Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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¡A beber a la Casa de Campo!

Normalmente se ha gritado al corredor que se fuera a tomar por culo del medio de la ciudad. Estos extremos urdían una barricada moral de domingo por la mañana. Era la ciudad del coche para bajar a comprar el pan. El coche para atravesar Bravo Murillo camino del bar. «Iros a correr a la cá campo». Afortunadamente tenemos que creer que nos hemos liberado de todo aquello. Es un síntoma de un cambio.

Esta digresión no hace sino justificar el título del post. En realidad, a lo que voy, es a ampliar el espectro de los modos de disfrutar de la moda del correr. Por que ya es oficialmente una moda. Así lo atestigua la profusión de reportajes en los últimos meses en toda la prensa de información general.

Pues bien. Añadid al espectro del que os hablo el del «corredor cañista». O el «drinking runner» o el «beer runner». O de sus más inventivas variaciones ya sea en modalidad real academia española de la lengua, o en la anglófila y gafapasta.

Y es que me acaba de llegar un emotivo paquete que contiene una camiseta lanzada por un grupo de corredores asociados al gremio de cerveceros españoles. Los beer runners. Corto y pego.

que los deportistas, tanto profesionales como aficionados, salgan a practicar ejercicio y disfruten, después, de la cerveza y las tapas como recompensa al esfuerzo. De este modo se pone en valor el componente socializador propio del deporte en grupo, apoyándonos a su vez en una costumbre arraigada que también se practica en grupo: ir de cañas.

Sea cierta o primigenia, lo cierto es que la motivación que llevó a un club de corredores de Filadelfia, Fishtown BeerRunners, a tomarla fue descubrir el estudio realizado del CSIC que revelaba que la cerveza puede contribuir a la recuperación de la hidratación del deportista después de la actividad física. Ocurría en 2007 y rápidamente el cerveceo encontró en las redes sociales una compañera ideal para la expansión. Posteriormente es Cerveceros de España quien le da impulso en España. Así que ya sabéis.

¡Qué originales los de Phillie!

Ya en 2005 los corredores del Axe Valley (Reino Unido) celebraron la Midsummer Madness Pub Run. Aproximadamente 14 kilómetros con avituallamientos en los pubs de la zona. Dorsal sencillo, una pinta. Dorsal doble, dos pintas. Como reza su historiografía:

The objective was not to race but to enjoy a summer social run with ‘refreshments’ along the way! Fancy dress was optional!

Carreras en las fiestas de los pueblos ha habido siempre. La línea (pintada) de meta suele coincidir con algún punto de las casetas de los bares en la feria, de las atracciones o simplemente patrocinada por el pub de turno. Servidor tuvo a bien correr una «drunk mile» en un lugar ilegal y secreto de Inglaterra, con incierto resultado. Asumo que fui tercero pero las referencias son borrosas.

No es apología del alcoholismo ni del deporte gamberro. La socialización que parece que hemos descubierto ahora con los facebook y twitter ha existido siempre. Cuando volvíamos de correr el medio maratón de Coslada en 1991 caían no menos de dos rondas de cerveza o vino en aquellas peel sessions con Mario, Goyo y otros corredores del -hoy- C.Menorca C.A.P. Alcobendas.

Tampoco es que recomendemos lo contrario. Cada uno que haga lo que le salga del cimbel. Pero es necesario saber que esa mezcla de sustancias refrescantes y «energetizadores» es, históricamente, una de las lacras del deporte. Cuando en la London to Brighton de 1906 los corredores recibían una ayudita de caldo de carne marca Oxo, no se cita que los estupefacientes acompañaban en general al deporte de larga duración. Luego se nos mueren los ídolos y no sabemos si decepcionarnos o elevarlos a la categoría de mito. Aunque normalmente nos embarcamos en la idiocia ciega.

Somos mayores y esto es un hobby. Dejad que los profesionales se metan en berenjenales con médicos. Nosotros tenemos que aportar el tinte sutil y delicado a esta moda correril.

Soy más de vino, pero Prost!

mapomabebe

Cinco destinos para unas vacaciones corredoras en 2014

El día en que tuve que hacer mi primera maleta seguí mi instinto. Decidí incluir una olla exprés en mi equipaje. Eran los días en que la seguridad aeroportuaria entendía esas cosas.

