Bruselas desmiente a Bolaños. El gentío, de fiesta unánime. La navidad ha encendido las luces y el belenario se apodera de todo, cenas, fiestas, locales inmensos que no abrían desde la pandemia se llenan hasta que salta el corcho, discotecas, chiringuitos, superalmuerzos, familias sin límites, variedad de gentío de todos los países del mundo, qué bien se vive en Spain y sus disidencias, nadie está tranquilo en el cargazo, todo pende de uno o cinco hilillos pero la navidad parece que la pasanmos, se dicen y Bruselas desmiente a Bolaños, el cgpj se rebota excepto contra sí mismo, que sería lo natural: sentir autovergüenza torera, el budismo está de moda pero para los demás, la empatía supeficial arrasa entre cuchillos y machetes, cada empresa es un dolor, un cólico de cuentas y postergaciones, la IA no acaba de aaarrancar en el denso colchón de pymes ni en las grandes, la IA de momento solo funciona para el que la hace, los gobs todavía están colocando parientes, nadie quiere trabajar y menos en la privada, así que el Estado y sus nacionalidades y provincias recogen con el coche escoba a los penúltimos cuñados pobrecillos, la navidad de Berlanga está en las calles llenas de sintechos, Rompetechos y Carpanta, el motocarro de Plácido y las oposiciones con enchufe y los cargos para los que los nuevos amos, igual que los anteriores, rebajan los requisitos para que puedan entrar los penúltimos parientes sin idiomas aunque con experiencia en el chanchulleo público. Entretanto grandes fiestas y cenas y saraos y discotecas, aunque no tengan papeles y pudieran arder como suelen de vez en cuando, la disco en llamas es un clásico tétrico, ve a pedir el certificado ignífugo al que maneja la comarca y el trasiego y el farlopeo, las calles reburbullen de familias del mundo, menos mal, qué haría la oxidada España inane sin todo este gentío que trabaja sin parar, reparte y cuida y limpia y amasa y vende. Patria endeudadísima -esta semana ha salido la deuda per cápita por ccaa’s, ese ranking–, el meneo y el perro y la bambolla, el villancico con autotune y electroshock, al fin despega la patria unánime cuya única polarización es la juerga y la sobrevivencia.