El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Prohibición al “rellena gratis” en locales de comida rápida: Una crítica constructiva del caso francés

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Tal y como suena: la semana pasada la Asamblea General francesa estableció un coto al libre servicio de bebidas azucaradas o edulcoradas en los “restaurantes” de comida rápida, dentro de una enmienda a su Ley sobre la modernización del sistema de salud.

Ya hablamos sobre esta estrategia hace unos meses en el blog. Se refiere a la adecuación de que los consumidores puedan rellenar tantas veces quieran su bebida, por lo general cualquiera azucarada o edulcorada, en este tipo de establecimientos tras haber abonado, o no, un determinado precio por una primera consumición. Lo más curioso, insisto, tal y como lo hice en aquella ocasión, es que por lo general el agua no esté incluida en este tipo de ofertas “rellena gratis” o cuanto quieras.

La medida se explica, según los proponentes políticos, en virtud de la relación entre el consumo de este tipo de bebidas, en general los mal llamados refrescos, y el riesgo de obesidad:

La intención de la ley es la de proteger a la población general de una práctica comercial que promueve la atracción de consumidores a partir de un cebo basado en el consumo excesivo y nocivo para la salud.

Me parece bien… pero no del todo… o mejor dicho, me parece mal… salvo que esta medida estuviera basada en una estrategia más amplia y general de prevención de la obesidad. Lo que no tiene pinta, y me explico.

Las medidas puntuales y, sobre todo efectistas como lo es esta, poco o escaso resultado van a tener sobre el objetivo final que, según dicen, está centrado en la prevención de la obesidad. Cierto es que tal y como comentaba el pasado viernes, soy de la opinión que detrás del actual consumo de azúcares y bebidas “refrescantes” hay una cierta influencia en las cifras de obesidad… pero no lo es todo; es más, todo apunta a que este tipo de productos solo sean la punta del iceberg. Pero supongamos que…

Pero supongamos que sí, que los refrescos azucarados son lo peor de lo peor (aunque en mi opinión no hay que suponer demasiado, al menos en cuanto a sus estrategias de márketing) y que son la causa última de la obesidad en el mundo… francés: ¿Me puede explicar alguien porqué el gobierno galo, preocupadísimo como está por estas cuestiones, propone establecer la solución a este problema en la última trinchera? Entiéndase como “última trinchera” el acceso que en última instancia tiene el consumidor final en determinados entornos, me refiero en este caso al de los “restaurantes” de comida rápida.

En mi opinión, si de verdad los franceses, o cualquier otro gobierno u administración pretendieran acabar con la causa del problema, deberían de dirigir sus acciones a la raíz del problema y no a sus frutos. Es decir, si de verdad el azúcar (y los alimentos que la suplantan) son los malos de la película… ¿porqué demonios no regular y desalentar su producción y comercio al principio (productores, industria…) en vez de establecer medidas al final del proceso que no tienen otra utiliad que la de un arco iris de fuegos artificiales?

De nuevo en mi opinión, tengo toda la sensación que lo único que se pretende es implantar medidas queda-bien en las que a las autoridades no se les pueda acusar de inacción. Quién sabe además si este tipo de medidas no están incluso pactadas con la industria implicada. Medidas que al mismo tiempo es fácil que propicien un cierto resentimiento por parte de algunos sectores de la ciudadanía cuando observan en “papá- Estado” y “mamá-administración” una especie de Gran-Hermano hacia el que no es precisamente fácil sentir demasiada simpatía. Una imagen, la del Estado proteccionista, que si contara con unos “hijos-ciudadanos” correcta y verdaderamente formados, maldita la falta que haría que “papá-Estado” prohibiera nada.

En resumen. No puedo decir que esta medida no me guste, tanto como que de veras me gustaría verla implantada en España (si se quiere, véase en mi opinión un feo resentimiento revanchista). Sin embargo, pienso que para tener un valor significativo, esta prohibición solo tendría (tendrá) sentido en el momento que hubiera sido adoptada tras, y solo tras, otra serie de medidas políticas encaminadas a limitar la producción y promoción de este tipo de bebidas. Solo detrás de aquellas medidas que incidieran de forma directa en el productor, y no indirectamente en el distribuidor (el señor que tiene una franquicia al uso de este tipo de establecimientos) y por ende en el consumidor. Paganos últimos, ambos y a pachas, de los desmanes de una industria en cuyas pupilas solo se barrunta el símbolo del dólar, y del malhacer de una clase política miope que te cagas.

Una vez más se pone de manifiesto que estamos ante un problema macroeconómico, con poderosos intereses implicados. Así, mientras no se golpee la base del problema, sus raíces, el árbol de la ignominia dietética seguirá ofreciéndonos de forma incesante sus atrayentes frutos… y si no es a partir de una de sus ramas, lo hará a partir de otras. Es lo que tiene aquello de matar moscas a cañonazos.

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Nota: mi agradecimiento a @coplefmadrid y en especial a @jesusmnavarrol por su conversación y reflexiones.

Imagen: Stuart Miles vía freedigitalphotos.net

Consumir menos azúcar y refrescos reduce la obesidad y las enfermedades asociadas. Sin tonterías

RefrescosHe reconocer que he pecado… no sé cómo se me ha podido escurrir este pedazo de artículo en el “debe” y del que acabo de ser conocedor. Por eso ahora lo comparto y espero que vosotros también le podáis dar su verdadera importancia.

Se trata de este artículo titulado Resolved: there is sufficient scientific evidence that decreasing sugar-sweetened beverage consumption will reduce the prevalence of obesity and obesity-related diseases que podría traducirse como un elocuente “Asunto resuelto: ya tenemos suficiente evidencia para decir que disminuir el consumo de bebidas azucaradas reducen la prevalencia de obesidad y las enfermedades asociadas”. Es de 2013 y está publicado en la prestigiosa revista Obesity Research.

¿Y qué nos dice el propio artículo más de lo que el conclusivo título esconde? Pues la verdad que poca cosa más y que realmente no es precisamente tontería. En resumen que:

Las bebidas azucaradas son, pásmate, tanto la principal fuente de azúcar en la dieta de los norteamericanos como también la principal fuente calorías. Con este elocuente punto de partida, en el estudio se hace una revisión para poner de relieve si existe suficiente evidencia científica como para poder concluir que la disminución del consumo de este tipo de bebidas tendría algún resultado directo en la reducción de la prevalencia de la obesidad y de las enfermedades que le acompañan… pero en plan serio, es decir, encontrando una relación causa y efecto palpable. Así, los resultados de estudios prospectivos bien diseñados han mostrado de forma consistente una asociación significativa y han mostrado una relación directa dosis-respuesta entre el consumo de bebidas azucaradas y el aumento del peso a largo plazo, así como del riesgo de diabetes.

