¡Nueva experiencia increíble devorando kilómetros! La cita de este fin de semana fue la “Wings for Life World Run”. Una carrera distinta, única, con un componente benéfico que la hace diferente. Más de 100.000 participantes en el que es el mayor evento deportivo solidario del planeta. Una prueba disputada en 35 ciudades del mundo, el mismo día, a la misma hora, y lo más importante, con un único fin: recaudar el máximo dinero posible para investigar sobre las lesiones de médula, algo a lo que todos estamos expuestos.
En España, tuvo lugar en Aranjuez a las 13 horas y con casi 2000 participantes, donde tuve la suerte de vivir una extraordinaria experiencia.
Una de las peculiaridades de esta carrera es que uno no sabe hasta donde va a llegar. No sabes si van a ser 10, 20, 30 o incluso más kilómetros. No hay una distancia fija y eres tú el que tienes que gestionar toda la energía y esfuerzo para intentar hacer los máximos kilómetros posibles. Una batalla contra ese Catcher car que viene detrás pisándote los talones. Hay que poner toda la carne en el asador para evitar que te pille.
En esta ocasión, este Catcher car fue conducido por Marc Coma, cinco veces ganador del Dakar, así que fijaros si era dificil que no nos pillase.
Lo mejor, como siempre digo, el ambiente. Un puñado de gente con energía y un buenrrollismo increíble, concentrados en los jardines del Palacio de Aranjuez. Gente dispuesta a disfrutar de una mañana de running, con ganas de vivir, compartir experiencias…en definitiva, de darlo todo y con ganas de colaborar con esta gran causa solidaria.

El cielo estuvo encapotado, algo favorable, que suavizó el calor y que hizo que esta carrera no fuera tan dura. Desde el primer metro nos pusimos a darlo todo, la primera hora 15 kilómetros, la segunda unos 32…y, lo cierto es, que poco a poco las piernas iban cansándose un poquito. Al llegar a toledo, en el kilómetro 51, fue para mi uno de los momentos más duros, ya que el cuerpo iba pagando el peaje de todo esfuerzo empleado. Fue un punto de deshidratación, bebía pero mi cuerpo no absorbía el líquido. La verdad es que pase un ratito malo, pero afortunadamente de nuevo me vine arriba y tuve la suerte de que mi cuerpo me respondiera por lo que pude cabalgar unos kilómetros más.
Tras cuatro horas y tres minutos se produjo el temido adelantamiento, ¡Me pilló Coma! un tío grandísimo, enorme, fue una suerte y una ilusión que fuera él quien me pillase.
En total fueron 59 kilómetros con 190 metros. Estoy muy satisfecho, he logrado superarme y batir mi marca del año pasado en barcelona.
He conseguido la victoria, sí, pero no es lo importante en esta carrera ya que todos y cada uno de los que estuvimos en la línea de salida fuimos ganadores.
Gracias, gracias, gracias…¡millones de gracias! por las enormes muestras de cariño, porque hacéis que toda mi vida y todo esto tenga sentido, hacéis que lo complicado parezca sencillo. Sois el mejor de los premios, gracias por llevarme en volandas hasta la meta.
Por último deciros que…¡No hay excusas! nos vemos el próximo ocho de mayo, tenéis un año para mentalizaros, así que no podéis faltar a la cita.
¡Ojo! que la meta nos persigue…
#NoPiensesCorre