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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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Cuando el humor mira a nuestro deporte

No me he podido resistir. Es quizá el mejor monólogo en español que hay circulando ahora mismo.

El humorista leonés Leo Harlem hacía una parodia de todos nosotros. Deportistas más o menos vocacionales o a quienes la sociedad o la medicina nos recomienda «correr un poquito». Nunca está de más mirar hacia atrás y comprobar qué reacciones suscitó nuestro repentino y apasionado comienzo.

Esa gran frase:

– Mañana me voy a levantar a correr.
– Sí, a correr las cortinas…

Con todos vosotros, así nos ve el humor.

Diario de un corredor en vacaciones (y 9)

1.

Cierro.

Con la sensación de que muchos días uno es corredor sin serlo. Sin querer, con la única motivación de llegar pronto a casa. Porque he olvidado la cartera en el apartamento y toca hacer 1440 metros (y 30 de desnivel acumulado por adoquines).

La culpa, de nadie más que mía. Sobre cómo interpretan en la cocinha portuguesa los arroces con pescado y marisco, se hablará otro día. Del ‘Castro’, abierto desde 1952, con camareros de 1952 y comida de 1952, a casa y vuelta al restaurante para poder abonar la cuenta.

2.

Adiós vacaciones veraniegas. Comienza ese periodo del estío en que hablamos de correr e imaginamos otros paisajes, preguntamos a los conocidos qué tal les va, y en que se organizan las carreras más informales y también las más bestiales. Toca correr en los sueños. Toca trotar de manera imaginaria por los paisajes que dejamos para el verano que viene.

Salvo los afortunados que decidieron ser su propia fuerza de trabajo y dueños de sus medios de producción (pendiente queda un enfoque marxista para Septiembre, avisados vais).

El verano será el momento de los kilometrillos del Barrio de San Lorenzo y san Cayetano, y del terrorífico Ultra Trail del Mont Blanc. Sobre esta cuestión, ya que suelo manteneros al día sobre sus disquisiciones, ver los pensamientos del único Sergio 13.

También  es Agosto el momento en que el sofoco conquista una cima; la de mi paciencia.

Pero sobre mí ya hemos hablado demasiado. Este diario de verano toca a su final.

1928

Diario de un corredor en vacaciones (4)

1.

La ciudad huele de una manera muy diferente cuando sales a correr por la noche. Vengo pensando en dónde ir. De noche corría por Amsterdam cuando nevaba, vagando por los canales blancos y amarillos. De noche regresaba de entrenar en las pistas de atletismo de Olympiaplein, donde la campeona olímpica Fanny Blankers-Koen hacía intervalos en los años treinta. De noche salía a correr hacia un mal iluminado Rembrandtpark a las cinco de la tarde.

Cuando se acuesten Teresa  y los niños, saldré de Admiralengracht hacia algún lado donde los adoquines sigan siendo redondeados. El agua de los canales sigue acogiendo parejas de fochas. Las gaviotas se habrán desplazado hacia sus reposaderos y, hasta mañana, no volverán a chillar pidiendo su cuota de protagonismo.

2.

Mañana es día de vuelos y de transición entre destinos. Me he acordado de aquellos consejos que os mandaba en mis primeros días. Consejos sobre cómo arreglarse entre aeropuertos, hoteles y oficinas.

No es mala idea recordarlas. Aquí.

3.

Mañana, insisto, dejaré el viento del noordwest. Volveré durante unas horas al tórrido calor seco de Madrid.

Una inquietud parecida me llevará al oeste. Llevaré los cacharros de corredor hacia el oeste. El final de la tierra me espera y, ahí, un hueco donde abrir el portátil y contar cosas.

Al final, soy un moderadamente habilidoso contador de cosas.

Diario de un corredor en vacaciones (3)

1.

Ayer me llegó un email de la dirección ejecutiva de este blog. Que de momento los equipos de becarios y el acceso a las principales recepciones ministeriales y del palacio real quedan en un segundo plano. Que cuente. Que escriba. Vamos a ello.

Anoche cenamos en un etíope. Lalibela. Era uno de nuestros templos, detrás de casa. En la zona del Overtoom, viejo camino sobre aquellos diques del oeste de la ciudad. Lo regenta,  todavía, un encantador matrimonio. Él recuerda a esos fondistas con apellidos que empiezan por ‘gebre’ o ‘bekele’. Con ojos saltones, grandes entradas y un rostro casi almendrado. Ella, su esposa, es amable. Nos recordaba cómo se come el ‘enjera’, una torta de harina de lenteja, extendida como una pizza gigante, que hay que cortar con las manos y adjuntar a las verduras, el pollo picante, doro wot, la ternera, sega alecha.