Además un metaanálisis de ensayos clínicos incluido en esta revisión y encargado por la Organización Mundial de la Salud halló que la disminución de la ingesta de azúcares añadidos redujo de forma significativa el peso corporal; al tiempo que el aumento de la ingesta de azúcares condujo a un aumento de peso. Otro de los metaanálisis tenidos en cuenta, encontró que un mayor consumo de bebidas azucaradas por parte de la población infantil estaba asociado con un riesgo un 55% mayor de tener sobrepeso u obesidad con respecto a aquellos niños que consumían menos refrescos.

Por si fuera poco, otro metaanálisis de estudios observacionales halló que el consumo de una a dos bebidas azucaradas al día se asoció con un riesgo un 26% mayor de desarrollar diabetes de tipo 2 que aquellos que consumían bebidas azucaradas de forma ocasional (menos de una bebida azucarada al mes). Otros ensayos clínicos han puesto de relieve que la reducción en consumo de bebidas azucaradas disminuye de forma significativa el aumento de peso y la cantidad de grasa corporal tanto en niños como en adolescentes.

Por tanto, teniendo en cuenta todos estos hallazgos y analizando toda esta información en su conjunto las conclusiones son demoledoramente claras: Consumir menos bebidas azucaradas disminuye tanto el riesgo de padecer obesidad como de las enfermedades relacionadas con esta, más en concreto Diabetes de tipo 2.

A la luz de estos datos… ¿hemos de esperar más tiempo para obtener pruebas aún más contundentes para ponernos manos a la obra y dejar al azúcar, a los alimentos que la proporcionan, a los refrescos y al resto de basurilla dietética afín en su sitio? Yo creo que no.

Sin embargo, está claro que no todo el mundo parece pensar como un servidor o se mueve por otros “intereses”. Así, esos otros, con el fin de otorgar al azúcar un tratamiento algo más que indulgente se sigue aferrando a otros artículos que, financiados por la industria, afirman que “no es tan mala” o que, directamente, no hay relación entre el consumo de bebidas azucaradas y la ganancia de peso. En realidad, los artículos que no observan tal relación son solo aquellos que están financiados por la industria. En el resto de artículos, en los independientes, la asociación es clara y en la línea de lo que te he contado. Así se puso de manifiesto en esta publicación: Financial Conflicts of Interest and Reporting Bias Regarding the Association between Sugar-Sweetened Beverages and Weight Gain: A Systematic Review of Systematic Reviews (“Conflictos de intereses económicos y sesgos de información en la asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y la ganancia ponderal”)

Más claro agua.

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Imagen: Iamnee vía freedigitalphotos.net

Conoce, firma y comparte esta petición para apoyar la educación alimentaria en los colegios

Una de las personas más activas en el panorama internacional a la hora de promover unos adecuados hábitos alimentarios entre la población general y más en concreto entre los niños es Jamie Oliver (protagonista en varios post de este blog).

Siempre activo en la defensa de los derechos que promueven una cultura alimentaria más saludable entre los más pequeños, acaba de lanzar una iniciativa de recogida de firmas en la plataforma Change.org, con el fin de apoyar la educación alimentaria obligatoria en los colegios de todo el mundo.

Este es el vídeo en el que Jamie te invita a que conozcas los porqués, y si te parece adecuado firmes su petición y compartas en tu entorno. A continuación me tomado la libertad de hacer una traducción (no oficial).

En el día de la revolución alimentaria 2015 he puesto en marcha una petición que me gustaría que firmases con el fin de forzar de alguna forma a que todas las administraciones del mundo se comprometan y pongan en marcha programas para que cada niño aprenda en el colegio qué es lo que tiene que hacer para crecer y cocinar alimentos frescos y nutritivos. Y para eso necesito tu ayuda.

En la mayor parte de los países las enfermedades vinculadas a una mala alimentación se llevan por delante a un número de personas sin precedentes… pero con un pequeño matiz: se trata de muertes prevenibles. A día de hoy son 42 millones los niños que con la edad de cinco años o menos padecen sobrepeso u obesidad; no pocos son los casos de chavales que a la edad de 8 años están siendo diagnosticados con diabetes de tipo 2, una enfermedad que hasta hace unos pocos años solo se diagnosticaba en personas de más de 40 años… Esta situación debe cambiar; los niños están sometidos a un sufrimiento innecesario… y para tratar de solucionarlo tengo un plan:

En mi opinión, el futuro próximo ha de partir desde la educación alimentaria… creo por tanto que uno de los derechos fundamentales de los niños consiste en que se les enseñe a crecer y a cocinar alimentos frescos en el colegio. Pelear por los derechos de cada uno de los niños con el fin de que obtengan una educación de calidad en materia alimentaria nos ayudará a su vez a invertir el aumento global de la obesidad y sus enfermedades asociadas.

Nuestra unión servirá para obligar a que todos los gobiernos del mundo dejen de mirar hacia otra parte en este importante terreno. Si crees que esta ha de ser la primera línea de combate en la lucha contra la obesidad y la de aquellas otras enfermedades relacionadas con una mala alimentación … por favor firma esta petición con el fin de gritar nuestro mensaje a los cuatro vientos.

¿A qué estás esperando? sigue el enlace, firma la petición y… sobre todo, compártela.

Gracias.

Está bien… pero hay más cosas y más importantes

NIñas cocina (480x640)

No obstante, lo dicho y tras haber firmado un servidor esta petición, hemos de ser conscientes que, al menos en mi opinión, no se puede o debe hacer descansar en las escuelas todas las responsabilidades educativas de nuestros hijos. Por ejemplo, me parece estupendo que en el colegio se impartan una serie de conocimientos y materias con una metodología y estructura coherente (trigonometría, historia, música, ciencias naturales, gramática, física, literatura, química, etcétera) cuestiones en las que es improbable que todos los padres o cuidadores tengan una formación adecuada así como una faceta pedagógica convenientemente desarrollada… o más simplemente tiempo para poder dedicar a los hijos en la adquisición de esos conocimientos. Ahora bien, hay otras cuestiones que, de nuevo en mi opinión, están al margen de las materias mencionadas. Me refiero a ciertos valores éticos, de educación, de valores, de respeto… en los que los padres o cuidadores han de desempeñar un papel, desde luego no único, pero sí prioritario. Y esto nos lleva al tema de la cultura culinaria y alimentaria.

Bien está por tanto que en los colegios se refuerce en este sentido, pero he de insistir que creo que habrán de ser los hogares los verdaderos motores de este tipo de cambios. De hecho, por mucho que en el colegio se enseñe, por decir algo, a cocinar… si en el hogar de un determinado niño no hay esa costumbre, va a ser muy difícil que o bien la iniciativa prospere en el sentido que se espera, o bien que el niño se lo tome ni medio en serio… o bien ambas cosas.

