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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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Nueva prueba deportiva por el desierto de Tabernas

Los desiertos, esas zonas donde la temperatura, la ausencia de precipitaciones y la despoblación o deforestación han hecho que la vida sea casi imposible. Pero que la aventura ha descubierto como terrenos atractivos. Correr por estepas áridas, donde el polvo y la escasa vegetación acentúan la sensación de aventura. Es lo que se propone en la primera edición del Ultra Trail Tabernas Desert que se celebrará los días 22 y 23 de marzo en Tabernas, Almería.

Será un tríptico al que nadie tendrá excusa de evadirse, con las típicas distancias ultra (103), grande (62) y mini (26) con las que nos estamos enfrentando últimamente en las pruebas por campo. El encanto vendrá determinado por disfrutar de una experiencia desértica a temperaturas muy moderadas.

Según está el calendario de caldeado, aún hay tiempo de evaluar los contenidos en http://www.xtremetrailcup.es/tabernas.phpY es que tenemos que agradecer que se haya escogido marzo para afrontar la prueba. El denominado desierto de Tabernas es uno de los entornos de temperaturas más altas de la península. Técnicamente son unas «badlands» geográficas, pero situadas en una latitud y en una zona protegida de los vientos húmedos procedentes del mar por la sierra de Los Filabres al norte y la sierra de Alhamilla al sudeste (el denominado efecto Föhn).

Salvando este tecnicismo, aunque es grande la tentación de anunciarse como «la primera y única ultra trail de Europa que se celebra en el desierto», apetece zambullirse en la web de la prueba y empezar a reservar fechas. Hay gente para todo y existen muchos fans de lo áspero que encontrarán en Tabernas su medio ideal. Además se discurrirá por esos terrenos descarnados y casas de madera que protagonizaron películas western.

Siendo fieles a la verdad, en España se ha celebrado ya pruebas en condiciones desérticas como LavaTrail de Lanzarote, Monegros, Haría Extreme o Coast to Coast de Fuerteventura. En cualquier caso, tenemos en Tabernas otra prueba que nace para completar el apasionante calendario de pruebas lejos del asfalto y que está encuadrada en otra de las copas y circuitos combinados del trail peninsular.

Y, siendo en marzo… quién sabe. Todos sabréis que aborrezco el calor del verano. Pero, sin ir más lejos, hoy anuncian apenas 13 grados de máxima en la zona.

Encierros+trail=trail extremo (Made in Spain)

¿Cavalls? ¿TransGrancanaria? ¿Transvulcania? ¿Gran Trail Peñalara?

Mozos, pasen y vean. Está ya todo inventado.

En los años veinte del siglo pasado comenzaron a subir a ver el paso del ganado por las escarpadas sendas. Bocadillo y vino en mano, cuentan, hasta que algunos decidieron echar la carrera delante de las vacas. Así surgió este hoy centenario sanfermín extremo. La unión del animal con el pueblo, que en nuestras latitudes se celebra de aquella manera.

Es Falces, Navarra. Fiesta declarada como de interés turístico y, a partir de ahora, de interés para el corredor-cabra, trailrunner para los amigos.


Fuente: Agencia Your Concept para Ayuntamiento de Falces. 2013.

Diario de un maratoniano: el recorrido del Maratón de Barcelona

Tres semanas enteras y estaremos conduciendo hacia la ciudad de Gaudí, de Eduardo Mendoza y de las chimeneas de Sant Adriá. Nos esperará el fin de semana del maratón barcelonés, al que las cifras siguen adornando (están ya rondándose los dieciséis mil inscritos).

Hoy quería repasar el recorrido del maratón, tarea que ya han glosado historiadores del correr por la ciudad, empleados de la organización y más de uno y más de dos internautas.

Lo habitual es seguir el recorrido. Vamos a ver. Lo habitual es permanecer leyendo un post así cuando la fidelidad al evento te premia con una visión global, incluso una visión romántica. Encontrar que la carrera «fue un acontecimiento deportivo de primer orden para la ciudad» nos deja fríos. Ya somos (a) curtidos lectores de JK Rowling o (b) ávidos analistas de lactatos e índices.

