Yo estoy de acuerdo con Ángel, que no se cree un pelo la relación de Saray y Gerardo.
A mi me escama mucho, sobre todo lo exagerado de Saray diciendo que «no puede ocultar más sus sentimientos».
A mi lo que me parece es que es una pareja de conveniencia. Por un lado, Saray se asegura la final, con el apoyo en las nominaciones de su madre y su chorvo, el hombre el chupito de amor.
Por otro lado, Gerardo se asegura también dos apoyos, porque ni Saray ni Pilarita (su suegra) van a darle demasiados puntos, por lo que es muy probable, si la audiencia no lo remedia, que se meta también en la final.
Por lo demás, el fin de semana ha estado tranquilo.
Ayer por la mañana se fueron los italianos, así que Ángel, Tatiana y Pilarita estuvieron solos todo el día.
Afortunadamente están entretenidos con la prueba (aunque como de costumbre se quejan de que cansa mucho) que consiste en esquiar.
Al principio lo hacían con nieve falsa, pero en Madrid ha caído una nevada que ha hecho la prueba de lo más auténtica.
El sábado apareció de nuevo la rata (ellos dicen que es una rata, a mi me parece un ratón de campo) y la que peor lo llevó fue Carmela, que se puso a chillar como una loca y a subirse a los muebles.
¿Esta gente no sabe que los ratones y las ratas escalan mejor que Spiderman?
Ayer noche, a última hora, regresaron Saray y Gerardo, esa pareja que va a durar menos que el dinero en mi cuenta bancaria.
Tatiana está escamada con Gerardo, porque piensa que la está poniendo a parir por haberse liado con Arturo y el reencuentro de quienes tan bien se llevaron no ha sido de buen rollo.
A estos dos les quedan unas cuantas broncas… y si no, al tiempo.