Derogación de la ley de Perros Potencialmente Peligrosos, un registro unificado… ¿Qué sabemos de la Ley Nacional de Protección Animal en la que trabaja el Gobierno?

El Gobierno lleva tiempo trabajando en la elaboración de la tan reclamada Ley Nacional de Protección Animal, una promesa electoral del PSOE y Unidas Podemos. No sé cuándo veremos el primer texto sobre la mesa, pero lo cierto es que la maquinaria ya está en marcha hace tiempo; me consta que se ha contactado con distintos expertos y entidades para su redacción que tienen mucho y bueno que aportar en sus respectivas áreas.

La creación a finales de enero de la Dirección General de Derechos Animales, ya dejó claro que se iba a impulsar esta Ley, algo que ha verbalizado en distintas ocasiones su responsable, Sergio García Torres, para el que es una prioridad junto con la modificación del Código Penal, con el objetivo de que el ensañamiento y la crueldad tengan un castigo acorde de prisión; y también del Código Civil, para que se considere a los animales seres dotados de sensibilidad.

¿Qué sabemos de la la futura Ley Integral de Derechos Animales de ámbito nacional en la que se está trabajando?
Pues parece que traerá de la mano medidas tan necesarias como un sistema de identificación único para toda España. Único y doble, porque mantendrá el chip, con más información que ahora, y añadirá una base de datos nacional de ADN. Según García Torres en una entrevista en SR.Perro que tenéis al final en vídeo, «si no existe un buen mecanismo de identificación de animales, vamos a seguir teniendo agujeros a la hora de controlar a quien no tiene un trato justo y digno para los animales. Para nosotros es vital».

También incluye, por ejemplo, la unificación de vacunas, el establecimiento de criterios para controlar las colonias felinas, la regulación de la cría de animales de compañía y de quién puede ser educador canino.

(GTRES)

Me llama la atención especialmente la derogación de la ley de 1999 de tenencia de perros potencialmente peligrosos (que apenas sirve para otra cosa que poner trabas a las adopciones) que dará paso a otra que valore el comportamiento del animal, una evaluación en la que se tendrá presente el peso del animal y que se está diseñando con etólogos y educadores caninos; pasaría a ser un proceso voluntario con el incentivo de que facilitaría el acceso con el perro a locales o transporte público.

Conviene contener las expectativas, seguro que el texto no contentará a todos, estoy convencida de que será tibio, muy mejorable en muchos aspectos. La experiencia me dice que los animales estarán más protegidos, pero no tanto como nos gustaría a los que llevamos casi dos décadas conociendo la problemática de primera mano. Pero es que es imposible pasar de la nada al todo. A falta de tener el texto en las manos, el mayor hito a celebrar probablemente va a ser tener una normativa nacional, imprescindible dado el caos existente de leyes municipales y autonómicas.

Esperemos poder celebrarlo pronto. 

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Los Premios 20Blogs incluyen una nueva categoría: ‘Animaleros’ para sitios centrados en los animales de compañía

En 20minutos buscamos blogs protagonizados por los animales de compañía, la protección animal y su tenencia responsable. Sitios en los que encontrar recomendaciones para su cuidado y experiencias compartidas.

Animaleros se llama una de las nuevas categorías de los Premios 20Blogs, que ya están en su XIV edición y cuya inscripción abrió en julio y termina el 29 de septiembre con la opción de ganar 5.000 euros y convertirse en bloguero de este periódico como premio principal.

Animaleros, igual que el grupo de Facebook y la newsletter semanal que este periódico ha lanzado este año. Porque los animales y su bienestar nos importan. 

Durante todos estos años de Premios 20Blogs nos hemos encontrado con muchos blogs sobre animales participando, blogs que buscaban entre las categorías existentes el mejor acomodo y que, en ocasiones, se han llevado el galardón. Ahí tenéis por ejemplo a Fotopets hace tres años.  

Pues este año hay una categoría pensada para ellos.  Os animo a participar si tenéis una web así, porque más allá del premio es una iniciativa que puede contribuir a que mejore cómo tratamos a los animales.

Los ganadores a mejor blog solidario en 2017: Fotopets, retratistas de animales, recogen su premio. (ELENA BUENAVISTA)

«En época de crisis económica siempre se recorta la ayuda a las protectoras y se incrementan los abandonos»

Arranca un curso que se antoja complicado para los animales de compañía y las personas y entidades que velan por su bienestar. En una situación de crisis como la que enfrentamos, con el número de parados en escalada constante, muchos sectores y servicios gravemente afectados por la irrupción del coronavirus y nuevos retos impensables hace un año para poder conciliar y organizar nuestro día a día, ellos también sufren las consecuencias.