El público comienza a saborear mejor cosas del tipo «maldigo cien y mil veces al enajenado que tiró delante de mis narices aquella esponja empapada y que no pude esquivar, semiesquina a Urquinaona». Se pase o no por Urquinaona, que es que sí, vamos con ello.

1. Los comienzos

No se suelen desear hijos con buenos principios. Pero el recorrido diseñado tiene mucha miga desde el principio. Esa zona es pasto del pataleo fresco y de comienzos en la ciudad. No en vano estaremos por las avenidas que circundan la entrada de Sants Estación, que es por donde los de fuera solemos meter la nariz en la urbe. También se asciende muy ligeramente hacia el borde inexistente de Hospitalet, por territorios que hace veintitantos años me parecieron interesantes, cercanos al delirio. En aquellos días conocí el Parque de la España Industrial, oxímoron fabuloso al que llegaba el recorrido de mi «casi» primer maratón. Era 1988 y se negociaba el fichaje del exjugador Johan Cruyff como entrenador.

Ah, sí. Pasaremos cerca de esa meca del fútbol mundial que es el Camp Nou y esa meca de la natalidad que es la maternidad y el Hospital de San Ramón. Con esa aspiración a correr de los inicios de la vida a los de las patadas al cuero, cerramos un bucle y nos encaminamos a l’escorxador, magnífica escultura de mujer y pájaro del legado Miró cuya función ahora parece la de abrir ese envase modernista de la plaza de toros.

Fuente: Facebook de Marató Barcelona

2. Dadme un ángulo recto y moveré el mundo

En el lindero del kilómetro doce encaramos el ensanche. Esta figura urbanística pasó de la amplitud a la apretura. Se hizo para tener más espacio y consiguió apiñar barceloneses como si el espíritu de don Ildefonso Cerdá hubiera regresado de su tumba con botella y media de bilis. No lo notaremos mucho porque el domingo a esa hora se puede circular en masa enmarañada. Universidad a la derecha, un buen trozo de Gran Vía, a la izquierda al triángulo del escaparate arquitectónico del siglo XIX, y luego a la derecha para discurrir por los bulevares que lleven a visitar la Sagrada Familia.

A estas alturas nadie tiene pensado dejarse llevar por el pánico porque estaremos alrededor de la hora y media o dos horas de carrera. Quien más quien menos ha entrenado y probablemente todos miremos arriba pensando en cuánto talento hay concentrado en tan pocas cabezas.

Los «veintes» serán un entretenido ir y volver por avenidas en las que veremos regresar a los más rápidos. En esto se nos irá el pensamiento, sumado a esa fatalidad tan ibérica de preguntarnos si quedará una eternidad hasta que podamos ser los que vuelven. Cuando seamos de los que ya terminan estos momentos-espejo miraremos al suelo, siguiendo aquel principio no escrito de que es mejor pasar discretamente desapercibido. Otros aún vienen sufriendo.

Si no conoces los Encantes, por cierto, ya no los conocerás en su viejo esplendor. La plaza de las Glóries era algo similar a un paquidermo esparcido en hectáreas. Imagina la glorieta más grande que puedas y arroja un cargamento de rastrillos, casetas y mercadillos para que la aplasten y esparzan todavía más. Pues la renovación del segmento norte de la ciudad lo ha convertido en un mega-espacio comercial que saltará a tu atención en el kilómetro veintiocho.

Será el final de ese sector de la carrera dedicado a los supercontenedores. Entre pitos y flautas la Diagonal se cae al mar pasando por ese espacio del Fórum Universal de las Culturas y por otros entretenimientos de la renovación urbana moderna. Una vez visto uno, vistos todos. Posiblemente lo aprovechemos para sonreír hacia nuestro interior y alejar fantasmas del agotamiento.

