En primer plano

( Shyamalan con Anya Taylor-Joy y James McAvoy ©GTRES )
Desde que Múltiple (titulada finalmente Split en inglés) se presentó por sorpresa en el pasado Fantastic Fest de Austin, Texas, a finales de septiembre, algo indicaba que el director de El sexto sentido y El protegido podría volver a ganarse la simpatías de los aficionados y la prensa. Y es que desde La joven del agua o Airbender. El último guerrero, Shyamalan se había convertido (con el permiso de Uwe Boll) en el director más odiado de América.
Un pequeño giro inesperado que empezó ya con La visita (2015) no porque fuera especialmente extraordinaria sino porque Shyamalan fue inteligente. Necesitaba que una de sus películas diera beneficios en taquilla, especialmente la norteamericana, y La visita, recurriendo a la técnica del «metraje encontrado» había costado muy poco, apenas 5 millones de dólares (y recaudó más de 98 en todo el mundo). Algo es algo.