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Entradas etiquetadas como ‘consulado’

Los continuos problemas con los consulados españoles (como el de Houston)

Consulado de España en Houston.

Sede del Consulado de España en Houston (Texas). (GOOGLE MAPS)

Por Elisabet Purcalla

El Consulado General de España en Houston ya no recibe llamadas. Sí, han oído bien, o quizás no han oído absolutamente nada porque, como dicen en la grabación del buzón de voz, «este consulado ya no puede recibir atención telefónica». Añadimos a esto un horario de atención muy limitado, de lunes a viernes de 9 a 13 h. Las elecciones del 20-D se asomaron a la vuelta de la esquina y el Consulado no nos permitió realizar el cambio de domicilio correspondiente en los registros para poder recibir las papeletas en casa. No hemos de olvidar que una de las funciones de los Consulados es la de ofrecer un servicio y asistir a los ciudadanos del país de origen en lo máximo que se pueda. El Consulado ha de ser un ente facilitador en las tareas que por cuestiones de localización resultan extremadamente tediosas. Tengo 10 emails enviados back and forth durante una semana donde responden pero no resuelven mi problema para realizar un cambio de domicilio, una situación que se podría resolver en una llamada de 5 minutos el mismo día.

Por otro lado, nosotros vivimos en Dallas y el Consulado de España en Houston exige desplazarse en persona hasta allí para el cambio de domicilio. Recordemos que el Consulado se debe a los españoles que vivimos fuera de España para no tener que trasladarnos a nuestro país de origen a realizar los trámites. De todas formas si que nos obligan a realizar un viaje de 4 horas de ida y otras 4 de vuelta en coche. Entonces, ¿qué sentido tiene si igualmente hay que viajar? Se trata de hacer las cosas bien y no de hacer las cosas menos mal. Ojo, que este Consulado también enmarca territorialmente otros estados aparte de Texas como pueden ser Nuevo México, Oklahoma, Luisiana, Arkansas, Tennessee, Alabama y Mississippi.

Para aquellos españoles que no han pisado EE UU, las distancias aquí son muy largas. Un español viviendo en Tulsa (Oklahoma) tiene 8 horas de ida. Peor aún, alguien que vive en Nuevo México tiene 14 horas de viaje hasta Houston (solo de ida) para cambiar su domicilio. Estamos en el siglo XXI: se firman contratos a distancia y se realizan millones de transacciones sin estar en persona. Esta es una situación insostenible a corto y largo plazo. Lo que este cambio de dirección supone es perder al menos un par de días en el viaje. A eso hay que añadirle los gastos del viaje, hotel, días de fiesta a pedir en el trabajo, etc.

Pedí al Consulado que me diera alguna opción como enviar el formulario por carta firmada y sellada, testificar delante de un notario y que este confirme nuestra identidad o lo que se requiera. Incluso les he preguntado si la Cónsul honoraria que vive en Dallas podría hacer algo al respecto como ser testigo y dar fe de que nosotros somos realmente nosotros, los que vamos a cumplimentar el formulario. La señal desde Houston ha sido muy clara: «Señora, deben venir en persona«.

Quiero recordar a los lectores que la presencia de empresas españolas en Dallas es muy relevante. Compañías como Ferrovial, BBVA, Santander, etc., con un importante número de desplazados desde España. Además de que han llegado a Dallas más de 150 profesores visitantes en 2015. Todos estos datos respaldan la gran comunidad española que vive solamente en Dallas-Fort Worth, ya no hablo de todo Texas.

Y yo me pregunto, ¿no es más lógico que todo este río de españoles no tenga que desplazarse a Houston para un cambio de dirección? Acordémonos que cambiar de dirección es algo bastante frecuente, sobre todo si estamos temporalmente en el país. Este viaje fácilmente tendríamos que hacerlo cada año. Hay que tener en mente que el objetivo de todo esto es facilitar el papeleo y evitarnos los traslados, que ya suficientes viajes nos hemos de pegar para ir a España.

Por último, acabo con una cita del ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, que ha instado a los nuevos diplomáticos a defender en el exterior los intereses de España con «patriotismo» y «sin pasteleos”, además de «con tenacidad, firmeza y trabajo«. Si esto fuera real no nos encontraríamos ahora en esta situación. Ya no quiero pedir un cambio de dirección, lo que pido es que cambien los requisitos en el propio Consulado General de España en Houston como mínimo, en este caso, para poder ejercer nuestro derecho al voto.

Los emigrantes españoles estamos en el olvido institucional, descuidados y maltratados

Por Inés Alonso

Funcionario

Un funcionario frente a un ordenador. (ARCHIVO)

Mi nombre es Inés, tengo 31 años y soy una de tantas jóvenes que abandonaron España en plena crisis esperando encontrar mejores oportunidades laborales en el extranjero. Hace tres años me vine a Montreal, en Canadá, donde actualmente resido. Las «aventuras» a las que nos enfrentamos no solo relatan la historia de la adaptación, el aprendizaje del idioma y la cultura o la más dolorosa nostalgia de nuestra tierra, familia y amigos. También, desafortunadamente, forma parte de nuestro día a día el enredo institucional al que nos vemos sometidos.

Pagamos miles de dólares para obtener permisos de residencia y sufrimos meses/años de espera en los que no podemos planear nuestro futuro más inmediato. Vemos como las instituciones españolas nos dan la espalda. Mucho se ha hablado del voto rogado, pero hay otras muchas barreras, como el hecho de que no podamos renovar nuestro DNI, ni registrar obras artísticas, ni solicitar documentos nacionales por correo. Muchos impedimentos que nos tienen haciendo cola en los consulados sistemáticamente y aceptando «no» como respuesta a las más simples demandas. Consulados que no atienden más que unas pocas horas por la mañana, que no responden ni emails ni llamadas (como el de Montreal), que no interfieren para solucionar problemas básicos. A seis meses de que mi pasaporte caduque (teniendo ya el DNI caducado desde hace meses), voy a tener que ausentarme del trabajo para que el consulado envíe un dichoso folio por correo en mi nombre solicitando la renovación. Algo que no puedo hacer yo (debe ser la dificultad) y que les he solicitado por email más de cuatro veces, sumando no sé ni cuántas horas de espera al teléfono para jamás ser atendida.

Los emigrantes españoles estamos en el olvido institucional. Descuidados, maltratados y a expensas de funcionarias con salarios mínimos que no ponen ni un minuto extra de su tiempo en facilitar las cosas.