En aquellos días, para mí existían las carreras por Madrid, por las montañas del Guadarrama, alguna expedición al prepirineo, el asfalto. Eso y cuanta ropa encajase en la maleta era mi bagaje. Al volver, cinco años después, la olla estaba como mis piernas: baqueteada. En la maleta venían algunos recortes. Destinos que contar a mis amigos del correr.

Es hora de que os cuente cinco de esos destinos. Todos hemos ahorrado, envejecido y saciado nuestras ganas de tortura deportiva. Destinos auténticamente hermosos, merecedores de una visita. No soy gran aficionado a categorizar, así que esto da más valor a los siguientes favoritos.

Tomad nota.


Fuente: Linschotenloop.

1. Blanca navidad. Linschotenloop (NL)

Recuerdo entre ellos esta gélida carrera prenavideña. La Linschotenloop, en los Países Bajos. Media maratón que discurre por poblaciones y canales de ensueño, cerca de los principales núcleos urbanos de Holanda y situada muy bien en los días que no son ni puente ni festivo.

Y eso siempre es indicativo de posibilidades para comprar billete. Tiene versiones de 10 y 5km.

Más fácil, imposible.


Fuente: Grupo Montaña Peña Santa.

2. Los lagos, las peñas santas.

Los del grupo de montaña del Peña Santa son una panda de exagerados. Cuentan probablemente con el recorrido más bonito del planeta para un maratón de montaña. El Xtreme Marathon de Covadonga es bestial.

Hermoso, verde, escarpado, durísimo y familiar. Se sale del puente de Cangas de Onís, se arriba a la Porra de Enol, ofrecen una espicha mundial (merendola regional), vamos, no sé que más se necesita para elegirla. Mediados de Octubre.

Es necesario presentarse bastante entrenado o quedarás peligrosamente cerca del cierre de control.


Fuente: Wikipedia

3. En Davos se reúne lo mejor y lo peor del planeta.

El evento múltiple de Davos. Correr y negocios. Una pista de atletismo que es regada en invierno y convertida en la pista de hielo más exclusiva. Carreras en plenos Alpes, sin la tensión de las loterías y masificación de inscripciones.

Vuelos a Ginebra o a Zurich, un billete de tren con la inscripción, una ciudad volcada en el evento, y posibilidad de hacer desde 21km hasta 78 por sendas y caminos alpinos de gran belleza. Añade el factor de celebrarse en el final de Julio, perfectamente enmarcable para unas vacaciones.

En grupo es ideal como viaje de club. Dadle una pensadita.


Fuente: 12Marathonsin12Months Blog.

4. Pub, run, joy

La Fairlands Valley Challenge. Otro estupendo destino para las vacaciones en verano, celebrado en varias distancias por la campiña inglesa. De hecho se corre muy cerca de un aeropuerto donde opera una low cost (London Luton) con lo que un alquiler de coche es sumamente barato.

El nombrado «mejor club del Reino Unido» por los lectores de la Runner’s World, Fairlands Valley Spartans, os meterá por fincas de ensueño, algún cementerio inglés,  casas, un campo de golf y sendas entre arbolado, y todo en un recorrido que no está marcado. A uno le dan las instrucciones en inglés de sms y allá te las compongas. Cada año es más popular y personalmente uno de los sitios más bonitos donde corrí. La hice en verano de 2005, si no me falla la memoria.

monschau
Fuente: Monschau-Marathon.de

5. Monschau Marathon (D)

Pasé unos dias estupendos en la celebración de la Monschau Marathon de 2005, en pleno periplo centroeuropeo durante aquel verano. Monschau está apenas 30km frontera adentro hacia Alemania. Se sitúa en la zona del Eiffel, un parque natural bastante bien preservado y que hace frontera con Belgica y casi con Holanda, y sus pinares y vallejos son un estupendo lugar para la celebración de esta carrera.

Muy a mano de algunos aeropuertos (Aachen-Maastricht, por ejemplo). Está muy bien para observar cómo se perciben las cosas de las carreras por parte de esta masa de europeos de grandes coches, grandes raciones en los restaurantes y grandes aditamentos: gross Deutschland gross alles, ya sabes. La carrera está pensada para darse un agradable garbeo por unas zonas mixtas que, con sol, pican. Pero, con agua, son un chapoteo incesante en el que se ha de ahondar -de verdad- en la percepción de lo que te rodea.

