La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada de esta mañana es contundente: en paro y en empleo, Mariano Rajoy apenas ha mejorado la herencia recibida de José Luis Rodríguez Zapatero. Son tan malas la una como la otra; y en algunas cosas, la de Rajoy es aún peor.
Comparadas algunas de las principales magnitudes de la última EPA con Zapatero en la Moncloa (la del III trimestre de 2011) con las de la última del Gobierno Rajoy (la del III trimestre de 2015, conocida esta mañana), se ve esto:
Población activa. 23.482.500 personas activas en 2011, 22.899.500 ahora. Empeoramos.
Tasa de actividad (el porcentaje de población que trabaja o está en disposición de hacerlo -es decir, también parados- sobre el total de población en edad de trabajar). 60,44% hace cuatro años, 59,50% ahora. Empeoramos bastante.
Población ocupada, es decir, con empleo: 18.484.500 hace cuatro años, 18.048.700 ahora. Empeoramos.
Asalariados con contrato indefinido. 11.478.100 hace cuatro años, 11.039.200 ahora. Empeoramos bastante.
Ocupados a tiempo completo. 16.089.100 hace cuatro años, 15.298.300 ahora. Empeoramos bastante.
Parados. 4.998.000 antes, 4.850.800 ahora. Mejoramos ligeramente.
Tasa de paro. 21,28% hace cuatro años, 21,18% ahora. Mejoramos ligerísimamente.
Parados de larga duración (los que llevan dos años o más buscando empleo): 1.249.200 hace cuatro años, 2.158.600 ahora. Empeoramos mucho.
Muchos más datos, en esta información y este gráfico de 20minutos.
El paro es la mayor preocupación de los españoles, encuesta tras encuesta. Pese a las muchas palabrerías y medias verdades, lo cierto es que el balance real de la acción de Gobierno Rajoy en este trascendental asunto, pasados sus cuatro años de mandato, es desastroso: bastantes menos activos, bastantes menos ocupados, escasísima reducción del número de desempleados, parados cada vez más abandonados y desasistidos, empleos más precarios, salarios más bajos, derechos laborales mermados…
Rajoy -como Zapatero en su día- deja una herencia catastrófica.