Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Archivo de julio, 2013

Diario de un corredor en vacaciones (y 9)

1.

Cierro.

Con la sensación de que muchos días uno es corredor sin serlo. Sin querer, con la única motivación de llegar pronto a casa. Porque he olvidado la cartera en el apartamento y toca hacer 1440 metros (y 30 de desnivel acumulado por adoquines).

La culpa, de nadie más que mía. Sobre cómo interpretan en la cocinha portuguesa los arroces con pescado y marisco, se hablará otro día. Del ‘Castro’, abierto desde 1952, con camareros de 1952 y comida de 1952, a casa y vuelta al restaurante para poder abonar la cuenta.

2.

Adiós vacaciones veraniegas. Comienza ese periodo del estío en que hablamos de correr e imaginamos otros paisajes, preguntamos a los conocidos qué tal les va, y en que se organizan las carreras más informales y también las más bestiales. Toca correr en los sueños. Toca trotar de manera imaginaria por los paisajes que dejamos para el verano que viene.

Salvo los afortunados que decidieron ser su propia fuerza de trabajo y dueños de sus medios de producción (pendiente queda un enfoque marxista para Septiembre, avisados vais).

El verano será el momento de los kilometrillos del Barrio de San Lorenzo y san Cayetano, y del terrorífico Ultra Trail del Mont Blanc. Sobre esta cuestión, ya que suelo manteneros al día sobre sus disquisiciones, ver los pensamientos del único Sergio 13.

También  es Agosto el momento en que el sofoco conquista una cima; la de mi paciencia.

Pero sobre mí ya hemos hablado demasiado. Este diario de verano toca a su final.

1928

Diario de un corredor en vacaciones (8)

1.

Remiten las olas. La de bochorno que produce nuestra élite política. La de calor que asoló la costa lisboeta estos días y que me ha llevado a cometer imprudencias. La ola que, hasta ahora, hacía la ciudadanía a sus elegidos y que sacó a miles de portugueses a las tres de la tarde a manifestarse.

Las olas, oleadas, modas o disposiciones temporales y -por lo tanto, finitas- son sacudidas de la existencia. Son importantes porque nos acercan a ese estado calamitoso que definimos como «ay, Dios, que esto es el día del juicio». Necesarias.

2.

La concesión informal tácita del status de Salomon Field Tester (fanfarria) me comprometía a probar sus materiales. Luego a hablar de ellos. Un detalle: cuando una marca deportiva, en este caso especializada en trail running (and surroundings), contacta con servidor ha de saber de qué va cada palo. Me tranquilicé cuando su departamento de marketing confesó que seguía mis idioteces desde hace tiempo. Ya con tranquilidad moral, me puse a añadir kilómetros a esto. Hay que agradecerle a la marca la confianza.

En plena ola, la de achicharre, Salomon me facilitó un cinturón de hidratación al que llama Skin S-Lab Belt. Como si fuera un héroe de película de animación.

Suele suceder una cosa. En las distribuidoras españolas de cine intentan acercar el concepto de la película a lo primero que se le pone en los testículos. Así, Despicable Me pasa a ser Gru, Mi Villano Favorito. O sea. Como si me presentas a tu mujer como «Esta es Ángeles, mi chica» y yo me refiero a ella como «Ya se jodió mojar el turrón». Veamos si esto tiene implicaciones en el producto de competición de los salmónidos. Yo creo que, algo, sí.

Definiendo: sencillo cinturón que irá encajado en tus caderas. Ajuste de cierre de presa, tejidos autoajustables, y bolsillos delanteros para materiales extra en carrera. Compatible con botellines de bebida blandos 2 uds de 237ml y 2 uds de 149ml. Un producto racing absoluto.

Es ligero. Minimalista. Sacarlo del envoltorio y pensar en un peto para dirigir el tráfico a la puerta del colegio, todo uno. Esto tiene que servir para transportar cosas, como menciona la web.