– «No, no te acordarás de nosotros. Pero hace diez años veníamos mucho. Traíamos corredores españoles»

El tiempo borra las huellas del tiempo. Es un espejo de dos caras. Intentaré extenderme con más detalle y claridad.

2.

Hoy subimos a visitar varias aldeas tradicionales de la periferia norte de Amsterdam. Cuando vivía aquí, solíamos tomar el primer autobús hacia las coquetas Marken y Monnikendam, a Volendam, Durgerdam, y regresábamos corriendo. El viento en un lado de la cara. La llanura eterna, verde, con las vacas y los modernos molinos. Carriles para ciclistas con los que nos cruzábamos. Tipos enormes, de casi dos metros, pedaleando como flechas por ese engañoso desnivel cero.

Sergio, años antes de hacerse minimalista, me visitó y juntos pataleamos la ruta de Schellingwoude. Ahora, ‘he don’t do drugs, he does endorphines’ (sic). Creo que sé de dónde arrambló las endorfinas suficientes.

La ruta sale de una barcaza que te permite cruzar de manera gratuita el Ij, el río-lago de los cuadros de patinadores.

Sergio miraba desde la barcaza, atrás y adelante. No salíamos a correr. Aquello era un santuario para la distancia del corredor de fondo.

¿Te suena?

3.

En 2002 nacieron los niños. En 2002 se me acentuó una tendinitis aquílea. La segunda. Hoy es, quizá, la cuarta, quien pide cuota de protagonismo.

Sin tierra o montaña no hay paz tendinosa. En la tierra ganada al mar, la tierra se convirtió en asfalto, adoquinado. Es una tierra sin tierra.

Pero estos cabrones la han dejado preciosa.

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Diario de un corredor en vacaciones

1.

De nuevo haciendo la maleta. Un año que hemos quemado. Y el portátil a la maleta. Y las zapatillas de correr a la maleta. Y pantalón corto y camisetas suficientes, aunque la ropa de verano y muchos bañadores y ropa de hoy día nos valen para echar una carrerita.

¿Convencéis a vuestros familiares sobre la necesidad de incluir en el equipaje los cacharros para correr? En el extraño caso de mi familia no es estrictamente necesario. Las peleas son otras.

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2.

El ‘por dónde’ es la ilusión que los corredores escondéis, escondemos. Cuando hemos decidido las vacaciones y tenemos localizado el lugar donde nos alojaremos, un personajillo escondido detrás de nuestro cerebelo (Johnny Cogote) comienza inmediatamente a documentarse. Rastrea la red en pos de rutas. De grupos de potenciales grupos de corredores.

Es en el momento en que demuestra que J.C. domina sobre su inconsciente. ¿El corredor no descansa? ¿No deja nunca la actividad de vacaciones?

¿No es esto un hobby, una pasión? Somos imperfectos.

3.

Los destinos. Ay, la planificación. Pillar los mejores periodos en dura pugna con los compañeros de trabajo, que también desean ir esa quincena deseada. Qué lejos queda todo ahora, de camino a la terminal del aeropuerto o circulando por una saturada autovía hacia el levante mediterráneo, o desempaquetando los trastos en la casa rural o la casa familiar en la montaña.

Mañana debería estar escribiéndoos desde los Países Bajos. Felices vacaciones a todos.

Tras Vitoria, la Carrera de la Mujer hace parada en Gijón

El calor envía el calendario de las pruebas organizadas por Sport Life al norte de la península. Y lo hace con un éxito tras otro. Después de unas habituales cifras como las diez mil mujeres inscritas en Valencia o las veintitrés mil de Madrid, el movimiento de la mujer en marcha se desplazó a Vitoria. Allí cuatro mil mujeres desafiaron a la lluvia y se plantaron en meta. Se convertía así en la prueba de atletismo popular más multitudinario de la ciudad, muy por delante de los eventos habituales.

Y es que esto se ha convertido en la marca de identidad de las series ‘Carrera de la Mujer’. Salvo los masivos eventos en Madrid o Valencia, ciudades acostumbradas a acoger pruebas de igual calado, Vitoria o Gijón se ponen a la cabeza con este formato. La Carrera de la Mujer de Gijón se disputa hoy en la ciudad de la bahía de San Lorenzo y de Cimadevilla sobre un céntrico recorrido por El Molinón, Doctor Fleming y el complejo deportivo Las Mestas con seis mil dorsales vendidos desde hace días. Este es el recorrido, para que bajes a partir de las 10h a animar y nada te pille de sorpresa.

