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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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En correr, ¿qué es mucho y qué es poco?

Basta ya. Dejemos de acusarnos y de reprochar los méritos de unos y otros. No es agradable ver cómo hay mil prismas o modos de ver esto. Que esto es, básicamente, poner un pie detrás de otro.

«Huy, tú es que corres mucho».
«Uf, yo es que ahora me dedico a hacer medios maratones y maratones»
«¿Cómo vamos a correr juntos con lo que tú le zumbas?»
«Voy a correr los ochenta kilómetros de X como preparación de los ciento cincuenta de Y»

Y así vamos. Siempre con la excusa separadora por delante. Regañados como los cercopitecos. Los de culo rojo.

Noto que es algo que ha calado a todos los niveles. Desde el más profesionalizado corredor popular que transpira atletismo, hasta el temeroso novato que piensa que los tipos con cara de hambre nos veríamos molestados si nos saludan.

¿De qué vamos?

No. Es totalmente en serio. «Deja a cada uno que corra como quiera», escribiréis. Venga, escribidlo. No os comáis las uñas, si al final esto es un blog de opinión y todas valen lo mismo.

¿Qué es mucho y qué es poco?

Como muestra, un botón. Servidor de vosotros, hasta hace unas semanas, pensaba que 2013 era un año casi perdido, de transición. Apenas he tenido tiempo -pensaba- de armar dos meses buenos. Podía haber llegado a la conclusión de que, durante el verano, cierto abandono me habría invadido. La de carreras nuevas que van saliendo. La de viajes perdidos. Qué palizas me he perdido pensando en que no podría estar a la altura. Y he corrido en invierno dos veces más de 42km, el maratón de Madrid en Abril, por las sierras cántabras otros 43km en Mayo, y otros tantos en Noviembre por las sendas del Parc de la Collserola (esta será la 87ª carrera de 42km o más que haga en mi vida). Cinco maratones de asfalto o montaña en un año.

¿Y tengo los huevos de planteármelo en términos de «año perdido»?

Ya digo que somos materialmente injustos con los que no pueden sacar tiempo para correr. O los que deben parar a los quince minutos de trote. Por forma física, tiempo, ganas, facultades o pasta para abonar las inscripciones. Un diligente opinador del mundillo (cuyo nombre no daré para que no me cobre naming rights) dice que somos gilipollas.

No es del todo cierto. No somos. Nos hemos hecho. Queda tan lejos la época de Felisín Carvajal

¿Facebook mide los maratones del mundo?

Una de barra de bar. He pensado que Facebook mide (de aquella manera) los maratones del mundo.

¿Cuánto? ¿cómo? ¿Qué dices?

Se me ha cruzado por medio un pequeño juego. He mirado si podría haber cierta correlación entre datos, a partir de los ‘me gusta’ que tiene cada carrera de maratón. Es interesante ver si se corresponde con un volumen muy parecido de inscritos (y algo menos a los llegados a meta). Que viva la estadística.

¿Valdrá para algo?

Vale. Si uno es community manager le puede servir para ponerse las pilas. Si es organizador, le terminará -o no- de convencer sobre la importancia de estar ahí, presente. Indudablemente es una cifra que nada más mide la popularidad de la red. En algunos casos esta popularidad se traslada directamente a los participantes. En otros (Boston) los datos desbarran por evidentes motivos de popularidad después de hechos puntuales (los atentados del Abril pasado). En el caso de la Marine Corps, os invito tal cual a ver las cifras.

 ¿Me pone aquí un cortado y un zumo?

Sigamos. No es tan fácil. Tiene su miga. He mirado qué porcentaje de esos ‘Like’ se traducen realmente en participantes. Un ejemplo: veinticinco mil de los veintiocho mil ‘me gusta’ en el perfil se prenden el dorsal en la camiseta. Podríamos decir que los participantes han sido un 85% de ellos. No es representativo de nada, o quizá de bastante, pero… lo he llamado porcentaje de efectividad social de la red  (por decir algo).

Al contrario, podría decirse que con un éxito relativo en participación, no son capaces de arrastrar un número similar de seguidores en facebook.

Lo mismo es solamente una desviación de cifras.

Pero sí hay dos tipos de cifras: las equilibradas, que se encuadran en el rango 90-110%, con valores muy similares entre redes sociales y dorsales, y las dispares, que (a) tienen muchos más seguidores que corredores o (b) muy pocos seguidores para la cifra final de participantes.

Camarero, otro café. Y un pincho de tortilla.

