Este lamentable asunto Rubiales podría ser útil si propiciara la paridad por ley.
Que siempre se ha defendido en estos artículos.
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Cae la tarde ya otorrina, el viento veloz cual F1 ha transparentado el aire y se ven lejanas crestas que solo existían en la desmemoria y en google hearth
y caen hojas hace días doradas marrones solemnes secas a pesy y salen los litones aun verdes y los higos dulces se agostaron enseguida sofocados
Las piscinas azotadas hacen pequeños tsunamis por esta parte donde baja el cierzo enloquecido encajonado valle del Ebro sin agua la reparten los bomberos por los pueblos ya semivacíos de nuevo en su olvidado ser esperando/organizano la próxima lifara.
Leo a Espinás Josep María A peu per Aragó, El Somontano, que es el nº 18 de sus tomos de viatge, Espinás falleció el año pasado, leo estos paseos añorando a Pla, pobrecillos todos humanos perdidos en nuestros pequeños cerebros encapsulados en sus estrechas cabinas, esfenoides, parietales, osarios de hueso. Leo a Espinás que escribe de gente que conozco y parejes cercanos, ahora estamos muy sensibles a cierta condescendencia, la de los demás.
Cae agosto por septiembre a golpes de fríocalor, las casas recocidas en meses de 40º mantienen el aire denso tropical seco esperamos los monzones que anuncian como agua de mayo, la que no cayó en mayo ni nunca ya no volverá.
Las golondrinas se quedan en sus conos invertidos, los críos entran en las casas abandonadas de los pueblos, saben que nunca volverá nadie, revuelven las vajillas, fotos de otros mundos en marcos de plástico, flores de ídem que nunca se marchitan, adoramos el plástico porque lo llevamos dentro.
La madre de Rubiales se ha enfoscado en una iglesia, la vida cultural agónica no cesa nunca, el que troceó a su amigo en lejanas tierras, el nieto de Curro, los políticos veraneantes de sí mismos, sin nada que hacer porque tienen mayordomías y secretarios que les cuadran las tardes interminables y las frases ininteligibles.
La palabra ininteligible lo es.