Una zona con posibilidades turísticas, razonablemente cerca de Bruselas o Colonia. El equivalente de los vinos riesling no queda lejos y además es sede de la producción de mostazas dulces. Un rincón auténticamente deutsch con sus encantadoras casas, sus platos de pasta y carne sobredimensionados y su cariño rural asimismo pasado de peso.

Correr por el campo podría ser imposible en España

Según informa el diario El País en la edición de hoy, el gobierno del Partido Popular estudia acotar el acceso al campo en los días que se celebren las batidas de caza y montería. No es un titular de 1927. Es de 2014.

No más correr por el campo, lectores.

Cazar es una actividad para unos, un capricho para otros, una herencia cultural del campo sin duda y una aberración para otros tantos. Para los lectores de este blog que pertenecen a planetas donde esto es aberrante o imposible, o de países en los que se dejó de cazar en cuanto el acceso a los alimentos en las tiendas era normal, según este previsible acuerdo, el senderismo, correr por montaña o transitar haciendo deporte por vías públicas (caminos o sendas) estaría supeditado al entretenimiento de asesinar animales.

Soltar un bicho durante meses para que se críe, con el objeto de matarlo y exhibirlo como trofeo irá por delante de la posibilidad de que la sociedad española lleve una vida sana y activa.

«Es por la seguridad de todos»

¿Suena a amenaza de los que llevan las armas? Lo es.

Y es que armarse con escopetas y ocupar la mañana entre los aguardientes de las seis de la mañana pasa a garantizarse el uso del campo por delante de la bicicleta de montaña. O buscar setas. O correr enardecido por sendas públicas.

El trail running o el mountain bike, sin ir más lejos, han demostrado querer ir demasiado rápido. Eran modas del siglo XXI. En España vamos por el XIX, que es algo más que un cambio de sitio de una X y una I. Primero nos dicen que no se puede rechazar el aprovechamiento económico de montañas, zonas esquiables, campos de golf. Los concejales y empresarios de la derecha casposa conseguían una y otra vez recalificar, saltarse a la torera legislación ambiental, y delimitar parques protegidos como ámbitos donde vivirían en «armonía del uso económico y el ocio». Después, que la caza es un sector económico y que no podemos mandarlo al ostracismo por que sí.

Lo mismo que se dijo cuando se pretendió hacer la revolución agraria. O cuando los vendedores de boinas se quejaron.

España vive eternamente anclada en no perder lo único que le mantiene viva: un pasado inventado por unos pocos seres rancios y unos clanes de terratenientes a los que el populacho ignorante aplaude y vitorea. Los defensores tienen una ventaja: están agrupados en un organismo con las referencias Real Federación. La realeza, la prebenda y la agrupación frente a la lógica ciudadana. ¿Veis?, es lo de siempre.

Porque no se trata de regular, según El País, el acceso a fincas privadas, sino «a petición de los cazadores, dar prioridad a las actividades cinegéticas en los montes públicos frente a otras formas de ocio como el senderismo o la búsqueda de setas». Montes que en su mayor parte sobrevivieron durante toda la Edad Media y Moderna al uso del terrateniente. Montes que eran el asidero de una población al uso democrático de un recurso económico.

Pero el pueblo pronto quiso imitar al señor feudal y se aficionó a lo de pegar tiros. No es una lucha generacional, de viejos cazadores contra jóvenes corredores por el campo. No es una lucha de hobbies. Es económica. Es un síntoma de qué educación cultural ha recibido el país.

El de la roja y el bar.

Je suis cuarentón

Os voy a contar una cosa. A quienes no tenéis aún cuarenta. A las parejas de los que sí.

A quien quiera seguir leyendo.

Llegar a los cuarenta con un cuerpo de cincuenta y siete es jodido. En varón. Lo del pelo se podría solucionar con un corte de pelo a lo Vinnie Jones, pero la lorza, la tos sanguinolenta y la barriga son una marca de la decadencia. Sobre todo cuando los ojos de varón se nos van tras las de cuarenta que -admitámoslo a ciegas- se han deteriorado mucho menos.

En estas que uno de la cuadrilla llega y se pone a correr. Y en cinco meses pierde once kilos.