¿Qué pensáis vosotros?

mara. – Like/FB – Corren – (%+/-VAR)
Boston – 128.454 – 26.813 – 20.9%
Nueva York – 92.780 – 46.795 – 50.4%
Tokio – 28.494 – 25.000 – 87.7%
Paris – 34.358 – 38.690 – 112.6%
Berlin – 34.785 – 40.967 – 117.7%
Londres – 59.838 – 34.631 – 57.9%
Honolulu – 12.258 – 30.898 – 252%
Marine Corps – 83.135 – 30.000 – 36%
Viena – 15.308 – 10.500 – 68.6%
Hamburgo – 6.665 – 11.446 – 171%
Estocolmo – 7.225 – 15.680 – 217%
Praga – 17.889 – 5.690 – 31.9%
Frankfurt – 15.589 – 12.436 – 125.1%
Barcelona – 12.589 – 14.776 – 117.4%
Valencia – 12.924 – 7.781 – 60.2%
Madrid – 12.269 – 10.164 – 82.8%
Sevilla – 3.479 – 5.963 – 171%
Murcia – 989 – 2.020 – 204%

Datos de Fb a 22 de Octubre 2013, 15:40h. Datos de participación, wikipedia.org y websites de pruebas.

Maratones en España. Los tres ‘majors’

Comienza el movimiento informativo para la siguiente ronda de grandes maratones en España (Barcelona, Madrid y Valencia), con la cercanía del último de los tres en el calendario.

Valencia se celebrará en 32 días. El maratón que trasladó sus fechas a otoño, con 12.000 amigos en Facebook y 4.000 followers en twitter, ha ido a por los diez mil inscritos. Cerrará inscripciones cuando llegue a 11.300. El ‘crescendo’ de la carrera se simboliza en un calendario diseñado solo para embalar la ciudad hacia el evento grande. Este fin de semana otros diez mil participantes tomarán las calles en el Medio Maratón, integrado también en la organización del maratón. Divina Pastora es un bloque sólido entorno a los eventos a pie (si bien deberíamos tomar todos los asuntos monetarios con pinzas en este país nuestro).

El recorrido valenciano sufrirá espasmos. La ciudad quedará cortada como por un cuchillo que pase sobre mantequilla. Es la gran apuesta y los últimos diez kilómetros serán una fiesta o un infierno. El Ayuntamiento, la Gran Vía… todo lo que se mueva alrededor del centro y del cauce del Turia tendrá la marca maratón. Se esperan los resultados con impaciencia.

Es evidente; todos saben que, quien supere los 10.100 llegados a meta, se colocará por delante del ránking 2013 en participación. Es la cifra de llegados del maratón madrileño. La combinación de este, en la primavera pasada, optó por diversificar un recorrido para 10 y otro para 21 kilómetros.

Madrid y su etiqueta rocanrolera está apretando aunque suscita muchas dudas. Escasos 2.000 tuiteros enganchados aunque igual número de amigos en Facebook.

Y es que el año próximo está a la vuelta de la esquina. Sin duda alguna se han visto obligados desde la dirección técnica a dar un paso adelante. Tras la trifulca logística de este año y una avalancha de quejas, es de suponer que la franquicia Rock’n Roll maratones ha apoyado más medios y algún cambio en el cómo implementarlos. El equipo madrileño optó por anunciar cambios en el recorrido y una iniciativa de abajo arriba en el que los participantes expertos podían aportar mejoras. La evolución hacia 2014 ha supuesto regresar al recorrido de 1994. Quizá es un síntoma de Madrid. Quizá no se puede hacer más.

Barcelona mira todo este panorama, interesante por que la pugna derivará en mejores servicios, desde su primera posición en participación y resultados. La prueba de Marzo empieza a hacer valer ese dominio al que no se escapan las críticas. Hechas públicas las tarifas de inscripción para la edición de 2014, comienzan las críticas. Los mozos de Zurich comienzan a leer cosas como esta, al azar, de hoy a las 7.00am. Y las RSS cuentan: 12.300 seguidores en Facebook y 5.800 en su cuenta de twitter.

 

Para apretar las inscripciones en el tiempo, los primeros diez mil dorsales costarán 61€. Pasado ese ‘periodo de oportunidades’ se penaliza con una subida hasta 84€. No es más caro para la empresa esperar ni los servicios para los siguientes 10.000 corredores. Es obtener el máximo de capital ingresado lo antes posible. Probablemente esos 610.000 pavos sean un primer ingreso potente. ¿No podrían pelear por sacar el doble negociando derechos de televisión o de imagen?

En cualquier caso, la bola de nieve barcelonesa parece imparable y su objetivo es una fiesta deportiva al nivel de Hamburgo, Frankfurt, Roma y Estocolmo.

París, Londres o Berlín quedan todavía demasiado lejos.

#RunnerRunner… ¡Tú qué sabrás!

ranerane

Desde el próximo día cuatro en sus cines. ¿Cómo dices que se llama? ¿#Runner Runner? ¡Qué bien que hayan utilizado esa etiqueta!