Que los abandonos aumenten es la más previsible. A falta del estudio anual de Fundación Affinity, el más veterano y riguroso que suele llegar antes del verano pero que este año se está retrasando, tenemos los cálculos de la Real Sociedad Canina que dijo en agosto que se han incrementado un 25% respecto al año anterior.

A comienzos de abril, recién inaugurado el estado de alarma por la Covid-19, tuve la oportunidad de entrevistar a Mati Cubillo, responsable desde hace unos quince años de la Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de Madrid, FAPAM, que asesora a asociaciones de toda España.

Durante esa larga charla era inevitable hablar del impacto que la ya entonces previsible crisis económica iba a tener y que ya se estaba notando: «ya se está ayudando a gente que ha sido despedida de su trabajo por esta crisis causada por el Covid-19 y tenían que operar a su animal y no tenían dinero. Y se va a ir notando más. Hay personas que no se quieren deshacer de un animal pero no puede pagar una cirugía o un tratamiento que necesita. También gente que, por ejemplo, tiene que mudarse a una habitación de un piso compartido y no se lo puede llevar pero sufre por tener que separarse de su animal. Y por supuesto los que aprovecharán la crisis para deshacerse del animal. Y las asociaciones tampoco tenemos recursos para ayudar a todas estas personas».

Más allá de los abandonos, también se ven mermados los recursos de esas entidades de protección animal, que en gran medida están asumiendo una responsabilidad que corresponde a las administraciones públicas. Hay menos voluntarios, menos casas de acogida, menos socios, menos donaciones…

Así lo contaba Mati: «En época de crisis económica, si tienes que recortar, recortas de lo que no es imprescindible para ti y para tu familia, como las ONGs de los animales. Es normal, vienen tiempos muy malos y por muy solidario que seas tu familia tiene que comer, tienes que pagar la luz, el agua y el alquiler. Ya pasó en la última crisis».

Y la última crisis no trajo de la mano unas restricciones que también afectaron a las formas que tienen de ingresar fondos y sumar socios estas asociaciones. Para ellas son vitales los mercadillos, los eventos solidarios de toda índole, los puestos en comercios afines o a pie de calle desde los que dar a conocer su labor.

Estos tiempos difíciles requieren que seamos especialmente responsables. Si ya tenemos algún animal bajo nuestra tutela o estamos planeando tener uno, es preciso que entendamos mejor que nunca el compromiso que supone. También es necesario que seamos especialmente solidarios, siempre en la medida de nuestras posibilidades. Hay muchas formas de ayudar, más allá de las aportaciones económicas.

La situación lo requiere.

(JORGE PARÍS)

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Vivan los locos de los perros y los gatos

Sí, somos los locos de los perros y los gatos.

Sabemos lo que ese compañero de trabajo, nuestra hermana, el viejo amigo que conservamos desde el instituto o el vecino que nos pide sal piensan de nosotros, hemos desarrollado la capacidad de leer en cómo nos hablan, en cómo nos miran, que nos consideran el loco de los gatos, el loco de los perros, el loco de los animales en general. Ellos nos tienen en esa consideración, nosotros lo sabemos, nadie dice nada (o al menos nada hiriente) y seguimos con nuestra relación, compartiendo oficina, cenas familiares, cañas y salero.

(JORGE PARÍS)

A veces no es así, a veces nos lo dice alguien con intención de reírse de nosotros más que con nosotros, de poner distancia, incluso de herirnos directamente. De ser así reaccionamos de manera diferente. A veces lo ignoramos, en otras ocasiones nos enfrentamos con distintos tipos de humor más o menos sano o ponemos el grito en el cielo. En algunos casos las relaciones se oxidan, se congelan o incluso se rompen definitivamente.

¿Pero sabéis qué? Que sí, que somos los locos de los perros, los locos de los gatos. Que lo sabemos y lo asumimos, que defendemos nuestra sana locura. Todo el mundo es el loco de algo: del fútbol, de los videojuegos, de la Semana Santa, de los juegos de mesa, de los vinos, de la ropa, de sus hijos, de las motos, del running, de las series.. Incluso la mayoría combinamos varias locuras simultáneas.

