Famosos actores que han odiado a sus personajes o películas

Listas de cine

Una apuesta arriesgada, un giro radical en su carrera o la película que les puede lanzar a la fama y gloria internacional. Trabajar junto a otros reconocidos colegas o nuevos talentos. Sea por claras razones económicas o artísticas, y con la mayor de las ilusiones o… apatías, lo cierto es que más de un intérprete ha despotricado luego de películas en las que habían participado o de sus interpretaciones y personajes, algunos de los cuales incluso se han convertido en auténticos iconos.

En la página Craked.com nos topamos con una recopilación de dardos envenenados, en forma de declaraciones, que realizaron actores y actrices sin piedad alguna hacia sus obras, directores o interpretaciones. Esta es a su vez una selección de algunas de ellas más otras añadidas.

 

Ben Affleck en ‘Daredevil’ (2003)

En una reciente entrevista en The New York Times para promocionar Batman v Superman: El amanecer de la justicia lanzó la confesión que nos interesa: «Esta es la película que deseo hacer (Batman v Superman). Quiero formar parte de esto. Al menos por una vez hacer un personaje de superhéroe bien. Y es que odio muchísimo Daredevil«. Su director, Mark Steven Johnson, nos regaló en 2007 otro filme de superhéroes, Ghost Rider. El motorista fantasma, con Nicolas Cage. Y a la compañera de reparto de Ben en Daredevil, Jennifer Garner, tampoco le fue demasiado bien con el spin-off, el largometraje en solitario de Elektra (2005).

Brad Pitt en ‘La sombra del diablo’ (1997)

En ella interpretaba a un terrorista del Ira que durante una estancia en Estados Unidos era acogido en casa de un confiado policía (Harrison Ford) que desconocía su identidad y misión. Aunque las malas lenguas aseguran que entonces, hace ya veinte años, un todavía joven y en ciernes Brad Pitt estaba celoso que su compañero de reparto, Harrison Ford, cobrara más del doble que él por un papel secundario, lo cierto es que Pitt tiró a matar contra la película: «Desastrosa. La película más irresponsable que he visto (si es que se le puede llamar película). Hubo varias reescrituras del guion, pero el que me gustó de primeras había desaparecido».

 

Burt Reynolds en ‘Boogie Nights’ (1997)

Ambientada en el mundo de la industria porno, fue también el lanzamiento internacional del director Paul Thomas Anderson. Pero Reynolds, uno de los actores más taquilleros de los 70, acabó enfurecido con la película. Respecto al por entonces joven director de 26 años dijo que era «joven y lleno de sí mismo». Despidió a su agente por haberle involucrado en el proyecto y declinó participar en la siguiente película de P.T. Anderson, Magnolia. Sin embargo, Boogie Nights le aportó varios premios, entre ellos al mejor actor secundario en los Globos de Oro, y también su única nominación en los Oscar.

 

Carrie Fisher en ‘Star Wars’ (1977 – 1983)

Preguntada por si hubiera aceptado ser la princesa Leia de haber sabido que la película, y la saga, se hubiera hecho tan popular respondió: «Nunca la habría hecho. Todo lo que hice cuando era realmente famosa fue esperar a que terminara».

 

 

 

Christopher Plummer en ‘Sonrisas y lágrimas’ (1965)

Protagonizado por Julie Andrews, es uno de los musicales más icónicos del cine y también uno de los mayores taquillazos de la década de los 60. Pero su protagonista no tuvo reparos en decir lo que pensaba (de la película, no de Andrews): «Fue tan espantosa y sentimental y sensiblera».

 

Daniel Craig como James Bond

El actor británico ha mostrado en más de una ocasión su cansancio por continuar haciendo de agente 007. De sus labios, y nada menos que promocionando Spectre (2015), se oyeron declaraciones a la prensa del tipo «preferiría cortarme las venas que seguir interpretando a Bond» o «Bond es un misógino que no tiene nada que ofrecer. Nada. No tiene nada que aportar».

 

George Clooney en ‘Batman y Robin’ (1997)

El actor comparte la idea de los fans que la película fue un absoluto «desastre». Asegura guardar una fotografía suya como Batman en su despacho para recordarle lo que ocurre cuando se hace una película puramente por razones comerciales.

 

 

Halle Berry en ‘Catwoman’ (2004)

Considerada como una de las peores películas de toda la historia (y su director, el artista francés Pitof, nunca más ha vuelto a ponerse tras las cámara para realizar un largometraje), hay que aplaudir la actitud y las palabras de Halle Berry cuando, al año siguiente, fue a recoger su Razzie a la peor actriz por Catwoman (dos años antes había logrado el Oscar gracias a Monster’s Ball). No solo porque ha sido uno de los pocos intérpretes en dejarse ver en la ceremonia de entrega de premios menos «codiciada» de Hollywood sino porque estuvo inspiradísima en su discurso de «agradecimiento». Dio las gracias a su representante por leer el jugoso cheque antes que el guion, y a Warner Bros. por involucrarla en ese pedazo de «mierda» y «sinceramente espantosa película». «¿Sabéis? Era justo lo que mi carrera necesitaba. Estaba en la cima y entonces llegó Catwoman y me hizo desplomarme contra el suelo».