Dicho de otra forma, en mi opinión, la verdadera causa del problema para que un niño no tenga una mejor educación alimentaria y culinaria está dentro de su casa… y la solución (la más importante) también.

Si te ha gustado te invito a que eches un ojo a estos otros post:

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Nuevas directrices dietéticas norteamericanas, mucho de nuevo… bueno y también cuestionable

Siguiendo con la rutina habitual, hoy martes volvemos de nuevo sobre la cuestión de las recomendaciones y guías dietéticas que las distintas administraciones hacen llegar a los ciudadanos. Y lo hocemos trayendo a colación la reciente publicación de unas directrices, las norteamericanas que no suelen dejar indiferente a nadie. Bien sea por su relevancia, por su habitual impacto sobre las directrices de otros países/administraciones… o por una mezcla de ambas circunstancias este es un documento para tener en cuenta. Tienes todo el informe al respecto en este enlace que te conducirá a un extenso documento de casi 600 páginas. No obstante si lo quieres ordenado por temas, en ítems más manejables, te sugiero seguir este otro enlace.

Dietary Guidelines 2015

Introducción

Antes de comenzar con el comentario de estas nuevas directrices conviene echar un vistazo al marco de este importante documento y conocer que las directrices dietéticas americanas se plantean con el fin de aportar un asesoramiento racional tanto en la elección de alimentos como en la práctica de la actividad física con el fin de promover una mejor salud, un peso saludable y, en resumen ayudar a prevenir las enfermedades crónicas en la población de estadounidenses mayores de 2 años. En principio, el gobierno norteamericano asegura que estas recomendaciones se realizan en base a un examen riguroso de la evidencia científica fruto de un proceso transparente. Por tanto, se establece a las Guías Alimentarias como la piedra angular de todas las actividades de la administración USA en materia de educación y programas de nutrición. Para conocer un poco más el marco en las que circunscribirlas te sugiero seguir este enlace.

Si te quieres ahorrar el resto del post, te hago una síntesis de los hitos más importantes y novedosos de las directrices recientemente publicadas: El consumo de frutas, verduras y hortalizas sale verdaderamente reforzado; el de azúcar y en especial el de alimentos que lo adicionan (no que lo incluyen de forma natural) sufre un duro revés; se deja de criminalizar a todas las grasas en general y se hacen claras distinciones entre unas y otras, al tiempo que se indulta el consumo de huevos y; los productos cárnicos, en general todos, ceden terreno. Veamos el tema de forma un poco más pormenorizada.

Pulgares arriba

Ganan terreno

  • Las frutas, verduras y hortalizas: De hecho este grupo de alimentos ha sido el único que ha sido reconocido como beneficioso en todas las categorías de salud. Hay alimentos más o menos recomendables para la diabetes, al igual que para la hipertensión, el cáncer, etcétera. Pues bien, los alimentos vegetales frescos son una especie de denominador común beneficioso para todas estas enfermedades sin que reciban la más mínima nota negativa… Vaya, esto me suena.
  • Cereales integrales: El comité redactor de estas directrices termina haciendo una importante recomendación al respecto de alimentos elaborados con cereales integrales y hace descansar sobre ellos el ser una buena fuente de fibra, vitaminas y minerales… nutrientes todos ellos que en ocasiones son deficitarios entre la población general. Esto también me suena.
  • Lácteos: Pareciera mentira que se pudiera hacer más presión al respecto de la que ya se hacía anteriormente por parte de esta administración para promocionar el consumo de lácteos… sin embargo, se ha conseguido o al menos se sigue en la misma línea que en ediciones anteriores. Así, se hace descansar sobre este grupo de alimentos el ser una importante (¿irremplazable?) fuente de calcio y de vitamina D; y enfatiza sobre los beneficios en el consumo de las versiones desnatadas o bajas en grasa. Como creo que ya sabes, y en líneas generales, no es algo con lo que coincida especialmente.
  • El café: El informe advierte de la existencia de “pruebas sólidas” al respecto de que el consumo moderado de café, entre unas tres a cinco tazas al día, no representa un riesgo para la salud a largo plazo. Más allá, este patrón de consumo tendría asociado un menor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, al igual que un posible efecto protector sobre la enfermedad de Parkinson. En este particular creo que se habría de ser un poco más precavido ya que el tipo de estudios que terminan en este tipo de asociaciones suelen tener al mismo tiempo una amplia cantidad de elementos confusores. Además, es preciso recordar que esas tres a cinco tazas al día de café “made in USA”, poco suelen tener que ver con el café que se consume por estas latitudes. Te recomiendo que leas este post al respecto.
  • Huevos: Tal y como te comentaba más arriba y también señalé en su día en este post, por fin se indulta a este alimento y se le pasa a considerar como una fuente alimentaria especialmente accesible desde el punto de vista económico y con un perfil nutricional francamente interesante.

Pulgar abajo

Pierden terreno

  • El azúcar: Su reducción en la dieta encabeza el topten de las recomendaciones de estas directrices 2015 y se añade en el saco (no podría ser de otra forma) a las bebidas azucaradas, los mal llamados “refrescos”. Pero hay más, en vez de recomendar su sustitución por bebidas con edulcorantes artificiales, el comité recomienda beber agua. Me suena de nuevo.
  • Los cereales refinados: Varapalo de los gordos también para el arroz blanco, el pan blanco la pasta, las galletas y los típicos cereales de desayuno en la línea coherente de haber ensalzado el consumo de sus homólogos pero en versiones integrales como ya he comentado.
  • Los productos cárnicos en general: Se pone de relieve la realidad (como ya conté) de que tomamos muchas más proteínas de las necesarias y por ende no es necesario promocionar tanto su consumo. Entre los grupos peor parados las carnes grasas y procesadas, pero también se echa el freno en cierta medida al consumo de las carnes más magras y de aves de corral por el motivo expuesto. En su lugar se invita a un mayor consumo de pescado, marisco, legumbres y frutos secos naturales. Me suena otra vez.
  • Además, de todo ello se enfatiza en la reducción en el consumo de sal y la reducción de grasas saturadas, mensajes que no son especialmente novedosos.

Un pequeño, y peligroso, matiz más

Este escrito me ha dejado al final cierta inquietud cuando se contrasta que menciona repetidamente y alienta a la industria alimentaria para que esta proponga soluciones y reformule sus productos para mejorar su perfil nutricional… algo que me genera cierto desasosiego. No diré que me parece mal que se comercialicen raciones más racionales (valga la redundancia) de determinados alimentos, a la vez que se reduce el contenido de sal o se elimina el azúcar… pero no sé si te has dado cuenta pero todas estas acciones solo se pueden cumplir en los alimentos altamente procesados… productos sobre los que curiosamente no se hace mención en el informe… ni para bien… ni para mal. Veamos, si nos están diciendo que una sana utilización de los alimentos consiste en hacer una generosa incorporación de vegetales, cereales integrales y demás ¿cómo demonios se alienta a la industria alimentaria, cerca de una veintena de veces, a que reformule sus productos para hacerlos más saludables? En resumen, ¿cómo diantre se reformula un pimiento rojo o un rodaballo?

