Tan sólo han pasado unos días, unas cuantas horas de mi último reto, mi cuerpo todavía muestra señales de la batalla sufrida el domingo, todavía pasan por mi mente momentos e imágenes de lo vivido el domingo, esos 1.900 metros de agua, esa salida del agua tambaleándome, la dureza del recorrido de la bicicleta y como no de la media maratón; fueron 4 horas, 13 minutos y 35 increíbles e intensos segundos.
Pero todo pasa, termina un objetivo y comienza otro. El tener un reto u objetivo en la mente me hace sentir bien, me siento vivo, no existe mejor sensación, por eso no puedo parar, no dejo de buscar nuevos desafíos en los que pueda dar lo mejor de mí. Y eso me hace sentir increíblemente bien.
Objetivos que llegan a su fin y otros nuevos que empiezan, pero ¿cómo debemos hacer la transición entre uno y otro? ¿Debemos parar? ¿Descansar?
Ya sabéis que eso de parar no va conmigo, corriendo me siento vivo y necesito hacerlo cada día, la idea de parar del todo no me acaba de convencer, una vez terminado nuestro reto debemos hacer una pequeña desconexión, nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan un pequeño respiro, los caminos que conducen a nuestro objetivo son largos y requieren que demos todo lo mejor, por eso una vez concluidos debemos dar a nuestro cuerpo cierta tregua para poder afrontar nuestros siguientes retos con las mismas ganas, motivación y con nuestro cuerpo preparado para volver a afrontar un nuevo desafío, por eso yo no sería el ejemplo a seguir.
Habrá personas que quieran parar del todo, y si lo necesitan, que lo hagan. Eso sí, no hay que parar más de una semana que luego cuesta mucho volver a arrancar.
Yo recomendaría en la primera semana hacer algo de ejercicio para favorecer todos los procesos recuperatorios, 2-3 días serían más que suficiente, podríamos incluir una sesión de agua, con lo que nuestro cuerpo podrá recuperarse del impacto de la carrera además de activar nuestros procesos de recuperaración debidos a la presión que ejerce el agua sobre nosotros, también valdría dar un paseo en bicicleta, incluso una pequeña carrera suave de 30′ sobre una superficie blanda como la hierba o tierra.
En la segunda semana podríamos aumentar el tiempo de carrera de 30 a 40′ siendo suaves olvidándonos de ritmos, y podrían ser ya varias de carrera.
La tercera podría ser agua o bici. En la tercera semana notaremos como nuestro cuerpo empieza a despertar y nos pedirá algo más de guerra pero todavía será momento de recuperar. Ya podríamos hacer 3 sesiones de carrera incluso alguna más de agua.
Si respetamos estas tres semanas y lo aliñamos con alguna visita al fisioterapeuta, comprobaremos como estamos preparados para volver a dar caña a nuestro cuerpo. ¡Entonces será el momento de no pensar!
Pero no os olvidéis de la regla de las tres semanas, una buena transición nos ayudara a afrontar con garantías nuestros próximos objetivos.