La nuestra es una locura sana, una locura que ayuda a otros seres vivos, que deriva en una mayor sensibilidad y empatía. Y mientras esa sana locura no cruce los límites de vivir integrados en sociedad, sin dañar a nadie y felices en nuestro pellejo (y ya no me estoy refiriendo solo a la locura por los animales, también por el fútbol, el running, los vinos y las series), bienvenida sea.

¡Qué vivamos los locos!.

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Los animales de compañía y los retos virales

No hace tanto que los retos virales llegaron a nuestras vidas. Y lo han hecho para quedarse, incluyendo a veces a los animales de compañía. Nada que objetar mientras el reto en cuestión resulte inofensivo, sea un simple divertimento en el que el perro, el gato o el hámster también lo disfruten.

El problema es que, igual que hay retos que se ponen de moda y resultan peligrosos para la integridad física de los bípedos que los protagonizan, también los hay que no tienen en cuenta el bienestar animal. Ves a perros, gatos o hámsters estresados, queriendo huir de aquello en el mejor de los casos; corriendo riesgos en el peor.

Esta semana fue noticia el último, nacido e impulsado en TikTok consistente poner a un gato boca abajo y usarlo como si fuera un teléfono para recrear una escena de Sandra Oh en Princesa por sorpresa. Algunos vídeos claman al cielo por la forma en la que tratan a los gatos y los veterinarios ya han alertado de los riesgos de lesiones que implica, más allá de lo aterrador que pueda resultar para ellos.

@zayeduhHe’s so sweet to me 🥰 ##fyp ##catmom♬ original sound – maddieyoungman

Esta noticia me recuerda el reprobable ‘shake your pet challenge’, consistente en zarandear al perro o al gato (mejor si estaba dormido o tan tranquilo) buscando una reacción de huida o enfado.

@morganbollinger8Shake your pet challenge ##shakeyourpetchallenge ##danny ##cliniccat♬ 123start – cyrusaho

@pandoranox##shakeyourpet Part 2 ##shakeyourpetchallenge ##dog ##doggo ##puppy ##vienna ##fy ##fyp ##fypage ##austria ##funny ##funnydog ##pet ##petchallenge ##challenge♬ 123start – cyrusaho

Pero incluso en los que se les hace bailar Kulikitaka, dar palmas mientras suena Mr.Sandman, saltar torres de papel higiénico o convertirlos en teletubbies, te encuentras con facilidad a poco que sepas interpretar el lenguaje corporal a animales enfadados, con miedo y nerviosos.

@entonces.bishop¿Te apetece un baño? ##parati ##funnymoment ##funny ##epic ##cat ##gato ##foryou ##humor ##viral ##virał♬ Patatak – mihnea.craciun


Lo siento, seré un muermo, pero lo primero es su bienestar, muy por encima de los seguidores, visualizaciones o risas que se puedan conseguir haciendo tontunas. Y habría otro debate sobre el respeto a la dignidad intrínseca de nuestros animales, que no están ahí para ser nuestros payasos.

Voy a terminar pidiendo no solo que no hagáis que vuestros animales lo pasen innecesariamente mal con estos retos virales, también que no alimentéis que otros lo hagan. Si veis a gente en redes abusando de sus mascotas de esta manera, no les sigáis, no les riáis las gracias, haced que recapaciten. Si os gusta ver animales en redes sociales, seguid las cuentas de las protectoras.


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El antes y el después de un gato obligado a vivir en la calle

Hay algunas afirmaciones que logran encenderme al instante de escucharlas. Una es esa, tan extendida de, que los gatos saben apañárselas en la calle. Que si son estupendos cazadores, que si saben buscarse estupendamente la vida para buscar alimento y cobijo, que si lo que no es normal es tenerlos encerrados en un piso…

No es más que el cuñadismo llevado de manera extrema al mundo de los gatos. Todos esos que afirman que los gatos callejeros son los más felices, justificando a conciencia o no el abandono de muchos de estos animales, deberían hablar con cualquier persona que gestiona una colonia felina, la voz llena de experiencia para narrar lo mal que lo pasan, lo pronto que mueren, lo mucho que enferman, que, en definitiva, no es vida para ellos.

Blaki es un ejemplo llegado de Córdoba, de la protectora El amigo Fiel. que cuenta que empezó a aparecer de manera intermitente hace un par de años en una colonia que ellos controlan siendo un precioso gato de angora negro.

