Broncón en directo al grito de «machirulo» y ruptura de Sofía Suescun y Kiko Jiménez en ‘Gran Hermano VIP’

Si la testosterona fuera agua, anoche en el plató de Gran Hermano se había podido celebrar el mundial de Natación Sincronizada. Se juntaron Diego Matamoros y Kiko Jiménez y se enfrentaron. ¿En un duelo dialéctico? ¿En un duelo intelectual? ¿En un duelo de ballet? ¡No, en un duelo que habría hecho que dos gorilas cabreados parecieran diplomáticos en una reunión!

Hubo imágenes en el plató que las cortas y la pegas en la peli de En busca del fuego y nadie se da cuenta. Y es que hay gente que si pudiera se implantaba un segundo pene sólo para que quedara claro que es macho y muy macho y mucho macho.

Y lo peor de todo, es que los dos discutían por Estela. ¡MI HEMBRA TU NO ROBAR! En serio, que dos ciervos machos en plena berrea zurrándose las cornamentas a hostia limpia ven a Diego y Kiko y piensan que son demasiado territoriales.

¡PERO ANTES DE SEGUIR, SEGUIDME EN REDES! Yo también soy súper macho. Soy tan hombre que mi Instagram te lo puedes frotar en el sobaco y te huele el alerón a Old Spice.

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La cosa comenzó con Diego Matamoros de nuevo en el plató. Ya sabéis que ese hombre grande y fuerte de voz profunda como de doblar a Thanos con amigdalitis, dejó el plató cuando su mujer, Estela, empezó a hacerse amiguita de Kiko. ¡Oh, ofensa gorda! ¡El honor mancillado! ¡Soy más inseguro que cambiar el patito de goma por una tostadora enchufada en la bañera!

«He reseteado la cabeza y he relativizado la situación y creo que el que mejor puede estar aquí defendiendo a mi mujer soy yo», alegó Diego, que relativiza más que Einstein escribiendo ecuaciones. Y ha reseteado la cabeza. Se le habrán borrado los mensajes de whatsapp.

Ver a Diego tranquilo y hablando con mesura da miedo. Es como cuando el malo de la película le dice al bueno que no se esconda, que salga, que no le va a hacer daño, que sólo quiere hablar: hay que sospechar. En cualquier caso ahí estaba Gran Hermano para ponerle vídeos que le hicieran tiritar la tranquilidad como un chihuahua en un congelador.

Tú coges un monje budista con setenta años de meditación y en Gran Hermano son capaces de alterarle con dos vídeos.

«Me apetece coger a Kiko y abrazarle todo el rato pero me parece que no va a poder ser», dijo Estela esta semana en la casa. Bienvenida a mi mundo, Estela. Yo también quiero abrazar a mucha gente y no puede ser. Por ejemplo, a Espinete. No se podía hacer un trenecito con Espinete. Paraba en seco y en el siguiente episodio de Barrio Sésamo salías tú como una puta brocheta a su espalda.

«Kiko ha cambiado conmigo… Algo ha tenido que pasar. Evidentemente le habrá dicho algo Sofía«, especuló Estela. Dicho, no, Estela. Kiko volvió a entrar en la casa con un collar explosivo apretándole las castañitas del gustirrinín. Según se acercaba a Estela era como los sensores de proximidad, pi. Piii. Piiiii. Piiiiiiiii. PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.

Sólo os diré una cosa. Creo que el último mensaje que le mandó Sofía a Kiko antes de entrar de nuevo en Gran Hermano era este GIF:

Diego eligió el mejor día para regresar al plató, el día en el había muchos vídeos de Estela, y no cualquier clase de vídeos. Un cirujano de guerra raja menos de lo que rajó Estela, que contó cosas a diestro y siniestro. La sinceridad, cuanto te están grabando, está muy sobrevalorada.

«Echaba más de menos a Kiko que a la vida de fuera«, dijo la muchacha, consiguiendo el Récord Guinness del mayor número de personas ofendidas con menos palabras. Hola, soy la madre de Estela y soy su vida de fuera, pero eh, vete con Kiko, que te va a hacer croquetas su tía la coja.

Pero Estela y Kiko no son los únicos carpeteros de la edición. También hay olisqueo de bajos entre Adara y Gianmarco, o mejor dicho, de Gianmarco a Adara.