Un día se presenta en una terraza, al cañeo, con unas gafas de sol en plan diadema, un polo talla M y cuenta que esa mañana ha ido corriendo hasta el cerro Garabitas o hasta el Pagasarri o hasta la Carretera de las Aigües y que ha hecho una hora de trote.

Y una camarera le sonríe creyendo que así cumple con lo que el dueño del bar le mandó. Además la camarera sonríe para hacer más agradable el momento de pedir bebida de esos mastuerzos. Y el cuarentón-en-modo-corredor devuelve la sonrisa.
La camarera bastante tiene con centrarse en trabajar por seiscientos euros, que es lo que le van a agradecer.

Los demás cuarentones malinterpretan la señal. Todo viene de una interpretación errónea por parte de los cerebros de los cuarentones, en realidad.

Y la idea de ponerse a correr maratones pasa soplando la nuca de los allí sentados, erizando el vello de todos.

Es más o menos así. En vuestra mano está el creerlo.

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Fuente: Spanjaard.

72 años y saliendo a correr

Ring. Rinnnng. Hace un año esperaba a que al otro lado saliera la voz de mi padre, a la que mi voz tiende a parecerse más cada día. Y más o menos se desarrollaba esta conversación

– ¿Diga?
– ¿Mamá? Tú no eres la que cumple años hoy. Di a papá que se ponga.
– Le pillas afeitándose – hablamos del interfecto al que toca felicitar – se va a ir a correr en un momento.

Es una conversación que ha cumplido otro año. Son las ocho de un viernes de invierno y las temperaturas siguen gateando por su colchón helado, se desperezan lentamente hasta que el sol las saca a patadas hacia arriba. Como dije hace un año, los jubilados de la zona están desayunando y desmigando pan en la leche y avisando a la mujer que les prepare la ropa, porque los jubilados españoles tienen a gala no saber prepararse el desayuno y delegar en la esposa las cuestiones de logística, plancha y ropas.

Y con setenta y dos inviernos desde aquel helador día en que mi abuelo tuvo que abrir a pala un camino entre la nieve, hay un jubilado que se queja malhumorado porque ya no corre como cuando tenía veinte años menos. Y se va a trotar hora y cuarto.

¿No es envidiable?

¿Querrías cumplir una pila de años y seguir con energía para salir a correr por las mañanas?

L1070247Foto: Claudio Luna.

 

Me da vergüenza correr

Sección consejos gratis del abuelo cebolleta.

DECÁLOGO para todo aquel que ha sentido corte antes de o cuando corría.

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1. Con vergüenza no se va a ningún sitio. Ni para salir a correr ni para hablar en público. Ni preguntar. Ni nada.

2. En vacaciones no pienses qué dirán en esa aldea o pueblo. Cuando vuelvas a casa te olvidarán. O no. Es más cosa de ellos que tuya.

3. Aunque respetes mucho a tu familia o entorno, tú «no eres bobo» por salir a correr. Son ellos los que tienen un problema.

4. Nadie es suficientemente obeso para empezar a hacer deporte. Mide tu sobrepeso en kg/ganas de hacer cosas. Es la ecuación de la voluntad.

5. Hay tallas para todos, porque hay gente deseando venderte material deportivo. Dales el gustazo.

6. Dales otro gustazo. Pasado un año compra tallas más pequeñas.

7. No es que arrastres los pies pesadamente. Los elevas más que los que están en el sofá tirados.

8. Resultados de la jornada sexta de liga. Deporte – 3, Sedentarios – 0

9. Menos vergüenza te dará cuando ataques a ese plato de comida. Esta vez sin remordimientos.

10. De vergüenza es que te sigan pitando desde un coche cuando corres. Quédate con eso.

Todos estos axiomas podrían reconducirse bíblicamente en uno, del tipo «que os den mucho por saco», pero comprended que así no haríamos amigos. Y un tipo vergonzoso, sin amigos, se convierte en un bloguero peligroso.

«Me enganchaste a correr»

Dudas que te lo estén diciendo de corazón. Pero es cierto. Alguien te confiesa que te ha leído y que se ha animado a correr. Más que animado, se considera enganchado. ¿Tan rápido?

¿Tanto daño hace un discurso alrededor de un hábito saludable?

Además llevo perdidos ocho kilos.

