Demasiados sicópatas sueltos en general. La proporción de gente con ese cable cruzado no se sabe a ciencia cierta, pero con que fuera el 10% de la población ya sería suficiente para acabar con la humanidad, que es más o menos lo que está pasando.
Quizá esa cifra sea mayor, o bien se prodigan más que el resto. ¿Y si fuera el 20%? La gente malvada por defec to no tendría ninguna responsabilidad en su maldad porque es un fallo congénito, aunque habrá también depravación adquirida, digamos cultural, o anticultural.
El sicópata habitual, cable cruzado, no puede evitar hacer el mal por donde pasa. Esta «cualidad» explica lo rápido que ascienden en organizaciones y empresas, y cuanto más tóxicas sean, más deprisa progresan.
Esta proporción de canallas podría explicar también el alarmante número de casos de acoso escolar que saparece en los medios. Agua suena río lleva. Y el acoso laboral, que al igual que el escolar y el que se produce en otros ámbitos, conduce a las víctimas a la desesperación y, a veces, al suicidio.
Vaya plan.
Habría que luchar contra esto con consenso social, como se lucha –a duras penas– contra el maltrato familiar y los crímenes de género. Mejor dejarlo estar.