Qué pena me dan estas cosas, y más cuando yo, porque he de ser sincera en este caso, estoy claramente posicionada hacia el lado de Rociíto.

Ha pasado mucho, mucho tiempo desde esta portada de 1996 de la revista ¡Hola!

Y también ha llovido un montón desde esta otra de octubre del mismo año…

Yo era muy joven por aquel entonces yo soñaba con casarme con Nick Carter, pero recuerdo perfectamente esta etapa del colorín de la prensa española en la que Rocío Carrasco (todos la llamaban Rociíto) era la verdadera reina de corazones. Su relación con Antonio David Flores, las polémicas de él como miembro de la benemérita, el vestido de ella en la boda, el nacimiento de su hija, su otro hijo, su ruptura… sus caras ocupaban portadas y horas de televisión y hoy, de todo eso no queda nada.

Anoche Antonio David Flores, que llevaba años apartado de Mediaset, donde lo último que hizo fue ser asesor del amor en Mujeres, Hombres y Viceversa, regresaba a la cadena de Fuencarral por la puerta grande: inaugurando una nueva edición de Gran Hermano VIP repleta de ‘nisus’ totalmente prescindibles.

Su llegada a Guadalix fue una auténtica bofetada a Rocío Carrasco con la mano abierta, y además, una bofetada doble porque por la otra mejilla llegaba el sopapo de su hija Rocío Flores Carrasco, que estaba en plató como defensora de su padre. ¿Puede haber algo peor para la hija de Rocío Jurado? El enésimo posicionamiento de su hija hacia Antonio David se produjo en horario de máxima audiencia, en uno de los programas más vistos de la cadena más vista.

«Estoy aquí por él. Es la persona que mejor me conoce y tiene todo mi apoyo. Solo hice esto por mi tía Gloria Camila y por mi padre», dijo. ¿Qué pinta Gloria Camila en todo esto? Mmmm… Otra más que se suma a la vendetta.

Por si esto fuese poco, por primera vez, padre e hija hablaron por primera vez en un plató y en directo ante miles de espectadores de los conflictos familiares, o al menos de la parte que se sabe publicamente: «Han sido los años más duros de mi vida« dijo ella, a lo que el padre añadió: «Me interpuso una querella por violencia de género y me acusó un momento muy desagradable. Solicitaba cinco años de prisión y una indemnización de 50.000 euros. No es fácil asimilar esto. Te destroza la vida. Al final no hay ni siquiera juicio, pero ha sido una guerra difícil«.

Estoy deseando que llegue el día en el que Rocío Carrasco se caliente lo suficiente como para contar toda su verdad. Solo entonces será cuando podamos juzgar de manera más o menos imparcial. Con lo que yo se, soy del Team Carrasco.