Kiko Rivera, sobrado en Gran Hermano Dúo, pero amenazado por la gota

A veces pienso que este concurso debería llamarse Gran Hermano Ego. Si todo el mundo en este país tuviera el mismo amor propio que la gente que hay en GH miraríamos a los noruegos y los alemanes por encima del hombro.

Kiko Rivera está convencido de que va a ganar GH o si no es él, pues su mujer, Irene (pero que mejor él, claro). Este chaval tiene más seguridad en sí mismo que ni guardado en el Banco de España.

El otro día estaba Sofía diciendo que Kiko se iba después de ella, dentro de dos semanas. Kiko decía que ni de coña, que él no se iba antes que Juanmi. Tan seguro estaba que dijo : «Mil pavos me apuesto a que no».

Kiko Rivera, que cuando se hace tocamientos se motiva pensando que se está tirando a Kiko Rivera, también dijo que  si gana «montará una fiesta» y a Albalá «le invitará a una mariscada». Como siga haciendo planes y gane, Kiko Rivera va a acabar teniendo que poner dinero.

«Mi final perfecta: mi mujer y yo«, dijo Kiko. JA JA JA Faltaría más.

– El emperador perfecto para el mundo entero: Yo.

Y así.

La conversación de quién ganará, quien no y quién llegará a la final se amplió y Kiko otra vez «¿qué nos apostamos?».

Joder Kiko con las apuestas. Parece Ana Obregón en ¿Qué apostamos? Este hombre no se compra un cupón, se compra el quiosco de la ONCE con el vendedor dentro.

Y luego quiso cantar su single en directo, «para darle una sopresa a mis compañeros«. No para hacer promoción de su canción, no, qué va, es porque tiene el alma llena de amor y quería agasajar a sus compañeros. Anda que le dio por darles masajes en los pies.

El caso es que actuó pero quedó todo muy soso porque estaba él solo, sin una mala bailarina, ni una coreografía… Claro que Rosalía por eso mismo te cobra 200.000 pavos y un riñón.

Otra cosa de Kiko, dijo esta semana que a María Jesús… «La cara de niña buena, eso es lo que la salva, si tuviera una verruga aquí y un diente picao…».

Feos y feas del mundo: no podéis ganar Gran Hermano.

Cambiando de tercio, ¿es que nadie se da cuenta de que Sofía se pasa media gala tapada por los logos de la publi de otros concursos? Si vais a GH acordaos de no sentaros a la izquierda.

En la gala pusieron un tuit que le daba a elegir a Albalá entre ganar el maletín con 100.000 euros o quedarse con Sofía.

«Quiero ganar, no quiero estar con Sofía«, dijo él, que le escuchas el corazón y en lugar de pulso suena una máquina registradora.

«Pero vamos, que si pusiera un euro también me iba al euro», añadió el muchacho, que es como el Tío Gilito pero más rata. A Albalá no le visitan los fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras porque tienen miedo de que les venda en el mercado negro.

Una hora más tarde, en directo, Sofía, que para nada se sentía molesta con esa decisión de Albalá, dijo que a ella no le importaba nada, que ella también elegiría el maletín. Pero vamos, se la veía más resentida que operada de amígdalas y comiendo frutos secos.

En el plató Mayte y Belén Esteban se picaron, pero la bronca no llegó a nada, porque Mayte sabe quién es Belén y se achantaba como si estuviera discutiendo con Vin Diesel con una ametralladora.

«Yo entiendo, porque he estado en un reality, que las críticas son malas«, dijo en el plató Belén Estaban, que antes de ir a los realities pensaba que las críticas eran mejores que una estampita de la Virgen.

Volvemos a Sofía. «Ojalá hubiera más personas como mi madre, tan duras y tan realistas«, dijo Sofía. Sí, sería cojonudo, por ejemplo con los médicos.

– Señora, su marido se muere fijo y le va a doler muchísimo, va a quedar tan mal que yo ni le enterraba, hay un contenedor aquí detrás del hospital. Pero no llore, si total, era un gilipollas.

«Es que da la sensación de que hago lo que mi madre dice«, se quejó Sofía, a la que sólo falta que su madre le meta la mano por el culo como José Luis Moreno con los muñecos para dirigirla un poco más.

«Mi madre podría presentarse a una futura presidencia del Gobierno«, dijo la muchacha sobre Mayte. A los seis meses estamos en guerra con 125 países.

Mayte haría una reforma educativa en la que habría una clase de cómo comer como un gorrino con la mandíbula desencajada y de cómo discutir con obviedades y repitiendo coletillas en bucle.

Su partido político se llamaría POYOX y el eslogan sería: «O nos votas, o te montamos un Poyox«.

Kiko ha tenido un ataque de gota. Madre mía, cómo ataca la gota de Kiko. Si llega a estar este muchacho en la II Guerra Mundial habría sido la Gota de Kiko la que habría invadido Alemania.

«Si me da un dolor muy gordo, muy gordo, que me tenga que quedar en la cama, me voy de aquí. Porque qué hago aquí todo el día tumbado en una cama», dijo Kiko.

La verdad, ni que hubiera estado todo el concurso corriendo. Tiene más actividad física la Venus de Milo. Kiko tiene la espalda de estar tumbado que parece que se ha tatuado los estampados del sofá.

Para la prueba semanal cantaron una canción de Sebastián Yatra. Yo soy Sebastián Yatra y les demando.

Y cantaron. Dijo Jordi González que era en directo. Pero eso estaba más grabado que una columna egipcia.

Sólo os diré una cosa: el que mejor cantaba era Kiko Rivera. Imaginaos el nivel. Y a esas voces les había metido tanto ordenador que para poder hacer que fuera decente en GH han tenido que pedir prestados ordenadores a la NASA.

Justo antes de la canción hubo bronca entre María Jesús y Kiko. «Tú me has llamado calienta y lo que sigue», le recriminó María Jesús y él respondió: «Ah, ¿y es que no lo eres?».

Kiko le dijo a María Jesús «a mí no me llames machista». Es verdad, debería llamarle feminista. Es más, Kiko debería ponerse un pañuelo rojo en la cabeza y sacar músculo con el brazo en la portada de su próximo disco.

A Kiko le gusta mucho la igualdad. En concreto, tener las uñas de los pies iguales y por eso se las corta Irene.

Y claro, después de esa bronca, María Jesús disfrutó mucho de la canción de Kiko:

Vimos las coreografías de la cena gratis. Alejandro abandonó la suya porque a Sofía se le olvidó un paso. Se ofende él, que se pone a bailar y parece que está escayolado. Pobre muchacho, que nació con articulaciones de menos. La competición la ganaron, cómo no, Kiko e Irene.

Juanmi tiene una obsesión por querer a todo el mundo. Mikey Mouse dando abrazos en Eurodisney es menos amoroso que él. «Jordi, te queremos», «Súper, te queremos»… se pasa así toda la puta gala.

A Juanmi le llaman por teléfono para decirle que han secuestrado a su abuela y les grita «¡Secuestradores, os queremos!».

Y poco más…

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