 

En la edición de 2012 la corredora de Tineo Verónica Pérez (en la foto) se llevó el gato al agua por delante de la ya deslumbrante cifra de cinco mil corredoras. Gijón fue una de las pioneras en el circuito de carreras citado, siendo hoy la novena edición que se corre de este circuito patrocinado por Central Lechera Asturiana y Seguros DKV.

¿Tienes todavía alguna excusa preparada para no participar?

La web de la carrera te las desmonta.
Foto: CarreraDeLaMujer.com

Correr y las ‘operaciones biquini’

Llega el verano. Atropelladamente, con prisa. Y las prisas, como se dice, no son buenas nada más que para los ladrones y los toreros malos. Para adelgazar no hay nada peor que tener prisa. Pero salir a correr las semanas inmediatamente antes de las vacaciones playeras es muy utilizado. Por que llega la operación biquini. (o bikini, que la RAE admite ambas)

¿Hacemos bien? Hombre, empezar a  correr siempre es sano. Teniendo en cuenta dos o tres principios básicos ayudará a que nos sintamos mejor. También, que es a lo que vamos, a perder algún kilo de los que nos sobra. O sea, que sí. Corredores pata negra, asumidlo: se nos unirá un contingente temporal con el único objeto de perder una talla.

No es mi culpa. Estoy rodeado de estímulos para que lo haga.

Claro. Adelgazar es un mercado. Muchos lo llaman ‘periodismo-salud’. En las últimas meses ha sido más que evidente que ha aparecido una buena batería de artículos sobre el running en medios poco habituales. En las portadas de salud o generales de diarios han aparecido artículos hablando sobre cuan de moda está. El Huff dice esto de «la droga saludable», habla de los beneficios del correr y diversos testimonios aparecen contando lo que al fin y a la postre mueve a muchos: dedicar un rato a la semana, dos o tres o seis, a correr unos kilómetros. El País titulaba lo de ‘correr está de moda y es saludable‘, y como una alegre oleada en pantalón corto se escurrían los sesos en ABC con mini-vídeos.

Y la primavera multiplica las noticias porque los corredores ocasionales aparecen como las setas. Es fácil, barato y rápido de cogerle el truco, sí, pero durante Mayo y Junio la cosa va de perder esos kilos.

Incluso en las revistas especializadas hay un mensaje subyacente: correr… te ayudará a perder unos gramos. En las redes sociales se reproducen los mensajes en pos de esos gramos. Sólo en los últimos tres días, a todo color y con imágenes a todo color…

 

 

Vale. Que no me ciegue por los cantos de sirena. Pero ¿qué consejos sigo, entonces?

¿Me animo a este hobby y de paso pierdo unos gramos sudando o mejor me encierro en una sauna o en un atasco en la M40?

1. Abrigarte más no te hará perder más peso. Estás en la antesala del verano. Colócate dos capas más o un chubasquero y sudarás más. Perderás más sales. Bordearás la línea del colapso por hipertermia y la sanidad, recuérdalo, la pagamos entre todos. Pero la combustión de grasas se logra trotando más días durante más minutos.

2. Si eres constante el premio estará más cerca. O sea, correr no es un remedio inmediato. Ten en cuenta que el cuerpo no reacciona hasta pasadas unas cuantas sesiones. Cuando eres capaz de correr más de media hora seguida se desencadenan más mecanismos metabólicos. Digamos que el cuerpo ‘sabe quemar calorías’ pero necesita que se lo recordemos, especialmente después de una vida sedentaria. Recuerda que acabas de empezar a correr como remedio a tus excesos.

3. Tendrás más sed. Bebe agua para calmar la sed. Es natural, has comenzado un ejercicio en plena primavera. No la mitigues con ‘la cervecita’ o con ‘el zumito’. Recuerda que quieres perder calorías, usándolas. No las repongas alegremente. Corres el riesgo de ingerir más de las que has quemado. Un zumo o una bebida azucarada y con gas está plagado de azúcares añadidos que significan calorías directas. Más aún con los siropes de jarabe de maíz que se usan actualmente en muchas bebidas.

4. Aprovecha las horas más frescas del día. Evita el calor. Sí. Quieres el calor para sudar, pero por ahí no van los tiros. El mismo calor excesivo te echará atrás o te mandará a Urgencias. Si quieres que correr sea efectivo, hazlo en condiciones más favorables. Justo antes o después de desayunar, con el cuerpo aún fresco, estarás más preparado para el ejercicio. La diferencia de temperatura con la parte central del día puede ser de hasta veinte grados.

