Los concursantes de Gran Hermano acaban de asesinar el inglés y la geografía

La cosa comenzó con un repaso por toda la gente a la que se han cargado Koala y Miriam y se han llevado por delante a más gente que Rambo después de pillar un descuento en munición.

Si alguna vez queréis cargaros a alguien sólo tenéis que contratar al Koala y a Miriam y después nominarle con ellos. Más efectivo que el veneno, oye.

Si te nominan con Miriam y Koala vas a salir de la casa, es un hecho tan seguro como que si te encierran en un dormitorio con Julio Iglesias te puedes dar por jodido. Literalmente.

Los porcentajes estaban 28,2%% a 6,7%% y 65,1%.

Se los pusieron en la casa y todos se quedaron callados como si les hubieran puesto la canción de Leonardo Dantés dedicada al pene.

Cuando salieron del asombro, Mónica dijo que ella era el 65%, pues se supone que no sabía que ella no estaba nominanda y sí Toni.

En medio y sin que se llegara a profundizar sobre el tema, supimos que han robado en la casa de Omar. No lo dijeron, pero me imagino que ahora hay por ahí una banda de ladrones a los que nunca más les fa a faltar una gorra.

En un vídeo vimos a Mónica con un abrigo verde en el jardín diciendo «por favor, me quiero quedar» y hablando de que se lo han hecho pasar mal y en general, lo que hace Mónica, que es refunfuñar. Entre el enfado permanente nivel almorrana a la plancha y el abrigo verde parecía el puñetero grinch.

Por fin les dijeron que Mónica no estaba nominada y la muchacha, feliz, saltó sobre Asraf a horcajadas que porque no creo que Asraf fuera virgen, pero si llega a serlo le quita la flor por la vía del papo percutor y le hunde los testículos hasta el hueco de la cadera.

«Me ha hecho creer que era otro poder, qué fuerte», decía Mónica, porque claro, hasta ahora el que ganaba la inmunidad va cambiando de poder. Ah, no, que siempre ha sido el mismo. Qué capacidad de deducción la de Mónica. Lo mismo Sherlock Holmes despide a Whatson para fichar al Grinchollos. Elemental querida Mónica.

Cositas de plató y de colaboradores:

«Al principio Koala no aguantaba a Miriam», dijo Laura Matamoros en el plató. Laura Matamoros tiene el ordenador mal y está viendo la webcam de la jaula de los koalas en el zoo de Pekín. Ésto es lo que ve Laura Matamoros en su 24 horas:

Y en bucle.

«¿Qué he sido falsa? ¡ARGUMENTOS, ARGUMENTOS!» dijo Aurah tras ser acusada por Frigenti y le cayó un argumentario completo. Si encuadernas todos esos argumentos te sale una enciclopedia de ir a venderla por las casas.

Volvemos a los vídeos. Suso se aburre. Y eso es como dejar un cachorro en casa sin nada que hacer: va a roer algo. Y Suso decidió roer a Mónica Hoyos, que ya son ganas de meterse eso en la boca.

«¡Aaaaaah, rabiosa, toda su vida estudiando inglés y no sabe! dijo Suso mientras Mónica trataba de hacerse entender en la prueba semana. «Que no tienes ni puta idea de inglés, que nos has engañado», insistía Suso.

Y así estuvo hora y media, porque Suso no sabe medir las bromas. Probablemente no sabe atarse los zapatos, como para medir bromas…

Y claro, Mónica, que tiene mucho sentido del humor, se tomó a mal la broma y acabó llorando y Suso le dijo «Mónica, ¿pero estás llorando? No seas así, ¿cómo te puedes poner así por esta tontería? Me parece surrealista, estoy muy cabreado».

Así es Suso. Primero te hace llorar y luego se enfada porque lloras.

– Paco, ¿por qué estás sangrando? ¿Pero cómo puedes sangrar por el tiro en el estómago de nada que te he dado? Estoy muy enfadado.

Y así.

El caso es que al poco Suso llegó y besó a Mónica y le pidió perdón y se hicieron superamigos de nuevo. Mientras, en la mesa, Asraf les miraba mientras comía. Asraf mira el mundo mientras come. El día que el muchacho palme y le velen va a haber más catering dentro del ataúd que fuera. Más que Míster Mundo es Mister Zampo. Este tío tiene dentro una tenia que dentro tiene una tenia.