3. Suicidas, exposiciones, y guiris.

Escribía Mendoza con ese tono que «la calle del Musgo era una vía tétrica y solitaria, adosada a la tapia de un cementerio civil destinado a los suicidas». Por ese cementerio discurriremos cuando la carrera se convierta en carrera con mayúsculas. Pero en una mayúscula gótica, floreada, sobre fondo negro y con todos oteando dos esquinas más allá. En las calles de la cuadrícula del viejo Pueblo Nuevo, de las que siempre he pensado que se parecían mucho a un Harlem con talleres de motos y artes gráficas, se intuirán los kilómetros del disfrute.

También los de la pesadez de piernas. Al igual que los suicidas acudían al Cementerio del Este de recién muertos, voluntariamente (¿hacen algo involuntario?), nosotros iremos por allí sin haber sido forzados a ello. Ahí reside la gracia de correr largas distancias, como decía uno el otro día. En que, si nos mandasen hacerlo por la fuerza, nos resistiríamos con uñas y dientes.

Con estas nimiedades en la cabeza veremos asomar la verja del parque de la Ciudadela cuartelaria, moderna y rancia a la vez. Espacio que fue -en ocasiones sucesivas- cuartel destinado a reprimir, apertura al mundo destinada a mostrar la entraña industriosa de Barcelona y recogedero de animales salvajes destinado a recoger animales salvajes y ponerlos fuera del alcance de nuestras manos. Y no al revés.

Se te llenarán los ojos de lágrimas cuando veas el kilómetro cuarenta y dos. Antes se te llenarán de guiris. No de modo literal, porque los guiris no caben por mucho que te hayan dicho eso de «tus ojos son como oscuros pozos». No caben y ya.

Pero el paso por los últimos estertores del domingo barcelonés te llevarán a la Puerta del Ángel, a la Rambla, vamos, a todo lo florido, contemporáneo, canalético y visitable de la ciudad del Cobi. Unos van a Canaletas a celebrar los títulos deportivos. Pues nosotros posiblemente nos sintamos aún lejos de esa victoria deportiva que en el kilómetro treinta y nueve aún no se ve. De ese pequeño momento de la épica personal. De la consecución del reto personal.

Que es parar y dejarlo ya.

Por que, ¿qué otro sentido tiene que corramos un maratón? En efecto. No hay otro sentido que el de parar cuando llegamos a meta. Una meta muy bonita y con sus globos y momentos emotivos.

Generaciones de corredores cometiendo los mismos fallos

Este post debía haberse titulado «los cadáveres del running».

Que lo sepáis.

Todo comienza con un sorpresón. Ese corredor, que hace años al que perdiste la pista en las salidas diarias, está cruzando un semáforo a tu encuentro. Tú acabas de terminar una sesión de correr y aún llevas las pulsaciones por encima de todos esos umbrales definidos por las revistas hasta la cataplexia social.

¡Hombre, Luis! ¡Qué fino estás, chaval!
Pero bueno, y tú, ¿no sales a correr ya?

La enumeración de dolores y lesiones crónicas ha mandado a esa vieja gloria al dique seco. Las entesitis pubianas, caderas con desgaste excesivo, tendinosis convertidas en el Quijote del sufrimiento, convirtieron a la edad en un problema y no en un estandarte que ondear sentirse orgulloso.

El deportista que pudo haber envejecido de manera saludable y deportiva apenas se contenta con salir a caminar.

He visto lesionarse a los guerreros del correr de los ochenta. Aquellos que nunca aflojaron cuando el reloj mandaba acelerar. Los que nunca estiraron en condiciones, o quienes pensaron que aquellas novísimas ciencias llamadas osteopatía y fisioterapia eran para los futbolistas de Primera División.

Después vinieron los lectores de revista. Se insuflaron ánimos a base de las publicaciones en papel. En los años en que ya no se conformaba uno con aquel plan de El País sobre cómo terminar un maratón, sino que los corredores se convertían en runners, cayó una segunda generación de jóvenes impulsados a correr. No a correr sino a volar. Cada dos meses regresaba un plan, como si aquellas tormentas tropicales «para todos los niveles» barrieran las playas deportivas en oleadas. Era complicado resistirse a las formulaciones científicas de entrenadores y licenciados en educación física y excorredores. El que no entrenaba era porque no quería. Muchas veces se repite la escena.

