Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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El podcast del día: canciones para correr (III)

¡El 18! ¡El día de antes del 19! Hala, levantaos de la cama, holgazanes, que yo ya vengo de correr … vale. No. Hoy toca reposo después de los 42km de ayer.

Más tralla para correr. Para galopar o reptar, ya sabes. Si te toca correr solo, mientras le coges el tranquillo a lo de la Soledad del corredor de fondo, que (insisto) es un engañabbos para los que no nos queda otra…

TEMAZO 5. Podcast del 19/mar/5. ¿Sois runners urbanos o qué sois? Pues poned esta enormidad de Madness en vuestros auriculares. Os veréis compulsivamente empujados a inscribiros a todo. In the city. Baggie trousers y las revolucionadas aventuras de los chicos londinenses.

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TEMAZO 4. Podcast del 19/mar/4. ANGST es uno de los escuadrones sonoros que forman parte de aquella joya del ruido de 1982 (Not So Quiet on the Western Front). En el estribillo de Worker Bee repiten lo de «Work will set you free» que, según están los ánimos, mejor será transformar en un «Jog will set you free». Calma que es la última sesión punkarra de este día 19.

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TEMAZO 3. Podcast del 19/mar/3. Uno se tira todo el día pegando porrazos al teclado del ordenador o moviendo hileras de carro o cobrando en la pescadería o enseñando a críos de siete años o deteniendo traficantes de armas o muchos de esos oficios que no salen en cámara. Es el Vértigo de la vida. Con este tema U2 se ganó un hueco eterno en mi mp3.

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TEMAZO 2. Podcast del 19/mar/2. Penúltima recomendación de hoy. Si naciste antes de 1975 y no te emocionas con este tema es que no tienes entrañas. Por muchas carreras solidarias que corras. Es de la Vuelta a España de 1982. Son Azul y Negro (para jóvenes o paisanos de otros continentes) que venían a ser unos Jean Michel Jarre de aquí. La Vuelta encargó durante un par de años o tres unas BSO brutales a músicos del tecno como Tino Casal o Azul y Negro. Me Estoy Volviendo Loco se llama esto.

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TEMAZO 1. Podcast del 19/mar/1. Y el tema absolutamente corredor para hoy, martes 19 de las ya cuasi ciencia-ficcionistas fechas de Marzo de dos mil trece, es… una excusa para que te lances a correr haciendo aspavientos con los brazos, levantando las rodillas y adelantando a tus compañeros de running por los laterales. Petardeo absoluto, el gran Fabi McNamara y Glitter Klinik. Celebrities es uno de los temas del PowerSong del milenio.

Marikenloop, 13.000 mujeres a la carrera

Otro ejemplo de prueba que cumple todos los objetivos semanas antes de su tope. En la ciudad holandesa de Nijmegen acaban de vender todos los dorsales, trece mil, que habían sacado para una carrera de la mujer. La Marikenloop.

Dos meses antes de la celebración de la carrera se ha alcanzado el límite. Más de 13.000 dorsales vendidos y es que las chicas de todo el continente europeo están decididas a ocupar las calles.

5 o 10km por el ‘Heumensoord’.

La Marikenloop tiene dos distancias, un calentamiento festivo que este año dirige la supercampeona de patinaje sobre hielo Annamarie Thomas y una fiesta posterior. El bucle asfaltado por el que va la carrera es al idílico entorno del bosque  que hace frontera con las verdes colinas de Alemania, el Heumensoord. En estas mismas carreteras pero en otoño, curiosamente, se celebra parte de la Zevenheuvelenloop, la carrera de las siete colinas, una prueba de 15km donde se junta lo mejor de lo mejor tanto en cabeza, con vencedores como Patrick Komon, Felix Limo o Haile Gebrselassie, como en cola (no porque yo haya participado) con más de 26.000 participantes. Como veis, un entorno muy popular entre los corredores, y es que está muy cerca de Alemania y acuden participantes de ambos ámbitos.

Así pues, los previsiblemente primaverales días del final de Mayo (la carrera se celebra el día 26) ya tienen miles de clientes con nombre y apellido. Habrá corredoras, compañeras de gimnasio, amigas y colegas de trabajo, porque este año se han alcanzado 160 equipos en la categoría ‘carrera de empresas’.

La asociación KiKa (kinderkanker, ‘cáncer infantil’ en neerlandés) será la beneficiaria de parte de los fondos que se recauden en la prueba.

Foto: Marikenloop.nl

Maratón de Barcelona. Quedan pocos días para la gran fiesta

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Luisa piensa que esta semana va a discurrir demasiado despacio. Se mirará las pulsaciones. Cada café le sabrá como si fuera el último. Los pronósticos de tiempo para Barcelona serán siempre ilusionantes pero también sofocantes.

