Mini huertos en la terraza

La crisis cambió mi situación, en algunas cosas para bien y, en otras para muy mal. Ya no vivo en una gran ciudad como antes, vivo en un pueblo y por eso, quizás, algunas cosas han mejorado mucho, de las malas no voy a hablar.

Entre lo bueno, está, por ejemplo, la posibilidad de tener mi propio huerto y disfrutar de frutas y hortalizas que yo misma planto, recolecto y me sirven de alimento a mí y a la gente con la que lo comparto. El otro día, vinieron unos amigos a pasar el día y se quejaban de no poder tener en la ciudad un trocito de huerto.

Los tomates de mi huerto

Yo les eché por tierra esa idea. ¿Cómo que no? Hay infinidad de huertos urbanos por todos los barrios, pero además, podéis instalar un mini huerto en vuestra terraza o, incluso en una ventana. Hay mil ideas por ahí -dije- sobre esto y lo tenéis al alcance de la mano.

Para empezar les he enviado estos consejos de la revista Consumer sobre cómo instalar un huerto enano en la terraza o en una ventana.

Lo primero que hay que hacer, según estos consejos, es elegir bien el cultivo. Se puede optar por plantas aromáticas y especies, verduras, hortalizas, etc. Para ello, hay que saber cuánto espacio útil se tiene, las horas de sol que se reciben o la fecha de siembra y recolección.

Las especies que mejor se adaptan a un mini huerto urbano son salvia, romero, albahaca, tomillo, cebollino, lechugas, tomates, pepinos, pimientos o berenjenas. Si se plantarán especies diferentes, es conveniente tener en cuenta si son compatibles entre ellas y hacer asociaciones de cultivos para mejorar su desarrollo y su defensa ante las plagas. Por ejemplo, el tomate casa bien con la lechuga, el perejil o el apio, pero hay más posibles combinaciones.

Conseguir el material necesario: Un huerto urbano pequeñito no es caro, pero requiere de una pequeña inversión. Las semillas son muy baratas y se pueden comprar en sobres que duran para varias cosechas. Si queremos acelerar el cultivo, hay que conseguir la planta ya germinada y con el tamaño idóneo para replantarla.

Los tiestos, maceteros, jardineras, etc. dependerán del espacio disponible y del tipo de cultivo. Hay diversos tamaños y calidades, y se pueden adquirir o bien reutilizar latas, garrafas de agua o cubos de plástico con varios agujeros en el fondo.

El responsable del pequeño huerto urbano necesita algunas cosas para el cuidado y recolección, como unas tijeras de poda, un recipiente para el riego y tierra y abono. Las plantas que crecen en altura, como los tomates, necesitan  una caña o una varilla de madera.

Los calabacines acompañan a los tomates

Preparar y cuidar bien la cosecha: Los recipientes tienen que ubicarse en el mejor lugar posible, con espacio suficiente y las mejores horas de luz y orientación disponibles. La tierra debe tener sustratos ricos en materia orgánica y minerales que le ayuden a crecer. El recipiente se rellena con el sustrato y se entierran las semillas con unos centímetros de distancia para desarrollarse y, a continuación, se riega de forma moderada.

Regar. El agua es una de las claves para que un mini huerto urbano prospere.  La falta de agua puede secar la planta, pero el exceso puede ahogarla. El tiesto debe tener agujeros para facilitar el drenaje y que las raíces no se pudran.

Cada planta tiene unas necesidades concretas. En caso de duda, es preferible quedarse algo corto que pasarse. La observación de las plantas nos dirá si precisan o no más agua.  Lo apropiado sería instalar un sistema automático de riego por goteo.

Aprovechar el compostaje. Para un mejor crecimiento y producción de los cultivos es conveniente abonarlos dos o tres veces al año. Una forma ecológica y casera es aprovechar el compostaje, un sistema de reciclaje que transforma restos orgánicos en abono.

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