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El big data del alma

Romper la hora es hackear el mundo

Llega la hora de romper la hora. Por ejemplo en Calanda, el pueblo de Luis Buñuel. La hora de romper la hora y luego tocar el bombo y el tambor durante un día, la rompida de la hora en el Bajo Aragón recuerda la muerte de Cristo. Buñuel llevó el tambor al mundo, a sus películas.

La rompida de la hora es el ritmo de la tribu que duerme durante todo el año la plácida angustia de la vida sin más.

Romper la hora es una redundancia porque la hora se rompió aquel día y desde entonces todo está fuera de su eje.

El Bajo Aragón se prepara para romper la hora, que es hackear el mundo, hackear el ritmo nosmal y alterar la hora de Europa, que cada año cambia la hora dos veces para reafirmar su extraña autoridad. El Bajo Aragón rompe la hora por la muerte de Cristo en la cruz y de paso rompe la hora interior, la hora íntima de cada cual y del mundo. hackea el horario transtornado y evoca las horas que cambiaron el mundo.

La procesión va por dentro. Las tripas del que rompe la hora son el anuncio del principio y del fin del mundo, que son lo mismo.

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