¡Qué tal, Luis! ¡El otro día estaba animando en el maratón y te vi pasar!
¿Ya no corres?
Bueno, maratones ya no hago. Cuando paso de cincuenta kilómetros a la semana tengo que levantar el pie, que estoy cascado del psoas.

Ay, el psoas.

Comienzo a escuchar las primeras lesiones por sobreesfuerzo de la tercera generación de caídos en combate. Los e-lesionados. Internet ha catalizado una oleada o un boom o una burbuja deportiva hasta exprimir la resistencia de nuestros organismos. Algunos han reventado embebidos en la fiebre kilianjornetista (dicho sea con cariño), apurando el cupo de sensatez de todo el año en tramos suicidas. Preparaban un ultra trail de cien kilómetros a base de pruebas de cuarenta y cincuenta kilómetros, en ciclos de tres meses raspados. Su pasión eran los vídeos y los foros y los blogs. Otros han entrado por el mismo carril del entrenamiento continuado y la competición fabulosa. ¡Pero es que hay una quedada el sábado de los corredores de tal marca, que irá Chema Dominguez! ¡Y el domingo hacemos 24 kilómetros solidarios, ideales para Berlín! ¡Y mi grupo de whatsapp salen a mediodía del Lago!

¿Qué errores están repitiéndose durante estas generaciones para que muchos apasionados no puedan seguir corriendo? 

Yo tengo mis errores favoritos detectados. Son de actitud.

Evidentemente no poseo la verdad sino una visión muy parcial de todo esto. Apenas llevo en el mundo del correr desde que Eleuterio Antón le mojaba la oreja al «traspa», a Juan Carlos Traspaderne. Quizá se me pasen variables antropomórficas. Seguramente hay un componente estadístico de «bajas colaterales» en toda actividad deportiva.

Pero a estos ex-corredores ¿creéis que les consolará conocer todo eso?

 

Ser un influencer

-No muerdas la mano que te da de comer.
-Pues quita la mano.

Correr (en general, el running) es una más de las actividades mercantiles que nos rodean. Ya no es correr. En estos momentos se trata de vender. Cuanto más rápidamente asumamos estos principios, más pronto podremos separar dos esferas, la del estado físico de placer y la del movimiento de masa. Pero claro, para ello tenemos que desear separarlas.

Hace unos días me contaba un amigo con el que comparto trotes variados una anécdota priápica, eréctil. Desde un departamento de mercadotecnia relacionado con el running, le pedían que asistiese a un lanzamiento comercial más. De los que mueven los corazones, ya sabéis, queridos corredores que leéis este blog.

Pues no podía ir. Excusado por sus horarios laborales, vino a desear suerte al community manager de la acción y sugerirle que, quizá, podría asistir algún otro conocido. O colaborador. A lo que su interlocutor(a) le confesó que, realmente, lo que le interesaba era su presencia como influencer.

¿Más que como corredor? ¿Ha dejado de funcionar el boca a boca y el filtro reposado de esas experiencias que antes duraban kilómetros, que permitían tener inmediatamente calado ese modelo de zapatilla o ese chubasquero?

Veamos. La mayoría de las veces no se trata ya de zapatilla o chubasquero. Cuatro de cada cinco cosas que te rodean en el sin par mundo del correr son ‘acciones‘, ‘presentaciones‘ o fulgurantes promociones de alguna carrera o marca.

De ahí que sea más importante encontrar un influencer que un nicho de practicantes. O, desdoblando el proceso, se llegará antes con el contacto a varios opinadores influyentes que con las cosas bien hechas. El vender rápido ha llegado a este puro y bucólico segmento que erais los que salíais a correr y ya.

