El real y la imitación. Transformaciones increíbles de actores y actrices

Eddie Redmayne - Stephen Hawkings

El reciente Oscar al mejor actor para Eddie Redmayne interpretando al astrofísico británico Stephen Hawking ha puesto nuevamente de relieve como mínimo un par de cosas. Primera, que a Hollywood le van, más que las interpretaciones creativas o sobrias, las que hacen de personajes reales con la mayor exactitud; segundo, que hay actrices y actores que pueden llegar a lograr un parecido excepcional, tanto físico como gestual, de las figuras que imitan.

Muy bien. Y dicho lo que todos ya sabían, recordar que de los 5 actores nominados en la pasada edición nada menos que 4 encarnaban a personajes reales: Benedict Cumberbatch al profesor, matemático, científico y uno de los pioneros de la informática Alan Turing; Bradley Cooper al francotirador Chris Kyle y Steve Carell al psicótico multimillonario apasionado de la lucha libre olímpica John du Pont (Michael Keaton por Birdman era el quinto).

En cuanto a actrices, Felicity Jones interpretó a Jane, la exesposa de Hawking, y Reese Whiterspoon a la mucho menos conocida novelista y ensayista Cheryl Strayed en sus años de juventud y búsqueda de lo verdadero y de sí misma.

Recordando estas extraordinarias recreaciones que ha dado el cine, la web Screen Rant recopila algunas de las mejores, de entre las que he seleccionado media docena. ¿Cuál es el auténtico y cuál la copia?

La bella y la bestia

Charlize Theron

El personaje real, Aileen Wuornos, una prostituta de carretera asesina en serie (y ejecutada por inyección letal), ya daba miedo. Pero, la Charlize Theron que desfiguró toda su cara y cuerpo (engordando 15 kilos, con prótesis varias, dentadura postiza y retoques de maquillaje) para parecerse a ella, aún más. Charlize además intentó conferirle humanidad a Aileen, y finalmente obtuvo un Oscar. Sucedió en Monster (2007) de Patty Jenkins.

 

Los golpes que da la vida

De Niro LaMotta

Uno de los boxeadores más populares, y polémicos, de los años 40 e inicios de los 50. Finiquitada su carrera, Jake LaMotta se empeñó en demostrar su versatilidad. Después de retirarse, al cabo de unos años decidió ejercer su otro don, cambió los golpes en el ring por los chistes más puñeteros y ejerció de comediante en clubs nocturnos. Lo mejor vendría en los 80: Martin Scorsese dirigió Toro salvaje (Raging Bull, 1980) y Robert De Niro fue su encarnación perfecta. Todo un clasicazo del cine.

 

La vida es un chiste

Peter Sellers

Quien sí estaba realmente dotado para la comedia era Peter Sellers, pero fuera de las cámaras más bien era un desastre. Cuatro matrimonios fallidos, consumo de sustancias poco recomendables, paranoias y una enigmática frase de Stanley Kubrick: «¿Peter Sellers? No existe tal persona». Kubrick le había dirigido en Lolita (1962) y ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964), en esta última interpretó hasta 3 personajes distintos. Por su parte, el oscarizado Geoffrey Rush hizo de Sellers en el telefilme Llámame Peter (The Life and Death of Peter Sellers), estrenado en algunos países en cines. Se llevó el Emmy y el Globo de Oro.

 

Estrellas del cine y estrellas del rock

Jim Morrison

Cuando Oliver Stone parecía haberse autoerigido como el cronista oficial de la Norteamérica de los 60 y 70, uno de sus proyectos más ambiciosos fue el basado en la historia del grupo de rock The Doors (1991) en homenaje al vigésimo aniversario de la muerte de su líder, el legendario Jim Morrison. Se dice que cuando Jerry Hopkins, el biógrafo de Morrison, vio al actor Val Kilmer por primera vez exclamó: «¡Había olvidado lo alto que era Jim!», una manera de admirar el gran parecido entre ambos. A los Oscar les importó un bledo y ni The Doors, la película, ni Val Kilmer obtuvieron nominación alguna.

 

Dos damas de hierro

La dama de hierro

Como Primera Ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, gobernó con mano dura y sus ecos e influencias se extendieron por medio (o todo) el mundo. En los 80 aplicó las teorías de un capitalismo feroz y amplió las diferencias entre los más afortunados y desafortunados (económicamente). Su máxima parecía reposar en la idea de que un país fuerte debía contar con ciudadanos fuertes, y los que no pudieran seguir el ritmo que se apartaran. Otra gran señora, pero no de la escena política sino del cine, como Meryl Streep clavó sus gestos y voz. Se llevó el Oscar por La dama de hierro (2011) dirigida por Phyllida Lloyd.

 

Cuando Will Smith se puso duro

Ali

Quién iba a decir que el director Michael Mann, productor de Corrupción en Miami, junto con Will Smith, uno de los comediantes televisivos más populares gracias a El príncipe de Bel-Air (1990-1996), y a pesar de haber interpretado ya en el cine tanto comedias, dramas y películas de acción (Independence Day o Men in Black entre ellas), se pondrían manos a la obra para recrear la biografía de boxeador Cassius Clay, rebautizado Muhammad Ali tras su conversión al Islam. Los de la Academia de Hollywood nominaron a Smith al Oscar por este Ali (2001) cinematográfico.

 

( Imagen cabecera: Universal )

 

2 comentarios

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    Mi humilde opinión sobre esta cuestión; es que … Cualquier cine pasado era mejor.

    Clica sobre mi nombre

    06 marzo 2015 | 12:20

  2. Dice ser Caldo

    Déjanos en paz enfermo mental (Larrosa)

    06 marzo 2015 | 15:48

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