Luisa tiene un dorsal para el Zurich Marató de Barcelona.

La chica de la sonrisa (en la foto, durante su participación en la marató de 2012) corre muchas mañanas por Diagonal hasta el mar, hasta la vela y al llegar ve que todavía no está lleno de gente. Y es que no es Domingo 17. Las simulaciones de cada fin de semana son tristes decorados vacíos. Ella lo conoce de su paso en la segunda parte de la carrera del año pasado en que hizo unos fabulosos 4h30.

Ella no sabe que aquella zona, en los recorridos de los maratones de los años ochenta, era una trasera a la que nadie en su sano juicio acercaba el recorrido. Sí se pasaba de manera tangencial por algunos sectores de Diagonal y se incidía mucho en las ediciones como la que corrimos desde Mataró a la cima olímpica de Montjuïc. Pero puedo asegurar a Luisa que aquello era un erial. Eran los estertores de una relación que terminó con ruptura. Como un mal matrimonio. Por su cabeza podemos asegurar que ni pasaba por su cabeza correr cuarenta y dos kilómetros.

Probablemente en aquellos años ella desconociera que se celebraba uno en la ciudad. La promoción era escasa.

Las mejoras de la ciudad de las eternas mejoras.

El domingo Luisa correrá su segudo maratón. El año pasado se le salía la alegría por los poros porque terminó en su debut sobre el mejor de los guiones posibles. Ni el mejor escritor podía haber regalado a la chica del pelo recogido una película así. Barcelona le ofrecía la posibilidad de una prueba con miles de personas. Lució el sol para templar su cansancio. Porque correr un maratón cansa. Le dolieron las piernas lo justo y a las pocas semanas estaba de nuevo soñando por la carretera de Mongat, soñando con que pasasen los doce meses lo más rápido posible.

Más de película: Su empresa patrocina la prueba y se propone sacar a Barcelona a la calle. Los ánimos de la joven agencia donde trabaja Luisa saltan por los pasillos, por las salas de reuniones. En cada despacho hay un fan de los maratonianos como ella. Tanto la ciudad como los patrocinadores han entendido que los eventos deportivos de masa dan a la ciudad más que quitan.

Luisa y sus compañeros de aventura tendrán el respaldo de la gente. Ahora sí salen a animar. Se calcula que en 2012 hubo unos 200.000 espectadores. Salen solos, con los niños, a comprar el pan o el periódico, o en grupos organizados y aglutinados por la prueba. El año pasado, por primera vez, hubo gente que se quedó sin posibilidad de ayudar. En 2013 ciento ochenta voluntarios de Zurich Seguros estarán en el recorrido. En el kilómetro treinta, sus compañeros estarán en una carpa propia, justo cuando se nubla la vista y ni siquiera se perciben las viejas chimeneas de Sant Adriá. Si a un corredor le falta más, puestos y charangas y grupos más o menos informales jalonarán los últimos diez kilómetros.

«Hasta el veinte hay bastante público. Es una pasada correr a las diez de la mañana por la ciudad y ya ver público pero, a partir del treinta, ¡es increíble»

Hay que cortar el entusiasmo de Luisa. Porque ni siquiera es Lunes y, de seguir así, llegará a sufrir un colapso emocional antes del Jueves. Y queremos que el Domingo 17 esté en la plaza de España dispuesta a disfrutar como lo hace cuando surge su tema preferido.

Su marató.

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Foto: Marató Barcelona.

Consultorio del corredor: envía todas tus dudas

¿Corro poco? ¿Demasiado? ¿Esta zapatilla me viene bien? ¿Conoce alguien el recorrido de esta carrera? ¿Cómo se aparca en el entorno del polideportivo? ¿Es seguro correr de noche?

El martes toca consultorio. Será un momento especial porque se podrán citar y criticar, mencionar o sugerir todas las marcas, pruebas, sin censura o política de excepción comercial.

Envía todas tus dudas mañana martes al formulario de comentarios y este blog se convertirá de manera excepcional en un consultorio para el corredor. Novato, experimentado o curioso, el martes, al confesionario.

Nota:

Se contestarán los comentarios desde las 00.00 hasta las 23.59 de mañana, martes 5 de marzo. Si dejáis comentarios anteriores serán contestados por orden de aparición.

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Mamá, ¿te quedas con los niños?

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Él no pregunta.

-«Volvemos a tiempo de echarte una mano con la cena», consulta de hija a madre.

