Se produce un abandono fulminante y voluntario en Gran Hermano Revolution

Laura, mirando el cubo como si debajo hubiera visto una factura por pagar.

Queréis saber quién se ha ido ¿eh, pillinas y pillines?

Pues Laura, una de las repescadas/ intercambiadas. El motivo es que estaba encantada en la casa, disfrutaba, era feliz y muy querida por sus compañeros, casi como si llevara una guadaña en una mano y fuera vestida con una túnica negra con capucha. Así la querían.

La indeseada por las gentes (Manuel Bandeira) se ha cansado de discutir con todos, que es que ponía el microondas y se enzarzaba con él en una bronca. No es que Laura sea mala, es que tiene un carácter que habría conseguido que Gandhi saliera en youtube llamando a las armas tras cinco minutos con ella.

La prueba de los cubos ha sido más tensa que decir gritar ¡A que no hay huevos! en una reunión de eunucos y por la casa ha corrido como la pólvora (que joder con la pólvora, que putas prisas, nunca va andando, que coja el metro, joder) que es una mentirosa.

Y uy, eso le ha dolido en su corazoncito más allá de lo soportable. Laura habría preferido desembarcar en Normandía con un traje fluoreceste y una diana pintada en el pecho que quedar como mentirosa. Prioridades, oye.

El caso es que sus compañeros la han visto entrar en el confe y según pasaba el tiempo han ido acojonándose. Para ellos el confe es un lugar del que puedes no volver. Es más seguro bañarse desnudo en el pozo de la niña de The Ring que entrar en el confesionario de Gran Hermano.

Y sí, Laura se fue, Laura no está, Laura se aleja de mi vida. Y del 24 horas.

Y da igual que Miriam, su amiga del alma (y aquí amiga del alma es un símil de única amiga) la hubiera puesto a parir poco antes: al enterarse de su salida se ha echado unos lloros que puede montar una academia de plañideras y se forra.

Laura, imitando a Bane intentando matar a Batman.

Qué lagrimones, de verdad. ¿Queréis saber cómo hacen los actores para llorar en el cine? Les cuelgan a Miriam boca abajo a lo spiderman justo encima y sus lágrimas les van cayendo justo en los lacrimales. Grabando Postada: Te quiero, casi muere la protagonista ahogada un día que Miriam se descontroló.

Carlos, que si no opina de algo revienta, que le podrías poner una mordaza y usarlo como artefacto explosivo, aseguró que Laura «se va a arrepentir cuando se le pase el calentón en su casa. Y más de no despedirse de Miriam». Bueno, me da que Laura va a llegar a su casa y se va quedar más a gusto que un gnomo debajo de una seta.

El caso es que la salida de Laura ha sido tan fulminante, que ni un litro de laxante consigue una evacuación así, a Miriam le ha tocado hacerle la maleta a su amiga. Pero claro, ha contado con la ayuda de ÑamÑam, que si ve una actividad tiene que participar sí o sí.

Una vez ÑanÑam se cruzó con un manifestante que amenazaba con quemarse a lo bonzo y la china le ayudó hasta que del señor no quedaba más que un trozo carbonizado sobre la acera. Y como entiende lo que quiere y cuando quiere, a los gritos de «no, joder, que era brona, deja la gasolina» no les acabó de hacer caso.

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