Creedme, cualquier escritor público del mundo del correr recibe las tentaciones de sus diversos submercados. Y hay montones de ellos. ¿Habéis parado a hacer una lista con la cantidad de campos en los que nuestro correr se ve inmerso? Carreras per se, calzado, ropa, viajes, premios literarios, electrónica y navegación, festivales de cine, y ¡a nadie se le ha ocurrido todavía montar una cadena de cafeterías exclusivas temáticas para corredores!

Pues para todo se nos pide apoyo, prueba o presencia. Y hay que filtrar, por sensatez y principios, pero -sobre todo- porque no todo pasará el tamiz de la primera década. Muchas carreras, acciones comerciales, ideas y gadgets son tan válidos como su predecesor pero caen en el olvido en cuanto aparece un sucesor. Esta obsolescencia teórica ha puesto a miles a correr, a decenas de miles. Sí. Pero la responsabilidad de avisar tiene que ir por delante de la corriente del río.

Esto se trata de disfrutar. No de dejarse arrastrar.

influenc

¿Corres para…?

Eran las 7.10am y me encontraba a los fogones, terminando unas fabes con almejas de urgencia para el turno de mediodía. Estaba vestido de corredor con unas estrambóticas mallas negras, listo para salir a entrenar 13km. Fuera batía una brisa aunque no era exagerada. Una mañana de Febrero con un grado centígrado.

Todo esto, ¿para qué? ¿Qué es lo que te entusiasma tanto como para modificar los horarios normales de desayunar, hacer ejercicio y llegar a salir a correr en un entorno tan infrecuente?

Tú, ¿para qué corres?

Me apetecía tener respuestas, y lancé la pregunta a facebook. Os dejo algunas de las respuestas que han ido colgando algunas amistades. A quienes agradezco haberse parado a contestar.

  • Pilar Perez Ferrer Yo estoy haciendo exactamente lo mismo que tú, en vez de fabes, patatas guisadas. . Y se me cae la baba(fuera de la olla),pensando en la nieve y estar unas horas cansándome para luego jurar en hebreo de lo cansada que estoy toda la tarde en el trabajo. Tamos mal?
  • Chus Herrero Porque ese aire fresquito de la mañana te deja la piel lista para un peeling.
  • Javier Herrera Para comerte dos platos de fabes en vez de uno porque te los has ganado
  • Raúl Frechilla Pour vivre!!!
  • Rubén Novoa Jurado Para que coman tus hijos
  • Raúl Martínez Contreras Para pasar frío? Sus vástagos tienen que crecer y desarrollarse, eso no es trabajo
  • Emilio Comunero ¿Por qué? Para hacer lo que te gusta, para segregar adrenalina, porque te sientes libre, porque después te sientes satisfecho, porque es tu momento, porque te sale de los cojones, porque eres un corredor, porque si no, no sabrías que poner en el caralibro
  • Carlos Sanz Alonso Para llegar a la comida con las fabes ya gastadas?
  • Ignacio Rodriguez Ameller Y si lo preguntas al revés? ¿Porque no?
  • Juan Seguí Rojo Para sacar temas para el blog
  • David Cortes joder, pues mi despertador ha sonado a las 7:10 , para darle al rodillo, y me he vuelto a empiltrar!!!.
    lo tuyo es vocacion!!!!
  • Sonia Ceballos Para sentirse vivo y en armonía con el entorno. Esto es la riqueza de saber vivir y aprovechar cada momento para uno y para los demás! !! 
  • Claudio Luna Mansilla ¿Seguro que no tenías nada mejor que hacer?
  • Jesus Esnaola Para contarlo, Luis. En la era digital, todo lo hacemos para contarlo.
  • Manu García Ortiz Interesante esto último. A lo mejor antes de la era digital también, pero no era tan fácil. Se me ocurre
  • Federico Alvarez Villa Aun renace el instinto adormecido , la naturaleza que llevamos dentro , por mucho que en el hombre actual estos vestigios permanezcan bajo una capa artificial efecto secundario de la propia civilizacion…. ¿Para que ? En el fondo para sentirse mejor, para que aunque sea durante un instante aflore una parte que nos gusta de nosotros mismos , supongo…
  • Almudena Lopez Cascante Porque te encanta correr y ademas eres capaz de hacer unas exquisitas fabes con almejas, que mas quieres. olé, olé y olé
  • Carlos Velayos Martín ¿Para qué? Para apretarte con ganas un par de táper de fabes, malandrín, que has hecho para todo el portal.
  • Rosa Martinez Para soportar esta vida tan perra, o eso, o se pone uno a las vias del tren. Mejor no hacerse preguntas.
  • Guadarrama Trail Para vivir y sentir que sigues vivo.
  • Susana Meyniel Martí No sé el mal que te aqueja, pero creo que es contagioso.
  • Guillermo SdeBaranda Vivir, con obligaciones, pasiones …
  • Miguel Lopez Sacristan Pues para sentirse feliz y con alegría.