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Imagen: imagerymajestic vía freedigitalphotos.net

Si yo hiciera unas guías de alimentación saludable… (9): mi propuesta (por fin)

Bien, tras ocho capítulos sobre cómo haría un servidor un icono que representara todo aquello que a mi juicio habría que transmitir a la población general con el fin de reconducir y aconsejar sobre sus hábitos alimentarios he aquí el resultado.

Antes de que continúes hacia abajo y descubras el “pastel” he de dejar patente que está claro que jamás de los jamases me ganaré honradamente la vida como diseñador gráfico. He de reconocer que tras cerca de tres horas delante del powerpoint he sido incapaz de generar una imagen visualmente más atractiva que esta que me ha salido… mis sinceras disculpas.

La parte positiva consiste en considerar que desde mi punto de vista la imagen sí que recoge los conceptos que quería transmitir. En esencia se explica de la siguiente forma:

Por así decirlo hay dos caminos que dentro del contexto alimentario conducen hacia la construcción de unos hábitos dietéticos más o menos adecuados. En cualquier caso se parte, siempre, de alimentos “de verdad”, aquellos que de forma típica se adquieren en un mercado. A partir de ahí, bien crudos (en especial frutas, verduras y hortalizas) o bien cocinados (los mismos alimentos y el resto) se llega «al plato». Cierto es que no es imprescindible hacer la compra en un mercado típico, pero sea donde sea que se haga (ultramarinos, tienda al detalle, supermercado, hiper…), la norma básica para hacerlo del modo más conveniente viene a ser la misma: comprar alimentos básicos que se puedan… bien comer crudos solos o en combinación con otros alimentos… o bien cocinarlos (no recalentarlos, he dicho cocinarlos)

A partir de ambos caminos, se llega “al plato”, muy similar a otros que ya conocemos. En ellos destaca por encima de todas las cosas la especialmente elevada proporción de alimentos de origen vegetal “fresco” (aunque se cocinen) y, por otra parte los otros dos grupos, uno cuya principal característica es el aporte de proteínas, y el otro con un aporte destacado de hidratos de carbono a partir de alimentos con un origen basado primordialmente en los cereales integrales. Ambos grupos, los últimos, en una cantidad netamente inferior al primero.

Por razones obvias y ya comentadas en otros capítulos no hay hueco para los alimentos superfluos, ni para las bebidas alcohólicas, ni tampoco para otros mensajes diferentes del estrictamente dietético. No es porque estén “prohibidos”, es porque si estamos hablando de salud, esos productos no pintan nada de nada.

Pues bien, aquí lo tienes.

Mi icoino de alimentación saludable

Una propuesta decente

Como os decía no es que esté especialmente contento del icono en sí (solo de su mensaje) por eso, para aquellos que estéis interesados, os hago una propuesta:

Si entre los lectores hay alguien con ganas, tiempo y con unas especiales habilidades o recursos para mejorar el aspecto gráfico del tema (que como se puede apreciar es muy fácil) le animo a que se ponga manos a la obra. Para ello os podéis poner en contacto conmigo a partir de Twitter (@juan_revenga), Facebook… o bien usar el link de “contacto” (arriba a la izquierda de este blog) y mandarme un correo. Una vez establecido contacto, cruzaremos los correos y me hacéis llegar vuestras propuestas. Me comprometo a publicar todas, siempre y cuando el mensaje quede más o menos intacto. Una advertencia, si en el icono se utilizan fotografías estas han de estar bajo licencia “Creative Commons” con atribución de autoría para poderse publicar. Ni que decir tiene que las propuestas «a mano alzada» y talentosas serán especialmente bien consideradas. Espero vuestras propuestas.

Los porqués de este icono, la inclusión, proporción de los grupos de alimentos y la ausencia de otros mensajes se pueden encontrar en los capítulos anteriores:

‘Menuterraneus’: una buena aplicación para las cenas de niños que comen en el cole

NiñosPara muchos padres y madres el momento de dar de cenar a los hijos es todo un problema, en especial para aquellos cuyos hijos comen en el comedor escolar. Así, en no pocos casos la cena es un momento de incertidumbre. Me refiero, al qué poner, qué platos preparar y presentarles a los más pequeños… ¿sería adecuado ponerles pasta para cenar (o cualquier otro plato) si lo han tenido al mediodía o hace poco en el colegio? ¿Es conveniente que si han tomado lentejas para comer, se les dé garbanzos en la cena? Y demás preguntas de similar índole. Así, para solucionar en cierta medida este tipo de situaciones y muchas otras existe esta aplicación para dispositivos móviles llamada “Menuterraneus”.

Cierto es que en la mayor parte de los casos, a día de hoy las minutas semanales, o más habitualmente mensuales, que los colegios hacen llegar a los padres con lo que van a comer los niños en el comedor escolar suelen incluir, muchos de ellos, ciertas sugerencias para completar de la mejor forma posible la alimentación de los más pequeños a través de las cenas. No obstante, estas indicaciones, además de que a veces brillan por su ausencia, la verdad es que no siempre son especialmente detalladas. Y de ahí lo interesante de esta aplicación, que en base a los datos que el usuario introduzca sobre los menús de comidas, ofrecerá una serie de alternativas concretas, sencillas, nutricionalmente adecuadas y en principio en base a las características generales de aquello que se hace llamar “Dieta mediterránea.

¿Cómo funciona Menuterraneus?

En la práctica manejar resta aplicación es bastante sencillo: se introduce el menú de los hijos (esta podría ser la parte más pesada) y la aplicación propone las cenas correspondientes, su forma de elaboración a partir de recetas sencillas (no hace falta haber estudiado en escuelas de Alta Cocina) y, si se quiere, también genera una lista de la compra para confeccionar las mencionadas cenas. Esa parte pesada a la que me refiero se puede evitar en cierta medida si tienes suerte, si al introducir el menú de comidas se incluye la información del centro escolar, curso y fecha… hay alguien que ya ha registrado el menú de ése centro escolar en concreto. De esta forma, cada padre o madre “nuevo” que quiera obtener las alternativas para las cenas de sus hijos obtendrá de inmediato las propuestas si otro padre o madre del mismo colegio ya lo ha hecho previamente (y registrado en el sistema).

Pero la aplicación va más allá, y se agradece que además de poder planificar las cenas en base a los menús de las comidas escolares, permita planificar todas las comidas (sé que es raro, pero me han dicho que aún existen niños que comen en casa con sus padres). Pues para ellos, también existe la posibilidad de planificar el menú de comidas y cenas al completo.

