Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Archivo de julio, 2013

Tipos que corren por los libros: De Engel van Amsterdam (G. Mak)

«¿Sabes qué más?, luego estaba el corredor, ahí lo tenías. Un hombre vestido con un traje y unas campanillas, que permanecía corriendo si le dabas un par de céntimos»

Era la vida de los barrios de la periferia de Amsterdam, durante los difíciles años 30, en los que una mezcla de hambre solidaria y locura campesina se había instalado en almacenes humanos de ladrillo. Javastraat era el pulso de la zona, del barrio del Indische Buurt. Un borde urbano y humano hoy en día. Pero apenas un esquinazo de la ciudad antaño.

Geert Mak lo describe muy de pasada, apenas en unas líneas, en su clásico De Engel van Amsterdam (1992, sin traducción a inglés). Hoy día no tenemos el loco que, por unos céntimos, enamora a los paseantes con su aberración. Ahora, correr es una necesidad mercantil. Pensándolo bien, quizá pronto correr sea una necesidad mercantil. O de transporte.

En invierno viajé a la China más industrial y pude ver gente que llegaba tarde. O que simplemente optaba por no sacar la bicicleta. Y trotaban hacia el trabajo. Yo era un idiota simpático de otro mundo. Los corredores que iban con la chaquetilla laboral a paso ligero eran mis particulares demonios. Ellos demonios, yo quizá un orate.

Lo cierto es que la gente que gasta sus energías en trabajar para sobrevivir no tiene tiempo ni fuerzas para vagar. Y esto genera tanta literatura, tanto periodismo… Yo solo tengo un anecdotario cafre de trabajadores de Iberdrola o de cincuentones con ganas de cachondeo. Me gustaría contar algo de ese entrenamiento mortal, africano. Cada uno sufre su entorno.

‘Weet je nog, de hardloper, die had je ook’.

Ahí estaba, con sus campanillas, el sonado del corredor. Una romántica manera de pedir una limosna. Ahora pediría un osteópata.

Por caridad.

 

———–
Foto: Geheugen Van Nederland.

«La Larga Marcha» de Stephen King y sus versiones reales

Hace unos días os hablé de las pruebas con tiempo predeterminado, de seis, doce o veinticuatro horas. Algunos quizá descubríais el fenómeno de los corredores profesionales de hace más de cien años. Bien. Nos queda una curiosidad más por sacar de este tiesto veraniego del correr.

Stephen King, cuando discurría 1966, escribió una novela que sería posteriormente publicada en 1979. La Larga Marcha. Bajo seudónimo, King escribe un entorno de ficción (una Norteamérica en situación dictatorial) para una prueba deportiva demencial: una carrera que disputan un centenar de ciudadanos a lo largo de todo Estados Unidos, que descalifica a quienes paren y que premiará al último que quede en pie.

La historia, con unas connotaciones ficticias estupendas (política, totalitarismo, relaciones interpersonales) pero también se ha aproximado a la realidad décadas después.

Independientemente de las pruebas ciclistas de eliminación, muy frecuentes en puntuación en velódromo, tenemos unos pocos ejemplos de correr hasta ese límite. Como si fuera la peligrosa mente de un escritor quien las hubiera diseñado.

TransAmerica.

Sí. Salir de una costa y terminar en la opuesta. Ya en cualquiera de las penínsulas europeas que conocemos sería una locura. Pero a la novela de King le salieron vivos y fervientes seguidores. A lo largo de más de cinco mil kilómetros, normalmente desde Los Angeles a Nueva York, un puñado de gentes con energía y motivación suficiente han recorrido el gigantesco país. El año pasado, sin ir más lejos, los de la Trans America Footrace on Trail. Éstos.

Hasta que sólo quede uno.

Organizada por un grupo de corredores españoles sobre un recorrido corto, la diversión y la eliminación a cada vuelta dejan solamente uno en pie. Lolo Díez, corredor de montaña y gente inquieta, montó una edición en la costa de Gijón en la que los participantes debían subir y bajar acantilado y playa hasta… que sólo uno quedó.

En la provincia de Badajoz se ha celebrado un evento durante unos años con las mismas características. Alrededor de un circuito urbano había que resistir en movimiento hasta que solamente quedara uno.

Badwater es una palabra que despierta escalofríos entre los corredores de larga distancia. Se disputa sobre 135 millas (calculad y convertid) desde el punto más bajo del Valle de la Muerte hasta lo alto de Mount Whitney. Las temperaturas que se alcanzan convierten el reto en una pregunta sobre si la ficción podría superar la realidad.