Lo último que se duda es que la idea del cinturón Belt haya surgido en una tormenta de ideas entre los corredores más rápidos y versátiles del mundo Salomon. Tal cual se dice lo de:

Diseñada junto con los atletas para carreras intensas, esta riñonera ligera y muy bien ajustada con compartimentos frontal y trasero elimina los rebotes durante las carreras por montaña.

Es evidente que no dice nada de una carrera diaria, un entrenamiento local, salvo que sea intensa y simule los trotes y brincos de la montaña. Sirva como aviso a potenciales compradores: si comienzas a ampliar el rango de peso a transportar o kilómetros de trote estarás rompiendo el ethos del producto y, después, tus quejas u opiniones irán al contenedor de reciclar. Por tanto, he de confesar que las sucesivas pruebas han carecido de radicalidad para ser incluídas en este análisis.

Ahora bien. Por el bien de nuestra relación comercial y por ampliar un poco la esencia del cinturón, extrapolemos a la competición pura y dura.

Vale, trail racing radical, pero…

Las carreras de trail que el 95% de los corredores afrontamos exigen un material obligatorio. El 100% de las situaciones que afrontamos nos piden un respeto al complicado medio en el que corremos. La montaña y su clima cambiante, o la montaña y su clima extremo. O esa salida rápida de compromiso después de trabajar en la que subimos como relámpagos para un entrenamiento rápido de dos horas. Y, en los bolsillos anteriores, cabe poco. Hay que optimizar mucho dos geles o barritas energéticas. Un chubasquero hipercomprimido hará que nos falte espacio. Un recorrido sin fuentes nos exigirá más que estos ‘flasks’ de material blando a no ser que la carrera se dispute con temperaturas frías. El diseño de los bolsillos con cremallera son, eso sí, ideales para llanes, smartphone y algo de comida. Unos guantes y una badana y quizá un extremísimo cortavientos Bonatti tienen sitio de sobra, aprovechando una doble goma con interior de silicona en la parte posterior, cierto. Pero no consigo encontrar espacio para una manta de supervivencia, frontal, más comida y mínimo 750cl de líquido. Y es que uno es lento, imperfecto y tragón.

Porque este material requiere de una capacidad complicada de encontrar. La de llegar en brevísimo tiempo al próximo avituallamiento. Donde, posiblemente, tu equipo de apoyo o pacers tengan repuesto extra o ropa y material que requieras para la próxima sección. O sea, nada de recuperar caminando mientras se pasa la pájara, reservas para acometer la sección técnica mientras atardece y caiga la luz, o meter manguitos y chubasquero extra para la zona más expuesta al viento.

Quizá estemos delante de una riñonera que diseñó el fantástico Kilian Jornet para los corredores de un nivel altamente exigente. Pero las gacelas como KJ, AK o Núria Picas trotna en los ascensos y vuelan en los descensos. Sus ligeros chasis consumen eficazmente miles de calorías en una montaña mientras nuestra pesada carrocería diésel pide agua isotónico, bocadillos y una tregua en ese casi imposible ascenso. Y echamos más horas. Al sol, sed o frío.

A nosotros nos duele inscribirnos en un exigente trail y saber que hay que llegar a Courmayeur o al control de tiempo de Azkoitia con rapidez y todo solucionado, porque tendremos que arrear de nuevo en total autosuficiencia. La riñonera radical no soluciona más que una mínima porción de algunos entrenamientos del corredor estándar.

Volviendo a la comparación con las películas y el doblaje de su título, Belt, advanced Skin S-Lab podría perfectamente salir al mercado como Todo Aquello que Quisiste Saber sobre Cómo Kilian Guarda sus Chuches y que Nunca te Contaron Cómo lo lograba.

Pensando en esos mismos tipos de carreras que muchos afrontamos en las latitudes 36 – 40ºN, o sea península ibérica y contornos balear y canario, elaboré esta tabla simulatoria de Belt S-Lab/eficiencia para un corredor de monte del pelotón.

Modo/eficiencia.
Invierno-larga distancia. Descartada.
Invierno-corta. Ideal.
Otoño/Primavera-larga. Insuficiente.
Otoño/Primavera-corta. Ideal-Suficiente.
Verano-larga. Descartada.
Verano-corta. Suficiente-Insuficiente.