Total, que poco después, en privado, Suso declaraba: «Nunca lo hice para hacerla daño, lo hice para cabrearla». Ah, bueno, vaaale.

– Señor juez, yo no le robé la pensión a aquella vieja para hacerla daño, era para cabrearla.

– ¡Liberen a este hombre!

Miriam ha estado haciendo uno de sus rituales de limpieza al Koala. Consistía en imitar a Pikachu con los dedos metidos en un enchufe.

«¿Sientes cómo entran las energías por tus pies?», le preguntaba Miriam al Koala, como si le hubiera puesto a cargar.

«Energías positivas invadan el cuerpo de este pobre hombre, que está lleno de plumas», conjuró Miriam, que habla con las energías como el que le manda un whatsapp a su madre para decirle que va a ir a cenar.

«Somos energía. ¿Sabías que somos energía?«, repetía y se ponía a hacer fuuuuu fuuuuu, como echando aire, que yo creo que Miriam es capaz de cargarte el móvil con un pedo.

A preguntas de un espectador en Twitter Toni dijo que ahora se acerca más a Miriam aunque empezó con mal pie con ella y que Miriam ha discutido con muchas personas queridas por él. Y que él desde que se fue Makoke se quedó solo y que Miriam se ha preocupado por él. «La idea que tenía de Miriam ha cambiado completamente, no es tan mala como la pintan».

Lo que es malo es tu acojone, guaperas, que te has visto más fuera de la casa que dentro y te has agarrado a Miriam como a un salvavidas, que sólo te ha faltado buscarle la anilla roja para tirar de ella con fuerza y que se hinche.

Mónica piensa que Koala y Miriam van a por ella. ¿Nooooo, no es concuuuuuuurso, lo que tu sienteeeeeeeeees se llama obsesióoooooon».

Y hubo bronca, entre otras cosas porque Koala le llamó «señora». SEÑORA. Koala es cruel, es un asesino del lenguaje, un destructor de amores propios.

«Piensan que así me pueden destruir», dijo Mónica. Sí, en Corea del Norte han dejado de lado el programa de misiles nucleares y están enseñando a los soldados a decir «Señora». Van a invadir Corea del Sur gritando eso. Porque puede destruir, Mónica.

El programa dio la opción al público de que eligiera a dos personas para estar en la cabina toda la gala y hacer una última llamada de la prueba semanal. Y el público eligió a Miriam y Mónica. JA JA JA JA Y no eligieron darles navajas y un duelo a primera sangre porque no estaba la opción en la APP.

«Es como poner quinientos kilos de dinamita al lado de una caja de cerillas«, dijo Koala cuando las vio juntas en la cabina, que parecía un laboratorio de control de drogas.

VÍDEO: «He triufado [sinónimo de haber cagado como una mula romera con la tripa suelta], lo he dejado así aromático para que la encargada del baño lo limpie«, dijo Miriam descojonada de Mónica, que tenía limpieza ese día.

Al parecer Miriam está muy podrida. Miriam caga y espanta zombis. Las mofetas rezan por la noche a Santa Miriam del olor intenso.

«Es mi mayor venganza», decía Miriam en bucle. A Miriam le dieron una vez mal el cambio en una gasolinera y antes de irse pasó por el baño. Tuvieron que derruir el váter y construir unas instalaciones nuevas para que se fuera el olor. Y en las noches de tormenta aún puede oírse el rumor del mojón que nació allí.

«Dos meses llevo comiéndome la triunfadera de Asraf«, se justificaba Miriam, que al parecer ha aspirado tanto gas nocivo que puede usar gas lacrimógeno de desodorante.

Aramís iba disfrazada de Pumuki. El horror.

El armario de esta mujer cura el daltonismo.

Aurah en plató se quejó de los comentarios machistas de Suso. Lo que pasa es que se quejó defendiéndolos.

«Es verdad que mis escotes son exagerados para el pecho que tengo y a veces mi madre me dice que no debo llevar tanto, porque ya soy una mujer exhuberante y quizá es mejor insinuar y no enseñar tanto, pero es verdad que nadie me tiene que decir cómo vestirme», dijo sobre el episodio del escote.