El Death Valley fue parte de la ruta de escape hacia California en los tiempos de la fiebre del Oro, de la posterior migración desde Oklahoma a las granjas californianas (recordar la fabulosa novela de John Steinbeck «Las Uvas de la Ira»). Hoy día es un punto de parada en las vacaciones, pero también donde un puñado de ultracorredores se la juegan cada año.

Foto: MarkusMullerUltrarunning.

¿Estamos locos o no?

Corredor, al diván: ¿qué piensan los demás de tu afición?

dibbb

 

¿Están contentos con que corras? ¿Les da lo mismo mientras respetes la parcela de los demás? ¿Te animan a que corras tus carreras y entrenamientos?

¡Cómo no! Correr es sano. Se lo recuerdas constantemente. Espera, quizá seas un gran e impetuoso propagandista del mas saludable de los hobbies (como decía el escritor peruano Mario Vargas Llosa). Ser entusiasta es una cosa pero no tener otro tema de conversación es otra.

Vamos a hacer un sencillo ejercicio.

¿Torturas a los demás con tus batallitas?
¿Eres de los que comienza una conversación en un bar de copas tocando el tema de los tiempos de tus series?
¿No comprenden por qué sales a tomar algo con unas zapatillas inmaculadas y no con ropa de calle?

Si has dudado en alguna de las tres opciones, seguramente tengas que pedir hora. No sabemos si existen terapeutas para corredores impenitentes. Pero, de haberlos, deberían pensar en franquiciar sus consultas. El éxito está asegurado.

Y es que, ¿notas que pasamos con frecuencia de la afición a la obsesión?

El mundo del runner es lógicamente apasionante. La misma existencia de este blog lo demuestra. En lugar de preguntar a tu compañero sobre su coche nuevo,

Me contó mi entonces novia sobre un par de grandes corredores populares que disfrutaban de una efervescencia juvenil sin igual. No era que estuviesen detrás de ellas como machos en celo. Más bien, a la segunda cerveza (lo siento, los jóvenes de los años ochenta no éramos nada sin el consumo de estas cosas) o, incluso a la primera, ya estaban contando sobre aquella carrera de diez kilómetros o si «hacían los miles a tres quince».

No tengo que dudar de ella. Si mi esposa todavía recuerda lo de los miles a tres quince, uno, dice la verdad y, dos, salía con tipos que corrían que se las pelaban.

¿Te ves en las mismas?

Quizá no seas consciente pero podría ser que tu facebook contiene más fotos de carreras que de otros aspectos de la vida. También es posible que en el escritorio de tu oficina haya post-its con fechas de carreras o tiempos de entrenamientos y no tantas fotos de tus hijos.

Pregunta a tu alrededor.

Mejor, siéntate en este diván. Quizá podamos comprenderte mejor.

¿Conoces las carreras de tiempo prefijado?

Usualmente corremos contra el tiempo. Intentamos medir, de vez en cuando, si podemos arañar unos segundos en este circuito. O si la marca deseada en una carrera podría no subir de un margen cronométrico.

Pero el ser humano tiene varias maneras de salirse por la tangente. En las carreras, lo suyo es encontrarse una distancia fija. Pero, ¿podemos encontrar una carrera con distancia variable?

Sí. No nos hemos vuelto locos.

En las pruebas sobre un tiempo determinado, el objetivo es conseguir acumular kilómetros. Al igual que en las pruebas ciclistas, existe la variedad de pruebas de una hora. Los grandes fondistas superan los veinte kilómetros. Fueron muy populares durante todo el siglo XX, pero esencialmente heredaban la pujanza de las pruebas profesionales del siglo XIX: el llamado pedestrismo.

Durante toda la historia del hombre, la posibilidad de apostar sobre quién iría más rápido de un sitio A a B convocó a los salvajes, a los menos rápidos pero más resistentes y -por qué no- a los que querían pasar el día corriendo y empezaron a disputarse las pruebas de veinticuatro horas. No solamente en el mundo del runner. También los chicos de la bicicleta, automóviles, a caballo, etc. Al fin y al cabo estaban sentando las bases de aquellos formidables eventos de automovilismo como las 24h de Le Mans.

¿Dónde se puede ver?