#CombateRunner de verano: Bush Jr vs Madonna

luuucha

Regresamos con un especial veraniego. Los practicantes del correr, los runners más estrambóticos, los trendsetters de esto de las zapatillas, enfrentados en los #CombateRunner. Y todo para vosotros, estimated lectores con tiempo de sobra y acceso WiFi en vuestro chiringuito playero de referencia. «Luuuuucha sin tregua», como radiaban los locutores de antaño.

Verano 2013. Donde la caspa se cruza con la lycra. A mi izquierda, ella, Madonna. A mi derecha, casualmente, George Bush Jr. Dentro fotos.

Fotos: Fitsugar, Esoterically.net.

George Bush Jr corría en su residencia privada, cosas de seguridad. Madonna siempre ha escapado de las cámaras con unos disfraces que servían, precisamente, para ser inmortalizada por el papel couché.

Georgie dió tal envidia a los otros mandatarios mundiales que lanzó a los caminos a nuestro Aznar (¿se dejará convencer para un #CombateRunner?). Hizo correr a otros muchos, con esos ojos de ardilla entrecerrados. Los hacía correr hacia las líneas enemigas mientras él corría por la Casa Blanca pero, ¿no corremos todos hacia algo? La toalla en el cuello, como recién salido de una sesión de fotos del Gym Monthly. Los pantalones multideporte. Los calcetines a medio tibial. Bush, un tipo al que podríamos colocar en cualquier carrera de nuestro calendario.

Ella, la diva. La que pasó de restregarse contra un san Pedro negro a hacer mover las cachas a medio mundo con su Hung Up. Pues resulta que corre desde los ochenta. Sí, amigas. Y amigos de muslo gordo. La de Bay City (un lugar ignoto y blanquísimo del Michigan donde los currantes yankees construían coches) mueve sus cincuenta y cuatro años a ritmo de running.

¡Que el combate comience!

¿Qué poder prevalece en la sociedad de la zapatilla deportiva acolchada, la capucha y el tweet? Bush Jr buscó armas de destrucción masiva y se hizo fotos corriendo con soldados mutilados (a los que seguramente envió a la charcutería). Pero ¡ay!, ¡la gorra y las gafas de sol de ella y, sobre todo, la posibilidad de encontrarnos con uno de ellos corriendo por nuestro parque!

¡Eso es un arma de destrucción masiva!

BoxscoreBUSH JR  vs  MADONNA.

FAR (fuerza astral runner) 5 – 7

Postureo y ropita. 3 – 8

Pronación. 7 – 3

Colegueo y accesibilidad 2 – 9

Y el vencedor de esta ronda es… MADONNA. Una pronación terrible no es impedimento para que su combinación de telas, zapatilleo y ese halo de «hostia, que lo mismo viene de concierto a Bilbao y me la encuentro por el bidegorri pues».

¿Quién se enfrentará a ella en la próxima ronda? Permanezcan atentos a sus pantallas.

 

Diario de un corredor en vacaciones (7)

1.

Cascais, Julio del trece. No se pudo huir del calor y desde el sábado ha estado arreando de lo lindo. Así que empecé a dar caña a los materiales varios.

Que no se diga que vamos a rechazar las ventajas de haber sido aceptado como probador de algunas prendas de la marca Salomon. Los chicos rápidos prueban las zapatillas. Madriñán está liado con no se qué, con unas Wing 3. Alfonso el maño (el escarabajo más inquieto de las tierras blancas de los Monegros) doma uno tras otro par de las XR2 Max que probé y conté de aquella manera.

Pues yo he traído una riñonera. Como los bingueros. Como mi suegro cuando… va. Dejaré a un lado a mi santo suegro. Y estoy viendo hasta dónde funciona el test Lab. La cargo y me la encinto y a ratos se me queda corta y a ratos ideal. Dicen los muchachos salmónidos que elimina los rebotes en las carreras de montaña.

