¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Y el nuevo vicepresidente primero será…

Rubalcaba acaba de anunciar que deja el Gobierno, para centrarse en su candidatura a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones. Ya hay quinielas sobre quién le sucederá como ministro del Interior, y casi certezas de que como portavoz del Gobierno le sucede Ramón Jáuregui. ¿Y cómo vicepresidente primero? Hay varias hipótesis.
– Corre el escalafón. Elena Salgado, ahora vicepresidenta segunda, pasa a vicepresidenta primera; y Manuel Chaves, ahora vicepresidente tercero, pasa a vicepresidente segundo.
– Chaves salta a vicepresidente primero, y Salgado sigue como vicepresidenta segunda. Chaves es el presidente del PSOE, y tiene más peso pesado político que Salgado…
– Otro actual miembro del Gobierno. ¿Jáuregui?
La solución a todo, probablemente la anuncie Zapatero el lunes.

ZP no adelantará las elecciones, salvo imponderables

La posibilidad de que Zapatero dé en breve por concluida la legislatura y adelante a este otoño las elecciones generales, previstas para marzo de 2012, es tema de conversación recurrente en círculos políticos madrileños desde el pasado 22-M. La derrota socialista en las autonómicas y municipales fue tan grave que desató todas las alarmas. En la sede central del PSOE, en la calle Ferraz, algunos dirigentes buscan a la carrera fórmulas mágicas que atenúen la previsible debacle en las generales. Una de ellas fue la apuesta casi conspiratoria por Rubalcaba como candidato, sin que tuviera que ganarse el puesto en unas primarias con Chacón. Otra de ellas es adelantar la cita electoral a noviembre, contando con que para entonces los indicadores económicos serán los mejores de los próximos 10 meses, por lo estacional de nuestra economía, que genera actividad y empleo en primavera-verano y lo destruye sobre todo en invierno.
Pero en Moncloa, en la Presidencia del Gobierno, no se ven las cosas así. ZP quiere que en la fecha electoral primen los intereses generales sobre los del partido. Está decidido a llegar a marzo del 2012 y a hacer antes las reformas económicas pendientes, aquellas del «me cueste los que me cueste» de su viraje de mayo de 2010. El presidente sabe que, si adelanta las elecciones, reformas como por ejemplo la de las pensiones no se culminarían, y que dejar tareas así sin hacer sería malo para España. Esta mañana, en Los desayunos de TVE, Joaquín Almunia, ex líder máximo socialista y ahora vicepresidente de la Comisión Europea, le pedía a Zapatero que las elecciones se hagan «cuando toca, en marzo del próximo año», porque en estos meses «hay que hacer muchas cosas y extraordinariamente importantes».
Zapatero quiere apurar el cáliz de su impopular faceta reformista hasta el final. Salvo imponderables, no adelantará las elecciones.

La Ley de Pensiones frena las elecciones anticipadas

La semana del dedazo de las élites socialistas ha dejado a Zapatero no ya debilitado políticamente, sino casi terminal. Pero parece que no oiremos voces muy insistentes, ni siquiera en el PP, para que el presidente del Gobierno disuelva las Cortes y convoque elecciones generales anticipadas, sin esperar a marzo de 2012, que es cuando toca.
¿Por qué?
El motivo, me cuentan, es la controvertida ley que va a reformar nuestro sistema de pensiones, que, al tiempo que endurecía la jubilación de las próximas generaciones de españoles, trasmitía a los mercados financieros el mensaje de que España afrontaba sus reformas por impopulares que fueran. Al paso que lleva en su trámite parlamentario, no llegaría al BOE hasta octubre. Dicho de otra manera: si Zapatero adelanta las elecciones para, por ejemplo, otoño, las Cortes se disolverían antes de que esa ley estuviera lista para entrar en vigor, luego no habría nueva Ley de Pensiones.
¿Le interesan al PP y a Mariano Rajoy heredar esa patata caliente si, como es previsible, ganan las elecciones y llegan al Gobierno? Nada de nada. ¿Y le interesa si gana a Rubalcaba, previsible candidato del PSOE a presidente del Gobierno? Tampoco. ¿Y a Zapatero? Pues menos aún: el desgaste de opinión pública que la ley ha causado a los socialistas ya está hecho, y se lo come el presidente, que como se sabe está decidido a pasar a la historia como el estadista que se sacrificó haciendo las reformas necesarias para salvar al país. «Me cueste lo que me cueste», como él mismo dijo hace ya muchos meses.