¿Será un canto al esfuerzo personal y a esos tipos que entrenan de noche?

¿De verdad te han dicho que es un peliculón sobre un maratón?

¿No será una historia de estas, épica, sobre alguien con un reto personal gigantesco como perder treinta kilos?

¿Una promesa? ¿La que hace Will Kipsang meses antes de su récord del mundo de maratón en Berlín, en plena temporada de lluvias en Kenia?

No.

Porque correr no es rentable en términos de un buen pelotazo en las pantallas. Debe ser una de esas líneas argumentales que están fantásticamente bien para construir un ejemplo de demencia (Forrest Gump) o quizá de rebeldía (The Loneliness of the Long Distance Runner). El que corre deja entrever un cierto desajuste, según los guionistas. Pero hasta ahí, piensan.

Aun así, la literatura sí ha encontrado varios hilos argumentales potentes. Cuando correr es escapar con vida (Stephen King) o cuando es un respaldo -casi una excusa- en la que un personaje se apoya, como en Marathon Man, donde Dustin Hofmann construye quizá el mejor personaje de corredor.

Haruki Murakami también está por ser llevado a las pantallas. Al tiempo. Tranquilos, fans. Será un film bonito, de género, que circulará muy bien en los circuitos. Kilian Jornet queda estupendo en los festivales de documentales y sus Summits son la expresión de la belleza silenciosa de la pantalla.

Pero así, a lo grande, en plan peliculón, correr no encaja. La Prueba del Valor (The Games, 1970), con Charles Aznavour haciendo de maratoniano,  me pareció en su día otro intento sin un hilo sorprendente. Quizá correr es algo demasiado evidente que lleva metafóricamente a terminar bien. Uno intuye que el protagonista que invierte toneladas de esfuerzo en entrenar, de modo irremediable acabará con su esfuerzo recompensado en pantalla. Si algún director intentase lo contrario, dejarle como uno más de esos millones de deportistas que practican sin recompensa, sin poder llegar a la élite, podría acercarse a la brutal esencia cinematográfica de qué es correr. A su esencia literaria. Algo como lo que Miguel Alcantud cuenta en su documental sobre el comercio en todo el mundo de niños con aspiraciones futbolísticas.

Lo mismo un director que corre dos o tres veces a la semana lo sabría reflejar. Sería el sueño de correr hasta romperse uno por dentro.

Correr es salir y tener la certeza que no compensará detenerse. Llegaremos a casa siempre, apenas existe la posibilidad de que caigamos por el camino. Solamente salimos a corretear o a entrenar, no a luchar contra los persas. Atravesaremos cinco fases del sufrimiento. Ninguna es mística. Nos cuesta empezar, nos duelen las articulaciones, el corazón se resiste a explotar, sufrimos la tortura mental del «por qué sigo» y soportamos con placer los dolores del día después. Del momento después.

Nota al margen. Carros de Fuego no era una película sobre running. Blade Runner tampoco. #RunnerRunner, menos.

El maratón de Boston de 2014 será algo grande

El próximo día 9 se abren las inscripciones para poder participar en el maratón de Boston. Lo anunciaba el Boston Globe esta mediodía.

 

El baile de cifras promete ser espectacular. Para empezar, la inscripción online (exclusivamente, salvo corredores élite que son contratados) pondrá a disposición de la comunidad de corredores del mundo un total de 36,000 dorsales. Nueve mil más para poder acoger a los damnificados por la edición de 2013.

¿Es la mayor manifestación maratoniana de la primavera? Por descontado, y no solo en Estados Unidos. Más todavía cuando el terror atacaba la línea de meta de Boston hace un año. No es el summum en participación de los héroes de la primavera runner. Londres aportará unos miles más, sin duda. Además viviendo una explosión global después de los Juegos de 2012. París congregará otros cuarenta mil unos días antes y los paseará por el Bois de Boulogne, Roland Garros y el Arco del Triunfo.

Pero Boston es Boston. Este año, aún más. 

Treinta y seis mil lugares reservados son, en términos relativos, la crema de la crema del planeta maratoniano. El particular método de aceptación de la carrera que encogía el estómago de medio mundo el pasado mes de Abril reserva bloques de inscripción por edad. ¿Qué significa esto?

Existe una tabla de edad y unos tiempos mínimos de calificación. Así, un corredor de 30 a 35 años deberá acreditar 3h10 en algún maratón previo. Una corredora de 50 a 55 años deberá demostrar 4h00. La tabla completa está disponible en la web de la BAA. O sea, los más rápidos de cada una de esas edades del hombre tienen la oportunidad de exprimirse un poco más en el clásico recorrido, que está vigente desde 1898.