-«Bueno, hija, pero mira que iros a correr el día de Nochevieja…».

Ella llama a su madre. Es un día señalado porque en el calendario dice San Silvestre. Podría decir domingo normal de Abril o tarde de jueves de verano. Cualquiera de las fechas vale. La hija quiere correr porque tiene dorsal desde hace semanas.

Y tiene derecho a ello porque, precisamente, en todas las tiendas de deporte, en las webs de estilo y salud, en los centros de ocio se está exigiendo a la mujer que se incorpore de manera urgente al mundo del running. Otra exigencia más que la mujer moderna se echa a la espalda.

Normalmente, el marido no tiene tantas variables en la cabeza. Hay una carrera. Encaja dentro de la preparación del maratón o de otro evento y es un clásico al que no va a faltar. Además, ahora que ella también corre… ¿dónde está la pega? ¡Si es la situación soñada!

Si el marido no es corredor o no comparece o se declara objetor de conciencia es un debate más complejo. Lo dejaré para otro día si me quedan ganas.

¿Cuántas veces os habéis encontrado con un diálogo parecido?

Por lo tanto será ella la que tenga que dejar todo preparado. Apenas serán tres horas entre ir y volver. Pero no es esa la pega. Todo apunta a que la responsabilidad de la organización de la familia sigue recayendo sobre la mujer.

– «Claro, le dejas los niños a tu madre o, si quieres, a la mía, y a las ocho estamos de sobra»

– » O sea, ¿mis hijos y a tu madre? Tú no has entendido nada ¿no?» – Porque el tiempo y la carga son de ella. Además de otro saco de sutilezas que no alcanzamos a comprender porque somos varones.

– «Vale, vale, pues a mamá» – intenta ser cariñoso y llama a su suegra mamá. Él acorralado.

Y va ella y empieza a cuestionarse si está haciendo lo correcto o abusando de alguien. Ella se devana los sesos preguntando y sopesando si está bien para los niños. Google le da más de tres millones y medios de resultados al teclear «dejar a los niños con los abuelos». Si es justo con los abuelos. Si es necesario todo esto cuando simplemente le apetece ir a correr una San Silvestre. Las nuevas oleadas de pruebas deportivas están sacando poco a poco a las mujeres de sus escondites. Aún lejos de las cifras del resto del mundo, pero son más y más visibles. Ya son unas amazonas bellas y valientes que desafían clima y mirones y kilómetros y corren y van al gimnasio y trabajan mientras piensan y estiran un poco mirando el reloj de refilón y calculando si les dará tiempo a hacerse una cera o ponerse con los deberes de los niños.

Todo cuesta más. Un veintidós por ciento más, en concreto y en España.

Según la última Encuesta de Estructura Salarial (de 2010) la brecha salarial entre hobres y mujeres se situó en un 22,55%, cifras por encima de la media de la UE. Esto quiere decir que ellas tienen que trabajar un 22% más horas para conseguir el 100% del salario de ellos. No ayuda a organizarte si, además, se crece en empleos parciales y más precarios. Con el ánimo así y el cuerpo para nada, ¿quién va a salir a correr con peores horarios de trabajo y ese arte?

Las redes. Menos mal.

Se depende cada día más de las redes familiares. La más inmediata, los padres o abuelos, está en estos momentos sosteniendo el tiempo de la generación de los hijos. Según la FUNCAS, más de un tercio de las abuelas y más de una cuarta parte de los abuelos cuidan a sus nietos al menos una vez a la semana.

– «Pero hija, ¿a correr?» Mujer, si fuera al cine o a cenar…

Esa es otra. La diferencia entre generaciones es otro de los escalones que la mujer corredora se encontrará al incorporarse a la vorágine de las carreras. Cuando teníamos todo consumido y en los colegios se enseñaban los valores de igualdad, llega la edad. Todo se desmorona con la edad. Mis excompañeras de guerrero ardor feminista se han transformado en algo que no alcanzo a conocer. ¿Está ganando terreno el tétrico discurso conservador de ‘la mujer, en casa‘?

¿Qué piensan las mujeres cuando sus hijas salen a correr?

Me gustaría por un momento (corto) estar en la cabeza de la madre que dice ese «Vale que quieras salir por ahí pero, hija, ¿a qué vas a ir tú a correr?» Estar dentro para saber por qué se ataca así a la autoestima de una persona.

¿Es que soy mitad humana mitad mesa camilla y tengo que estar decorando mi casa? ¿Por qué mis hermanos pueden salir a hacer rafting embutidos en sus trajes de neopreno con su barriga y sus muslos morcilleros?, ¿Pueden ellos quemar la crisis de los cuarenta sobre una bicicleta de doble suspensión en los Picos de Europa y yo no puedo salir a correr?

