Cápsulas de cine

Bradley Cooper ha sido la más reciente de las estrellas confirmadas que visitarán San Sebastián. El certamen donostiarra abrirá su telón este viernes 21 de septiembre, y allí se espera que esté uno de los «guapos» actuales de Hollywood para apoyar la presentación de la nueva versión de Ha nacido una estrella (A Star is Born) de la que es protagonista junto a una Lady Gaga que se está llevando, en el capítulo interpretativo, todos los elogios a su paso por diversos festivales, como Venecia o Toronto.

Y no es que Bradley vaya muy por debajo, en las alabanzas, de su mediática compañera en su primer gran papel para la gran pantalla, aunque hubiera hecho sus pinitos con Machete Kills o Sin City: Una dama por la que matar, pero los críticos se han volcado en alabar especialmente su labor tras las cámaras en su debut como director. Un soplo de aire fresco, la cualidad que más se ha valorado, de Cooper como director y de Lady Gaga como intérprete.

( ©Warner Bros )

Una frescura necesaria a veces entre las producciones hollywoodienses que nos llegan tan elaboradas y prefabricadas meticulosamente, sin margen para esa magia cautivadora que surge de la espontaneidad de lo natural o auténtico.

¿Quién iba a decir que el «guaperas» de la alocada comedia Resacón en Las vegas, de hace nueve años, albergaba tan prometedor creador como cineasta? Bradley Cooper ha decidido ir  más allá de su etiqueta de «sexy symbol» en su salto al otro lado de la pantalla, y como han hecho tantos otros antes. Más de un crítico norteamericano ha asegurado que Ha nacido una estrella es una serie candidata a los Óscar a mejor película, interpretaciones y guion adaptado, y los académicos nunca han ocultado su simpatía hacia esos galanes de su industria probando fortuna en las riendas de la dirección.

En los ochenta y noventa fueron recompensados con el Óscar al mejor director estrellas, y «guaperas», del calibre de Robert Redford por Gente corriente (1980), Warren Beatty por Rojos (1981) o Kevin Costner por Bailando con lobos (1990), Mel Gibson por Braveheart (1995) o, unos pocos años antes, nada menos que Clint Eastwood por Sin perdón (1992), y que repetiría estatuilla por Million Dollar Baby (2004) en franca pugna con el mismísimo Scorsese de El aviador.

Ben Affleck no tuvo tanta suerte, su thriller Argo (2012), basado en hechos reales, fue bendecido también con el Óscar a la mejor película, pero él ni siquiera estuvo nominado.

Ha nacido una estrella vio la luz por primera vez con la película, de guion original, de 1937 que protagonizaron Janet Gaynor y Fredric March. Un drama que contenía todas los elementos, conmovedores, divertidos y trágicos, a que pudiera aspirar un buen drama. Era el relato de una joven promesa el cine que se casaba con un célebre actor. El auge y reconocimiento que obtenía ella transcurría paralelo al proceso de autodestrucción, celos y decadencia de él.

Una historia muy hollywoodiense que fue llevada dos veces más a la gran pantalla, pero centrándose más en el aspecto musical y para el lucimiento de sus dos principales actrices femeninas, y ¡vaya actrices!: Judy Garland junto con James Mason (cantante en ciernes y actor a punto de iniciar su crepúsculo, respectivamente) dirigidos por George Cukor en la versión, la más lujosa y recordada, de 1954; y Barbra Streisand con Kris Kristofferson en la de 1976.

Ninguna de ellas le dio el Óscar a su protagonista, ni a su director, aunque la original de los años 30, dirigida por William A. Wellman, obtuvo el de mejor argumento original.

Ha nacido una estrella de Bradley Cooper tiene previsto estrenarse en nuestras pantallas el 5 de octubre.

Tráiler de ‘Ha nacido una estrella’

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