Con este sistema se ha pretendido contener la avalancha que supone ser el maratón más solicitado de los clásicos. Su edición número 117 ha sobrevivido -probablemente- gracias a un control estricto de los participantes. Y se optó por el corte en mejores marcas personales. ¿Un método justo y equitativo?

No se sabrá nunca. Muchos pedirán tener una oportunidad de disfrutar de la carrera del unicornio (el anagrama de la Boston Athletic Association). Más aún tras la edición de 2013, que convierte a la de este próximo Abril en una carrera altamente simbólica. No sabremos si la prueba habría sobrevivido al éxito con otro método, como el de la venta a los operadores exteriores de todo el mundo que usa su prima lejana, el maratón de Nueva York.

Nos imaginamos que el añadido de los atentados de 2013 ha hecho temer por un serio bloqueo de los sistemas de aceptación y reserva. Por todo ello, se ha dado una (¿injusta?) vuelta de tuerca a la calificación; supongamos que hay 4.000 dorsales para un grupo de edad. Es de prever que este año no serán 8.000 sino 15.000 los aspirantes. Pues tendrán preferencia los que acrediten no menos de 20 minutos de rebaja sobre esa marca.

Una decisión que traerá cola, os lo garantizo.

Un día de los patriotas diferente

Este próximo año la prueba irá al Lunes festivo estadounidense, Patriot’s Day, que se celebra el 21 de Abril. Una festividad muy marcada para todos los ciudadanos de Massachussets. En Abril pasado, una discutible relajación de la seguridad en esta fecha tan señalada trajo consigo una concatenación de fatalidades.

El ataque de unos demenciados con aspiraciones terroristas produjo muerte, terror y la solidaridad del mundo del deporte. La organización es sensible a las condiciones especiales de esta nueva primavera, por lo que anuncian un incremento de la seguridad y de todos los medios posibles.

Como colofón no hay mejores palabras posibles que las que extraemos de la web oficial. Todo el mundo estará mirando a Boston y la prueba no puede hacer sino responder como mejor sabe a esta demanda.

Adjuntamos las palabras del Director Ejecutivo de la prueba, Tom Grilk. [www.baa.org]

“The B.A.A. is aware of the significantly increased interest in registering for the 2014 Boston Marathon,”  “The rolling admission schedule will provide runners with the fastest qualifying times in their age and gender group the ability to have their entry accepted in an orderly and systematic manner. We understand many marathoners and qualifiers want to run Boston in 2014, and we appreciate the support and patience that the running community has demonstrated because of the bombings that occurred this past Spring.”

 

Llega el Maratón Ciudad de México 2013

Agosto, hemisferio norte y maratón son tres conceptos que habitualmente se comportan como el aceite y el agua. Para loshispanoparlantes significa que en algún sitio hay truco. O está situado muy al norte del hemisferio norte, o Agosto ya no es lo que era en la época de nuestros abuelos.

El Maratón Ciudad de México apuesta tradicionalmente por romper esta ecuación. Inscritos para la edición de 2013 están aproximadamente veinte mil participantes. Se convierte en el reto deportivo del Distrito Federal.

Casi 10.000 followers en twitter y amigos en facebook, y un sólido legado que hacen que se cierre el cupo más de un mes antes. Lo nuevo y lo tradicional se mezclan en el evento que se disputará el próximo domingo 25 por las calles de México DF. Una ciudad con una altitud exagerada (2.200m) y peligrosa para la disputa a tope de los esfuerzos prolongados. La famosa y discutida atmósfera de una vieja llanura inundada que se sitúa en una elevada meseta.

Estar situada a altitud y sus 19 grados norte le acercan más a variables razonables. Los maratonianos no tendrán que lidiar con treinta ni cuarenta grados. Esto no es California ni Sonora. Habitualmente se disputa este festival del corredor con suaves parámetros porque, ya dijo alguien, «bastante tenemos con correr cuarenta y dos kilómetros como para sumarle más drama».

La prueba cuenta con lo nuevo y deseable que los eventos del siglo XXI acometen. La retransmisión en streaming se podrá hacer en la página de la carrera: http://maratoncdmx.com

Ah, qué diferente habría sido todo si en aquellos 80 hubiéramos podido ver todo así. Se podría haber retransmitido la victoria de Casimiro Reyes de 1983. Sus 2h29 quedaban algo eclipsadas por los 2h20 escasos que Mamo Wolde había logrado en el sesenta y ocho mítico, pero fue el arranque del gran evento atletico que hoy engloba una manifestación global, con las distancias de 21 y 42km tomando la ciudad.