Ya contaré, porque yo no suelo rebotar. No soy » de esos».

2.

Peixe. Al pescado le llaman peixe por aquí. Quiero convertir mi dieta en la de un cíprido devorador. Deseo repetir una y cien veces los pescados del pasado Enero, allá en la playa de Matosinhos. Quiero que se sepa que gané un concurso de ‘microcrímenes’ escribiendo sobre un hato de boquerones a los que iba descabezando y limpiando.

Aunque el pescado no dé para torreznos, carrilleras o asado, Bandoneón, tu asado, quiero hacer notar que, si pudiera, haría una transfusión en la que sustituiría mi sangre por aceites omega 3.

Miau.

Que es lo que dice un pez: el atún de lata.

afotopesc

Diario de un corredor en vacaciones (6)

1.

No me he encontrado con Fernando Mamede. Ni con Carlos Lopes o Carlos Cabral. He corrido por los contornos serrados de las playas de Guincho, de la reserva costera de Cascais y un trozo más allá, al este, hacia Estoril, por la orilla de un río ya desabrido, convertido en mar. Casi cuarenta grados y manifestaciones en Belém.

Como buen romántico del atletismo querría haber visto camisetas verdes y blancas del Sporting Clube de Portugal. Aquella escuadra que en el extranjero llamamos Sporting de Lisboa porque los portugueses llevan siglos permitiéndonos licencias sin tenernos mucho en cuenta. Pero, a lo más que llega mi experiencia corriendo por las orillas del Tajo ha sido a ver chicos con ropa muy negra, mucho decathlonizado.

Sí. Ellos también tienen nada menos que cinco tiendas, en Torres Vedras, Amadora, Loures, y dos más en la zona donde estoy estos días. Cascais y Sintra. Y yo, buscando rastros de los «leones». El romanticismo es una enfermedad que se cura viajando, como otras tantas.

2.

No es una zona propicia para grandes aventuras, en principio. Lisboa presume ante el planeta de su medio maratón de siempre controvertido recorrido. Recordemos que sus estratosféricas marcas tienen que se homologadas y discutidas ad aeternum por la diferencia de desnivel entre la salida y llegada. Aunque la IAAF ya le otorgó la Gold Label y solucionó todo aquello y ahora puede presumir de las marcas más rápidas del orbe. Tadese Zersenay  conserva desde 2010 sus 58.23 lisboetas, una marca que sigue por superar hasta hoy.

Su maratona muestra a los teóricos de la lengua por qué la distancia de los 42 kilómetros es una palabra con formas y empatía femenina. Su half es un triatlón apreciado. Pero faltaba saber si en este esquinazo atlántico era posible hablar de aventura.

Ser13gio, quién si no, me abriría los ojos. Es en bicicleta pero digamos que ellos y nosotros, los chicos de las ruedas gordas y los madelmanes de la mochila sudada, somos primos hermanos.

Y sí. Se hace mucho el burro en esta zona de palacetes y de maravillas. Es la Oh Meu Deus. Quien diga que no es el mejor nombre para una prueba deportiva de larga distancia, no tiene entrañas.

Oh Meu Deus y, claro, Fat Ass Fifty. Sobre Fat Ass Fifty tengo pendiente un post.

Felices vacaciones, gente acalorada.

Diario de un corredor en vacaciones (5)

1.

Llevo doce horas sin ver un solo corredor rubio, espigado, ni una sola corredora de ojos claros. Ya no huele a esa mezcla de  curry, aceite para frietjes y agua semiestancada de los canales traseros del Oudezijds Achterburgwal. Noto un cambio en la presión atmosférica a pesar de que es climáticamente improbable.

Me avisa el corrector de wordpress sobre la rareza de las palabras que vuelco en este post. Los blogs de 20Minutos están encuadrados en esta utilidad y esta utilidad nos exige limpieza y orden. También saca del sistema el idioma que se usa como estándar. Pero ¿qué estandarización idiomática debo seguir? Anteayer el neerlandés se adueñaba de mis dedos. Mi lengua debía doblarse y el paladar trabajar duro. Os contaba sobre canales y calles que terminaban en ‘straat’ o ‘gracht’.