Mi crítica particular

La verdad es que me parece una herramienta bastante adecuada para aquellas personas que no tengan demasiado desarrolladas estas habilidades de planificar menús… ya no solo infantiles, sino para toda la familia. Las propuestas de alimentos por grupos, así por encima, me han parecido bastante adecuadas, con una frecuencia también más o menos correcta. Sin embargo…

En el plano más crítico me parece que hay una excesiva fijación con lo de incluir segundos platos a base de carne o pescado (lo habitual por otra parte) con independencia de los primeros. Segundos platos a los que además, a no pocos de ellos, les debería acompañar una guarnición vegetal que no siempre está presente y por tanto se echa en falta. Por otro lado, en el terreno de las recetas, la sensación es que de puro sencillas, caen en el “simplismo”. Lo ilustro con dos casos de entre los varios que he encontrado:

  • En la receta de “pimientos rellenos” (empieza por no decir de qué están rellenos) su elaboración sugiere: “poner los pimientos sin descongelar en un recipiente apto para microondas…” es decir, esos pimientos ya rellenos de… lo que sea, son congelados. Nada en contra en principio, pero menuda forma de plantear una receta. Sencilla como pocas, pero me parece un poco de “jeta”. Además, luego está el añadido de catalogar dicha receta como un plato de “verdura”… algo curioso como poco cuando esos pimientos, al menos en la foto que ilustra la receta están rellenos de carne picada.
  • Otra de las recetas “Coliflor gratinada” sugiere poner la coliflor (una vez cocida) en una fuente de horno, junto a unas cucharaditas de tomate frito, unos taquitos de jamón y espolvorear un poco de queso rallado por encima y al horno… esto… ¿y la bechamel? A mí que me perdonen, pero de esta forma la receta en cuestión está bastante desvirtuada con respecto a lo que viene siendo habitual.

En resumen, detrás de los contenidos de la aplicación, más allá de su funcionalidad, parece que hay gente competente. Según algunas fuentes sus contenidos están desarrollados por “expertos” de la Universidad Complutense de Madrid y la aplicación ha sido galardonada dentro de la primera edición de los premios “Ruralapps”… pero desde luego, y en mi opinión, hay algunas aristas que limar. Para más señas, tienes las respuestas a algunas preguntas frecuentes sobre esta la aplicación en este enlace.

Si te animas a usarla o ya lo conoces, estaría fenomenal que compartieras tus impresiones con el resto en los comentarios.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

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Nota: Mi agradecimiento a mi querida Regina Aragonés (@ReginaAragones) por sus incesantes aportaciones e ideas (entre muchas otras cosas)

Imagen: AKARAKINGDOMS vía freedigitalphotos.net

Si yo hiciera unas guías de alimentación saludable… (6): cosas que ni estarán ni se les esperará

Antes de comenzar este post recomiendo leer:

Comida basura

El artículo de hoy está dedicado a justificar la ausencia de determinados productos en aquella guía de alimentación saludable que yo confeccionaría. De todas formas antes de continuar me gustaría aclarar que, en esencia, el alma mater de las guías alimentarias está constituido por un icono que, a modo de síntesis, reúne en una sola imagen el conjunto de aquel mensaje dietético que se pretende hacer llegar a la población general. La elección de esta imagen, en forma de “plato”, “pirámide”, rueda, rombo, etcétera no es baladí ya que de esa elección dependerán en gran medida la información que se pretende hacer llegar… con una mayor o menor probabilidad de malinterpretación y también con una mayor o menor accesibilidad de esa información, pero ese tema será en sí mismo motivo de debate en otro capítulo de esta serie.

Adelanto todo esto porque, que aparezcan al final unos determinados alimentos u otros… o no, va a depender en gran medida de la elección de esa herramienta gráfica. Tal y como darás por supuesto, un servidor ya tiene en mente cuál será ese icono que se presentará al final de esta larga saga de capítulos. No obstante, y hasta que llegue ese día, es preciso hacer una serie de justificaciones y explicar los porqués de que ese icono sea el que finalmente será. Así, hoy toca explicar por qué determinados productos no van a figurar en la mencionada imagen.

Alimentos superfluos

El DRAE define “superfluo” como aquello que no es necesario o que está de más. Ya sé que no estamos aquí para hablar del DRAE ni cosa que se le parezca, pero de verdad que no sé qué es lo que pintan algunos productos que aparecen en no pocas de las guías de alimentación saludable que actualmente se manejan (entre ellas la ínclita “pirámide de la alimentación saludable SENC 2004” y que está a punto de reeditarse con un mensaje dietético similar al de aquel entonces… por no decir idéntico).

En la cima del mundo

Aunque ya te conté mi parecer a este respecto en esta entrada el caso es que, como bien sabrás, “nuestra pirámide” aloja en su cúspide una serie de productos alimenticios que maldita la falta que necesitan mencionarse a la hora de plantear un mensaje coherente sobre alimentación saludable. Se trata de alimentos que como te decía son “superfluos” y que no ayudan en absoluto a alcanzar un adecuado reparto de alimentos. De su consumo se podría decir que “cuanto menos mejor”. En el caso de “la pirámide SENC 2004” cuando se refiere a ellos, o cuando de dar una explicación al respecto de su presencia se trata, se cita que su consumo ha de ser ocasional en la frecuencia y moderado en las raciones.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, no son pocos los fabricantes de este tipo de productos superfluos los que sacan pecho por el hecho de ser mencionados en la “pirámide de la alimentación saludable” y, retorciendo el mensaje de esta a su voluntad e interés, “demuestran” que ellos también forman parte de una alimentación saludable por el hecho de estar incluidos en la “pirámide de la alimentación saludable” con mensajes del tipo: “[¿lo ves?] tus aperitivos industriales, snacks, refrescos y demás también pueden formar parte de una dieta variada y equilibrada”. Pues no. Repito: de ellos, como superfluos que son, se puede… se debería decir que “cuanto menos mejor”.

Así pues, y visto que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio…si de mi dependiera, la guía alimentaria que yo diseñaría no contendría en su imagen típica ni media palabra de aquellos productos alimenticios que fueran superfluos. Si acaso, y en alguna explicación aparte del propio icono (como lo es este artículo) mencionaría lo que ya he dicho: que de snacks salados, aperitivos industriales, refrescos bebidas azucaradas, bollería industrial y, en general, comida basura, cuanto menos mejor.