Primarias de pega en el PSOE

En el PSOE finalmente no ha habido dedazo de Zapatero para elegir a su sucesor. Ha habido algo peor. En vez de preguntarse por qué muchos ciudadanos dieron la espalda a esas siglas el 22-M y abrir un periodo de reflexión y democracia interna, la élite del partido ha decretado el «estado de excepción», en expresión de un dirigente socialista díscolo, José Andrés Torres Mora. Un estado de excepción que ha incluido presiones a Carmen Chacón para que no fuera candidata a suceder de ZP, presiones temerarias al propio Zapatero para que él le presionara a su vez a ella y, finalmente, un dedazo corporativo del núcleo duro de la dirección socialista para que haya un candidato único: Alfredo Pérez Rubalcaba.
Lo llaman primarias, pero son de pega, de mentirijillas: despojan a los militantes socialistas de su derecho a elegir. “Es el candidato que más quiere nuestra gente”, decía José Blanco sobre Rubalcaba al comunicar el dictak de la élite. ¿Por eso no han dejado a la gente que opine?

Ayer Zapatero simulaba en público que era él quien proponía a Rubalcaba y añadía que no tiene duda alguna sobre la lealtad de su vicepresidente. Hoy Chacón elogiaba a su huidizo rival y matador. Ambos gestos, para que las heridas cierren cuanto antes y hacer un simulacro de unidad en el partido. ¡Pura política, probablemente también esta de la que repugna a los ciudadanos!

Rubalcaba gana la guerra interna

Lo que hay en el PSOE estos días no es un debate ideológico sobre si volver o no a las esencias del partido o sobre por qué les dan la espalda los ciudadanos, sino una cruenta guerra interna de poder, cargos y empleos en un espacio tan estrecho tras la debacle del 22-M que ya no caben en él todos los dirigentes.
El 2 de abril, cuando Zapatero anunció su retirada como candidato, dijo que no habría dedazo al elegir al nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno. Que sería democrática, mediante primarias. Se perfilaron dos candidatos, aunque no lo hicieran público: Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, y Carmen Chacón, ministra de Defensa. Algunas encuestas decían que ambos están muy bien valorados y tendrían las mismas probabilidades de ganar cuando los militantes socialistas votaran en las primarias.
El 22-M, tras la terrible derrota electoral, Zapatero insistía en las primarias. Pero no las habrá, o al menos no como estaba previsto. Las presiones sobre Chacón para que no se presentara han sido tan fuertes que esta mañana la ministra confirmaba que tenía decidido desde hace tiempo presentarse, que había elaborado un programa, que «quería encabezar un proyecto que recuperara y actualizara las señas de identidad de la socialdemocracia y aplicara la ambición de igualdad y de justicia en un contexto de crisis»… pero que daba un paso atrás y no se presentaba porque había quienes querían «un candidato único» y en los últimos días se había producido «una escalada” que, ha dicho literalmente, «pone en riesgo la unidad del partido, la autoridad del presidente del Gobierno y secretario general», la imagen colectiva del PSOE y «la estabilidad del Gobierno».
Chacón no ha dado nombres, no ha sido más explícita. Pero lo que estaba denunciando es que el otro candidato, Rubalcaba, apoyado por parte de la dirección socialista y por algunos dirigentes territoriales, le habían puesto a Zapatero y a ella en una disyuntiva. Si no se retiraba como candidata, forzarían que el Comité Federal de mañana, en vez de convocar primarias, votara la celebración de un congreso extraordinario, lo que supondría la derrota y caída del ZP secretario general socialista y quizás su caída también como jefe del Gobierno.
«Hay quienes piensan que el futuro se conquista con fuerza, y es verdad. Pero en el Partido Socialista sabemos que el futuro se conquista con fuerza y con generosidad», decía Chacón. No está claro cuáles son su futuro y el de su programa. La guerra la ha ganado Rubalcaba, que sólo podría perder el poder interno si cae por mucho en las generales frente a Rajoy. Solo otras urnas distintas a las que él no ha querido ahora le darían a ella una nueva oportunidad.

O la cabeza de Chacón o la de Zapatero

Una hipótesis sobre la guerra interna del PSOE que circula a estas horas de la mañana del jueves, víspera de la reunión mañana de Zapatero con los líderes regionales del PSOE y antevíspera del decisivo Comité Federal del sábado:
Rubalcaba y el núcleo duro de la dirección socialista (Blanco, etc.) retirarían los tanques que le han puesto en la puerta a Zapatero (forzar que el Federal del sábado vote la celebración de un congreso extraordinario, lo que supondría la derrota y caída del Zapatero secretario general y quizás su caída también como presidente del Gobierno) si a cambio Zapatero convence a Chacón de que anuncie que no será candidata y se va a unas primarias con un solo candidato: Rubalcaba.