 

Jessica Alba en ‘Los cuatro fantásticos y Silver Surfer’ (2007)

La película que le hizo a Jessica Alba replantearse su carrera cinematográfica. Cuando se le preguntaba por su experiencia durante el rodaje recordaba, por ejemplo, que el director Tim Story le daba en momentos muy dramáticos instrucciones tipo «Pareces demasiado real, muestras demasiado dolor. Muéstrate guapa mientras lloras, Jessica. No te preocupes de más, las lágrimas pueden recrearse en tu cara por CGI». Luego ella se preguntaba a sí misma qué tenía que ver esa interpretación con su trabajo: «¿acaso no era lo suficientemente buena como actriz? ¿Hará que la gente me odie si no me muestro más humana? ¿No me está permitido ser una persona en mi trabajo? Que se jodan. Nunca más pienso preocuparme por este negocio«.

 

Malcolm McDowell en ‘La naranja mecánica’ (1971)

Siempre le recordaremos por su interpretación de Alex DeLarge, el delincuente asocial en la célebre película de Kubrick, pero McDowell lamentó durante muchos años este éxito y sobre todo el que hubiera quedado encasillado en papeles de villano psicópata. Reconoció que fue a partir del año 2000 cuando volvió a verla y empezó a apreciarla.

 

Mark Wahlberg en ‘El incidente’ (2008)

No tuvo reparos en rajar a gusto contra la película de Shyamalan. Aseguró haber aceptado el papel porque al menos allí no interpretaba a «un policía o a un ladrón», y no dudó en calificarla directamente de «mala película» y en la que los malos eran, palabras textuales, «jodidos árboles y plantas».

 

Megan Fox en ‘Transformers: La venganza de los caídos’ (2009)

Puyas con el director Michael Bay a parte, de quien Megan llegó a decir que «se comportaba como Hitler en los rodajes» o que era «una pesadilla» trabajar con él, la actriz tiró de malvada ironía al calificar esta segunda entrega basada en los juguetes e Hasbro como «una película para genios»: «Si la ves y la entiendes, puedes ser un genio».

 

Robert Pattinson en la saga ‘Crepúsculo’ (2008 – 2012)

«Cuando más leía el guion más odiaba a ese tipo y así lo interpreté, como a un maníaco depresivo que se odia a sí mismo. Además, tiene 108 años y aún sigue siendo virgen, así que está claro que tendría más de un problema por allí (enlace declaraciones)». Sus legiones de fans, que suspiraron por él, no sé qué pensarán.

 

Shia LaBeouf en ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ (2008)

En 2010 aseguró que la cuarta entrega no había hecho ningún favor a la saga del mítico Indy. «Siento que fallé en un legado que el público tanto amaba y adoraba. Si lo tuviera que repetir mi carrera estaría acabada. Tienes a un mono balanceándose cerca de ti y cosas así, y puedes echarle la culpa al guionista o a Steven Spielberg, pero la culpa es del actor por no hacerlo creíble y que funcione… no lo pude hacer».

 

Sting en ‘Dune’ (1984)

En el mismo año del estreno, el artista respondió de manera contundente a las preguntas del entrevistador de la revista Playboy. Sonrió y dijo: «Tenía realmente ganas de trabajar con David Lynch. Tenía mis serias dudas desde que leí el guión por primera vez, pero pensé que si alguien podía sacar algo bueno de ello ese era Lynch. ¡Debería haber hecho caso a mi instinto!»

 

Sylvester Stallone en ‘¡Alto! o mi madre dispara’ (1992)

Como Schwarzenegger su gran rival entonces en la gran pantalla, Sly quiso cambiar de registro probando suerte en la comedia (Schwarze había protagonizado títulos de éxito como Poli de guardería o Los gemelos golpean dos veces). Sus incursiones en el género, como Oscar ¡quita las manos! (1991) o ¡Alto! o mi madre dispara, fueron rotundos fracasos. Pero sobre todo odia a esta segunda. Así lo reconoció en 2010 durante una entrevista para The Sun, y no se anduvo con rodeos: «Si desea que alguien confiese un asesinato, solo tiene que sentarlo delante de esa película. Lo confesaró todo después de 15 minutos».

 

Will Smith en ‘After Earth’ (2013)’ y ‘Wild Wild West’ (1999)

Durante una entrevista para Esquire, no tuvo problema alguno en reconocer que After Earth (de nuevo por aquí una peli de Shyamalan) había sido el mayor fracaso de su carrera (además, trabajaba al lado de su hijo, Jaden). Estuvo año y medio parado antes de reemprender su carrera como actor. También, en declaraciones que recogió en junio pasado US. Magazine pidió perdón a sus fans por haber protagonizado uno de los mayores bluff de la década de los 90, Wild Wild West.

 

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