El corrector de wordpress no sabe que ahora me rodea una silbante lengua que se cayó por el Miño abajo y que batalló contra los castellanos para ser única. Tiene palabras como ‘fraternidade’, ‘apanhar’ o ‘amaldiçoar’.

2.

Un breve trote me ha llevado por las calles por las que se corren los primeros kilómetros de los 20km de Cascais. Desde los Paços do Concelho, esa placita a la que mira la trasera de mi ático, la cosa me ha llevado por una acera de la Avenida 25 de Abril, que es una fecha que nosotros decidimos olvidar durante un tiempo, como aniquilar del mapa del tiempo.

Mientras los portugueses, a los que en crueles chascarrillos situamos como ‘nuestros hermanos’, decidían si apoyar al dictador Salazar (como hacían sus hermanos los españoles con Franco) o marchar sobre el centro de Lisboa con un clavel en la mano.

A esa hora de la madrugada, en la emisora Rádio Renascença, suena Grândola, Vila Morena. En España el rey de la Ronde van Vlaanderen, el belga Eric Leman, se impone en la etapa entre Almería y Granada de la Vuelta a España. También fundaba Joan Raventós Convergéncia Socialista de Catalunya y CCOO estaban siendo organizadas en las casas y los talleres.

Pero son dos universos muy diferentes.

Opuestos, de tan hermanos que son.

Diario de un corredor en vacaciones (4)

1.

La ciudad huele de una manera muy diferente cuando sales a correr por la noche. Vengo pensando en dónde ir. De noche corría por Amsterdam cuando nevaba, vagando por los canales blancos y amarillos. De noche regresaba de entrenar en las pistas de atletismo de Olympiaplein, donde la campeona olímpica Fanny Blankers-Koen hacía intervalos en los años treinta. De noche salía a correr hacia un mal iluminado Rembrandtpark a las cinco de la tarde.

Cuando se acuesten Teresa  y los niños, saldré de Admiralengracht hacia algún lado donde los adoquines sigan siendo redondeados. El agua de los canales sigue acogiendo parejas de fochas. Las gaviotas se habrán desplazado hacia sus reposaderos y, hasta mañana, no volverán a chillar pidiendo su cuota de protagonismo.

2.

Mañana es día de vuelos y de transición entre destinos. Me he acordado de aquellos consejos que os mandaba en mis primeros días. Consejos sobre cómo arreglarse entre aeropuertos, hoteles y oficinas.

No es mala idea recordarlas. Aquí.

3.

Mañana, insisto, dejaré el viento del noordwest. Volveré durante unas horas al tórrido calor seco de Madrid.

Una inquietud parecida me llevará al oeste. Llevaré los cacharros de corredor hacia el oeste. El final de la tierra me espera y, ahí, un hueco donde abrir el portátil y contar cosas.

Al final, soy un moderadamente habilidoso contador de cosas.

Diario de un corredor en vacaciones (3)

1.

Ayer me llegó un email de la dirección ejecutiva de este blog. Que de momento los equipos de becarios y el acceso a las principales recepciones ministeriales y del palacio real quedan en un segundo plano. Que cuente. Que escriba. Vamos a ello.

Anoche cenamos en un etíope. Lalibela. Era uno de nuestros templos, detrás de casa. En la zona del Overtoom, viejo camino sobre aquellos diques del oeste de la ciudad. Lo regenta,  todavía, un encantador matrimonio. Él recuerda a esos fondistas con apellidos que empiezan por ‘gebre’ o ‘bekele’. Con ojos saltones, grandes entradas y un rostro casi almendrado. Ella, su esposa, es amable. Nos recordaba cómo se come el ‘enjera’, una torta de harina de lenteja, extendida como una pizza gigante, que hay que cortar con las manos y adjuntar a las verduras, el pollo picante, doro wot, la ternera, sega alecha.