«Porque yo guardo, esa comida me la gané yo«, dijo Aurah sobre por qué tenía su armario lleno de comida. Para Aurah atracar un banco es ahorrar.

FINAL DE LA PRUEBA SEMANAL

Para terminar la prueba  y de vuelta al directo, hicieron el reto de la prueba semanal tres exconcursantes y Belén Esteban.

Omar tenía que lograr que alguien guiri dijera: «La vida mártir». Le tocó Sudáfrica. Con el dedo Omar se hizo toda África de norte a sur para ver si encontraba Sudáfrica.

Llamó a un hotel donde el recepcionista debe ser un vago de cojones, porque tardaron en cogérselo una eternidad y luego le pusieron una música de espera como de estar sintonizando la radio.

«Ripit plis vida martir, por tus muertir», le dijo a alguien. Yo creo que no llegó a cogerle el teléfono nadie, pero él hablaba igual.

Hubo un segundo intento: «Vida mártir, hombre. Is very, very important. quiss for yu and for yur famili», dijo él, pero pasaron de su cara.

Turno de Makoke. Le tocó Malta. Señalaron todas las islas del Mediterráneo. Si por Makoke fuera Mallorca sería Malta.

Makoke quería que dijeran «Tony Ganador». Makoke no habla mal inglés, pero la señora que se lo cogió le dijo «no thank you». Pero hizo una segunda llamada y el señor que lo cogió lo repitió sin problema.

Qué bien mandado, oye. Que me den ese teléfono que a ese tío se le pueden pedir favores.

Ángel Garó. Su frase era «Fantástico Gran Hermano».

El problema de Ángel es que se dedicó a usar su inglés, entero. Dio un rodeo para que repitieran la frase de tres cuartos de hora. «Hola, le llamo de España, del programa Gran Hermano, la filosofía del siglo XII se vio afectada por la falta de luz sobre los conceptos que salían de los preceptos de la religión cristiana y la lenta reproducción de las ideas, diga conmigo fantástico Gran Hermano, porfa».

Y así.

«Monta un pollo, Ángel, monta un pollo», le pedían desde la casa, porque los pollos de Ángel son de los que crean afición y se pueden exportar.

A Belén Esteban le tocó el país Rumanía. Señaló un par de países antes. Pero dijo que sabía dónde estaba porque la muchacha que le limpia en casa es de Rumanía. Menos mal que la muchacha no era de Murcia.

Su frase era «hasta luego, Maricarmen».

JELOU MAI NAIM IS BELÉN, ICOL FRON ESPEIN RIPIT PLIS HASTA LUEGO MARI CARMEN, dijo.

Joder, yo soy recepcionista en un hotel y me dicen eso y acabo la jornada hecho un ovillo debajo de la barra de la recepción.

La primera que le cogió el teléfono le colgó. La segunda se descojonaba cosa mala y luego… ¡¡¡¡LO DIJO!!!! Pero más fuera de tiempo que un Neandertal comprando en el Bershka.

Y les tocó a Miriam y a Mónica. El país era Australia y la frase que debían repetir era «ayúdame a ganar». Sólo en marcar tardaron media noche. Pero era otro de esos hoteles donde coger el teléfono les da asco, no sea que ganen dinero, y no se lo cogieron.

Llamaron otra vez. En esta ocasión lo intentó Miriam, pero le colgaron. Los australianos son la alegría de la huerta. Tienen un servicio de atención al cliente en la hostelería que si ponen a un canguro a atender el teléfono simpatiza más con los clientes.

¡Y PASARON LA PRUEBA! Eso sí, sólo por un punto y gracias al de Makoke. Un cinco pelado.

Sandra Barneda tuvo que echar a Hugo Castejón del plató porque el muchacho se coge unos rebotes de padre y muy señor mío y se pone a hablar y no se calla. Debe pensar que en cada intervención tiene 15 minutos para hablar.

Y encima tiene algún tipo de problema nervioso que le impide dejar de sonreír.

Y poco más, amigos, comienza unas semana decisiva.

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