«Con el tiempo hemos ido viendo como se iba consumiendo y empeorando. Es el ejemplo del abandono y de la mentalidad arcaica y retrógrada de que los gatos se buscan la vida en la calle», explican desde la protectora, que necesita toda la ayuda que se les pueda ofrecer en forma de voluntarios, adopciones, acogidas y donaciones para continuar con su valiosa labor.

«Han sido muchos días de intentos e inventos caseros para poder cogerlo, ya que con la jaula trampa y de la manera habitual, era imposible que entrara. Finalmente lo capturamos y por desgracia ha sido cuando estaba en las últimas. Blaki ha estado ingresado. Se ha esterilizado, desparasitado interna y externamente, se le ha hecho marcaje en la oreja, se le han hecho analíticas y se le ha practicado una segunda cirugía, además de la castración. Creíamos que iba a perder el ojo por la gran infección que tenía y su estado en general, pero nuestros veterinarios han conseguido estabilizarlo. El problema venía de una espiga que tenía clavada en la cara desde hace mucho y le estaba provocando un dolor terrible. Ya está fuera de peligro y le han dado el alta. Ahora mismo lo tenemos en una jaulita hasta que termine todo el tratamiento de antibióticos y antiinflamatorios. Cuando esté recuperado totalmente lo soltaremos en la colonia felina, que para él (por desgracia), es su único hogar», cuentan.

Porque esa es otra. Hay muy poca gente que adopta gatos adultos. Los hay por decenas de miles, y si ya es complicado lograr un hogar para todos los cachorros que nacen, conseguir casa para los que ya no son adorables bolitas de pelos es casi un imposible.

Si además no son gatos adultos cariñosísimos sino gatos con un pasado que les ha hecho desconfiar y para el que es preciso una dosis extra de paciencia, es poco más que un sueño. Ese es el caso de Blaki: «no es un gato que haya nacido en la calle y sea feral, sino un gato casero que se ha tenido que asilvestrar para poder sobrevivir. ¿Pero quien quiere un gato adulto y que no se deja manipular? Ya te digo, nosotros tenemos gatos así y la convivencia puede ser buena y feliz para ellos, con ciertas limitaciones, pero con una calidad de vida digna. Ojalá alguien tuviera el compromiso de trabajar con él y darle su tiempo».

Necesitamos que los  ayuntamientos se impliquen de verdad en la protección animal. Unos más, otros menos, vez más van colaborando para las colonias estén bien controladas y cuidadas, para que se les aplique el método CES (captura, esterilización y suelta) y se les mantenga en buenas condiciones. Algo que, como casi todo, no sale gratis ni mucho menos. Pero hay muchísimo camino por recorrer, en toma de conciencia de las instituciones públicas y una consecuente adopción de medidas; y también en una toma de conciencia por parte de la sociedad, que si quiere animales la adopción es la opción más ética, que debe esterilizarlos  y asumir la responsabilidad hasta el final, sin excusas baratas y falsas para justificar el abandono como que se saben buscar la vida en la calle.


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Los niños y los perros pueden ser los mejores amigos, si los adultos asumen la responsabilidad de cuidar a ambos

Hace un par de semanas fue noticia una investigación publicada en la revista ‘Pediatric Research’ que, tras analizar 1.646 hogares con niños de dos a cinco años, llegaba la conclusión de que aquellos que venían de hogares con perro gozaban de un mejor bienestar social y emocional. De hecho ponían en dígitos ese bienestar, llegando a asegurar que tenían un 23% menos de probabilidades de tener dificultades generales con sus emociones e interacciones sociales.

Hay multitud de estudios de toda índole que nos recuerdan que los perros y los niños pueden establecer relaciones muy enriquecedoras para ambas partes; nos muestran que mejoran su actividad física, reducen el riesgo de tener alergias y asma, estimula su confianza, reduce su ansiedad… Y más allá de la ciencia, hay una magia especial y visible entre niños y animales, una fascinación inicial que es deslumbrante. No sucede con todos, es cierto. Hay niños que no sienten esa afinidad o a los que puede el miedo, un miedo muchas veces inoculado por adultos. También hay animales que no gustan de la compañía infantil.