– «No, no te acordarás de nosotros. Pero hace diez años veníamos mucho. Traíamos corredores españoles»

El tiempo borra las huellas del tiempo. Es un espejo de dos caras. Intentaré extenderme con más detalle y claridad.

2.

Hoy subimos a visitar varias aldeas tradicionales de la periferia norte de Amsterdam. Cuando vivía aquí, solíamos tomar el primer autobús hacia las coquetas Marken y Monnikendam, a Volendam, Durgerdam, y regresábamos corriendo. El viento en un lado de la cara. La llanura eterna, verde, con las vacas y los modernos molinos. Carriles para ciclistas con los que nos cruzábamos. Tipos enormes, de casi dos metros, pedaleando como flechas por ese engañoso desnivel cero.

Sergio, años antes de hacerse minimalista, me visitó y juntos pataleamos la ruta de Schellingwoude. Ahora, ‘he don’t do drugs, he does endorphines’ (sic). Creo que sé de dónde arrambló las endorfinas suficientes.

La ruta sale de una barcaza que te permite cruzar de manera gratuita el Ij, el río-lago de los cuadros de patinadores.

Sergio miraba desde la barcaza, atrás y adelante. No salíamos a correr. Aquello era un santuario para la distancia del corredor de fondo.

¿Te suena?

3.

En 2002 nacieron los niños. En 2002 se me acentuó una tendinitis aquílea. La segunda. Hoy es, quizá, la cuarta, quien pide cuota de protagonismo.

Sin tierra o montaña no hay paz tendinosa. En la tierra ganada al mar, la tierra se convirtió en asfalto, adoquinado. Es una tierra sin tierra.

Pero estos cabrones la han dejado preciosa.

schellingwoude

Diario de un corredor en vacaciones (2)

1.

Os escribo desde Amsterdam, Países Bajos. Se ha levantado viento esta mañana y he decidido estrenar las vacaciones, merecidas, con un trote por el céntrico Vondelpark. No eran las 7am cuando ya éramos tres los corredores que pisábamos la hierba del parque más emblemático del centro de la ciudad de los canales.

Sabréis muchos que Amsterdam es mi ciudad. En ella me independicé y me hice adulto. En ella me colocaron el alias ‘spanjaard‘ y por ella empujé horas y horas el carro con los críos recién nacidos. El recuerdo de hoy, con los críos aún durmiendo en el apartamento que hemos alquilado, y diez años más tarde, ha durado treinta minutos de suave correr.

Bloguear para 20Minutos aún no da para que me costee una suite en el Krasnapolsky, donde los desayunos de buffet en el salón colonial. Insistiré a los jefes. Dadme tiempo.

2.

Se cumplen doce años desde que trotábamos por esas calles llenas de gente, bicicletas, turistas y corredores  el bueno de Pablo Villalobos, Amaya Sanfabio y yo. ¿O venía Amaya en bicicleta, acompañando al trotador que acompañaba al mediofondista?

El tiempo vuela.

3.

Al cruzar a mediodía por el parque, de nuevo, he podido escanear mentalmente los usos del auténtico corredor recreativo holandés. Dicen que hay un millón y medio de corredores habituales. El país contiene dieciséis millones de personas. El término ‘recreant‘, en el mundo runner holandés, sencillamente engloba a todos los corredores sin licencia KNAU (hoy ‘AtletiekUnie’, federación de atletismo neerlandesa). Pero es una clasificación separada en casi todas las carreras populares.

¿Diferencias con el término fun runner británico? Pocas de tipo conceptual. Una es crucial, eso sí. En los Países Bajos es una categoría oficial. Los holandeses gustan de clasificar y hacer oficial un montón de cosas. Tener registrado el concepto de corredor recreativo es una manera de verlo.

Tener registradas según qué cosas les ha traído más de un dolor de cabeza. Desde el censo de 1830 se registraba la religión de la población residente. Fue de horrenda utilidad para el régimen del terror nazi. Lecciones que da la historia.

4.

Esta noche cenaremos en un restaurante etíope. Si encuentro los secretos de la interminable fuerza interior de los corredores del altiplano, lo contaré mañana después del entrenamiento.