Juguetes anticrisis que fomentan la imaginación y el trabajo en equipo

Juguetes anticrisis: los cochecitos de carrera de cartón WC para pequeños pilotos de la casa

Del binomio crisis y valores educativos se podría debatir días enteros planteando nuevas fórmulas para concienciar a la próxima generación sobre el valor de las cosas.

Los padres de hoy somos de una quinta mimada a la que no le faltó de nada, herederos de un bienestar con el que nuestros padres quisieron compensar todo aquello que no pudieron disfrutar en sus respectivas infancias. Pero la vida es cíclica. Las apreturas vuelven y, lo más importante, son una oportunidad dorada para enseñar a nuestros hijos que el recurso más valioso e inagotable en esta vida es la imaginación.

Por eso me encantan las ideas como esta: convertir lo que parecía un desperdicio sin utilidad, como un tubo de cartón de WC, en un divertido juguete:

 

¿Un tubo de cartón que se convierte en un coche de carreras? ¡Con Reparalia todo es posible!

 

Solo necesitaréis guardar los tubitos del baño a medida que se vaya agotando el papel –¡no vale hacer trampas despilfarrando más del necesario!- y guardando otra fuente de cartón plano.

RESUMIENDO… MATERIALES:

-Tubitos de cartón (del WC o de cocina).

-Cartón plano (de cajas de cereales o galletas).

-tijeras o cutter (con supervisión).

-Pintura (y pegatinas) para decorar.

-Pegamento.

*PARA LAS RUEDAS: hay dos opciones, podemos utilizar clips de doble lámina y ruedas de cartón como en esta opción, o palillos de dientes y pajitas de bebida más tapones de plástico como en esta otra. ¿Y si… probamos las dos? 😉

 

¿Un tubo de cartón que se convierte en un coche de carreras? ¡Con Reparalia todo es posible!

 

El resto es muy sencillo si echáis un vistazo a las imágenes: preparad el espacio para el piloto –sus pequeños juguetes favoritos- con ayuda del cutter. Preparad el volante y pegadlo en la cabina, y pintad el conjunto de los colores de vuestro propio equipo.

Decorad con pegatinas al gusto. Y ahora, la parte más “complicada”: las ruedas.

Si optáis por emplear “ejes” de palillos y tapones de plástico: haced dos perforaciones a cada lado asegurándoos de que son paralelas longitudinalmente al tubo. Ahora cread los ejes, recortando la pajita en dos partes un poco más cortas que cada palillo, como en la foto. Haced un agujerito en cada uno de las 4 tapones de plástico para que entre el palillo y después, para que no se suelten, podéis poner una gota de pegamento fuerte (¡solo con ayuda de adultos!).

Si optáis por los clips y las ruedas de cartón será un poco más sencillo: solo necesitáis perforar el tubo en los mismos 4 puntos creando el hueco para que entre el clip, y listo.

 

¿Un tubo de cartón que se convierte en un coche de carreras? ¡Con Reparalia todo es posible!

¿Hay algo más valioso para un peque que tener su propia colección de coches diseñados y creados por él mismo y sus creciditos ayudantes mecánicos?

Ya decía Antonio Machado una verdad como una casa que enriquece el espíritu del DIY: solamente el necio confunde valor y precio.

¿En sus puestos? ¡¡¡A jugarrrrrr!!!

 

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¡Que lo disfrutes!

6 comentarios

  1. Dice ser Giancarlo

    Solamente el necio confunde valor y precio. Grande Machado y grande tú, Salvador.

    Cuanta razón es que hay que volver a educar a los nuestros hijos en el valor de las pequeñas cosas y los grandes afectos. El consumismo con que nos consintieran nuestros padres ha hecho mucho daño a esta sociedad.

    25 junio 2013 | 12:25

  2. Dice ser mamá feliz

    nuestros padres jugaban con canicas y nosotros con carísimas videoconsolas. Y quiénes eran más felices? quiénes hacían más amigos? quiénes estaban más sanos y crecían sin obesidad ni los ojos maltratados? quienes aprendían mejor a compartir? quiénes sabían entretenerse con lo mínimo y necesitar menos para sonreír? yo como madre lo tengo clarísimo, la mayoría de los juguetes de mis hijos están construidos entre ellos, mi marido y yo. Tienen una imaginación inacabable y no podría estar más orgullosa de como la utilizan. El amor por los hijos se demuestra buscando el tiempo para criarlos, no compensando ausencias con regalos carísimos. Gracias por las ideas!

    25 junio 2013 | 12:42

  3. ¡Que pocholada! ¡Tienen el tamaño perfecto para nuestros clicks de Playmobil y figuritas de Lego!

    25 junio 2013 | 13:45

  4. Dice ser John

    y la pintura qué, es que no vale dinero?

    25 junio 2013 | 15:15

  5. Dice ser Lola

    Recuerdo con mucho cariño unos muebles que me hizo mi madre, q.e.p.d. con unas cajas de cigarrillos, de golpe me olvidé de los juguetes sofisticados que tenía la vecina.

    25 junio 2013 | 17:40

  6. Gracias chicos, por vuestras ideas, por vuestro caballo que se deshace en la fuente, por este corto tan emotivo (ojalá todos pudiésemos disfrutar en la vida de abuelos como el del protagonista, Juan Manuel 😉 , por las cajas de cigarrillos que se convierten en juguetes más exclusivos que los de la vecina…

    John, claro que la pintura tiene un coste. Pero como siempre que planteamos un DIY con cosas que tengamos por casa, os invito a aprovechar cualquier pintura almacenada, los típicos rotuladores o lápices de colores que se encuentran en cualquier hogar… ese tipo de materiales.

    Nunca me canso de defender lo baratísimo que sale reutilizar o reparar frente a comprar, y resulta un reto divertido y enriquecedor el de intentar aprovechar cualquier material que ronde nuestro espacio para este tipo de cosas.

    El DIY agudiza el ingenio! 😉

    25 junio 2013 | 17:57

Los comentarios están cerrados.