No me preguntéis qué piensan las mujeres cuando sus madres les reprochan el dónde van. No me he atrevido a sacar el tema. Lo hice una vez y me describieron un perfil de machismo, sexismo y de discurso de culpabilidad. Intenté recuperarme pero, desde aquel día, miro a las abuelas con otros ojos.

Pero, por lo que más queráis, no hagáis lo mismo cuando seáis madres o abuelas.

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Foto: CarreradelaMujer.com

¿Acompañas a tu pareja a ver cómo hace deporte?


Foto: Alfredo Luna Corsair Staff Photographer.

Cuando éramos novios (y nuestro noviazgo duró bastante, creedme) solía decir a mi pareja lo ridícula que me parecía la esclavitud de esas chicas que asistían impertérritas a los partidos de fútbol sala de los colegas. El tercer tiempo al que eran invitadas por sus chicos se extendía al Gran Mesón. El Gran Mesón era un templo de las raciones de oreja y de las raciones de bravas. Si lo sigue siendo, perdonadme que no lo sepa corroborar pero no voy a bajar seis calles hasta ahí.

Pero la cosa cambió.

– «¿Te parece si aprovechamos para ver Sevilla el sábado? El club monta un viaje en autocar al medio maratón de Los Palacios«.

Sin maldad. De hecho cuando nos conocimos en casa ya se corría. Padre, hermana, todo quisque era, a ojos de mi novia, una compota simpática de desesperados con hábitos raros.

Aquel sábado en que acordamos acudir a la excursión de los corredores populares nadie vió Sevilla en condiciones. Ni mi novia, ni yo, ni las decenas de acompañantes que se trasladaron al remolino.

– «Una y no más» – me dijeron a la vuelta. Y fue prácticamente cierto. Solamente algún evento gordo o pintoresco. Nunca más, salvo que me sorprendieran con una propuesta de asistir a una carrera, ni mujer ni hijos tuvieron que esperar a que yo pasara. He organizado eventos y he corrido durante unos pocos años y siempre he mantenido esa verdad: correr gusta, ver correr es una variable indeterminada.

Pero que está ahí. Es el mundo de los acompañantes de papá, del churri, del novio, ese personaje deportista con grandes dotes de convicción. Ese adulto que ha descubierto que correr es su modo de vida, su pasión. Y luego están esas madres esperando a que superpapi cruce a lanzar un beso o pase raudo como la segunda oleada de un tsunami. Son segundos que al corredor le suponen una inyección de adrenalina tal que podría adoptar media docena de madres con sus churumbeles para poder repetirlo cada cinco kilómetros, como los avituallamientos.

Pero el código civil impide la poligamia y el alquiler de familias. Sobre lo que no dice nada es sobre el tiempo como dimensión elástica: para el runner son 10 segundos; para los acompañantes… suma veinte minutos de transporte público, veinte de análisis y escaneado visual del mapa de la ciudad, diez de buscar un buen sitio y treinta de esperar.

Al frío, viento, la lluvia o el solazo. Niños, hijos míos y vuestros, que se aburren, se asustan o se hacen pis porque no calculan todavía la verdad de las verdades: los dispares ritmos entre los corredores de cabeza y tu ritmo.

– «Y papá, ¿cuando pasa?»

Muchos otros corren los últimos cien metros de la carrera de vuestra mano, mientras una algarabía intensa pone a tu esposa a gritar y correr en paralelo a ti (salvo que te hayas equivocado de niño y la otra madre grite de pavor).

¿Ninguno lo habéis hecho? ¿No habéis sugerido a vuestra pareja que vaya a veros correr?

Hay que reconocer que las cosas suelen ser mucho más normales. Tu quedas, vas, incluso la carrera pasa dos veces por meta y ahí están tus queridos tomando café con amigos y que, posiblemente, los entornos familiares diverjan enormemente:

Habrá familias donde la pasión deportiva se comparte. Ellos, a tu maratón. Tu, a su basket o a fútbol.

Habrá familias en las que les pille ya mayores y con sus vicios. Tu repentina pasión por correr es tuya. Allá tu con ella.

Habrá familias donde lo normal sea el deporte y vayan o no vayan a verte en función de que coincidan los calendarios de él y ella. Entonces compartís expedición, ruta, carrera, todo.

Conozco algunas familias donde todo ha terminado con un amistoso divorcio.

¿Qué tienes que contar al mundo?

¿Alguna experiencia como corredor? ¿Eres pareja de corredor y quieres expresar desde el anonimato tus emociones más profundas?

