Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

El horror

Aunque no quieras lo ves y lo sientes, no hay forma de no ver la carnicería y las masacres y de llevártelas a todas partes. Es el horror que apenas ha empezado. Es la muerte que corre desatada por la tierra presuntamente sagrada.

No hay forma de mirar a otro lado pero al final lo haces, miras y buscas algo de alegría o trabajo o conversación casual o actos o lo que sea para evadirte de esta locura genocida de la que solo asoma una punta y quizá lo peor, la devastación, puede estar esperando.

En España, como en todo el mundo, la hiperrealidad languidece y se deshace porque ante esta barbarie donde mandan los sicópatas y apartan a los moderados o cuerdos o simplemente personas decentes no hay nada que ver ni que atender.

SXX ha pactado cuatro apaños con su socia pero ambos tienen la base minada pies de barro fuerzas exaustas agotamiento cerebral profundo y apoyos endebles. Hasta tal punto que SXX ha perdido el brillo de la tez y debe de estar pensando en dejarlo estar porque llega a un punto con los puigdemones y los otros y los otros que su libro de la resiliencia se ha quedado corto, ante tantos chiflados no sirve el manual. Y él mismo debe de estar aborrecido de la vía delirante que ha emprendido.

Si no fuera porque el mundo está en llamas y a punto de saltar por los aires –ni tiempo le damos a la crisis climática– sería gravísimo lo que está pasando en España. Pero la locura desaforada que nos aqueja debe de ser universal, quizá solo somos un adminículo o un periférico de la furia homicida que asola el mundo.

 

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