En España se disputan asiduamente pruebas de 6, 12 y 24h en Cataluña. También en Valencia hay una popular cabalgada durante 6 horas en el cauce del Turia. Ocasionalmente se han organizado eventos en Madrid (tue la suerte de ser del equipo que parió la Challenge 24h de Torrejón de Ardoz) y Cantabria tiene una prueba similar.

chaparron

¿Dónde está la gente corriendo todo el santo día? ¿Por los bosques? ¿En un aparcamiento de un centro comercial?

No. El circuito suele ser un pequeño recorrido de kilómetro y medio o dos kilómetros. Los corredores tienen, de este modo, un fácil acceso en cualquier momento a ‘boxes’. Hay que tener en cuenta que durante 24 horas apetece parar un rato, tumbarse a reposar, o incluso dormir algo. Un día entero es muy largo, y reconforta saber que a menos de un kilómetro tienes una base de vida.

En ocasiones se riza el rizo y también se emplean pistas de atletismo, con 400m de cuerda, para estos eventos. El corredor-aventurero se convierte en un corredor-hámster. El próximo mes de Octubre participaremos en una de ellas. Serán veinticuatro horas en funcionamiento.

Os presento las 6/12 y 24 horas de San Sebastián de los Reyes. Yo ya estoy inscrito. Podéis probar qué se siente sin más presión que la de ir completando distancia, corriendo o caminando.

Y no. Nada que ver con la terrible historia que contaba aquella competición en la que iban eliminando uno a uno a los participantes. Esto es mucho más relajado.

Detroit y Madrid y el atletismo popular

Detroit está en bancarrota. De un millón y medio de habitantes en 1950, a setecientos mil en la actualidad. De una locomotora de una industria a un gueto sin recursos. No hay dinero para hospitales ni vivienda social ni policía. A pesar de ello Detroit, el día 20 de Octubre, dispondrá la ciudad durante siete horas para el Detroit Free Press/Talmer Marathon. Veinticuatro mil corredores entre maratón, prueba de 21km y de iniciación de 5km. Madrid, ese mismo fin de semana, pondrá una docena aproximada de policías locales a disposición de los 100 km Villa de Madrid. Pero existe algo más que una simple coincidencia en el calendario.

Ciudades sin recursos y que están saliendo en los medios de comunicación como la primera ciudad norteamericana en quiebra o una de las cinco ciudades cercanas a la ruina financiera en España, Detroit y Madrid viven dos historias que convergen por momentos. Detroit debe 20.000 millones y no recauda ni la mitad que antes por la pérdida de población, viviendas en uso y negocio. Madrid debe aproximadamente 7.000 millones. Que son 9.400 si añadimos al resto de los consistorios de la Comunidad de Madrid.

A través de las noticias de prensa ha trascendido un dato aparentemente marginal. Se ha mencionado que  una llamada a la policía de Detroit, en lugar de retrasarse los once minutos de media de las ciudades estadounidenses, supone más de cincuenta y cinco minutos de espera. Para los lectores de este blog puede ser una información irrelevante.

Bien. Detroit tiene 2.700 efectivos policiales. Se le considera la ciudad más violenta del país por muchos. Es un país militarizado, según nuestra imaginería, tan europea. En comparación Madrid tiene siete mil policías locales. La proporción no es tan desigual. Pues bien,  hay un aspecto de todo ello que nos toca a diario a los practicantes del ‘running’: que haya más o menos policía local disponible puede permitir o impedir que se celebre una carrera. Hemos sabido con el tiempo que los municipios consideran como horas extra la asistencia de la policía local a una carrera popular. Su dotación cuesta dinero y ciudades como Madrid parecen restringir la maniobrabilidad de los organizadores. De tal manera que la disposición de medios de seguridad determina la celebración de una prueba.

Nuestras carreras, nuestro hobby, parece escarbar injustamente en las delicadas finanzas locales. ¿Debería afectar este coste extra a la celebración de carreras en un entorno de crisis generalizada?

Es así el argumento con que informó en invierno de 2012 al organizador de esa clásica carrera de Madrid. Rafael García Navas, organizador veterano, recibía la noticia como un jarro de agua fría. Su posición en el calendario debía ser modificado. La XXVII edición de los 100km Villa de Madrid no se podría celebrar como estaba anunciado, el 17 de Marzo de 2013. El complejo recorrido (que discurre por dos distritos a lo largo de un circuito urbano de 10km) y la baja participación, a pesar de la historia y la tradición, no podía ser cubierto por los números de la policía local. Ni ser Campeonato de España, o haber presentado el proyecto como todos los años con meses de antelación, ni tener el respaldo de la RFEA serviría de mucho. La prueba había perdido su puesto en el escalafón y se le trataba como un evento marginal.

