Lo peor de estas campañas fakeras es el griterío. Por suerte en medios escritos no se oyen ni se ven los excesos horribles de los mítines y apariciones. Ver la tele debe ser una experiencia espantosa, yo vi hace unos días unos minutos y salí despavorido. La sobregesticulación, el histrionismo y los gritos e insultos les evitan pensar algún mensaje articulado, son alaridos como de fieras que no dicen nada, lemas precocinados que denigran a la presunta audiencia. Hay que estar muy mal para soportar esas sesiones que calcinan el seso, y más con la potencia de las pantallas y las bocinas al uso. Es horrible. Parecen fieras. Quiero suponer que habrá algunos o algunas con otro estilo, que al menos intentarán elaborar algún mensaje y decirlo con sosiego, presuponiendo que se dirigen a seres humanos. Pero no me atrevo a comprobarlo.