Las ventajas de crecer con un animal son muchas, sí, y muchos niños desean y piden tener un animal, pero no debemos olvidar que la responsabilidad última de ese ser vivo es siempre nuestra, de los adultos. Un niño, da igual que sea ya mayor y responsable, no puede hacerse cargo de un animal. Somos nosotros.Y todos en la familia debemos estar de acuerdo, a ser posible entusiasmados, con la idea de su llegada a nuestro hogar.

Sabemos de sobra que los animales no son juguetes, nos han repetido hasta la saciedad que son una responsabilidad para toda la vida y un miembro más de la familia por muchos años y que implica gastos y tiempo. Pero aun sabiéndolo, a veces los adultos nos lanzarnos a la piscina sin reflexionar sobre la profundidad del agua cuando al otro lado de la balanza esta la ilusión de nuestros hijos.

Debemos contenernos si no tenemos claro que podemos asumir su cuidado por siempre. Tanto reflexionar y frenarnos, como reflexionar y dar el paso, es una gran enseñanza para nuestros hijos. Obrando así estamos mostrándoles con nuestro ejemplo, la mejor escuela, la importancia de meditar nuestras decisiones, ser empáticos y consecuentes con nuestras circunstancias.

Y aunque esté hablando sobre todo de perros y gatos, lo mismo es aplicable para pequeños mamíferos, aves o reptiles, que con demasiada frecuencia son premios de consolación por el perro o el gato que no llega y que acaban mal atendidos, ignorados y muertos.

¿Te animas a ser casa de acogida de un perro o de un gato abandonado este verano?

Los cachorros, los animales convalecientes, los ancianos, aquellos para los que no hay hueco… necesitan con frecuencia casas de acogida temporales; personas  que generosamente cuiden de estos perros y gatos hasta que puedan ir a las protectoras o, si la suerte les sonríe, a un hogar definitivo. ‬

Todas las asociaciones trabajan con casas de acogida, de hecho las hay que no tienen instalaciones propias y solo pueden salvar vidas gracias a ellas. Son un sostén imprescindible para mantener en pie la frágil y voluntarista estructura de la protección animal en nuestro país.

Normalmente durante el verano es aún más complejo gestionar esta red de acogidas. Hay mucha gente que se ausenta, que no puede comprometerse a prestar estos cuidados. Si siempre resultan imprescindibles, en los meses de vacaciones lo son aún más..

Este año habrá menos vacaciones. No hace mucho era noticia que el temor al virus va a hacer que el 28% de los españoles no viajen. Ojalá un buen puñado de ellos se plantease hacer un hueco durante un tiempo a uno de estos animales necesitados. Una experiencia muy gratificante de la que siempre se aprende.


Hay animales que requieren mucha supervisión, pero también otros que con unos mínimos cuidados y un rincón tranquilo tienen bastante. En todos los casos las asociaciones corren con los gastos (a menos que optemos por ayudarles también ahorrándoselos).

Ser casa de acogida es muy sencillo, basta con contactar con la protectora más cercana y ofreced nuestra ayuda, os aseguro que la necesitan.

A veces he escuchado a mucha gente comentar que no se anima a hacerlo por la pena de dejarlos luego marchar, por la posibilidad también de acabar encariñándose de ese animal definitivamente.

Es cierto que puede apenarnos, pero es una pena dulce; una suerte de morriña gallega que hace sonreír suave y engrandece el corazón. Y también es verdad que es posible que uno de esos animales nos enamore y acabe formando parte de nuestra familia para siempre. Si finalmente uno de esos animales se abre paso en nuestro corazón, poco hay que lamentar. ¿No os parece?

Mozart es uno de los gatos que protege la protectora madrileña PROA. Busca un hogar, pero una casa de acogida también sería una gran ayuda. Tanto para él como para muchos de sus compañeros felinos y cánidos del albergue. El contacto para tener más información es adopciones@proaweb.org

Y además si te interesa ser voluntario, este sábado 18 de julio a las 11:30 impartirán una charla sobre lo que supone en el albergue, que está en la zona sur de la comunidad de Madrid. Como el número es limitado dadas las circunstancias, hay que reservar plaza en el mismo correo: voluntariado@proaweb.org. Allí también solventarán las posibles dudas.


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¿Quieres tener un perro? Pues ten presente que mantenerlo durante toda su vida te va a costar 14.000 euros

Es fácil hacer el cálculo que he llevado al titular. Un perro vive de media en España 11 años. Pueden ser muchos más o muchos menos, que ya sabéis cómo es esto de las medias. Yo tuve la suerte de que mi perra Troya viviera mucho más, en torno a 18. En diciembre la Real Sociedad Canina de España (RSCE) calculó que tener un perro suponía un gasto de 1.250 euros anuales. Así que un perro con esa vida promedio costaría 13.750. De ahí, para arriba.