Y, claro, en casa te miran raro. Confiesas y te dicen que no, que muy bien. Que sigas. Y piensas que ha sido una buena decisión y que podías haber descubierto el ejercicio más fácil del mundo años antes.

Ya estás dentro, cachorro.

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¿Tenéis algún conocido que hoy ve como algo lejano aquel día en que os hizo caso? Personalmente, adoro rememorar con ellos todos aquellos momentos en que te bombardeaban con preguntas. Sus dudas, su miedo a parecer ridículo. Hoy asumen como natural el hecho de reservar un hueco de domingo, quizá a las siete u ocho de la mañana, sea invierno o verano, para correr. Ayer te preguntaban y hoy te agradecen.

Te hablan de los comienzos en la cinta de correr del gimnasio. Buscan tu dirección de correo para preguntar por carreras, cortas, pachangas, pero ya son otros. Es difícil abstraerse de esa simpática sensación de culpa.

Más contento aún si ese «me enganchaste a correr» viene de un post en este blog.

Doce veces más intenso es este sentimiento, siendo uno de los entrevistados que nunca correría. Que me pasó dos emails previos asegurándose de que la entrevista no fuera una burla a los que no participan de la cosa de las zapatillas.

Más pistas: es pelirrojo, es uno de los hombres de negro del banquillo de un equipo de la Liga Endesa ACB.

Eso es. Javier Cabrerizo me confesó que ya trota hasta veinticinco minutos seguidos y que está encantado. Encantado es casi homófono de enganchado.

Participa y gana uno de los 10 dorsales en juego para correr los 10km de Madrid

A todos los que venís a leer buscando entretenimiento, reposo, que os den la razón o quizá fotos de atletas desnudos y desnudas, ha llegado el momento de sacar algo en claro de esta rocambolesca bitácora.

Resulta que la RFEA, organismo gobernante de atletismo español y organizador por tercer año de un sólido y homologado circuito de carreras en ruta, nos ha dado vía libre para que DIEZ DE VOSOTROS participéis GRATIS en la prueba del próximo 9 de Noviembre, en los 10km de Madrid.

Una carrera de 10 kilómetros, homologada, y con las palabras «vosotros», «dorsal» y «gratis» en la misma frase. ¿A qué esperas?

Tras las buenas acogidas de Sevilla, Oviedo y Palma de Mallorca, con más de mil participantes en cada una de ellas, llega el turno de Recoletos, la Cibeles, Retiro, la puerta de Alcalá… libres de tráfico para el próximo sábado 9 de noviembre.

¿Qué hay que hacer?

Punto uno. Para participar hay que responder en los comentarios de este post en la página de Facebook de 20minutos o con el hashtag #10KM20M en Twitter a la siguiente pregunta:

¿En qué piensas cuando corres?

Punto dos. Se premiarán la originalidad y la creatividad. Estamos en la era de la participación pero también en la de la masa que no opina. No caigamos en la era de la mahonesa en las venas. Demostrad que el correr despierta en vosotros algo más.

En juego, poder participar en esta prueba. Las bases completas, aquí.

Él, runner. Ella, no runner.

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Hace unas semanas la estupenda bloguera y mejor corredora Rosa Asensio me lanzó un guante. En ese duelo de zarzuelilla la chica era la corredora. Él, bueno. Eso. Afortunadamente las tornas cambian. Se lo devuelvo.

Él (corredor).

El sábado es su cumpleaños. Lo tengo todo controlado. He pensado que es el momento en que se inicie en esto de correr. Tenía que comprar unas medias de compresión y mirar las rebajas -ando con un par de zapatillas con más de seiscientos kilómetros- así que me ha solucionado el regalo.

He visto unas mallas pirata que le van a sentar de miedo. También tenían una faldita corta de corredora pero no me he atrevido. Así que eso y un modelo de pronadora para chica. Para ellas diseñan unos colores brutales. Aunque dudo que sepa qué es ser pronador o supinador. No me hace mucho caso cuando pasa por detrás de mí y gira la vista a mis intervenciones en foros o en facebook.

Verás que sorpresa. Ahora podremos compartir más tiempo juntos, aunque yo tenga que entrenar rápido y ella, bueno, podemos calentar y estirar juntos y ducharnos. Sí. Este año he acertado con la compra. Cuando me meto con los complementos suelo ir de fracaso en fracaso. Termino de hacer el café y algo sólido y se lo llevo a la cama.