Algunas cifras sobre el Ultra Trail del Mont Blanc 2014

Algunas cifras que deberíamos saber, con el objetivo de comprender qué hay detrás de esa apasionante atracción de la carrera de montaña más solicitada del planeta.

El The North Face Ultra trail del Mont Blanc mueve estos números. Y no ha hecho más que empezar.

1. Este año, más de 14.000 corredores han respondido a la llamada de las inscripciones. De todas ellas, habrá 7.500 que se plantarán en las líneas de salida de las 5 carreras representando 77 naciones, movilizando más de 2.000 voluntarios y desplazando 50.000 espectadores

2. En el total de las 5 pruebas : 52,1% de corredores extranjeros y 47,9% de corredores franceses Es el primer año en el que habrá más corredores extranjeros que franceses en las carreras del Ultra-Trail®
El top 5 de países sigue idéntico al de 2013. Tras Francia, viene España: 8,93 % ; Italia : 8,90% ; el Reino Unido: 6,22% ; Japón : 3,73%. Vienen a continuación Bélgica, Suiza, Alemania y los Estados Unidos.

En 2014: España ha pasado por delante de Italia, ¡y los japoneses han doblado a los belgas!

3. En todo este fregado habrá 77 naciones representadas. ¿Mundialización? ¿No es esta una de las premisas para ser incluido en el programa olímpico?

Entre estas 77 nacionalidades hay 3 pequeñas novedades: Brunei, Mauricio y San Marino.

4. Un plantel de élites de más de 300 dorsales. En concreto 317 corredores (mujeres y hombres) con el «potencial top 10» según los criterios de la International Trail Running Association.

5. Ellas. En 2014, las mujeres inscritas representan el 13,3% de los corredores, es decir, una progresión del 3% en relación a 2013. Están bien representadas en la OCC (más de la cuarta parte de los inscritos). El UTMB® es la carrera con menos representación, con sólo un 8,14% de mujeres.

6. Edades. ¡De 20 a 70 años y más!
Los de más de 70 años prefieren un recorrido menos largo: 10 inscritos en la OCC de los cuales 2 son mujeres y 4 en el UTMB® entre los cuales hay una mujer.
Los más jóvenes (categoría Espoir a partir de 20 años – edad mínima para inscribirse) prefieren también la OCC : 32 inscritos en la OCC contra 5 en el UTMB®.

7. En la prueba de iniciación, colapso ya desde su primera edición. La nueva carrera lanzada en esta edición 2014 ha visto un verdadero éxito y ha hecho necesario un sorteo: la organización ha recibido 2.443 solicitudes de inscripción para 1.000 plazas disponibles.

8. ¿Experiencia? Cada vez hay más corredores nuevos, entre los deportistas que vienen de otras disciplinas. La cantidad de participantes que vienen por primera vez al evento aumenta regularmente en la mayor parte de las carreras.

Todo esto completa un escalón más en esta ascensión imparable que invita a recorrer durante horas, subiendo y bajando, los contornos del macizo del monte blanco.

Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

¡A beber a la Casa de Campo!

