dejar de sentir nunca. No se cómo acabará la historia de este primer triatlón, que estoy seguro que no será el último. De lo que estoy convencido es que el camino hacia este nuevo sueño ha merecido la pena y no será por falta de ganas, entusiasmo, esfuerzo y trabajo en equipo! Sólo queda ver qué pasará el domingo.
Gracias a todos los que habéis conseguido que este viaje haya sido tan especial
Continuará…