«La Navidad no es solo un día, es una actitud» (‘De ilusión también se vive’)

En blanco y negro

De ilusión también se vive (MIracle on 34th Street, 1947)

( ©Fox )

Estamos tan ocupados intentando aplastar a los demás y haciendo que todo vaya más deprisa y que esté más brillante y que cueste menos que la Navidad y yo nos sentimos perdidos. La Navidad no es solo un día, es una actitud.

Estas líneas de diálogo fueron pronunciadas por primera vez hace 70 años. Las decía el personaje de Kris Kringle (Edmund Gwenn) en Miracle on 34th Street, dirigida por George Seaton y traducida aquí, cuando se estrenó tres años después, en enero de 1950, como De ilusión también se vive. Es el clásico en blanco y negro navideño más querido y más emitido por las televisiones después de ¡Qué bello es vivir! (1946).

En esta historia de un anciano que se pasea por una de las calles, y por entre sus almacenes comerciales y tiendas, más concurridas de Nueva York convencido firmemente de que él es el mismo Santa Claus llama la atención que su crítica consumista, así como su apología navideña, siga siendo tan actual.

De ilusión también se vive (MIracle on 34th Street, 1947)

( ©Fox )

En el camino de Kringle se cruzarán Doris (Mauren O’Hara), la directora de los agrandes almacenes Macy, divorciada y madre de una niña de seis años, Susan (una jovencísima Natalie Wood), que crece educada por su madre con valores más prácticos y realistas, sin lugar para la fantasía y otras lindezas.

Habrá también un príncipe azul en forma de apuesto abogado (John Payne), de buen corazón y sobre todo muy interesado en lograr que Doris abandone su adquirida soltería; y por supuesto un ogro, un psiquiatra de medio pelo (Porter Hall), convertido en el villano de la función, un hombre empecinado en que Kringle es un loco de atar que merece estar recluido en un sanatorio mental. Haciendo gala de las tradiciones temáticas que tanto gustan a los norteamericanos, también hay una trama de juicios y la búsqueda de una argucia legal para «demostrar» que Kringle no está chalado.

Naturalmente, De ilusión también se vive es un canto al espíritu navideño y a la relevancia y necesidad de la imaginación, aunque no sea ni tangible ni real ni, a veces, práctico. Pero al mismo tiempo sabe mantener muy bien un pie, o los dos, en el suelo. El mundo que describe, el nuestro, está (no nos engañemos) regido por el dinero, los intereses comerciales, los poderosos, los políticos o las ambiciones sean grandes, pequeñas o medianas.

Con un material parecido, pero más sórdido y oscuro, Terry Gilliam fabricó otra fantasía memorable, la de Brazil en 1985, una distopía futurista que abrazaba las sendas marcadas por Orwell, en un mundo dominado por la tecnología, la burocracia, la sumisión y la represión, y en la que, en ese extraño cuento navideño que era también Brazil, la imaginación era la única brizna de esperanza de su protagonista (Jonathan Pryce) para huir de la mediocridad y la opresión. El lado luminoso de De ilusión también se vive o las penumbras y el delirio depresivo de la fábula de Gilliam, en cualquier caso dos propuestas, muy cinéfilas, perfectamente válidas para recordar en estas fechas y con mucho todavía que hacernos (re)descubrir.

 

3 comentarios

  1. Dice ser feliz noel a todos

    Feliz Navidad a todos los pajaritos y conejitos a los que han echado la persiana de su pajarería y la pasarán en la penumbra y sin casi poder moverse.
    Feliz Navidad a los perros y gatos que se encuentran en refugios sin medios y mueren muchos por falta de medios.
    Feliz Navidad para todos los privados de libertad injustamente. y que la pasarán en la cárcel.
    Feliz navidad a los toros a los que este verano les llegará su hora y recibirán escarnio público,mofas,risas,pinchazos y heridas muy profundas en la plaza..

    25 diciembre 2017 | 12:45

  2. Dice ser infoshow

    La Navidad es una excusa para despendolarse.

    26 diciembre 2017 | 14:30

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