Por Carmen Gil Martínez
¡Harta! Harta de broncas, de acritud, de aspereza, de ofensas, de sarcasmo…
Soy maestra desde hace casi treinta años y durante todo mi ejercicio profesional he intentado fomentar entre mis alumnos la tolerancia, el respeto a quien piensa diferente, el entendimiento…
Sin embargo, resulta verdaderamente complicado cuando nuestros políticos, que son quienes nos representan, están enzarzados en un eterno rifirrafe que traspasa continuamente los límites de la consideración y del respeto.
¡Basta ya de transmitir enfrentamiento! No les pido ayuda, simplemente que no nos lo pongan difícil a los que trabajamos por crear una España tolerante y abierta. ¡Por favor!