PD. ¿Ya me sigues en twitter? Hace una hora he dicho esto:
«22M Miles d socialistas al paro. Ahora la aristocracia socialista se pelea por quién de ellos se salva, incluso apuñalando a su rey»

Presiones a Chacón para que no haya primarias en el PSOE

No habrá dedazo, la elección del nuevo candidato socialista a la presidencia del Gobierno será democrática, mediante primarias. Lo decía el propio José Luis Rodríguez Zapatero el pasado 2 de abril ante el Comité Federal del PSOE, al anunciar que él no optaría a un tercer mandato como presidente. En vísperas de aquella decisión, Zapatero había sufrido muchas presiones para que sí hubiera dedazo y designara como sucesor a Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior. Ahora las presiones vuelven. Aunque Zapatero dijo ayer a la Ejecutiva socialista que el próximo sábado llevará al Comité Federal una propuesta de calendario para celebrar las primarias, destacados dirigentes del partido y varios miembros del Gobierno trabajan para que de facto no las haya. ¿Cómo? Intentando convencer a Carmen Chacón, ministra de Defensa y probable candidata, de que no se presente o de que acepte unir sus fuerzas a Rubalcaba, pero como segunda suya.
El argumento es ahora la debacle sufrida por los socialistas anteayer domingo en las elecciones municipales y autonómicas. «No podemos dar a la sociedad una imagen de formación dividida o de un Gobierno que en vez de trabajar para salir de la crisis tiene a dos de sus principales miembros enfrentados», vienen a decir los que presionan. Pero detrás de esa presión puede estar también el miedo de los partidarios de Rubalcaba a que el vicepresidente pierda las primarias. Varias encuestas recientes, hechas para otros fines, indicaban que Chacón tiene tan buena valoración como Rubalcaba en el conjunto de los ciudadanos. ¿Y entre los militantes socialistas, que serán los que voten en las primarias? Es una incógnita.
Tras el hundimiento electoral del domingo, un número creciente de socialistas comienza a hablar de refundar el partido, de recuperar de modo firme el discurso de izquierdas perdido en mayo de 2010, cuando el Gobierno de Zapatero viró de rumbo y, acuciado por la crisis económica y por el acoso de los mercados financieros sobre la deuda española, tomó medidas inequívocamente de derechas. La Ejecutiva socialista no quiso ayer abrir oficialmente ese debate convocando un congreso extraordinario, pero quizás el debate se abra ahora indirectamente por la vía de las primarias. ¿Qué votarían los militantes? ¿A Rubalcaba (varón, cántabro-madrileño, 60 años hará en julio), por seguridad, por arriesgar poco e ir sobre seguro, convencidos de que, si es el rival de Rajoy en las próximas elecciones generales, garantizaría una derrota dulce, no muy severa? ¿O a Chacón (mujer, catalana, 40 años hizo en marzo), que previsiblemente abanderará la causa de la refundación y la regeneración del partido, de la recuperación de la utopía en un mundo resignado a la uniformidad liberal?
En la historia del PSOE ha habido de todo, pero abundan los casos en que entre tradición e innovación, ha ganado lo segundo. Así llegó en 2000 al poder en el partido el joven Zapatero, cuando estaba a punto de cumplir 40 años, batiendo contra todo pronóstico al veterano José Bono, 49 años entonces.
¿Qué hará Zapatero, mantendrá el criterio de que no haya dedazo pese a las presiones de buena parte del aparato socialista a favor de Rubalcaba? ¿Aguantará las presiones Chacón? Y si finalmente hay votación, ¿por cuál de sus dos ministros se inclinará el presidente del Gobierno? «Será neutral para favorecer la integración posterior», contesta otro miembro del Gobierno.