El tema del alcohol

Siendo el tema del consumo de bebidas alcohólicas una cuestión redundante en este blog, y por lo expuesto en varios artículos ya publicados (que puedes encontrar en los enlaces del final de este post), así como por la misma regla que se le aplica a los productos anteriormente mencionados, las bebidas alcohólicas no tendrían la menor cabida en mi guía alimentaria. El argumento principal se podría resumir en que estamos hablando de salud… y por ella hay cientos de cosas que se pueden hacer bien (y que hacemos mal) antes que preguntarnos si debemos o conviene tomar o no alguna bebida alcohólica (sea la que esta sea) por cuestiones de salud. Sabiendo que, además, con la mera presencia de cualquier mensaje más omenos positivo en las guías se corre el grave riesgo de que sea malinterpretado en plan: Pues si una copa de vino es buena, dos son el doble de buenas… y cosas por el estilo.

De hecho, y en el caso de la ya mencionada “pirámide de la alimentación saludable 2004” es de las pocas, por no decir la única guía de alimentación saludable en el mundo que a día de hoy incorpora un cierto mensaje de carácter indulgente (cuando no abiertamente beneficioso) a la hora de incluir el consumo de algunas bebidas alcohólicas, más típicamente vino, cerveza, cava y sidra.

Y en mi opinión, es que no. Por salud, lo que se dice por salud: no, nunca o jamás debiera estar ese mensaje sobrevolando por encima de unas guías alimentarias.

A este respecto, y aunque la cuestión de los patrocinios en este tipo de guías será también parte central de otro capítulo de la saga, merece la pena recordar que en el capítulo 12 del módulo 2 del Libro Blanco de la Nutrición en España se menciona que:

No debemos olvidar que el plato [en referencia a la actual guía alimentaria de EEUU], y anteriormente la pirámide [también en referencia a la de EEUU], son instrumentos políticos, cuyo fin frecuentemente no es solamente promover la salud de los consumidores, sino las ventas de ciertas industrias. La industria de la carne y los lácteos son dos de las industrias más poderosas de Estados Unidos

Y, por ello, me pregunto y lanzo esta cuestión al aire, qué es lo que pudo influir en el ánimo de anteriores versiones de la pirámide de la alimentación saludable SENC, para que, por ejemplo en 2001 la edición de aquella pirámide SENC incluyera una mención al consumo (opcional) de vino y, en 2004, conociéramos una nueva versión con la inclusión, además del vino, de la cerveza. Es decir, en menos de tres años, apenas modificaciones (salvo la de bajar el aceite de oliva un peldaño en la pirámide) y, eso sí, hacer acompañar al vino de la refrescante cerveza.

Pirámides SENC 2001-2004

Veamos, y para que mi mensaje no sea malinterpretado, el consumo de vino en España (no tanto la cerveza) tiene importantes connotaciones culturales, sociales, convivenciales, tradicionales y todo lo que uno quiera… pero su consumo por cuestiones de salud, opino, no se justifica de ninguna de las maneras. Por tanto, su inclusión en unas guías de alimentación saludable, además de no poderse justificar, aumenta el riesgo de poderse malinterpretar.

En resumen

Si de mi dependiera la realización de unas guías saludables se evitaría cualquier mención simbólica a aquellos alimentos considerados superfluos (tal y como sucede en las más recientes guías alimentarias de otros países). Al mismo tiempo, evitaría observar el consumo de determinadas bebidas alcohólicas con indulgencia y, por tanto, ni se mencionarían ni se representarían en su icono gráfico.

Seguiremos con un nuevo capítulo la semana que viene.

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Imagen:  Iamnee vía freedigitalphotos.net

Las claves de los raros casos de éxito en el control poblacional de la obesidad

Tal y como te comentaba el jueves pasado, el manejo de la obesidad se resume en una historia de fracaso en lo que a Salud Pública concierne: salvo contadas excepciones (y hoy te traigo una de ellas) nadie ha controlado, y mucho menos invertido, el avance de la obesidad.

En este sentido, la mayor parte de estudios que abordan esta peliaguda cuestión coinciden en mencionar una serie de factores indispensables para, aparentemente, poder ver la luz. Entre ellos lo más repetidos, y a su vez menos puestos en práctica son dos:

  • Las administraciones han de asumir el liderazgo, en serio, para poner coto a la cuestión de la obesidad.
  • El problema ha de ser abordado de forma multidisciplinar con estrategias encaminadas a la mejoras de todos los actores implicados en el problema.

Es decir, mientras no sean los gobiernos quienes tomen el toro por los cuernos no va a haber nada que hacer… en vez de hacer el paripé, como acostumbran; y mientras el problema no sea asumido con medidas que afecten a todos los sectores implicados (consumo, entorno familiar, entorno escolar, profesionales sanitarios, publicidad, etcétera) difícilmente se observarán avances en este sentido. En sentido inverso, de no hacerse así, el problema seguirá igual, y más probablemente, peor.

Finlandia

Pero una “pequeña” localidad de Finlandia puede servir de muestra para poner en evidencia como, además de lo que dicen los estudios, en la práctica, se le puede dar la vuelta a la tortilla. Pero eso sí, para que así suceda hay que asumir en todas sus consecuencias los factores antes mencionados: que las autoridades se lo tomen por una vez en serio y, además, haya un conjunto de medidas puestas en práctica que afectan a todo el mundo.

El ejemplo concreto

Se trata de la pequeña ciudad de Seinäjoki, que tiene una población cercana a los 60.000 habitantes. En ella, tal y como pone de relieve la OMS, hace 6 años una quinta parte de su población infantil con menos de cinco años contaba con exceso de peso. Sin embargo, fruto de una amplia campaña nacional se pusieron en marcha una serie de propuestas y, a día de hoy, la población de menos de cinco año en esa situación se ha reducido a la mitad, pasando del 20% en 2010 a cerca del 10% en la actualidad. Un paso reamente impresionante, máxime teniendo en cuenta que pocos colectivos han logrado este tipo de éxitos en el terreno de la obesidad.

¿Qué como lo han hecho? pues como te decía poniéndose manos a la obra de verdad y emprendiendo una acción mancomunada, todos a una, para darle la vuelta al problema: el propio gobierno finlandés a partir de su Ley para la ciudadanía por la salud, ha decidido que “la salud” sea un criterio clave a la hora de tomar cualquier decisión política y, por ejemplo:

  • Desde la planificación de urbanismo se han cambiado los patios de las escuelas para promover la realización de más actividad física.
  • En lo que respecta a la nutrición y también en las escuelas se han rediseñado los menús para ofrecer menos azúcar con los alimentos y para procurar menús más saludables.
  • Desde el departamento de sanidad se han planificado revisiones anuales gratuitas sobre el tema con formación específica para los profesionales de la salud, al tiempo que se han dirigido campañas de educación nutricional para los padres, de forma que ahora ellos están más concienciados y saben como afrontar mejor estas cuestiones.
  • Dentro de esa estrategia nacional, Finlandia está realizando recomendaciones concretas para reducir el acceso a alimentos especialmente dulces, altos en grasas y a las bebidas azucaradas en las máquinas expendedoras de los colegios, así como normas que regulen (y se cumplan) la publicidad de alimentos dirigidos a los niños.
  • Además, los dulces, chocolates, refrescos, helados, chucherías y productos alimenticios de semejante… ralea, han sido gravados con el impuesto de comercialización más alto posible.
  • En los colegios se imparten contenidos de nutrición, dietética, salud y cocina

Pero como te decía, aunque hoy sea la ciudad de Seinäjoki la que se pone como ejemplo, todo parte de una estrategia nacional. Así, el Instituto Nacional de Salud y Bienestar Social, dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales y Salud de Finlandia, está ayudando a los municipios a que implementen las políticas nacionales. A su vez los municipios pueden realizar un seguimiento de su progreso con regularidad en los sitios web nacionales de vigilancia, además de compartir las mejores prácticas y asistir a cursos de formación para aplicar la legislación vigente incorporando la salud como una prioridad en todas sus políticas.