«¿Policías para Vallecas? ¿El domingo por la mañana? No tenemos, que la manden a otro día»

La ciudad de Madrid argumentaba ese mismo que día la policía local tenía otras cosas que cubrir. Entre ellas, la Carrera del Agua, asimilada recientemente por el diario MARCA y organizada por el también histórico Club Canal de Isabel II, y que se disputa por los concurridos distritos de Chamartín y Tetuán. La parte proporcional de deporte en la calle estaba obligada a usar los medios en una u otra. De los siete mil policías locales, la agenda a la que se asignarían las distintas comisarías de distrito, la agenda internacional del Ayuntamiento y otros requisitos de seguridad impedían que los 100km Villa de Madrid tuvieran garantizado el corte de tráfico preceptivo.

Entonces, ¿se recortan las dotaciones disponibles como resultado de una saturación de eventos deportivos? ¿Tanto participante tiene que atender la policía madrileña en un fin de semana?

En principio, la proliferación de carreras urbanas en la primavera madrileña obligaba a la ciudad a optimizar recursos. El 17 de Marzo ya estaba tomado por otra prueba. Los 100 de Madrid no se podrían celebrar y así se anunciaba a un centenar de inscritos en el Campeonato de España. No es la primera vez que la cancelación obliga a afrontar los costes a los participantes. La prueba de Madrid interrumpe entrenamientos de meses. En casos conocidos se avisa a centenares de personas con hoteles reservados, cuadrantes de vacaciones y vuelos: la fecha de su prueba deportiva es papel mojado. Es el riesgo de ocupar la vía pública para una actividad recreativa.

La guinda de la descoordinación entre las partes fue la cancelación de la carrera de Marzo. Finalmente, no hubo dotaciones de policía ni en Vallecas ni en la citada Carrera del Agua, que se disputaría dos meses después.

Madrid meets Detroit?

La decana prueba madrileña, atosigada por las finanzas, se anuncia ahora para el 20 de Octubre, día en que se correrá el multievento de Detroit. Los «cien de Madrid» es una prueba minoritaria, con un calado mediático casi nulo. Es una pincelada de romanticismo que sobrevive a su modo, sin haber pensado en alternativas de lugar o de adaptación a los nuevos tiempos. Pero no deja de ser una fatal coincidencia.

Sobre fatalidades parece que Detroit tiene más experiencia. El pasado mes de Octubre lanzaba la campaña «Usted accede bajo su propia responsabilidad», denunciando que algunas zonas de la ciudad estaban en situación similar a «zona de guerra». Tanto en la ciudad llamada Motown, la de los Chrysler, Ford y General Motors, y la ciudad que aspira a albergar unos Juegos en 2020, convergen en una premisa: «señores, nuestra policía local no puede atenderles con la eficacia que desearíamos«.

Vive usted en dos mil trece. Disculpe las molestias.

Nos asumir lo siguiente: el dinero destinado a la seguridad en tiempos de crisis se antepone al dotado para el ocio en la calle. Al final, nosotros hacemos poco más que relajarnos un domingo por la mañana mientras nuestras fuerzas de seguridad intervienen en lugares realmente peligrosos. El discurso del miedo justifica la inversión en seguridad.

¿Es esto así? ¿Existen bloques en Madrid donde los muebles caen ardiendo por la ventana en Madrid? ¿Disturbios raciales con asaltos a tiendas? No lo parece.

¿Qué más queda un Domingo por la mañana? Parece que todo se reduce a la disponibilidad de horas extra en fin de semana y el número de unidades de policía local disponibles para la ciudad. Insistiremos, dado que quizá haya quedado oculto en el texto; los servicios de tráfico de la policía municipal de una prueba deportiva son un concepto facturado al organizador (en muchos casos una asociación o club deportivo sin ánimo de lucro). 

Salvando las distancias, los 100km Villa de Madrid, con un presupuesto básicamente de economía de guerra, sin premios en metálico, sin más medios que una idea anclada en cumplir con la normativa municipal, eran cancelados en Febrero de 2013 por los cuadrantes de guardia de la policía local.