Las claves de la prejubilación de Zapatero

Los últimos días han sido muy duros para José Luis Rodríguez Zapatero. Se ha visto solo, incomprendido, lleno de dudas sobre si realmente se había convertido en un problema para el PSOE y para España y enormemente presionado por los muchos dirigentes socialistas que querían jubilarlo, o cuando menos prejubilarlo.
Unos, los barones territoriales (Barreda, Fernández Vara, Tomás Gómez…) le presionaban porque creen que la marca ZP les resta votos en las elecciones autonómicas y municipales del próximo 22 de mayo. Hasta Patxi López presionaba, pese a que en Euskadi no toca ahora hacer elecciones autonómicas. Otros, los números dos de ZP en Madrid, Rubalcaba y Blanco, presionaban más sutilmente y por otra razón: los largos meses de incertidumbres sobre el futuro de Zapatero, fomentados por el propio presidente, ya les habían convencido de que heredarían uno el Gobierno o al menos la candidatura a presidirlo y otro el partido, y veían nerviosos cómo corrían los días en el calendario -incluido el Comité Federal del 26 de febrero- sin que esas expectativa se cumplieran.
A media semana, en torno al miércoles pasado, 30 de marzo, Zapatero tomó la determinación final, la definitiva, como anticipamos aquí ayer de madrugada: decidió que anunciaría hoy sábado que en 2012 no sería el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno. Pero anunciaría también más cosas, como ha hecho: que el proceso de su sucesión sería democrático, en igualdad de condiciones para los candidatos, se llamaran Rubalcaba o Chacón o Pepito Pérez; y que la sucesión en el partido no tocaba ahora, que seguiría siendo secretario general del PSOE. Los delfines -el vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba; y el vicesecretario general del PSOE, José Blanco-, tendrían que ganarse la sucesión solos, sin un dedazo del presidente. Decidió algo más Zapatero a mitad de semana: no contárselo prácticamente a nadie hasta poquísimas horas o incluso minutos antes de la cita de hoy, ni siquiera a Rubalcaba y a Blanco. O, sobre todo, no decírselo a Rubalcaba ni a Blanco.
Chaqueta oscura, vaqueros, camisa blanca con el cuello abierto, sin corbata. Las cejas de siempre, pero más acentuadas; las ojeras que le nacieron en mayo de 2010, pero aún más profundas. El tono entre pedagógico y a veces un poco admonitorio a los «compañeros» socialistas que le escuchaban. Los mensajes que Zapatero acaba de dar esta mañana al PSOE son muchos.
1. No será candidato en 2012. Según ha dicho, desde que llegó al Gobierno hace siete años tenía claro que dos legislaturas eran plazo suficiente para llevar a cabo sus proyectos como presidente del Gobierno.
2. En la decisión final ha pesado también su familia. Ha aludido expresamente a su responsabilidad «con el partido», «con el país» y «con mi familia».
3. La legislatura se cumplirá al completo y él será presidente del Gobierno muy activo hasta el final, dentro de un año. Seguirá con las reformas económicas pendientes.
4. Del liderazgo del partido aún no se apea. Seguirá siendo secretario general, y ejerciendo. No lo ha dicho, pero lo previsible es que deje la secretaría general y se retire por completo de la política de primera fila en el congreso ordinario que celebrará el PSOE en 2012, tras las elecciones generales.
5. La elección de su sucesor como candidato socialista a presidente del Gobierno será en unas primarias limpias, con igualdad de oportunidades para los candidatos. No habrá «dedazo», ha utilizado literalmente el término. «Ese mecanismo no es el nuestro», en una alusión implícita al PP.
6. El candidato a presidente no se elige ahora, no debe hacerse cuando los socialistas se están jugando el éxito o el fracaso en las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo. Será el Comité Federal que se celebre tras esas elecciones quien pondrá el calendario de las primarias, que es tanto como decir que las primarias serán como muy pronto inmediatamente antes de las vacaciones de verano o ya en otoño.
7. No hagáis olas antes, jugad limpio, les ha dicho a los posibles candidatos. Les ha pedido «pleno respeto y actitud leal» con los tiempos que ha marcado para ese proceso de primarias, que es tanto como decir que no comiencen los movimientos, las escaramuzas y las intrigas hoy mismo y que las primarias sean limpias, sin juego sucio subterráneo. (Aunque lo tiene difícil, ya ha empezado, ya había empezado).
8. «El ganador» -ha dicho literalmente- de las primarias ha de tener una voluntad integradora con su rival o rivales. Sin mencionarlo, era una manera de recordar que él la tuvo cuando ganó a José Bono hace 11 años. No quiere que se divida el partido, no quiere que pase después lo que ha pasado tras las primarias de Madrid, donde Tomás Gómez ha laminado a los partidarios de su rival, Trinidad Jiménez. (Por cierto: ZP en mi opinión ha perdido una oportunidad de hablar de «el ganador o la ganadora» de las primarias. Su mensaje de que compitieran los mejores habría sido así más contundente).
Los miembros del Comité Federal del PSOE han seguido la intervención de su líder con una expectación extrema. La inmensa mayoría de ellos no sabían cuál iba a ser el mensaje. La señal de televisión del Canal 24 Horas se la facilitaba el propio PSOE. Antes de comenzar la reunión, hemos visto algunos planos de Rubalcaba y Chacón, probables competidores en las primarias, sentados juntos en la tercera fila de la dirección. Siempre se sientan ahí. Antes de comenzar la intervención de Zapatero, estaban risueños. Cuando Zapatero ya hablaba y desvelaba sus intenciones, en el plano se veía al fondo a Rubalcaba, muy serio. Chacón no estaba en esa plano, no la cogía el tiro de la cámara del PSOE. Pero luego, al final, sí se la vio. Estaba muy sonriente.