 

 

Y es que el libro de oro de la prueba reune a nombres míticos del fondo mexicano como Dionicio Cerón, vencedor en las peligrosas arenas de Londres, Fukuoka, Rotterdam. La demostración de superioridad de los corredores africanos (lo que algunos bautizan como ‘invasión’) ha sido patente en las últimas ediciones con triunfos de Nkaya o Amare Shewarge. Nada nuevo bajo el sol.

La edición de este año cuenta con cambios.

Cambios obligados por la situación de la sociedad. En 2013 el Gobierno Federal tendrá que modificar parte de la zona del maratón por un plante de miles de manifestantes. Esta edición contaba con el propósito de repetir el recorrido de los Juegos de 1968. Desde el Zócalo capitalino en el cruce de las calles 20 de Noviembre y 5 de Mayo y terminar en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria México’68. No ha podido ser.

De todos modos la gran ciudad parece suficiente para acoger a diversas manifestaciones, reivindicativas unas y deportivas otras. Esto afortunadamente no es 1968 ni se respira -uno ha leído- el mismo panorama de odio sobre las ideas políticas.

Eso quiere uno creer.

Campeonatos del Mundo de Atletismo (II): España, historia de nuestra participación

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Los Campeonatos del Mundo de Atletismo no son equitativos. Son crueles.

En los Juegos Olímpicos, la fiesta del deporte reserva un hueco a los países con representación en los comités olímpicos continentales. Por ello tenemos todos los Juegos esas imágenes en las que un velocista palestino o un nadador africano muestran la gran diferencia entre los mejores del planeta y los esforzados semiprofesionales.

En Moscú se verán pocos ejemplos así. En las series clasificatorias habrá todavía sitio para el romanticismo pero se verán hasta cinco atletas por país. Las condiciones permiten que los líderes del año en la Diamond League y los campeones de cada área acudan adicionalmente. El todopoderoso órgano (que hace lo que quiere con su evento, para eso es quien lo monta) de la Federación Internacional de Atletismo ha pensado en acumular lo mejor de lo mejor.

Y los espectadores españoles se llevan las manos a la cabeza.

-Pero ¿no somos capaces de ganar ni una medalla?
-En esa carrera ¿no hay más que (por ejemplo) negros? ¿Y los españoles dónde están?

La cultura deportiva está basada en la asunción del deporte como una realidad económica y social. Pero, cuando no hay cultura, esa realidad queda machacada por los medios de comunicación de los -pongamos- países-fútbol. Si no hay españoles ganando, no hay deporte. Si hay victorias, hay medios de comunicación. Portadas y minutos de noticieros. El waterpolo femenino, la Fórmula 1, el baloncesto femenino o el hockey sobre hierba. Ejemplos de deportes que no existieron durante décadas.

El Campeonato del Mundo no es el mejor escenario para que demostremos ser la crema de la crema. No se trata de invertir 300 millones de euros en la mejor cuadrilla posible de futbolistas. El atletismo trata de talento individual, al que se le inyecta apoyo, tecnología y dosis enormes de entrenamiento.

O sea, que no vamos a ganar mucho. Habrá que participar por estar entre los mejores del planeta, en el deporte más extendido entre la raza humana.

¿Ha sido siempre así de imposible? ¿Qué han logrado los atletas españoles en la corta historia de los Mundiales?

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Los hispanos que acudieron a la primera cita, en Helsinki.83, estaban inmersos en el desarrollo de la propia generación (la gran quinta del 57) y un semillero global gigantesco. El mundo estaba dominado por europeos que corrían y norteamericanos que volaban. Colomán Trabado no pudo superar su semifinal de 800m bregando contra el campeón mundial Willi Wülbeck (otro alemán) o el brasileño Guimaraes, de una generación donde no paraban de salir galgos de la verde-amarelha. Antonio Corgos superaba los ocho metros para ser séptimo en una final donde volaban bajo Mike Conley o Carl Lewis.

Abascal y González, que apuntaban alto en la crema del mediofondo europeo, tuvieron que manejarse entre los intocables Ovett, Aouita, Scott o Steve Cram. Aún así Abascal pudo ser un amargo 5º puesto en la final mientras que González, que había vencido en la versión de bolsillo de los Europeos de pista cubierta, quedó fuera de la misma. En 5.000 y 10.000 había, sencillamente, demasiada diferencia entre los puestos de podio y el nivel de Jordi García y el Taca, Antonio Prieto. Esto no era el cross sino que había un hueco imposible con los Eamon Cloghlan, Alberto Cova y compañía (la compañía, de nuevo, alemanes del Este como Schildauer o Kunze). Pilar Fernández quedaba lejos en las series de 3.000 y Mariajo Martínez en las de 110 metros vallas.