Las dotaciones de Madrid trabajan según se les asigna, evidentemente. Pero se alzan voces contra la idoneidad de algunos servicios. Se aumentan las competencias de los agentes en diversos lugares y se les saca de la calle. Hasta diecisiete agentes pueden ser movilizados para desplazarse a cubrir una visita promocional de la alcaldesa, Ana Botella. Al mismo tiempo, sindicatos denuncian que están subiendo las horas extra impagadas por servicios varios. No es precariedad sino una distribución interesada de las misiones encomendadas a la policía de la ciudad. Con todo, en un escenario de crisis, los gobiernos conservadores han mantenido la inversión en seguridad ciudadana (y de los dirigentes de los ciudadanos). Madrid mantiene la cifra de agentes de policía local en las cifras de 2008, los años de la inversión pública sin final. Año tras año hay una inversión sistemática y ordenada de material y vehículos. Pero los fines de semana hay una evidente disfunción y plantillas con escasez en cada comisaría de Distrito.

Encajar la carrera es un puzzle. En el caso de Vallecas, la posición de la prueba respeta escrupulosamente el statu quo municipal. Cuidadosamente (García Navas es ‘speaker’ y peñista histórico del club), los 100 de Madrid siempre se disputan aprovechando que el Rayo Vallecano juega fuera, a rajatabla. En los últimos años la sensación de sumisión a la agenda es mayor. Y puede llegar en cualquier momento el cambio. O el carpetazo. Alguna instancia, antaño colaboradora, deja de estar interesada en el deporte popular. No son infrecuentes las conversaciones donde los organizadores escuchan cosas como:

«No te puedo mandar diez agentes. Cuestan mucho dinero». «¿La salida es a las siete de la mañana? Atrásala, que no empiezan el turno hasta las siete y media». «¿Qué hacéis con mil personas en Plaza de Castilla? ¿Una carrera? No nos han comunicado nada».

Puede que la documentación obre en poder de la administración local desde hace semanas. Todo es posible. No parece tanto una cuestión de caos financiero como de organización.

Un caos financiero en una instancia pública es que, hoy mismo, Detroit anuncie jubilar a más de 500 agentes de policía (y casi un millar de bomberos) ante la imposibilidad de que cuadren las cuentas de sus nóminas. Que la ciudad tenga 12.000 millones de dólares acumulados de deuda y un presupuesto anual de 3.000 millones.

Por último ¿arrastrará esta situación al maratón de Detroit? Ante la preocupación de participantes ya inscritos, la Free Press Detroit Marathon insiste en que la ciudad continuará con su programa. Ni un aplazamiento ni una cancelación. ¿Habrán preguntado al jefe de dotación del DPD?

—-

Foto: Vayahistoria.com

El podcast del día: canciones para correr (VI)

Es diecinueve. De Julio. ¿Creíais que ya no haríamos más recopilaciones de música para correr?

Tras la 5ª sesión, llega la sexta. Sin más charla por medio, al lío.

TEMAZO 1. Podcast del 19/Jul/1. Prueba a soltar endorfinas con este clásico. Cuando dico che ti amo en manos (voz, claro) de Tony Renis. Esas trompetas, esa calidez mediterránea. ¿No es verano? Toma y a correr.

TEMAZO 2. Podcast del 19/Jul/2. Eclecticismo. Vamos allá. Emir Kusturika and the No Smoking Orchestra te sacan del sofá y te lanzan a buscar dorsal en cualquier carrera de verano. El pueblo y el polvarrón se juntan. Es Unza Unza Time.

TEMAZO 3. Podcast del 19/Jul/3. The Adicts. Dos vueltas más de tuerca. Straight Jacket, nombre de las chaquetas de fuerza de los dementes. Ya me callo.

TEMAZO 4. Podcast del 19/Jul/4. Red Hot Chili Peppers es una de las bandas que han definido dos décadas enteras. Su energía es fácilmente transportable a tu podcast. Correr con estos cacharrazos en los oídos es peligroso. Adictivo. Give it away. Now.

TEMAZO 5. Podcast del 19/Jul/5. El tío calambres no puede faltar en una recopilación de running. ¿No? Además es racista, populachera, rancia… lo tiene todo. Desconocer que existe un personaje como Luis Aguilé es peligroso. El tema es horrendo pero ¿y lo que motiva a salir zumbando?