ZP se inclina hoy por anunciar mañana su retirada

Hace tres semanas, Zapatero tenía prácticamente decidido anunciar mañana, 2 de abril, al Comité Federal del PSOE que no sería candidato a la Presidencia del Gobierno en las elecciones de 2012. A esa decisión había llegado ZP tras muchas semanas de presión de otros dirigentes socialistas. Presión sutil de altos dirigentes nacionales que aspiran a suceder a Zapatero, y presión más descarada, con declaraciones a los medios de comunicación, de los dirigentes territoriales que se van a jugar una alcaldía o un gobierno regional en las elecciones del 22 de mayo y que temen estrellarse por el descrédito que la crisis económica le ha causado al presidente ante muchos ciudadanos.
El fin de semana pasado, sin embargo, el presidente recapituló. Decidió no ceder a la presión. Quizás influido por los consejos de Emilio Botín, entre otros, Zapatero consideró que, si anunciaba ahora ante el Federal esa renuncia a la candidatura, provocaría varios males colaterales: perdería de inmediato buena parte del poder que aún le queda, se convertiría en un pato cojo que tendría dificultades para emprender las reformas que aún le faltan a la economía española y se desataría en el PSOE una lucha feroz por el poder. La pugna podía ser tan enconada que los dirigentes socialistas emplearían sus mayores esfuerzos de las próximas semanas no en disputar las elecciones del 22-M sino en disputarse el poder interno en el partido tras ZP.
Ahora, a pocas horas del Comité Federal, Zapatero ha recapitulado de nuevo. Se inclina, como hace tres semanas, por anunciar mañana que en 2012 no será el cabeza de cartel socialista. Pero le da muchas vueltas a cómo hacerlo. ¿Deja también la secretaría general del PSOE o la mantiene hasta pasadas las elecciones de 2012, para mitigar así las luchas internas socialista? ¿Propone al Comité Federal que nombre candidato socialista a Rubalcaba o abre el proceso de primarias para que los militantes elijan al sucesor? Si abre el proceso de primarias, ¿lo hace ahora u ordena que sea después de las elecciones de mayo, incluso bien entrado el otoño?
¿Y si vuelve de nuevo al plan de no anunciar nada?
La solución, mañana, a partir de las 10.

Escaparates nuevos para Rubalcaba y Chacón

Mientras Zapatero anuncia o no anuncia su retirada de la primera fila de la política y el PSOE dirime internamente si va o no va a unas primarias para encontrarle sucesor, los dos presumibles candidatos a serlo, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carmen Chacón, están estos días expuestos en el escaparate público de un modo novedoso, diferente al habitual.
He preguntado a un experto: Las imágenes de estos días de Chacón rodeada de militares, parece que deliberando sobre cómo lanzar nuestros cazas contra Gadafi, o entrevistada anoche en directo, sobre la marcha de la guerra, en el Telediario de Pepa Bueno, a la que, por el dúplex, contestaba la ministra mirando a cámara, ¿benefician su imagen ante la opinión pública? «Sin duda –contesta el experto-. Salvo que ocurra algún desastre a nuestras tropas, la imagen de Chacón crecerá. La intervención en Libia no es polémica en la calle, hay casi unanimidad entre los ciudadanos en que había que intervenir, y refuerza la sensación de liderazgo de Chacón, la presenta como alguien capaz de tomar decisiones difíciles, de destacar incluso en un mundo tan masculino como es el de los militares».
Le he preguntado también al experto: ¿Y la imagen de Rubalcaba días pasados, ingresado en la UCI de un hospital con una infección urinaria tras una biopsia en la que los médicos buscaban células cancerígenas en su próstata? «Le perjudica mucho -contesta-. UCI, próstata, biopsia. Traslada a los ciudadanos la idea de su debilidad física y de que es viejo».
Afortunadamente para Rubalcaba, esa imagen va quedando atrás. Esta mañana, en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, se le ha visto en plena forma… dialéctica.