El maratón español enviaba al toledano Ricardo Ortega y a Juan Carlos Traspaderne. Los tiempos del récord nacional se movían en 2h11 (marca que mejoró el Traspa en Helsinki) y De Castella era un tiburón que ya corría en 2h08. La historia se repetía cada vez que afrontábamos la realidad mundial. Sólo una excepción. José Marín se hacía con la plata en 50km marcha tras el gigantesco marchador Ronald Weigel, responsable de los éxitos propios y posteriores con el equipo australiano.

Youtube: 1500m Roma 1987.

En los Campeonatos del Mundo celebrados en Roma en 1987 se pudo contrastar la voracidad de González, sacándose la espina con una medalla de plata en 1.500, y la polivalencia de Marín con un bronce en la siempre discutida prueba corta de la marcha.

Roma’87 fue una barra libre donde se batieron récords de los campeonatos, continentales y del mundo. Ben Johnson se salió de la pista y de la barra. Los jueces introdujeron un último salto de longitud cuarenta centímetros más largo de lo que había saltado en realidad el local Evangelisti. Las alemanas del este corrieron hasta quemar la goma del estadio. Todo era excesivo, muy romano, casi neorrealista.

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Contra tipos que saltaban casi 2m40 como Sjoeberg, Avdeenko o Igor Paklin, poco podía hacer Arturo Ortiz (2.27 en calificación). Un descomunal Jose Alonso Valero fue finalista en 400 metros vallas frente a nombres legendarios como Edwin Moses y Danny Harris o Harald Schmid. Merche Calleja y Maria Luisa Irízar hicieron un silencioso pero espectacular top20 en un maratón femenino donde imperó Rosa Mota. Abel Antón iría sembrando para recoger en el futuro sobre distancias superiores. Y una joven Mayte Zúñiga se exponía a esos procesos de aprendizaje que significan mandar a los leones a atletas con ajustadas mínimas B.

Para el atletismo español las cosas tenían que empezar a cambiar ya. En 1991 la IAAF mandó a los Mundiales a Tokio. Barcelona acogería los Juegos el año siguiente en medio de una expectación inusitada.

La cosecha en el más difícil de los escenarios atléticos fue la de una medalla de bronce de la nacionalizada Sandra Myers y unas sobresalientes actuaciones que quedaron en puertas. Fermín Cacho y Valentí Massana prologarían el libro de los éxitos en Barcelona un año después. Tomás de Teresa fué octavo contra, atención estadísticos y aficionados al atletismo, Barboza, Konchellah, Ereng, Mark Everett, Johnny Gray y demás sputniks. Y Antonio Peñalver fue octavo en el decatlón, dejando asombrado al país que leía algo más que los titulares.

Para evaluar el nivel de Tokio es necesario recordar que Sergei Bubka saltó casi seis metros en pértiga. Mike Powell batió con 8.95m de una tacada a Carl Lewis y el viejo récord de Bob Beamon. Dan O’Brien se acercó a los míticos nueve mil puntos de decatlón o que Alina Ivanova batió el récord de los campeonatos con 42 minutos en diez kilómetros …¡marcha!.

¿Medallas?

Hablar de medallas quedaba tan lejano como acercarnos a la tecnología que aquellos días desarrollaban en el MIT o siquiera saber qué demonios era aquello de Windows.

A pesar de ello, una oleada de energía recorrió los programas de ayuda al deporte español en la década de los noventa. Todo subía como la espuma y la cosecha de éxitos de Barcelona’92 debía recolocar nuestros atletas en la siguiente cita. Dos campeonatos olímpicos, una plata y un bronce, además de dos finalistas más, eran un buen paso adelante.

Esperaba Stuttgart. Solo dos años después de Tokio.

La Federación Internacional de Atletismo no podía dejar que el show se enfriase. El periodo de espera se reducía a dos años. Nuestros corredores, saltadores y lanzadores tenían que aprovechar aquella resaca olímpica del Amigos Para Siempre.

Tipos que corren por los libros: De Engel van Amsterdam (G. Mak)

«¿Sabes qué más?, luego estaba el corredor, ahí lo tenías. Un hombre vestido con un traje y unas campanillas, que permanecía corriendo si le dabas un par de céntimos»

Era la vida de los barrios de la periferia de Amsterdam, durante los difíciles años 30, en los que una mezcla de hambre solidaria y locura campesina se había instalado en almacenes humanos de ladrillo. Javastraat era el pulso de la zona, del barrio del Indische Buurt. Un borde urbano y humano hoy en día. Pero apenas un esquinazo de la ciudad antaño.

Geert Mak lo describe muy de pasada, apenas en unas líneas, en su clásico De Engel van Amsterdam (1992, sin traducción a inglés). Hoy día no tenemos el loco que, por unos céntimos, enamora a los paseantes con su aberración. Ahora, correr es una necesidad mercantil. Pensándolo bien, quizá pronto correr sea una necesidad mercantil. O de transporte.