5. Como resumen, recuerda abonarte a la paciencia y afrontar de manera optimista este nuevo hábito. Esto tiene pocos secretos y sí muchas maneras de darse de morros con el fracaso.

No es zen. Es que te voy contando lo que llevo visto en más de treinta años corriendo.

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Microentrevistas: Nunca correré… (III)

Continuamos. Ya sabéis, queremos comprender qué tiene el correr, tan apasionante para nosotros pero tan aburrido o potencialmente evitable para muchos. Recordemos que la validez científica de estas preguntas es cero coma cinco.

Hemos enviado nuestras dudas – sibilinas, dice él con humor – a un caballero que vive inmerso en el deporteJavier Cabrerizo es una de las figuras que aparecen en televisión de manera tangencial pero que quizá no reparemos en ellas. Cuando enfocan a un banquillo en un partido de la liga profesional de baloncesto (ACB, ahora Liga Endesa, y así hasta el final de los tiempos) las cámaras enfocan tipos con traje y corbata, rodeados de enormes deportistas que saltan, corren y chocan entre sí con la potencia de los tanques. Cabrerizo es uno de ellos. El pelirrojo de oro del club Asefa Estudiantes es la garantía final del staff de entrenadores del ‘Estu’.

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Delegado y team manager. La pizarra eterna del banquillo. Se encarga de dar brillo al engranaje del banquillo colegial, de coordinar detalles que pasan desapercibidos para los demás, de que esos bestiales cuerpos de más de dos metros puedan colgarse del aro, bombardear la canasta enemiga o encajar un bloqueo de ciento veinte kilos en la ayuda de una defensa.

Vive rodeado de deportistas profesionales. Los ve entrenar, está presente en su preparación física, los ve crecer técnicamente. Pero … tampoco corre (ni pretendemos convencerle de que lo haga).

—–

Javi, ¿corres?

Sólo cuando es necesario. No es algo que me llame mucho la atención pero cuando hay que hacerlo, se hace.

A tu edad, ¿te consideras ya caso perdido para probar a correr?

No porque suelo practicar deporte habitualmente. No a diario, que es lo que me gustaría, pero no creo que sea un caso perdido. Además estoy rodeado de “runners” en la familia, amigos… Igual un día me da el venazo y me convierto en uno de ellos, aunque lo veo complicado.

¿Crees que esto del running es una moda o un sincero ejercicio de la sociedad para ponerse en forma?

Es una forma de vida que cada vez tiene más adeptos. No te voy a decir que me dé envidia, pero como amante del deporte, me gusta ver “runners” por Madrid. Lo veo muy bien.

¿Una infancia dura en Educación Física en el colegio sería la excusa perfecta para no correr?

No porque mi infancia ha sido muy buena a todos los niveles. En mi colegio, no sólo se hacían los principales deportes si no que además se practicaban algunos alternativos muy chulos. Es sólo que prefiero jugar al baloncesto o practicar otro deporte antes que salir a correr. Donde esté un balón de baloncesto, que se quite todo lo demás.

Algún otro deporte te podría servir como puente… en Estudiantes asistes a todos los entrenamientos de la plantilla ACB

Estudiantes es mi vida, y aunque esté presente en casi todos los entrenamientos, no me pica el gusanillo de ponerme a correr. Me apetece más echarme unos tiros o jugarme una pachanga.

Entonces, ¿no piensas entrar al trapo y salir al trote?

No, casi que prefiero salir en contraataque y dejar una bandeja.

¿Aceptarías una potencial pareja sabiendo que el/ella sí es apasionado seguidor del running?

¿Y por qué no?

¿Qué prefieres leer u oír? ¿’running’ o mejor ‘salir a correr’?

Leer y salir a correr. Si podemos mantener un término de nuestra lengua, no vamos a evitarlo.

Y, claro, ni por esas.

Lo siento, pero te va a ser difícil convencerme. Y mira que algunos lo han intentado más persuasivamente, pero nada.

En esta sociedad tan tonta y esteticista, ¿aceptarías correr como remedio rápido para mejorar tu apariencia física?.

Creo que por suerte, hay muchas otras formas para mejorar tu apariencia física además de correr.

¿Qué te sugiere oír en el rellano de la escalera: “Natividad, cierra la puerta que me voy a correr”?

Jajaja, pues eso, que se va a echar unas carreritas…

¿Abominas de su propaganda o simplemente correr y tú vivís esferas paralelas?

No es que vivamos esferas paralelas, sólo estamos a unos kilómetros de distancia.

Entonces, si tuvieras que ordenar las palabras “cafelito”, “sudar” y “glamour”…

Difícil ordenarlas sobre todo porque los que me conocen saben que no me gusta el café y no soy muy de glamour, pero… me quedo con sudar, cafelito/cervecita y “glamour”.