-«Hola amor. ¡Toma, tu regalo de cumpleaños!»

(Un silencio helador se extiende por el apartamento mientras ella abre el envoltorio de una evidente tienda de deporte)

——

 Ella (no corredora).

¡¡Por fin es sábado!!! No, un sábado cualquiera, ¡¡¡noooooo!!!  Es el sábado de mi cumpleaños.

La verdad es que no sé si prefiero que él se acuerde o no de mi cumpleaños. Yo sé que pone interés pero …. No hay año que acierte con el regalo, o escoge bolsos que sólo llevaría su madre o joyonas de esas que nunca me ha visto puestas y sabe detesto pero que aún así me regala. Debe ser eso de las carreras, tantos kilómetros no le dejan mucho más para pensar.

De cualquier manera, que se acuerde es un detallazo. Así que, sea lo que sea, me gustará aunque espero no haya perdido el ticket-regalo.

Ahí está. Trayéndome el desayuno a la cama. Lo miro. Ya estamos con la papilla esa de avena que toman los runners. Le miro. Sonrío.

– «Gracias, cariño».

Y de repente le veo que saca algo de debajo de la cama. ¡Mi regalo! Lo miro con detenimiento. Ni idea de la tienda donde lo ha comprado. Miedo me da. Rompo el papel de regalo de la “tienda desconocida” y…. ¿qué es esto?

Sonrío intentando disimular mi cara de: “Qué coño es esto?, ¿Por dónde me lo pongo? ¿Para qué ocasión?»

– “Son unas mallas pirata”, me dice emocionado. Mira que tiene ganas de que salga a correr, pero buffff, la sola idea de ponerme a sudar me da pereza. ¿Unas mallas pirata? ¿Para qué? ¿para jugar a los piratas mientras ese micro-pantalón me comprime de tal manera que no puedo ni respirar y me salen las lorzas por encima de la cinturilla?…Sonrío.

Aún hay más. ¡Unas zapatillas!

– “Son pronadoras”, me dice. Prona… ¿qué? Le miro como preguntándole si me está insultando. La verdad es que las bambas estas son chulas. De colorines y molan hasta los cordones. Quizás pueda llevarlas con los vaqueros que me compraré cuando descambie la otra prenda del demonio.

Sonrío y le beso. «Gracias cariño».

Aprovecharé cuando se vaya a correr a buscar el ticket regalo.

El gimnasio me mata (2)

Nosotros corremos. Ya os conté el otro día que corremos tanto que deterioramos algunas partes del organismo. No es que correr sea malo. Ni agresivo. Tienes que ser muy cafre para cascarte algo. Oye, que sucede. Pero el límite de lo cafre, ya sabes,»¿Dónde está el límite?«.

Correr es tan simple que abandonas grupos musculares casi enteros. Pasan los kilómetros y adelgazas, pierdes masa muscular. Y es cuando toca ir a por esas máquinas y compartir ducha con esos máquinas. En definitiva, hay que hacer uso de ese bono anual de camino hacia la tonificación, la salud integral del corredor y no sé cuantas cosas más. Al gimnasio, por la gloria de mi madre.

Hoy tocaba algo resumible en un tweet pseudomatemático.

Y luego encontrar el aire perdido, y seguir sudando mientras uno se ducha, seguir sudando más con las pulsaciones todavía buscando su ser, y salir a la calle.

Y coger frío. Solamente por no coger frío es cuando uno se mete al bar y comparte barra y periódicos de fútbol con los habitantes de la zona industrial deshabitada.

¿Qué podía haber salido a correr por el campo? También. Pero si me hubiese dado ese lujo a las siete de la mañana ahora estaríamos hablando de un ritmo en progresión, de qué cantidad de conejos se han reproducido por los montes y parques de la periferia madrileña. Todo sería más psicotrópico. Y no habría quedado nada de espacio para esa maquinaria fordista de producción de músculos en masa. Siete kilómetros, corriendo hasta que salía un ciento ochenta en el monitor de pulso. Mañana cuento qué pasa con esas zapatillas que salen volando cuando soplas. No se me olvidará, por lo bucólico o por lo penal.

Odio eterno al Running moderno.