Lo que se hace en otros países (entre ellos España)

La incorporación en la dimensión más amplia posible del concepto de Salud Pública en todas las políticas de un gobierno, y que esta medida termine por implicar a todos los sectores, parece algo terriblemente complicado. Un asunto solo apto, parece, para países con una larga tradición en su implicación en cuestiones de Salud Pública, tal y como es el caso de los países nórdicos. Mientras que Finlandia es líder en este tipo de políticas, otros países carecen de la ¿capacidad, perspectiva, habilidad, arrestos…? para así hacerlo e integrar la Salud Pública como una prioridad en todos sus planes sectoriales.

Mientras esta perspectiva no cambie a ojos de nuestras autoridades, ya nos podemos untar las orejas con vino… ya que de poco o nada servirán aquellas medidas anecdóticas y puntuales que se propongan para mejorar la situación de la obesidad en la población española, salvo para, eso sí, maquillar una manifiesta inacción de la administración.

Al final… no hacer nada… o hacer cosas que no sirven para nada, desemboca en el mismo resultado.

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Nota: Mi agradecimiento para Adolfo Aracil Marco (@aaracil1) por hacerme llegar estos interesantes contenidos.

Imagen: Vlado vía freedigitalphotos.net

Si yo hiciera unas guías de alimentación saludable… (5): cosas que se beben

Anteriormente, en esta serie de post:

Agua cristalina

Qué escaso interés o preocupación suele manifestar la población general por lo que bebe y su impacto sobre la salud dentro de la alimentación. O al menos, cuánto menor es ese interés por las bebidas frente al que de forma habitual se manifiesta por la comida. También es cierto que como todo argumento para defender esta postura solo tengo mi opinión, el pálpito que me genera observar la realidad a mí alrededor. En este sentido y en general andamos muy pero que muy preocupados por el qué comer, cuándo, cuánto y cómo combinar eso que comemos, y prestamos muchísima menos atención al qué bebemos. No digo que lo que se beba no se tenga en cuenta, pero sí que por lo general se le presta mucha menos atención que a aquello que se come. Sin embargo, aquello que solo tragamos es tanto o más importante que aquello que además “masticamos”.

El papel de las bebidas en el rédito alimentario

En este sentido, es importante destacar que en las últimas décadas algo ha cambiado al respecto de cómo bebemos y además, este hecho podría estar relacionado con algunos de los problemas alimentarios más evidente en nuestro tiempo. Por ejemplo, en el estudio Shifts in Patterns and Consumption of Beverages Between 1965 and 2002 (Cambios en el perfil y consumo de bebidas entre 1965 y 2002) queda bastante bien reflejado que en las últimas décadas el patrón de consumo de bebidas ha cambiado de una forma sustancial. Es probable que estés pensando en el aumento del consumo de refrescos… y tendrías razón, pero no toda, ya que por lo general ha aumentado también el consumo de todo tipo de bebidas que aporten calorías, incluidas las alcohólicas.

Aunque el artículo anuncia las diferencias metodológicas en la obtención de los datos de todo el periodo en estudio, resulta significativo el conocer que, al menos en EEUU:

  • En 1965 el 66% de la población ingresaba con las bebidas menos del 15% de las calorías que consumía en todo el día. Sin embargo, en 2002 esa población que tan poco ingreso hacía de calorías líquidas cayó hasta el 42%.
  • En 1965 el 17% de la población ingresaba con las bebidas entre el 15 y el 25% de las calorías ingeridas… en 2002 el porcentaje de población en esa situación aumentó hasta el 27%.
  • En 1965 había también un 17% de la población que incluía con las bebidas más del 25% de las calorías totales consumidas… sin embargo, en 2002 el 30% de la población estaba en esa situación.

Dicho claramente, a medida que los años avanzan, cada vez se incorporan más calorías a través de las bebidas… sea el que sea el origen último de estas.

Además de este, otros estudios ponen el acento en otro tema muy relacionado, como es el de las asociaciones entre los que se bebe y se come. Así, el estudio U.S. adults and child snacking patterns among sugar-sweetened beverage drinkers and non-drinkers (Patrones de consumo de aperitivos en estadounidenses adultos y niños en base al consumo de bebidas azucaradas y no azucaradas) concluye de forma bastante convincente que:

Tanto los adultos como los niños que consumen bebidas azucaradas tienen más probabilidades de picotear y consumir más calorías a partir de los “aperitivos” que los no bebedores de bebidas azucaradas […]

Y es que, tal y como señala esta otra publicación y en relación a la población estadounidense de menor edad:

Existe una superposición redundante entre las principales fuentes de energía y de calorías vacías: refrescos, postres elaborados principalmente con harina, pizza y leche entera. El catálogo de opciones disponibles para los niños y adolescentes debe cambiar con el fin de aportar menos alimentos poco saludables y más alimentos saludables con menos energía. […] La reformulación de productos por sí sola no es suficiente, el flujo de calorías vacías en el suministro de alimentos debe reducirse.

La situación en España

Por estos lares andamos bastante parecido, nada extraño, ya que las diferencias al respecto de estas cuestiones en los países occidentales tienden a ser cada vez menores cuando no a desaparecer. Según el estudio Fluid intake from beverages in Spanish adults; cross-sectional study (Ingesta de líquidos a partir de bebidas en adultos españoles; estudio transversal) se concluye que:

La mitad de la población estudiada no cumple las recomendaciones de la EFSA para la ingesta de fluidos. El agua embotellada o del grifo es la principal bebida consumida. Existen diferencias en el consumo de bebidas en relación a la edad y género. Una cuarta parte de la población estudiada consume un exceso de azúcar procedente de las bebidas.

Si el estudio anterior hacía referencia a la población española adulta, en cuanto a los niños y adolescentes podemos consultar este otro estudio Fluid intake in Spanish children and adolescents; a cross-sectional study (Ingesta de líquidos a partir de bebidas en niños y adolescentes españoles; estudio transversal) que concluye que:

La gran mayoría de nuestra población no cumplió con las recomendaciones de la EFSA sobre la ingesta total de agua. Por ello, se debería promover un aumento en el consumo de agua en niños y adolescentes, para poder satisfacer las necesidades de líquidos sin aumentar la ingesta calórica.