¿Cómo han calculado en la RSCE esa cantidad?

  • 300 euros se irían en veterinario, 200 en revisiones, vacunaciones y desparasitaciones habituales y otros 100 en otros posibles gastos.
  • Peluquería no es un gasto que tengan todos los perros, pero se traduciría en 150 euros anuales más.
  • La alimentación, aunque puede variar mucho según el tamaño y las necesidades del animal, se sitúa en una media de 600 euros.
  • Gastos varios por cursos de adiestramiento, residencias caninas, canguros, juguetes y accesorios… suman otros 200 euros.

Por otro lado, aparte de esos 1.250 euros de mantenimiento anual, habría un sumar un desembolso iniciar por el primer ajuar del animal, que calculan que cuesta entre 200 y 350 euros.  Si el perro ha sido comprado, el precio medio de compra lo sitúan en 750.

Tener estas cifras en mente tal vez ayude a que aquellos que no están dispuestos a tenerle en las mejores condiciones, que ante un caro imprevisto veterinario optan por el abandono, o que piensan que si adoptan o les regalan un perro es una compañía que les sale casi gratis, se lo piensen muy mucho antes de dar el paso de abrir las puertas de su hogar a un animal.

No me canso de decir que tener perro no es obligatorio y que si aquellos que no tienen clara la responsabilidad, también económica, que supone no tuvieran perro, se evitaría en gran medida la problemática de abandono y maltrato existente.

Los perros de raza también sufren el abandono y el maltrato, como este chow chow al que tiraron como basura atado a pleno sol

Ningún animal está libre de sufrir maltrato en la peor de sus formas, da igual que fuera un precioso y caro cachorro de pura raza. Si tiene la mala suerte de acabar en manos de alguien sin corazón, de una persona que no reflexionó adecuadamente sobre la responsabilidad que asumía, el mejor pedigrí no cambiara su destino.

Nacer perro o gato en este país es jugar a una lotería en la que tienes una probabilidad altísima de acabar regular, mal o muy mal, independientemente de si ese animal es un mestizo o tiene registrados hasta a sus tatarabuelos.

No voy a negar que un animal de una raza de moda tiene más posibilidades de encontrar un hogar y de hacerlo antes que un mestizo, si es que tiene la suerte de ser rescatado por una protectora. Lo que me recuerda que hace apenas unos días Fundación Affinity alertaba, tras preguntar a 327 protectoras de toda España, que los perros y gatos pasan una media de 8 meses en las protectoras esperando ser adoptados, «una situación que, además, podría verse agravada por las consecuencias económicas derivadas del coronavirus».

Sí, puede que un yorkshire, un pastor alemán o un bulldog francés logren antes su segunda oportunidad, pero no hay nada asegurado, igual que no están libres de ser protagonistas de los peores casos de abandono y maltrato. Ese ha sido el  caso de Enredos, un chow chow que la asociación protectora madrileña ANAA ha encontrado en un estado terrible y al que está intentando ayudar a olvidar lo pasado.

También piden ayuda para localizar a su propietario, para intentar que sus actos no queden impunes.

Con las patas atadas y enredado con una cincha de camión y una cuerda verde y tirado en medio del campo a pleno sol… Así estaba Enredos  cuando la policía de Fuente el Saz (Madrid) nos avisó de que unos vecinos que pasaban por un camino poco transitado de la zona le encontraron al borde de la muerte.Atado, sin poder moverse y tirado como una bolsa de basura, así le encontró un matrimonio que pasaba por allí que, indignados por lo que estaban viendo, no dudaron en socorrerle urgentemente. Cuando le ingresamos de urgencia estaba a punto de que le diese un golpe de calor, con casi 40º de temperatura, deshidratado, con la piel y el pelo en un estado de absoluto descuido y maltrato.

Enredos es un perro de raza. Un chow chow. Por eso, cuando mucha gente nos dice todavía a día que hoy que no se maltratan y abandonan animales de raza, hay que mostrarles la dura realidad que vivimos cada día, año tras año. Enredos sigue ingresado y necesitamos de toda la energía positiva y ayuda para que se recupere.

Si conoces a este perro o quieres ayudar, escribe a anaa@anaaweb.org