En invierno viajé a la China más industrial y pude ver gente que llegaba tarde. O que simplemente optaba por no sacar la bicicleta. Y trotaban hacia el trabajo. Yo era un idiota simpático de otro mundo. Los corredores que iban con la chaquetilla laboral a paso ligero eran mis particulares demonios. Ellos demonios, yo quizá un orate.

Lo cierto es que la gente que gasta sus energías en trabajar para sobrevivir no tiene tiempo ni fuerzas para vagar. Y esto genera tanta literatura, tanto periodismo… Yo solo tengo un anecdotario cafre de trabajadores de Iberdrola o de cincuentones con ganas de cachondeo. Me gustaría contar algo de ese entrenamiento mortal, africano. Cada uno sufre su entorno.

‘Weet je nog, de hardloper, die had je ook’.

Ahí estaba, con sus campanillas, el sonado del corredor. Una romántica manera de pedir una limosna. Ahora pediría un osteópata.

Por caridad.

 

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Foto: Geheugen Van Nederland.

Se disputa en Madrid el «Maratón más duro del mundo»

Diecisiete ediciones consecutivas para probar el eslogan de la prueba. Posiblemente sea «el maratón más duro del mundo«. Los 42km y 195m de la distancia olímpica se multiplican arriba y abajo. El asfalto sobre el que se escriben las gestas épicas se cambia por sendas, riachuelos, roca y más roca. El resultado es casi 45 kilómetros con un acumulado de 5.300 metros de desnivel.

Todo esto configura la XVII edición del Maratón Alpino Madrileño que se disputó ayer. Con salida en la localidad madrileña de Cercedilla, desde sus escasos mil metros de altitud se ascendio varias veces hasta los dos mil y se descendió por nombres que están más asociados al alpinismo (Peñalara, Bola delMundo) o al ciclismo (puerto de Cotos, puerto de Navacerrada). Lo que habitualmente son tiempos de dos horas y cuarto en un vencedor en ruta, este año las cifras volvían a merodear el doble. El salmantino Alfredo Gil se imponía con 4h:01:18, con un márgen de quince y veinte minutos a Cristofer Clemente, y Federico Galera, respectivamente.

En dos horas se había agotado el medio millar de inscripciones disponibles en internet. El éxito de una prueba trail tan técnica y dura al lado de una megalópolis de seis millones de habitantes han convertido un dorsal del alpino en caviar.

Este verano había condicionantes extra, después de que las cumbres del recién estrenado Parque del Guadarrama permanecieran cubiertas de nieve hasta la semana de la carrera. Por esa llamada del peligro o por el furor de correr por sendas y pedregales, las cumbres atrajeron a los fieles del circuito de las carreras de montaña.

Desde Cercedilla se asciende al Puerto de Navacerrada por la vía más recta: el camino del Calvario. Coronado este santuario del esquí madrileño, todo recto hacia la cumbre de la Bola del Mundo, por encima de los 2.200 metros. Línea recta por las cumbres hasta Cotos, desde donde se encara la cima de Peñalara, el pico más alto de la zona (sobre los 2.400m).

En este punto la líder de la prueba femenina era la alemana  Lea Baeuscher, del equipo Salomon. Tras el descenso del vértice del Guadarrama se encara la tremenda ascensión a las Cabezas de Hierro por una pendiente de roca que merma las fuerzas y convierte los reflejos de las rodillas en mantequilla. Desfortunadamente Baeuscher sufrió un accidente en la bajada de Valdemartín y tuvo que ser evacuada, dejando la victoria para el duelo entre la madrileña Sonia Elgueta, que también sufrió problemas estomacales por la ingesta de un gel que no le sentó bien, y Sofía García Bardoll, tercera hasta entonces.

Al descender de las cumbres la carrera se juega en un serpenteante sendero que deshace el camino hasta Cercedilla. Son ocho kilómetros donde los músculos gritan y el equilibrio se gestiona con muchísimo entrenamiento en descensos. En chicas Sofía distanció en apenas dos minutos a Begoña Sánchez, ambas en la frontera de las 5h30 de esfuerzo. Tercera sería la canaria Raquel González.

El Maratón Alpino Madrileño es uno de los únicos maratones en el ránking de la Federación Internacional (ISF).

Paralelamente, se celebraron una carrera mini para los más jóvenes, y un cross de iniciación, el durísimo del Cross Alpino del Telégrafo, una carrera más corta que se empezó a organizar para dar oportunidad a los que se querían iniciarse en las carreras de montaña. Con 17 Km y 1.400 metros de desnivel acumulado, contó con las victorias del segoviano Óscar Baeza y Ana Paz Bermúdez.