Beijing tendrá su carrera en un rascacielos

Según informa el blog China Real Report (en Wall Street Journal), la capital china tendrá también su carrera por las escaleras arriba. Se trata de un gigante de ochenta y dos plantas. Consta de más de dos mil escalones. Con 330 metros de alto, la torre 3 del World Trade Center alojará sobre sus estructuras se celebrará una de las versiones más peculiares de una carrera, que se iniciaron en la década de los ochenta con la cronoescalada al Empire State Building neoyorquino. La clásica de las pruebas sobre edificios sigue siendo la del gigante de la Gran Manzana, que celebró este año su edición número 36 (bajo el omnipresente respaldo del New York Road Runners Club).

Pekín ha estado absolutamente dominada por una terrible contaminación a lo largo del invierno de 2013.  Los organizadores esperan que los participantes, que saldrán desde el vestíbulo del edificio más alto de la capital, puedan librarse del smog que impide una respiración casi normal, y que puedan disfrutar de una vista panorámica inigualable. Recientemente, un estudio combinado del MIT y otras tres universidades puso en alerta la capital china sobre los gravísimos riesgos para la salud. Pekín espera aparecer en los medios por una razón, esta vez, bien distinta.

Parte de una reciente iniciativa de la denominada federación internacional International Skyrunning Federation, esta Beijing Vertical se agrupa desde 2009 los edificios más emblemáticos del globo, tales como la Basel Messeturm en Suiza, la taiwanesa Taipei 101.

En España se comenzaron a organizar este tipo de pruebas verticales hace unos años. Entre las más destacadas está la subida al Hotel Bali, en Benidorm, ránking que domina el británico Paul Crake desde su victoria en 2003. Del mismo modo, los cuerpos de bomberos de todo el mundo usan este entrenamiento como base física y, así, se creó un circuito de pruebas ‘verticales’ en las que los profesionales de la lucha contra el fuego corren con todo el equipo encima. Si quieres saber más sobre este tema, no hay más que visitar alguno de los muchos enlaces explicativos de un apasionante mundo.

¿Te animarías a embutirte en un pasillo estrecho e imitar a estos esprinters del escalón? El 13 de Octubre tienes la oportunidad de verlo de cerca en la prueba de Barcelona.


Foto: VerticalRunning.org/ISF

Mándanos tu foto de corredor de verano

Estoy recopilando algunos de los peores momentos de mis carreritas de verano. Mentalmente me da angustia siquiera acordarme del calor, de las malas sensaciones. Pero luego pienso que, en estos casos, suelen salir algunas imágenes muy simpáticas.

Os pedíamos una foto de un trote de verano

ESTO HA SIDO EL BARRIDO QUE ENVIÁSTEIS. GRACIAS A TODOS

Las colgaremos en este post y, cuando pasen los meses, nos reiremos y añoraremos (añoraréis) las cálidas temperaturas.

PASAMOS AL MODO GALERÍA. Búscate. Hasta ahora tenemos…

Stefan, melena al viento. Si es que somos unos killers.
Al mal tiempo, buena cara. 94km en las piernas de Juagaror.
Chema también pasa los veranos de esta guisa: corriendo por el campo de Elche.
La mía, tostado total. Si las imágenes dieran la temperatura…
DrinkingRunners, 06.30am Madrid. Hoy.
Suso se rehidrata.
Manuwar y sus calorinas.
«No olvideis la gorra», dice Juanjo.
Rafa y su banda del cortafuegos.
Oscar se fue de carreras.
Vacio bajo los pies de un loco coom Raúl.
Carlos, en la playa de Vallirana. Calentando.
Javi Carmona al lío desde Madrid.
¡LuisTry compitiendo, miradlo!
Y Juan subiendo el cerro de la Degollá (caray con los nombres)
Cris y Drako.
Rubén y su Abanto particular en primer plano.
Luis sube que te sube. ¡Vaya rampas!
Quique y Jorge, escondiendo el papel del bocata.
Y cerramos la galería con Juan, que suda lo suyo en Burgos.

GALERIA:

 

Carta a un velocista olímpico

verano2013 119

Ángel David Rodríguez escribe ayer (qué más da el tiempo en la era de la disponibilidad absoluta de internet) sobre su visión del mundo del dopaje. El velocista es autor en los últimos doce meses del fabuloso crono de 10.18 segundos en 100 metros lisos. Es una marca que le sitúa entre los hombres blancos más rápidos del mundo. En el año olímpico fue el décimo europeo en una especialidad en la que vivimos detrás de cierta eficiencia de las fibras rápidas de los atletas de raza negra: la velocidad pura.

