Toda clase de chiflados gobiernan países, empresas, entes diversos… Toda clase de radicales extremistas (sobre todo de sí mismos) se dedican a crispar, enfrentar, enloquecer a las masas como yo, que soy un trozo de masa que se aterroriza cada vez que echa una mirada, queriendo o sin quere, a las noticias… Toda clase de tarados y fanáticos locos o locas tiran bombas atómicas conceptuales sobre quienes les escuchan… y cuanta más trilita y más locura más se amplifica el eco de sus proclamas. Tratar de rebatir o argumentar esos deliriums es darles más resonancia, entrar en el marco enloquecido que se expande y se apodera de la última neurona…