Dime cómo podría argumentar en tu propia contra. Quizá así el próximo entrevistado…

Si no nos recuperamos de la crisis, la gente va a tener que empezar a dejar el coche en casa y no podrá utilizar tampoco el transporte público debido a su precio. Correr puede ser una buena opción para ir donde uno quiera. Llegará algo sudado, pero es una opción económica.

Sugiéreme con toda la maldad del mundo alguien para la próxima microentrevista.

Mariano Rajoy. Como dicen que cuando uno corre piensa mucho y abre su mente, tal y como está el país igual le viene bien salir a correr para reflexionar sobre todos los problemas que tenemos y a los que no ponen soluciones…

Gracias mil y un placer, señor Cabrerizo.

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 Fotos: Juan Pelegrin.

Consultorio para el corredor: envíanos tus dudas

Vayamos con lo práctico. Día de dudas para novatos, experimentados o mentes inquietas.

¿Patinas con la alimentación en las largas distancias? ¿Dudas sobre cómo está afectando correr a tu sueño? ¿Zapatillas «que sí pero que no»? ¿Es bonito el maratón de París? ¿Quién dices que fue Peter Snell?…

Durante veinticuatro horas, intentaremos darte pistas sobre todas las preguntas que te asalten. Entrenamiento, sensaciones, material o pistas para tomarse unas vacaciones y encontrar «esa carrera».

Envíanos tu duda.

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Este famoso comparte contigo una pasión: correr

Heidi Klum mantiene sus cuarenta primaveras a tono gracias al deporte (eso, y que no tiene que comer en un bar de un polígono industrial, probablemente). Correr, correr y correr.

Y es de todos conocido que la moda del correr se estableció en la sociedad como uno de los más apasionantes métodos de relajarse, adelgazar, gastar dinero y hasta volcar nuestros complejos y frustraciones. Pasaron los difíciles años ochenta pero esto del correr ha regresado. Hay un segundo subidón del trote.

Chicos, chicas, correr lo es todo. Y las celebridades están muy metidas en esto de calzarse unas zapatillas y tonificar los músculos y escurrir los sobrantes. Bueno y, ¿a mí, qué? Quizá a tí nada. O quizá sí. Participas de un movimiento deportivo o recreativo global. Puede que te fastidie, por si habías encontrado alguna trascendencia cósmica en correr, pero imaginemos por un momento el alcance de la actividad social de un famoso runner. Los 1,500.000 seguidores de la cuenta de Heidi Klum podrían tener por unos segundos la tentación de salir a correr. ¿No es un estímulo suficiente para una sociedad?

Llévalo al plano de la revancha social.

¿Sabías que mientras boqueas por esa cuesta arriba, en algún punto del planeta, alguien hipermillonario se está sintiendo todavía más miserable que tú? Sí. Gwyneth Paltrow puede que esté trotando con flato por Central Park o que la misma modelo alemana esté desgranando sus agujetas en su blog (Klum mantuvo durante todo un verano el blog Summer Run)

Correr, trotar o practicar el jogging es también una pasión para mucha otras caras conocidas. Madonna corre como si la persiguiera un calendario. Katie Holmes pretendió haber corrido el maratón de Nueva York, en el que la cantante Alanis Morrisette es asidua. La Kournikova luce palmito con un dorsal prendido en su divina camiseta. Oprah Winfrey usó el corretear como método para perder peso y es una activista del hobby que te ha traído hasta estas líneas.

El bendito tote cochinero. ¡Qué tendrá!

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Pero no solo ellas. Entre los varones, grandes y chicos, superfamosos y mitos (los que no tiran por la vertiente canalla) se plantan la gorra eterna, las gafotas de sol y el chándal. Durante años Vargas Llosa fue un propagandista del jogging, «un placer intelectual», decía.

Corre Santi Millán (y pedalea y suda como un demonio) y corre Jesús Calleja, en plena efervescencia etíope, según cuenta, tras un periodo con tendinitis varias y semanas de recuperación. Corre el cantante Dani Martín (El Canto del Loco) y tuitea sus sensaciones.

Corrieron Zapatero, Aznar, Bush o Cameron (nadie dijo que habías escogido una afición pura y excluyente) y miles de caras conocidas de cientos de países, a buen seguro, corren.

Es lo que hay.

Siempre puedes sentirte reconfortado por un hecho. Que alguien constantemente acosado por su vida pública piense que un trote de media hora es una válvula de escape significa una cosa: no todo está perdido con la especie humana.

Al menos, no totalmente perdido.