Aún así, en los listados de todos los tiempos, su situación es todavía lejana a los otrora tiempos de los europeos de la década de los setenta y ochenta. Los años de Pietro Mennea, Valeri Borzov, pero también de aquellos corredores sub 10.10 de la oscura época donde brillaban los Max Moriniére, Attila Kovacs o de Frank Emmelmann (cuyo abogado anunció medidas si la Deutschen Leitchathletik lo retiraba de las listas de récords). Y aquí se empieza a torcer todo. Cuando se superaban los límites naturales. Es inevitable que Rodríguez haya escrito con dureza desde una especialidad del atletismo muy castigada:

El dopaje es un escalón superior: no se está dopado un instante o un segundo, se está dopado a lo largo de una competición entera o a lo largo de un período de entrenamiento de semanas, meses, años… El dopaje adultera una competición desde antes de la salida o pitido inicial.

Ángel ha empleado tiempo y paciencia en disertar para todo el que quisiera oirlo. Sus ráfagas públicas dolían. La carga de fondo: Los medios no nos preocupamos tanto del atletismo como cuando se pilla a un tramposo.

 

Y es cierto, Ángel.

Has motivado que de nuevo se hable en este medio digital de las cosas del correr. Ante todo, darte las gracias porque ese espíritu es como el combustible para los que nos gusta contar historias.

Los medios generalistas y los especializados. ¿Cuántas veces se ha escrito sobre atletismo para proponer la alucinación a la audiencia? «¿Se podrá bajar de 9.50 este milenio? ¿Donde está el límite del ser humano?»

¿Para esto sacamos los dedos a paseo en el periodismo? ¿Qué aportan estas noticias al respeto por la práctica deportiva?

El periodismo no analiza; vende. No da tiempo a extenderse porque se exige concreción. Mejor cien que mil. Nadie va a detenerse. ¿O sí?

El sms o el tweet llega a cualquier hora cuando la noticia requiere de la visión del especialista en el mundo del correr. Los ejemplares vendidos o los hits de usuarios únicos marcan la trampa de la información. Y de trampas hablas hoy en la revista digital del gran Martí Perarnau. El dopaje es más que trampa, escribes. Es un intento continuado, un fraude.

Un fraude al espectáculo, y más al deporte relacionado con la salud. Llevas razón, vivimos una especie de enfermedad mental donde nuestro cerebro no puede con la presión exterior. La esclavitud del culto al cuerpo vence sobre la salud pública. Ver lo rápido que podemos ganar músculo para esprintar o resistencia para acometer una prueba de maratón. O escarmiento propio o en cabeza ajena. Desde el sillón de lectura accedemos a lo que no podemos llegar por nuestras limitaciones físicas. Todo se puede comprar.

También me da la sensación que lo que gira alrededor de las prácticas y entrenamientos por encima del límite es eso. Es más que fraude contra enfermedad mental, como dices. «El dinero es, en el alto rendimiento, el que lleva al dopaje». Hablemos de ello.

Porque lo supera en cien a uno. La escalada imparable de las substancias dopantes en los deportes viene de la mano de la pasta. El enriquecimiento desmedido no está catalogado como una patología mental. A nadie nos parece del todo mal que uno gane dinero ya veremos cómo. Vivimos rodeados de ejemplos.

Hoy he leído que un Tour de Francia mueve cincuenta millones de euros en derechos de retransmisión. Los derechos de la Premier para el periodo 2013-16 son de 5.5 billones de libras.  Cristiano Ronaldo cobraría unos derechos de imagen cercanos a los 16 millones de euros. Él solo. ¿Cuántos módulos de entrenamiento construirían para vosotros y las generaciones de atletas en ciernes con ese dinero?

La semana pasada se anunciaban nuevos fondos para el desarrollo de jóvenes atletas. Dos millones de dólares canadienses. En Canadá. Hoy se anuncia que era Chris Xuereb el entrenador al que se relaciona con el asunto de dopaje de Powell y demás jamaicanos. Es canadiense. Demasiadas flechas girando hacia el mismo motivo. Ganar dinero rápido. Y a carretillas. Pero ya desde los grandes contratos para Moses o Aouita.