Normalmente se ha gritado al corredor que se fuera a tomar por culo del medio de la ciudad. Estos extremos urdían una barricada moral de domingo por la mañana. Era la ciudad del coche para bajar a comprar el pan. El coche para atravesar Bravo Murillo camino del bar. «Iros a correr a la cá campo». Afortunadamente tenemos que creer que nos hemos liberado de todo aquello. Es un síntoma de un cambio.

Esta digresión no hace sino justificar el título del post. En realidad, a lo que voy, es a ampliar el espectro de los modos de disfrutar de la moda del correr. Por que ya es oficialmente una moda. Así lo atestigua la profusión de reportajes en los últimos meses en toda la prensa de información general.

Pues bien. Añadid al espectro del que os hablo el del «corredor cañista». O el «drinking runner» o el «beer runner». O de sus más inventivas variaciones ya sea en modalidad real academia española de la lengua, o en la anglófila y gafapasta.

Y es que me acaba de llegar un emotivo paquete que contiene una camiseta lanzada por un grupo de corredores asociados al gremio de cerveceros españoles. Los beer runners. Corto y pego.

que los deportistas, tanto profesionales como aficionados, salgan a practicar ejercicio y disfruten, después, de la cerveza y las tapas como recompensa al esfuerzo. De este modo se pone en valor el componente socializador propio del deporte en grupo, apoyándonos a su vez en una costumbre arraigada que también se practica en grupo: ir de cañas.

Sea cierta o primigenia, lo cierto es que la motivación que llevó a un club de corredores de Filadelfia, Fishtown BeerRunners, a tomarla fue descubrir el estudio realizado del CSIC que revelaba que la cerveza puede contribuir a la recuperación de la hidratación del deportista después de la actividad física. Ocurría en 2007 y rápidamente el cerveceo encontró en las redes sociales una compañera ideal para la expansión. Posteriormente es Cerveceros de España quien le da impulso en España. Así que ya sabéis.

¡Qué originales los de Phillie!

Ya en 2005 los corredores del Axe Valley (Reino Unido) celebraron la Midsummer Madness Pub Run. Aproximadamente 14 kilómetros con avituallamientos en los pubs de la zona. Dorsal sencillo, una pinta. Dorsal doble, dos pintas. Como reza su historiografía:

The objective was not to race but to enjoy a summer social run with ‘refreshments’ along the way! Fancy dress was optional!

Carreras en las fiestas de los pueblos ha habido siempre. La línea (pintada) de meta suele coincidir con algún punto de las casetas de los bares en la feria, de las atracciones o simplemente patrocinada por el pub de turno. Servidor tuvo a bien correr una «drunk mile» en un lugar ilegal y secreto de Inglaterra, con incierto resultado. Asumo que fui tercero pero las referencias son borrosas.

No es apología del alcoholismo ni del deporte gamberro. La socialización que parece que hemos descubierto ahora con los facebook y twitter ha existido siempre. Cuando volvíamos de correr el medio maratón de Coslada en 1991 caían no menos de dos rondas de cerveza o vino en aquellas peel sessions con Mario, Goyo y otros corredores del -hoy- C.Menorca C.A.P. Alcobendas.

Tampoco es que recomendemos lo contrario. Cada uno que haga lo que le salga del cimbel. Pero es necesario saber que esa mezcla de sustancias refrescantes y «energetizadores» es, históricamente, una de las lacras del deporte. Cuando en la London to Brighton de 1906 los corredores recibían una ayudita de caldo de carne marca Oxo, no se cita que los estupefacientes acompañaban en general al deporte de larga duración. Luego se nos mueren los ídolos y no sabemos si decepcionarnos o elevarlos a la categoría de mito. Aunque normalmente nos embarcamos en la idiocia ciega.

Somos mayores y esto es un hobby. Dejad que los profesionales se metan en berenjenales con médicos. Nosotros tenemos que aportar el tinte sutil y delicado a esta moda correril.