Las mujeres sois el próximo contingente runner

Contingente imprescindible para el sostenimiento de la especie y 50 por ciento de la población mundial, nuestras chicas se incorporan a toda velocidad a las tareas que el mono se había reservado durante siglos. Ya trabajan tanto como ellos, ya conducen insultando a los demás automovilistas igual o con más ira que ellos, ya se drogan por vía respiratoria o vía oral con el mismo caracter patológico que ellos.

¿Por qué ibais a quedaros atrás en esto?

En 2001, en Estados Unidos las mujeres eran un 57% en las carreras de 5km y un aplastante 59% de los participantes totales en las carreras de medio maratón. La tendencia solamente se invertía en el maratón completo (41%).

¿Por qué iba a demorarse vuestra incorporación al movimiento global del correr?

Correr cumple, creía yo, variables que un cerebro femenino, organizado y con capacidad de manejar más variables de manera práctica, podía asimilar perfectamente. Correr o trotar es un ejercicio progresivo en el que la paciencia conduce a la mejora. La carrera popular es democrática en su 90%, cada kilómetro recompensa a todos quienes están dispuestos a afrontar ese esfuerzo.

Pero me contáis (las mismas mujeres) que no, que la explicación de que una mujer no corra tiene un sesgo más duro; una visión casi de clase, economicista, marxismo de género, puro y duro. El estupendo artículo de Salguero y Martos (2011, Apunts Ed. Física y Deportes) desgrana las cifras para el caso de España y menciona algunos de los llamados componentes psicosociales que rodean a las mujeres en la participación en carreras populares. Los casos no son siempre el mismo, por lo que hacemos dos posibles retratos. Dos pasadas.

Paqui no sale a correr porque esta muy pasada de peso. tiene 53 años y su entorno le reprocha (1) que descuide su rol en el hogar, que bastante trabaja fuera de casa y en ella como para ‘ponerse ahora (sic) a correr’. Paqui misma (2) aprendió sobre la inmoralidad de ir ligera de ropa si se pretendía ser una dama y más (3) siendo una chica ‘gorda’. El entorno familiar y cercano, la educación sexista y religiosa y, por si fuera poco, la horrenda esclavitud de la percepción propia del cuerpo. Y no son estos unos años favorables para ser mujer y estar gorda. Hay que ‘tenerlos muy bien puestos’ para romper con eso.

Anabel tiene 37 y está delgada como una estaca. Cuida de dos hijos, trabaja 41 horas en una consultoría líder en la que ha alcanzado el éxito profesional. Cada minuto libre al llegar a casa lo emplea en trabajar para sus queridos, mientras se angustia imaginando como sería su tiempo libre. ¿Su nivel de autoexigencia le va a lanzar a correr o a un gimnasio que abra hasta las 10 de la noche? Cuando se separe y sea menos libre todavía ¿tendrá que esperar a su fin de semana sin hijos para salir a correr? ¿ Podrá hablar entonces de ocio?

Ni Paqui entra en estos blogs, ni Anabel encuentra un momento para dejar su comentario y que se pueda generar una corriente suficiente de buenas personas que contacten con ellas para ayudarle a disfrutar de correr. Son una mayoría silenciosa pero que debe y quiere mover sus tanques mas allá de las lineas enemigas – que sí, que pueden ser las suyas propias.

Aun así, cada día sois más. Una vez alcanzada cierta independencia urbana, vais copando cientos y miles de dorsales. Hay chicas en cada grupo, hay carreras sólo para ellas, quedáis para correr, como libélulas liberadas, en varios parques de las grandes ciudades (Tamara Sanfabio y la periodista Cristina Mitre de Elle la están liando en twitter) y las mismas casas de material deportivo os tienen en cuenta.

No hay mejor señal. Ya sois un target.

Os he apoyado, animado, os he entrenado mientras soltabais bilis y tensión y me he quedado al cuidado de vuestros hijos para que no hubiera excusas. Quizá no haya sido suficiente porque muchas habéis dejado – de nuevo – el running en un rincón, o muy abajo en la lista de cosas por hacer.

Tenéis que aprender a exigir. Más y cosas de calado más real. Con horas y minutos desglosados a la semana. Mirad cómo lo hacemos los hombres: «Oye, los Martes y Jueves a las seis yo quedo para correr una hora con mis amigos. Y el Domingo hacemos carrera o tirada larga».

¿Qué necesitáis que se haga para que podáis salir a correr?

Pedid. Rápido. Os escuchamos.

 


Foto: Facebook Organización Carrera de la Mujer / https://www.facebook.com/carreradelamujer