Kilian Jornet y Emelie Forsberg se llevan la victoria en Zegama

Considerada una de las tres o cuatro mejores carreras de montaña del mundo, por elenco, animación y nivel de exigencia, la localidad vasca de Zegama acoge el Maratón Zegama-Aizkorri. A disputar sobre las vertientes de la sierra del Aizkorri en un circuito de 42km y 5400 metros de desnivel acumulado.

Y uno de los pocos idonos deportivos, lugares donde surgen fotografías que dan la vuelta al mundo como las de Jordi Saragossa.


Foto: Jordi Saragossa.


Foto: Jordi Saragossa.

Y uno de los paisajes deportivos más personales de Europa y donde más apasionadamente se viven las montañas. La prueba deportiva se ha convertido en una especie de Campeonato de Europa de carreras de montaña con apenas una decena de años de celebración. Con la particularidad que, en el viejo continente habitan actualmente los mejores trailrunners del planeta. Es comparable a una especie de Ryder Cup pero que asciende sin tanto lujo a crestas calizas, baja por praderas y sendas entre hayas. Actualmente el dominio europeo es abrumador y hoy no ha sido excepción. El catalán Kilian Jornet, considerado el mejor corredor de montaña del mundo, se ha impuesto por sexta vez en la prueba. La sueca Emelie Forsberg, reciente vencedora de la Transvulcania, se ha impuesto con holgura entre las mujeres, estrenando su palmarés y completando una ‘primavera española’ de ensueño.

Esta vez no ha existido rastro de los norteamericanos. Ni Sage Canaday ni Tim Olson, top 5 en la reciente Transvulcania, o competidores equivalentes. Del evento guipuzcoano de este año se caían otros miembros del equipo Salomon como el francés Michael Lanne, cuarto en 2012, o el británico Tom Owens, tercero. Quedaba por ver cómo recuperarían Jornet y Hernando de los más de setenta kilómetros de una semana atrás sobre las rocas volcánicas canarias. El resultado ha sido 3h40 en meta para el catalán y apenas unos segundos para Hernando. Uno de los tiempos más rápidos jamás conseguidos sobre el paraíso verde.

 

El italiano Marco de Gasperi, uno de los más radicales escaladores del mundo trail, borró todo rastro de duda sobre su forma física y tomó la salida, en contra de lo que él mismo anunciaba. Tomó rápidamente una ventaja en el ascenso a Aratz sobre Luis Alberto Hernando, Kilian Jornet y los sorprendentes Pivk (ITA) y el cordobés Zaid Ait, el chico que cruzó de Tánger a España bajo las ruedas de un camión. Pero en los descensos del macizo del Aizkorri se gana tanto o más que ascendiendo. Jornet recuperaría dos minutos a De Gasperi que abandonaría.

 

Forsberg recuperaría el tiempo que la norteamericana Stevie Kremer en cabeza de la carrera femenina. Kortazar, en cambio, no tenía su mejor día y se retiró pasado el descenso de Sancti-Spíritu.

Subiendo y bajando sin final.

Oihana Kortazar y Nuria Picas, las dos puntales de la representación local, estaban un escalón por debajo y tendrían que conformarse con regular ante las duras subidas al Aizkorri y el Andraitz. Picas lograría remotar hasta el segundo puesto del podio gracias a un descenso brutal. La superioridad de la sueca de los salomones era patente ya después de coronar Aizkorri, donde cientos de senderistas han ascendido a primera hora y componen una de las estampas deportivas más conocidas y fotografiadas del mundo.

De casi tres mil solicitudes de inscripción, la asignación y sorteo de dorsales establecen una línea de salida con únicamente cuatrocientos cincuenta afortunados. Unos exigentes tiempos de control no han impedido que este domingo de Mayo quedaran por el camino apenas trece retirados. El cierre de control se sitúa en ocho horas pero por delante las velocidades son de vértigo, ascendiendo casi a gatas y volando por las crestas.

La soleada climatología del domingo no impidió que algunas de las más técnicas zonas fueran determinantes. El barro y la roca caliza humedecida marcaron los nombres más fuertes y, de nuevo, los descensos radicales dieron las diferencias. Hernando no pudo sostener el ritmo de Jornet y llegaría a la meta zegamarra con apenas doce segundos de desventaja. El corredor burgalés de Adidas fue segundo por cuatro minutos en 2012 y este año, después de ser plata en la Transvulcania, ha demostrado que está en la élite para quedarse.

¿Quieres echar un vistazo?

El fotógrafo deportivo Jordi Saragossa tiene un album impresionante en su facebook.

Resultados completos.
Web de la prueba.