Gianmarco: «Hay una cosa que siento hace días que necesitaría hablar con una psicóloga. Pero es que es una cosa que no quiero que se sepa», dijo el italiano. Lo mismo es que se toca mucho, que se la machaca como un mono con párkinson tratando de pelar un plátano, que se bombea que se está dejando secos los cantaritos del amor, el palito carne y hasta el hígado. Ah, no, eso no puede ser, porque eso ya se sabe.

Mila VS Hugo

Oh, sorpresa: Mila y Hugo se llevan mal. ¿Quién lo iba a decir dados los precedentes? Y es que Mila odia a Hugo como el que ve una hoguera y se sienta con las nalgas separadas sólo por joder a su almorrana.

«Este señor viene aquí a hacernos la vida imposible» (os traduzco del Milandés: Este señor viene aquí a obligarnos a hacer cosas, a movernos, a discutir y qué pereza, que yo lo que quiero es ser un aparador).

«Yo creo que ante todo, incluso con los adversarios, prima la educación», dijo Hugo, que si llega a pelear en Flandes pillaría a un hereje y le diría «disculpe usted, voy a proceder a degollarme como a un gorrino ¿me enseña el cuello? Gracias.

«Que se quede este señor aquí para mí es un auténtico tormento. No lo quiero ver ni en pintura«, dijo Mila, que cuando te coge manía te la coge entera. Velázquez pinta un óleo de Hugo y Mila lo quema. Se la suda. Ni en pintura. El antiguo Alcázar de Madrid lo quemó en 1734 Mila Ximénez porque no le gustaban los Habsburgo.

Y llegó la gran bronca. Kiko fue el primero en saberse que no entraba en la repesca. No entraba en la repesca, ni en la pesca primera. No entraba ni en la Pes.

Un apunte: Kiko tenía anoche el tupé que parecía el nido de una cigüeña con síndrome de Diógenes. El tupé de Kiko es como un biomarcador. Puedes saber cómo le va en función del estado de su pelo.

«Cuanto tiempo, te he echado de menos», dijo Kiko nada más entrar a su novia y le comió los morros a Sofía. ¿Sabéis los besos de la muerte que dan los mafiosos? Pues el de Kiko y Sofía tenía peor pronóstico.

«Qué bien hueles», dijo JJV. Era el olor de la soltería, que a JJV le huele como un campo de lavanda. Un tiburón puede detectar la sangre a kilómetros de distancia. Eso es una puta mierda. En Nueva Zelanda se queda un tío soltero y JJV lo huele. Tiene sentido solterácnido.

«Ah, está Diego, qué tal, no le había visto«, dijo Kiko cuando reparó en el otro macho de espalda plateada que había en el plató y los dos se dieron la mano. Pérez Reverte se habría escrito un pasaje épico con esa escena.

«¡MOOOOVIDA, MOOOOOVIDA!» gitaba Carolina Sobe, que no arrojó una navaja al medio de los dos porque al entrar en Telecinco pasas por un detector de metales.

La luz viaja a 300.000 kilómetros por segundo. Pues tú le dices a la luz que salga de Albacete a las seis de la tarde y no llega a Telecinco a tiempo para ver lo que duró el respeto entre los dos maromos.

– ¡Mira, el buen rollo de Kiko y Diego!

– HOLAAAAAAADIÓOOOOOOS.

«Te mandé un mensaje y lo has filtrado, has quedado como un rastrero y un mierda, que es lo que eres», le dijo Diego a Kiko, así, con la mano abierta. Era más seguro en la Primera Guerra Mundial mandar un mensajero montado en un caballo rosa y con un cartel de «MENSAJE SECRETO» que mandar un whatsapp a según quién en la tele.

«Si valoraras un poco a la pedazo de mujer que tienes… porque yo soy su amigo y tú un celoso«, contratacó Kiko, al que Estela le parece un pedazo de mujer. Ya verás el día que conozca a una mujer entera.

«Como persona te valoro con un cero, pero como manipulador y mierda te doy un diez», informó Diego, que parecía que estaba dando las notas del primer trimestre. Bueno, si Personamáticas y Ciencias de la Manipulación y el Mierdismo hacen media Kiko tiene un 5. Y sin estudiar.

«Las pajas mentales que te hacías con mi mujer, se las cuentas a la tuya», insistió Diego y creo que añadía «mentales» por no decir «pajas» a secas.