Admirado Ángel, no queda otra: seguiremos destripando al atletismo con un ojo en la caja registradora. Yo lo practico -de aquella manera- desde hace más de treinta años. Y afinando el oído, uno siempre ha escuchado sobre millones, sobre que esta reunión o esta gala tenga más estrellas, diamantes o récords que la vecina. Los famosos presupuestos de las reuniones o las cifras que se hacían públicas en las presentaciones de los crosses del circuito europeo, las ayudas de dinero público a clubes deportivos de élite, los famosos millones de pesetas que pedía Bubka, permitían que el circo girase y la ciudad equis se apuntase el tanto de aparecer en la prensa el día siguiente. Todo mientras los demás hacíamos técnica de vallas o acumulábamos kilómetros de rodaje. Mientras haces esos ejercicios de cuádriceps donde notas que las fibras musculares te arden, se ventilan operaciones de compra y venta en despachos o en cenas. Por cada semana que paras después de una contractura muscular, los que gobiernan el gran circo programan meses de espectáculo, de derechos de retransmisión (a pesar de lo absurdamente barato que sea retransmitir atletismo, según estamos sabiendo con Moscú 2013).

Da la fea impresión que esto supera la psicología del dopaje, la infracción del reglamento. La rueda del enriquecimiento y la supervivencia del atleta en un mundo postindustrial. El embudo. Money talks, pájaro.

Un saludo y gracias por tu tiempo.

Como aficionado a correr ¿crees en un atletismo asediado por el doping?

Domingo tarde. El primer viaje viene de USA. Tyson Gay ha dado positivo en un control. El tipo que más rápido corría al norte del Pecos.

Jamaica aprovecha para anunciar otra bomba. Los caribeños, en cuyos campeonatos nacionales compitieron más de dos docenas de héroes olímpicos, anuncian que sus dos flechas del año han tomado substancias prohibidas.

Todavía resuenan los nombres de ciclistas cazados en la última temporada. Más rocambolesco ha sido el caso de la cadena de distribución de drogas  deportivas en Guadalajara en la que caían implicados atletas españoles.

En plena época de retos superados, ciclistas que escalan puertos como cabras desbocadas y que miden en kilovatios sus galopadas, tenistas que se recuperan milagrosamente de una semana a otra, los futbolistas mejor pagados del planeta que cuentan con un salvoconducto misterioso que les impide tocar el tema… ¿queda espacio para que todavía creas en el deporte de élite?

Hace dos décadas veíamos en casa una final de Juegos olímpicos de atletismo. Me levanté al baño en plena final de velocidad. Al volver miré al sofá y dos practicantes de atletismo durante décadas coincidían en que les había dejado fríos. El tercero en fanatismo, el que ha machacado los pasillos de saltos, las calles de la pista de atletismo -yo- chequeó su pulso. Flojo. Estable. Nada de adrenalina y eso que los cronómetros habían saltado por los aires. Reyes destronados, canadienses que escupían en la estética vencedora estadounidense, Carl Lewis, Ben Johnson, Christie, nombres de lo imposible.

 

Correr así, metido en esos cuerpos, era una solución mágica al esfuerzo humano. Y las soluciones mágicas son un engaño. Siendo un concepto sobre el que todos estamos de acuerdo, las tenemos a la puerta de casa. En las estanterías de nuestra tienda deportiva favorita. Podemos comprar creatina, proteínas, podemos comprar a escondidas anabolizantes o usar anti inflamatorios para enmascarar lesiones y dolencias. Pero el esfuerzo de cada uno tiene un límite.

Y es que el doping te lleva a poder entrenar más al límite. Nadie sube más rápido una cuesta o esprinta más rápido por inyectarse hormona de crecimiento. Pero la combinación de porquería química hace que el dolor llegue más tarde. Hace que el cansancio venga dos repeticiones intensas más tarde.

Ganar tiempo en el entrenamiento de los campeones es un concepto de amplia aplicación. También se gana tiempo mientras los especialistas trabajan en el laboratorio para una substancia que camufla la trampa. Cuando surge una noticia capturando a un tramposo, se gana tiempo mientras las noticias aplastan la actualidad y se deja de hablar del caso. Tiempo para que los abogados negocien con las federaciones implicadas. El tiempo no es ya únicamente luchar contra las horas, minutos y segundos. El tiempo es la gran trampa del siglo veintiuno.

El tiempo que dedicamos a hacer deporte es limitado. ¿Llegará un momento en que apartemos la mirada de los grandes campeonatos y las escalofriantes marcas?

¿Seremos practicantes que vuelven la cara a la élite?

Y me resulta intrigante pensar en los cimientos del circo. Si las marcas no dan la espalda a la trampa ¿qué venderán?