Otra vez se ha caído Redsys, la plataforma de pago electrónico. Nadie sabe nada, nadie dice nada. El sábado pasado cayó por primera vez. Nadie supo nada, nadie dijo nada. Son cosas misteriosas que escapan del entendimiento del común, escapan de la democracia. La nube es esotérica. La alquimia de estos días. El Bando de España (¡Existe!) ha preguntado, a la segunda caída ha pedido info «detallada».
Este es el mensaje de Redsys en X de hoy:
«Tras la incidencia acontecida ayer en el procesamiento de pagos se ha identificado, junto al fabricante implicado, la causa raíz del problema. Se han aplicado las recomendaciones proporcionadas y reforzado los equipos de operación y monitorización de red. Lamentamos las molestias»
La jerga es similar a la de la ley de amnistía, Orwell fabricando realidades.
El fabricante implicado.
No pasa nada. No es ataque, no es fallo informático, no es nada que usted deba comprender.
Su dinero va y viene por las redes.
El fabricante implicado podría ser el título de una serie distop.
Esperemos que todo se arregle y no haya sido nada, da cierta tranquimazinidad saber que el BdE ha pedido info datallada.
Pronto no hará falta dar esas excusas cuando revienten los sistemas: con decir que ha sido la IA…
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El mundo está enloqueciendo a marchas forzadas, llegan rayos gamma de galaxias que no existen, nos atraviesan neutrinos del fin del mundo (que es el principio) y apenas rozan a los microplásticos que vamos siendo.
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El culebrón OpenAI da cierto mucho yuyu, y algo de esperanza. Al menos en Microsoft hay alguien pilotando.