A algunos les da pena que se acaben, pero muchos estábamos ya empachados de polvorones, villancicos y restos de nieve de bote y confeti por todas partes. Es casi mediados de enero, con su cuesta, sus rebajas y la dura vuelta al cole. Así que la excusa para comer hasta reventar y revolver la casa entera se ha terminado.

Ahora toca perder kilos, pero de juguetes aparcados por las esquinas y decoración colgada en los sitios más inverosímiles.

Mis compañeras me han contado algunos trucos e ideas buenísimas para devolver la normalidad a tu hogar, dejarlo incluso mejor de lo que estaba, y de paso compartir un poco del auténtico espíritu navideño con quienes no han tenido tanta suerte:

CUIDADO CON EL HORROR VACUI

No es una enfermedad contagiosa, sino la sensación que te estallará cuando devuelvas todos los muebles que moviste a su lugar original, retires la omnipresente decoración navideña y te des cuenta de que tu casa respira muchísimo más. Tendrás la tentación de volver a rellenar todos esos huecos, de comprar mil complementosy devolver parte de la saturación anterior. Contente.

El minimalismo le sienta bien a tu hogar. Lo hace visualmente más grande, te complica menos la vida a la hora de limpiar, te deja más espacio vital para ti.

¿QUÉ HAY DEL ÁRBOL?

En España no es costumbre contar con uno de verdad, pero por si acaso revisemos los consejos de WWF para una Navidad responsable: fabricar nuestro propio árbol reciclando cartón, papeles de colores, fotos y telas. O “disfrazar” otras plantas que ya tengamos en casa. Si la ilusión por tener uno de verdad os vence, elige siempre árboles criados en viveros que garanticen su posterior replantación, una vez pasadas las Navidades.

UNA BUENA REVIMPIEZA

Sí sí, es cuando juntas una buena revisión con una buena limpieza. Si hay niños cerca seguramente encontrarás pequeños juguetes, con suerte aún enteros, por debajo de armarios y sofás. Comprueba que no se ha roto o estropeado nada con tanto alboroto: luces, lámparas, enchufes…

ES TIEMPO DE NEVADAS, PERO LAS DE VERDAD

Así que puedes retirar tranquilo la de mentira y el resto de adornos de las ventanas, que Papá Noël lo entenderá. Si le han cogido cariño a su hogar temporal y no salen, prueba a ablandarlos con agua caliente y jabón, y utiliza si es necesario –y con cuidado- la rasqueta típica para limpiar superficies como placas de vitrocerámica o eliminar la nieve de los parabrisas.

BICARBONATO TRAS LAS GRANDES COMIDAS

Pero no para tu estómago, sino para recuperar la blancura de tus manteles castigados por estas fiestas. Introdúcelos en un barreño con agua y este compuesto químico durante una hora y listo. Para eliminar los malos olores de tus alfombras causados por la suciedad de las pisadas o la caída de comida, espolvorea bicarbonato sódico en ellas y déjalo actuar unas 4 horas (puedes recogerlo fácilmente después con una aspiradora). Neutralizará de forma natural estos aromas indeseados.

JUGUETES: ELLOS PIERDEN LA ILUSIÓN QUE OTROS BUSCAN

Unas Navidades responsables dependen mucho del espíritu con que regales. Lo ideal es regalar cosas que necesiten, que no contaminen, producidas y distribuidas de forma justa… aunque sea difícil cumplir todos requisitos con un niño y sus amados juguetes.

Pero al menos intenta una cosa: si está tan emocionado con los recién abiertos que ya no necesita los viejos y empiezan a acumularse, dónalos. Estarás posibilitando que otros niños con menos posibilidades disfruten de algo tan importante en la infancia como es el juego. Además, al involucrar a tu hijo explicándole porqué lo hacéis estarás regalándole algo mucho más importante: valores solidarios y una educación responsable y comprometida con los menos favorecidos.

Hay muchos lugares que aceptarían encantados tus juguetes viejos. Nosotros nos hemos pasado estas Navidades por la Asociación Española Contra el Cáncer de Bizkaia a dejar los nuestros, por ejemplo. Pero si no conoces un lugar físico donde llevarlos, la iniciativa Nolotiro te lo pone fácil.

Otras opciones, si lo prefieres, son montar un pequeño mercadillo para venderlos o intercambiarlos con otros niños.

Una idea, el intercambio para huir del consumismo caro y sin sentido, que también enriquecerá mucho la mente de los pequeños y aligerará tus gastos, al poder conseguir otros “nuevos” sin coste alguno.

Hay iniciativas muy bonitas y prácticas para ayudarte a intercambiar juguetes, como Creciclando, Truequear y La Noche de los Niños y el Proyecto Peonza.

¿Qué te parece? ¿Te apuntas a aprovechar esta vuelta a la normalidad para dejar tu hogar y tu compromiso con la sociedad mejor que nunca?