Soy más de vino, pero Prost!

mapomabebe

La telenovela del corredor: él/ella

Vuelven estos dos. Ellas y ellos, enfrentados y acaramelados en esa esfera permanentemente irresoluble que tengo el gusto de escribir con Rosa Asensio, bloguera, móvil corredora y un tesoro del telenoveleo. Chicos, chicas, hoy tocan el pie y su cuidado.

Si alguien se siente aludido, hala, ¡ya hemos hablado de ti en internet! Tus tres minutos de gloria comienzan…

ZAPATEO

Él (runner).

Tengo los pies destrozados de la sesión de montaña que nos hemos dado. Dos uñas negras que he tenido que ocultarle. A ver quién se atreve. El verano pasado estuvo en un tris de obligarme a ir con sandalias cerradas después de haber corrido aquel ultra en la montaña. Se pasó medio verano mirándome con cara de odio cada vez que asomaba por la piscina. Está, además, en ese gremio de la agencia de publi donde todos se miran, recontramiran, remiran y devuelven las miradas tamizadas y casi envueltas en un análisis de branding.

¿Y en Altea? Va, hombre. En la playa te juro que me esquivaba. Era parar en una farmacia a comprar un gel relajante para los pies y se ponía hecha una furia.

Pues debería saber que no son ellas las únicas que usan productos para cuidarse. Un gel mentolado es lo mejor para reparar las piernas después de una sesión criminal. Vamos, que si no fuera por estos cuidados iba siquiera a aguantar cuando luego me saca a bailar en las fiestas playeras.

Porque aguanto en forma. Eh -guiño escultural- Que se sepa. Pocos de los novios de sus amigas pueden ponerse unas bermudas que les queden tan bien.

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Ella (no runner)

Sabía que este día era importante para mi. Mi jefe nos había invitado a una Barbacue con todos los jefazos de la Agencia. Una oportunidad!!

– «No te retrases», le dije anoche, antes de que hoy se fuera de madrugada a no sé qué trail de no sé dónde.
– «¡Que no mujer!»

Pues no sólo no se retrasa sino que aparece con arañazos como grietas en la cara y las piernas. Lo mato.

«Este chico es tonto», pienso. Y empieza a contarme todo con la ilusión de un niño, con esa emoción, con esa mirada…a la que no me puedo resistir.

Me levanto, le beso como si no hubiera mañana y le mando a la ducha.

Él asiente obediente e intentando disimular el dolor de las ampollas y uñas negras, que sé me oculta, hace que corre hacia la ducha. Me giro y me río. Total, no hay maquillaje que no cubra esos arañazos y, a decir verdad, a ninguno de mis jefes le quedan las bermudas como le quedan a él. Ains.

Los mejores tuits del running

Es tan tentador.
Es tan absolutamente emotivo ver cómo esa gran familia de corredores plasman en ciento cuarenta caracteres lo que a otros les cuesta una vida entera.
Es tan, tan, que tengo guardados unos favoritos. Mis tres gemas de esta primera tanda (habrá más). Mis tuiteros de cabecera cuando no voy ni para atrás.

Nacido hace relativamente poco, @ArmandoRampell es un alquimista. Vive frente a los retos imposibles de unos, los momentos-pose de otros y la vigilancia permanente de la cotización del cupcake de calçot. Ácido (cierto, en este blog no sale casi nadie amable o correcto) y luchador contra la tontería. Produjo hace no mucho esta síntesis.

 

El @LuchoRunner es un tipo amabilísimo que está constantemente tirando de la lengua a los tuiteros de habla hispana. Sus preguntas al bazo son fuente de debate. Y ante ‘ese’ espinoso tema, mostró un cuadro+tweet casi a mitad de camino de composición pictórica barroca, rostro de cemento del tipo que se coló, resumen de hacia dónde van las carreras de calle… Todo.

 

El tío del megáfono es un tipo majísimo y con incontinencia verbal. El amigo Barrantes, @AlbBarrantes en twitter, sufre de manera denodada para vencer a sus inseparables torrijas oculares. Madrugar y correr se revuelven en su contra. Pero él se rehace, finta y se coloca el traje de #Legañaman. En acción.