En resumen

BebidasBebemos poca agua y bebemos mucho de lo que no es agua y que además no es generalmente beneficioso a la luz de las implicaciones que este comportamiento tiene en materia de Salud Pública.

Dada la elocuencia de los datos opino que si estuviera en mis manos la realización de unas guías dietéticas el mensaje en la promoción del consumo de agua, y solo agua, habría de ser tan importante o más que cualquier otra indicación. Por tanto, y aun sabiendo que hay muchas otras formas de hidratación compatibles con un patrón de alimentación equilibrado, no haría mención alguna hacia el consumo de cualquier otra bebida como tal, del tipo infusiones, cafés, refrescos (aun sin calorías), zumos de frutas y demás. Nada de nada de estas cosas en las recomendaciones y, si de poner mucha letra se tratara, invitaría a limitar su consumo más que fomentarlo. En cuanto al tema de sopas, cremas (frías o calientes) y purés los considero comida, más que bebida y es que ¿acaso no se suelen utilizar cubiertos en su consumo? Así pues, eso, cada uno de esos platos, aun servidos en tazas o boles, entrarán dentro de las recomendaciones de esos otros grupos de alimentos en función del ingrediente principal al que pertenezcan, pero no serán considerados bebidas.

En pocas palabras: para beber, como norma general: agua. En letras grandes y nunca de forma marginal.

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Imagen:  Danilo Rizzuti,  tiverylucky

¿Indulto para el colesterol en las nuevas recomendaciones dietéticas americanas?

CholesterolTomo el relevo de mi buen vecino Javier Yanes (@yanes68) cuando el otro día en su blog ponía en alza el golpe de timón que se está llevando a cabo en el mundo de la nutrición y de las recomendaciones dietéticas. Este cambio, ya conocido por otra parte, consiste en señalar con el dedo acusador de todos los males dietéticos a los azúcares y fuentes alimentarias con hidratos de carbono simples; a la par que indultar de la pena impuesta durante más de 40 años a las grasas saturadas. Te lo contaba el bueno de Javier en este post que te recomiendo vivamente consultar.

Digo que tomo el relevo por que además de a las grasas saturadas, tal y como te contaba yo también en este otro post, al que parece que le ha venido Dios a ver es al manido colesterol. Y es que, tal y como reza el título de hoy, por fin las autoridades sanitarias norteamericanas están a punto de redimir a este elemento dietético tras 40 largos años de dura, durísima, condena. De esta forma, parece bastante probable que en las próximas guías dietéticas no se haga mayor referencia al peligro que implica incorporar una determinada cantidad de colesterol a partir de los alimentos. En un país formal como los EEUU que revisan las guías dietéticas cada cinco años, no como en otros (y de verdad que ahora no sé donde mirar para no mirar a “nadie”) resulta que desde la década de los años 70 se incluía una recomendación referente a no incorporar con los alimentos más de 300mg de colesterol al día. Tal es así que las actuales guías dietéticas formuladas en 2010 la incluyen… algo que como digo parece que va a cambiar.

Trailer sobre la peli del colesterol

Por resumirte mucho, muchísimo la película, el juicio sumarísimo y condena directa de la que ha sido objeto el colesterol deriva, con sentencia firme, desde 1961 cuando basándose en los informes de la American Heart Association (AHA) el gobierno de los EEUU proscribió el consumo de cualquier alimento susceptible de aportar una cantidad mínimamente significativa de colesterol… entre ellos el huevo, alimento que recientemente también fue indultado, tal y como te comenté en este artículo. En aquel entonces las pruebas en contra de ambos imputados, las grasas saturadas y el colesterol, parecían concluyentes: a mayor grasa saturada y colesterol mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Colesterol 2

Sin embargo, en la actualidad parece que nuevas pruebas se suman a un caso que parecía más que cerrado para aportar una perspectiva diferente de aquel proceso en el que tan mal parados salieron los imputados. Así, y aunque la cosa viene de más atrás, los mismos fiscales que los inculparon en su día (el American College of Cardiology y la American Heart Association) plantearon en 2013 y en base a nuevas evidencias que no había razón alguna al respecto de dirigir a la población general las advertencias que sobre el colesterol en los alimentos se habían venido realizando en las últimas cuatro décadas. Tal es así que a día de hoy la actual guía para reducir el riesgo cardiovascular publicada por la AHA, no hace alusión alguna a alimentos ricos en colesterol. En su lugar y en referencia a la dieta, lo único que recomienda y en positivo, es incorporar importantes cantidades de verduras, frutas y hortalizas. Nada al respecto de, en negativo, “evite comer esto o lo otro” por su cantidad de colesterol.

Sin embargo, esta medida posiblemente plasmada en las próximas guías dietéticas norteamericanas no es del gusto de todos los investigadores. Aunque a muchos de ellos les parece una medida razonable (la de desterrar un límite máximo de ingesta diaria de colesterol) entre ellos Walter Willett, presidente del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard; hay otros que expresan sus reticencias en base, principalmente, a lo mucho que a la ciencia le queda por conocer sobre el metabolismo del colesterol. Entre esas cuestiones que hoy se ponen encima de la mesa están las ya casi omnipresentes en nuestra época nutrigenética y nutrigenómica, ya que al parecer hay un importante porcentaje de población que es más vulnerable que el resto a dietas ricas en colesterol.

En resumen

Para desquicie de buena parte de la población, así como de esa industria alimentaria que ahora va a ver como la alegación “sin colesterol” va a tener menos relevancia que el horóscopo, estamos ante un cambio de considerable magnitud en relación a una de las más importantes directrices dietéticas del último medio siglo. Y conste que no me extraña ese desquicie cuando los cambios son tan drásticos. Así, pienso que sería bueno que en aras de una mayor confianza en la ciencia por parte de la población, este tipo de giros se dieran de forma algo más paulatina en vez de en forma de figurados volantazos que pueden hacer pensar que no haya nadie al mando.

En cualquier caso, lo que hay que tener claro es que los cambios en el terreno de la ciencia, de la buena ciencia, no son solo normales sino que además han de ser deseados. Quizá la lectura del artículo sobre “la maleta de Asimov (o por qué lo que ayer era bueno hoy es malo y viceversa)” ayude mejor a comprender lo que quiero decir.

Entradas relacionadas:

¿Qué haces tú por tu colesterol?

Grasas saturadas: de villanas a heroínas, crónica de la última gran revolución dietética

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Nota: quiero agradecer a Alfonso Triguero la aportación de material

Imagen: ChemNerd vía Wikimedia Commons y Stuart Miles vía freedigitalphotos.net