«Igual sí que me tomo un café con tu mujer cuando salga«, espetó Kiko, chulito. Ahí Estela era ya el árbol en el que los dos querían mearse. Lo mismo cuando salga Diego le pone a Estela en la oreja una etiqueta como a las vacas.

«¡MACHIRULO!«, le gritó Diego a Kiko. Sí, en serio, Diego Matamoros le ha llamado eso a otro tío. Como nos descuidemos Diego Matamoros empieza a usar la copa menstrual, a decir todes y a escribirse FEMEN en las tetas.

VÍDEO:

Gianmarco y Kiko hablando en clave, supuestamente Gianmarco diciendo que le gusta Adara un siete u ocho en nivel de mariposas y que la cosa «va para adelante».

En nivel de complejidad van en este orden y de menos a más, la escala de Richter, las tallas del Primark y la Escala de Mariposas Estomacales. La EME. 8 grados en la escala EME y estás que no cagas por alguien.

Gianmarco le preguntó también a Kiko si al principio del concurso sentía mariposas y Kiko respondía que sí, que un 8 o por ahí. Que las mariposas las hijas de puta se mueven y no hay quien las cuente con precisión.

Justo en ese momento en el que hablaban estaba Adara al otro lado de la habitación con pinta de recién levantada, los pelos revueltos, la cara larga… joder, si aún viéndola así había mariposas… el día que la vea maquillada se le llena el estómago de murciélagos.

De vuelta en plató Sofía reclamó que Kiko explicara qué significaba lo de las mariposas.

«Te gusta Estela, no pasa nada, lo sé, te he visto, te he analizado«, dijo la muchacha. Ríete tu de los gilipollas que trabajan en laboratorios de guerra biológica. Sofía sí que analiza.

Las conclusiones del estudio de Sofía, que va a salir publicado en la revista Science, es que «lo que me jodió es que me dijeras que no, porque eres un puto mentiroso». Bueno, pondrá fúquin laiar que Science es en inglés.

«¿A qué te refieres con mariposas? ¿SENTISTE MARIPOSAS AL PRINCIPIO? ¿ERAS CONSCIENTE DE QUE TE ESTABAN GRABANDO?», le preguntaba Sofía mientras subía el tono.

Joder, Sofía, como interrogadora. Se la pones delante a Mozart y te confiesa que ha escrito las canciones de Paquirrín si hace falta.

Y claro, Kiko acabó enfadadillo, porque lo cuelgas en un gimnasio de boxeo y recibe menos hostias.

«Estoy cansado de dar explicaciones, que a mi me manden a tomar por culo dos o tres veces consecutivas…. y sí, esto va por Sofía. Ya no las voy a dar más«, dijo, venido arriba, a lo Scarlett O’Hara.

¡¡A DIOS PONGO POR TESTIGO DE QUE NO VOLVERÉ A DAR EXPLICACIONES!!*

«Yo estoy harta de comerme todos esos vídeos, pero qué jeta«, dijo Sofía. Están los herbívoros, que sólo comen vegetales, los carnívoros, que sólo comen carne y los sofívoros, que comen vídeos donde les ponen los cuernos.

«Sabe que estoy enamoradísima y que me tenía que hacer la enfadada y en el momento en el que le dije lo que me había parecido mal se puso a la defensiva», explicó Sofía, que se hace la enfadada pero en realidad por dentro es feliz.

«¡Si me consideras un mentiroso se ha acabado, hemos roto!», gritó Kiko, haciéndose el digno.

Y después se justificó por el cariño muy cariñoso que le había cogido a Estela: «En un encierro se sienten cosas, una amistad más profunda de lo normal», explicó Kiko, al que encierran con una cabra en un corral un par de horas y se enamora.

Sofía se dio por enterada y dijo «me voy de aquí, hasta luego», y salió del plató. SO-LA. Si los británicos se fijaran en la facilidad con la que estos dos se separan, habían hecho el Brexit al día siguiente del referéndum.

Y SE SALVÓ DE LA NOMINACIÓN… ¡¡GIANMARCO!!

«Joao, llora, haz como aquellas personas que para llorar se tiraban de los pelos del pubis«, le dijo JJV. Pero esa gente tirándose del pubis, por amor de Dios… joder, antes me echo limón en los ojos. Ahora entiendo por qué los actores jóvenes no saben llorar en pantalla: van depilados.

¡EL JUEVES GALA DE HALLOWEEN!

Y se acabó lo que se daba amigas.

*Excepto previo pago en un Deluxe, que no soy gilipollas.

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